Erase una vez un ángel y un demonio que se enamoraron; pero su historia no tuvo un final feliz. Hay veces en que me paro y miro el tejado del edificio más alto que encuentro, imaginandome en el borde, dando un paso hacia adelante, solo un paso librandome de todo dolor, sufrimiento e impotencia que siento ahora mismo. ¿Por qué todo lo que empieza tiene fin? supongo que tarde o temprano Dios nos llevara a su reino y no esperaré ese dia de brazos cruzados.