Mientras que ella bailaba, él trazaba cada movimiento. La observaba e intentaba imaginar una vida sin ella, pero sabía que era imposible. Él amaba el arte, sus manos pintaban libremente lo que querían. Normalmente, era ella lo que pintaba. Ella amaba bailar, pero estaba encerrada en una bola de cristal donde los cables que la rodeaban, no los dirigía ella. Él era el único qué realmente la veía. Pero sobre todas las cosas, se amaban entre ellos y no hay nada más puro que eso. Excepto los besos que se dieron bajo la lluvia. ES UNA HISTORIA TOTALMENTE MÍA. PROHIBIDO LA COPIA/ ADAPTACIÓN PARCIAL O COMPLETA DE LA NOVELA. ¡Gracias por leer! [Todos los Martes y Domingos]