- Nunca debí haber vuelto - dije con los ojos llenos de lagrimas ante su atenta mirada -
- No te vayas, porfavor- suplicó-
El daño que me habían generado era muy grande, confíe, amé y me dejó en mil pedazos
- Nunca debí haber vuelto - dije con los ojos llenos de lagrimas ante su atenta mirada -
- No te vayas, porfavor- suplicó-
El daño que me habían generado era muy grande, confíe, amé y me dejó en mil pedazos
Nunca debí caer por él.
Sin embargo, tampoco detuve mi descenso.
Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí.
No su frialdad.
No su silencio.
No sus advertencia...