Todos esos ojos acusadores me persiguen de un lado a otro, y yo me escondo en un pozo sin fondo de cuadros sin sentido alguno, tan vacíos como llenos, que no hacen más que recordarme mi fracaso.
Todos esos ojos acusadores me persiguen de un lado a otro, y yo me escondo en un pozo sin fondo de cuadros sin sentido alguno, tan vacíos como llenos, que no hacen más que recordarme mi fracaso.