La hermana de Mon, Averna, acaba de ser ingresada en un centro donde están tratando su esquizofrenia de forma personal. Los padres de Mon ha muerto y lo único que le queda ahora en el país en el que vive, demasiado lejos de sus abuelos, es su hermana; la cual ni parece ya que lo sea. Todo parece perdido, apenas tienes ganas de levantarse por la mañana y continuamente se pregunta si ella dentro de poco estará como su hermana, lo que debería motivarle a vivir cada día como el último pero no en realidad nada le motiva. O eso cree hasta que en ese mismo centro conoce a un chico, que además de enseñarle a ver la vida de otra manera la orientará en el camino.