La curiosidad es una espada de doble filo y Albedo era tremendamente curioso. Tanto, que llegó a cuestionarse las desiguales jerarquías que reinaban en Teyvat con la llegada de un forastero, que se hacía llamar Kaeya Alberich.
La curiosidad es una espada de doble filo y Albedo era tremendamente curioso. Tanto, que llegó a cuestionarse las desiguales jerarquías que reinaban en Teyvat con la llegada de un forastero, que se hacía llamar Kaeya Alberich.
El amor puede llegar de manera impredecible...
Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e imponente jefe alfa.
Para Jeon vendra en un Omega castañ...