Tinta de Mar es un ejercicio introspectivo y reflexivo. Es un abanico de emociones que te hacen sentir lo dura que es la transición a la adultez. Es un pedacito tan mío que hago suyo. Es el intento de retratar lo díficil que es lidiar con la decepción luego de haber puesto muchas expectativas en los distintos ámbitos de la vida. Más allá de intentar de hablar del amor, es el intento de dejar de lado el pensar por el sentir.