El multimillonario Ohm Thitiwat se enorgullecía del control que ejercía sobre sí mismo, por lo que lo sacaba de sus casillas no poder olvidarse de Fluke, el dulce e inocente chico que le había salvado la vida, ni de la pasión prohibida que habían compartido. Esa Navidad estaba resuelto a olvidarlo por completo, hasta que se encontraron cara a cara. Volver a verlo pilló a Fluke por sorpresa. Le había entregado algo más que su cuerpo durante su explosiva relación. Le había dado parte de su corazón. La química entre ellos seguía siendo asombrosa. Como lo era el hijo secreto de Fluke.