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Kim Cleo June
Inútiles todos. ¿Qué tan misterioso deben hacer este estúpido asunto? Si no fuera porque soy una persona curiosa y me importa JiMin, ni me esforzaría en saber qué pasa. Pero claro, Cleo June no puede hacer algo tan simple como hacerse a un lado. No, claro que no. Necesita complicar su propia existencia porque no tiene nada mejor que hacer esa idiota.
A veces me odio.
JiMin, quiera o no, me dirá lo que sucede. Lo juro sobre la tumba de Jalea, mi difunto perro.
—¿Por qué estás enojada?
Estaba tan metida en mi odio al mundo y a mí misma que comencé a golpear mi casillero y me olvidé que Rin estaba a mi lado.
Estábamos en los pasillos, HoSeok hoy no había venido y JiMin junto a los otros dos aún estaban en clases. Así que eramos EunRin y yo. Terminaba de guardar mis cosas para ir al patio a perder un rato el tiempo.
—Nada. Compré en Amazon y me salió mal. —dije la primera y estúpida mentira que se me vino a la mente.
—Oh, yo ahí compre mis zapatos. ¿A poco no son lindos? -señaló sus amados zapatos converse anaranjados con brillantina.
Son horribles, pero para la vibra que carga ella pegan bien. No, son un asco sí o sí. ¿Cuál es la necesidad de ponerle brillantina a los zapatos?
—Son tan buenos como ingerir un litro de gasolina.
—¡Lo sé! ¿No es estupendo? —saltó de alegría.
Claro que no se iba a dar cuenta del evidente insulto hacia sus zapatos. Pero si así es feliz, ¿quién soy para detenerla? Ahora solo hacia con alegría un pequeño baile, que según ella es el «baile de la felicidad».
Y sí, también tiene uno de la tristeza, la decepción, neutral y del enojo. Tiene un mini baile para todo.
Ya cuando yo estaba terminando con lo mio, ella se detiene y apoya su espalda contra los casilleros. Tarareó un rato mientras yo no le daba ningún tipo de atención.
—¿Recuerdas que me dijiste que el chico correcto podría estar más cerca de lo que creo?
Alto.
Todos mis sentidos se activaron e inmediatamente, esa atención que no le estaba dando fue completamente para ella. Ella ni siquiera me dirigía la mirada, su vista estaba al frente, ligeramente hacia el techo y jugueteando con la forma de sus labios, como si lo que dijo no fuera la gran cosa.
Por mi mente solo pasaba una cosa, y es... ¿por fin se dio cuenta de HoSeok? Tal vez por fin dejó de ser un cobarde y al menos le lanzó una indirecta. O puede ser que su día de ausencia haya sido lo suficiente para que se diera cuenta lo necesario que es él en su vida.
—¿Por qué lo dices? —no disimulé mi interés y hablé rápidamente.
—Bueno... —HoSeok. HoSeok. HoSeok— JooHeon me invitó a salir.
¿¡JOOHEON!?
Mi cabeza se estampó contra mi propio casillero y tiré varias cosas de este.
Maldita sea.
—¿Cómo... cómo que JooHeon? -hablé apresurada. Ella soltó una risita nerviosa y sus mejillas levemente se sonrojaron.
Oh, no. No, no, no. Esto no puede estar pasando.
—Fui a hacer unos mandados para mis padres y me lo encontré, él me ayudo y me llevó a casa. —todo lo relataba con un sonrisa, pero no cualquier sonrisa, era una tímida y... extraña— Me invitó a salir. Aunque yo creí que sería como amigos, pero... de repente me dijo que yo no le intereso como eso.
Esto es peor de lo que imaginé. Esa mandarina no pierde el tiempo.
Y no, obviamente no lo apruebo. Para mí es muy sospechoso que el tipo apenas la conociera y ya le gustara.
—Ou... Me imagino que le dolió cuando lo rechazaste. Porque me imagino que lo hiciste.
Tenía unas fuertes esperanzas en mí de que lo haya rechazado.
—Estuve a punto de hacerlo, pero recordé lo que tú me dijiste. —genial, ahora es mi culpa— Rechazar a un chico que me quiere por esperar a alguien que ni siquiera me busca.
