El pasado es un espejismo que se desdibuja cada vez más entre las brumas de la memoria. El presente es un insecto efímero, tan intangible y fugaz como la felicidad o el orgasmo. El futuro es siempre oscuridad, iluminada de vez en cuando con destellos de intuición. Ni todo tiempo pasado fue mejor, ni el futuro nos lleva de forma irremediable al desastre. Ni el devenir de los siglos ha producido un avance constante de la humanidad, ni el futuro es un ángel al rescate que resolverá todos nuestros problemas. Aunque algunos opinen todo lo contrario. Comparado con nosotros, el protagonista de este relato vive en un futuro que dista de ser perfecto, aunque es menos imperfecto de lo que pudiésemos esperar. Se trata más bien de un...