Cuando dejamos asomar a nuestros diablos, a veces ocurren cosas maravillosas... Tenues escenas donde brilla la piel y habla la respiración. Sed mal@s y mirad por el agujero en la pared. "-Quiero ser tu juguete- articularon sus labios antes de morderse. -Tú sabes que yo no juego con ningún juguete sin antes comprobar que es suficientemente bueno para mí, ¿no? - le dije con una sonrisa socarrona. Sin mediar palabra se puso a horcajadas encima de mí, apoyando todo su peso en mi barriga. Me miró, casi desafiante, orgullosa. Y se sacó el vestido con un rápido y apresurado movimiento, tirándomelo a la cara. - ¿no es bueno este juguete? - dijo con falso enojo. -No sé... tendría que examinarlo en profundidad. Ponte a cuatro patas... sobre la mesa."