El amor no mata, a veces rompe corazones pero nada a lo que no se pueda sobrevivir, o eso pensé hasta que lo vi ahí, muriéndose, el amor de mi vida muriendo por ella. Ella la culpable de todo, de mi sufrimiento, ella hizo que todo en mi se convirtiera en odio y venganza. En mis ojos de pronto ya no había el color verde que a él tanto le gustaba, solo había la necesidad de vengarme. Esta historia es originalmente mía, se prohíbe cualquier copia u adaptación sin el consentimiento de la autora. © Historia propia. ©