Audrey Owens tenía su futuro completamente planificado: terminaría su último curso con las notas más altas de toda su clase, aplicaría para estudiar en Yale y se mudaría a un apartamento acogedor con Connor, su novio del instituto y del que, secretamente, intentaba convencerse estar enamorada. Pero nunca es bueno planificar todo lo que piensas hacer en tu vida, y eso Audrey no parecía tenerlo muy claro. La inundación de la casa de los Evans por la rotura de unas cuantas tuberías en mal estado iba a ser el causante del desastre en su vida, y ella no tenía ni idea de lo que se le iba a venir encima. Parece que esto no lo tenías planeado, Audrey Owens.