Las hojas de arce eran coloreadas de rojo en los instantes de despedidas, ellos no fueron la excepción; y su reunión también se vio manchada de ese matiz. No obstante, aquello nunca sería el final de su historia, porque esa tonalidad era la misma del hilo que conectaba sus existencias. Y los lazos del destino jamás se cortarían sin importar qué, incluso si se ubicaban en el ojo de una tormenta. Las manos entrelazadas del otoño niveo y la soleada electricidad valiente, eran algo sempiterno. [Pequeña colección de One-shot's/Drabble's TomoKazu]