Tras aquella mirada cristalina color celeste se escondía la mas siniestra de las intensiones: conquistarme.
No si yo me oponía.
Pero ese era el problema. Que yo no me podía resistir.
Tras aquella mirada cristalina color celeste se escondía la mas siniestra de las intensiones: conquistarme.
No si yo me oponía.
Pero ese era el problema. Que yo no me podía resistir.