Montserrat no tiene a nadie, Abigail tiene el apoyo de todos. Pero los hilos que las unen, se enredaran para acercarlas y quizás las diferencias entre ambas no sea tan notorias como creían, porque habrá algo que pese más que las diferencias que hay entre ellas, el amor que sienten la una por la otra. La casualidades no existen, pero el destino es muy real.