—Ni siquiera sabe que existes.
—Sé lo que se siente querer y no tener la oportunidad, así que yo sí se la di. —me dio una sonrisa.
¡Esto tenía que ser una broma! Primero que nada, porque yo le di la ridícula idea. Muérete, CJ del pasado. Y segundo... ¡HoSeok! ¿¡En qué mierda pierdes el tiempo!?
—Sí... No creo que eso aplique aquí. —ella ladeó la cabeza confundida y pidiendo explicaciones— Ya sabes... No conoces al tipo. Imagina que JooHeon es en realidad... un oso hormiguero. EunRin, te comerá viva.
—No me gustaría que fuera un oso hormiguero. —hizo una mueca.
—Sí, ¿lo ves? No lo conoces de verdad.
Comenzamos a andar en dirección al patio.
—Pero los osos hormigueros son lindos. —canturreó con alegría.
—No seas zoofilica, EunRin.
Genial, ahora tengo otro problema para solucionar. El punto era hacer expander su vista, que mire más allá del horizonte. No que me salga con una mandarina.
Luego hablaré seriamente con HoSeok.
Nos dirigíamos a una de las mesas que habían en el patio, estando vacío no parece un lugar estresante. Me senté con mi jugo en caja de manzana que acabé de comprarme y EunRin con una bolsa de papitas, cosa que yo también compré. Yo me encargo de consentir a la niña.
Ella me mostraba fascinada sus nuevos filtros de instagram. A mí no me interesaba mucho, hasta que me mostró uno que pega mi cara en un tren, ese sí que era fabuloso. Aprovechamos el momento para tomarnos fotos, y de paso publicarlas etiquetando a HoSeok, diciéndole de lo que se pierde por haber faltado.
Todo iba normal, EunRin comía y yo luchaba contra la maldita caja para poder poner la pajilla. Es entonces que, de la nada, noté que varios estudiantes pasaban corriendo a nuestro lado en una misma dirección y... ¿Esos no eran nuestros compañeros?
—¿Qué pasa? —preguntó Rin lamiendo sus manos y cara llenas de sal y aceite.
Me encogí de hombros y ambas fuimos a esa dirección porque somos ambas muy metiches. No sólo eran compañeros nuestros, habían algunos alumnos de otras clases y todos hacían un círculo.
Sé lo que significa eso; pelea.
—Deben estar peleando.
La cara de Rin se transformó en una de horror.
—No, CJ. No nos acerquemos. —jaló de la manga de mi saco.
—Al menos vayamos a ver quiénes son. —caminé mientras ella caminaba con miedo detrás de mí.
Nos acercamos a la multitud, Rin parecía nerviosa, pues no acostumbra ni le gusta ver violencia. Al acercarnos distinguí bien a ambas personas; Jeon JungKook e Im JaeBum, ambos eran los protagonistas. Aunque el primero de todos peleaba como un animal, se veía claramente furioso. JB no se quedaba atrás. Pero no se veía enojado como Jeon.
Mi única duda ahora es saber quien hizo qué para que ambos estén tan enojados.
TaeHyung, HaNeul, SeokJin y NamJoon. Era impresionante ver como a esos cuatro se les dificultaba contener a Jeon. Hasta ellos se dieron cuenta que no era una simple pelea. Mientras tanto, Jackson y YoungJae eran los únicos necesarios para parar a JB. Ni siquiera eso, sólo lo mantenían apartado.
—¿¡Qué te pasa, Jeon!? ¿¡La verdad duele!?
—¡No vuelvas a hablar así de ella! -gritó jungKook en respuesta.
¿Ella? ¿Quién?
—¿¡O qué!? ¿¡También me dejarás en el hospital, maldito loco!?
—¡Cierra la boca!
HaNeul le decía palabras a JungKook queriendo tranquilizarlo, pero no parecía funcionar debido a las provocaciones del otro. Ahora JB parecía más calmado, pero su contrario no, Jeon quería arrancar su cabeza.
—Ya vimos quiénes son. Deberíamos irnos. —Rin volvía a jalar con suavidad mi ropa para que retrocedamos.
Algunos se veían sorprendidos y otros emocionados, una pelea que han estado queriendo, aparentemente. Escuchaba como nombraban a ambos y opinaban sobre el ganador de la pelea, pero nadie se molestaba en intervenir más que los amigos de los estelares de este show.
