Un día alguien me dijo, "el peor error de un ser humano es sacarse de la cabeza, aquello que no sale del corazón". Cuanta razón tenía y no era la necesidad de olvidarlo, sino de superar aquella etapa que nos había marcado como un tatuaje sin tinta.
Un día alguien me dijo, "el peor error de un ser humano es sacarse de la cabeza, aquello que no sale del corazón". Cuanta razón tenía y no era la necesidad de olvidarlo, sino de superar aquella etapa que nos había marcado como un tatuaje sin tinta.