Tome la espada entre mis heladas manos cubiertas de sangre y la elevé hacia mis súbditos - No caeremos sin dar batalla! Jamás nos rendiremos, cuando crean que nos han vencido, renaceremos como un fenix, entre las cenizas de lo más olvidado, daremos batalla hasta el final de los tiempos. ESTE ES NUESTRO REINO! El rujido potente de mis soldados sonó, aún temerosos de lo que pudiese suceder en el campo de batalla, tomamos nuestras armas y avanzamos hacia el objetivo, con fuerza y enojo haríamos caer al enemigo.