Rin continuaba nerviosa y quería irse. En la lejanía vi a un grupo de profesores acercarse y fue ahí cuando decidí ceder a su petición, alejándonos junto a otros chicos de nuestra clase.
—Es la primera vez que pelean de verdad. —habló emocionado un chico a nuestro alrededor.
—Jeon suele ser discreto, pero esta vez no le importó llamar la atención de todo el mundo. —contestó su amigo.
¿Discreto? ¿Acaso olvidaron que en medio del pasillo comenzamos a golpearnos?
—Dicen que JB lo provocó.
—Claro que no. JungKook se acercó a ellos.
—Creo que JB quería coquetear con HaNeul.
Que metiches. Todos sacaban sus propias deducciones y cada una era más ridícula que la anterior.
Supongo que este será el nuevo chisme de la semana.
...
Kim TaeHyung
Mordía mis uñas nervioso de tener que hacer esto a espaldas de YuRi. Pero si ella se enterara sería peor para mí. Esto tenía que ser una operación secreta, tan secreta que ni siquiera HaNeul sabría lo que haría. Mi único compinche y camarada en esta misión es JungKook.
Y hablando de JungKook...
—¿Qué mierda quieres, Tae? -lo oí molesto.
Aww, usó el diminutivo.
—Estoy a punto de llevar a cabo la operación. Necesito que monitorees las cámaras y me digas cualquier movimiento enemigo.
—¿De qué mierda hablas, imbécil?
—Descuida, iré en cubierto. Preparé un disfraz muy elaborado para ser indetectable por los ojos de halcón.
—¿Tomaste, idiota? —suspiró— Dime dónde estás e iré a buscarte.
—Lo lograré. Deseame suerte, cariño. —di un beso al celular y susurré— Te amo.
—Pedazo de... —no lo dejé continuar porque colgué.
Adoro que Kookie sea un chiquillo tan tímido.
Estando metido en mis pensamientos y la llamada, no me había dado cuanta que nos estábamos pasando del lugar.
—¡Detente, es justo aquí! —grité de repente. Mi chofer se detuvo tan rápido que por inercia mi cuerpo se fue hacia adelante y casi golpeo mi cabeza.
—Le dije que se pusiera el cinturón, joven Kim.
—Me lo anoto para la próxima. —suspiré con una mano en mi corazón. Ese había sido un buen susto— ¿Y mi disfraz?
—Aquí atrás, señor. —dijo tomando la bolsa del asiento trasero— Pero... ¿Está seguro de que quiere usar esto?
—Sí, ¿Por qué no?
—Es que... —miró unos segundos el contenido— Dijo que quiere ser indetectable, y esto no lo hará indetectable.
—SeHun, —sostuve su hombro— ¿Quieres que ese comentario lo descuente de tu sueldo?
—No, señor.
—¿Entonces?
—Es un disfraz maravilloso, señor. —sonrió entregándome la bolsa.
Choi EunRin
—Papá me mandó un mensaje diciendo que volverán tarde porque siguen diseñando los arreglos para el salón. —habló con dificultad por tener la boca llena de donas.
—¿O sea que podemos cerrar temprano? —pregunté con mi sonrisa más tierna para convencerlo.
—Sería irresponsable de mi parte dejarte hacer eso.
—Pero... —pensé unos momentos— ¿No te apetece ir a jugar la revancha contra WooYoung?
Sabía que eso debía de funcionar.
entrecerró los ojos ligeramente pensando en ello. El detesta perder, y no va a dejar que WooYoung siga teniendo más victorias.
—Si EunJin no nos delata tal vez podríamos cerrar un poco más temprano.
¡Sí! ¡Significa que podré ver televisión!
El tintineo de la campana nos advirtió a ambos de la llegada de un cliente. JongHo rápidamente tiró debajo del mostrador la caja de donas y se colocó recto.
—¡Buenas tardes! —saludamos ambos al cliente.
Tanto mi hermano y yo miramos extrañados al sujeto que acababa de entrar. Era un señor alto con lentes de sol, un sombrero de paja y un bigote extraño. Él respondió nuestro saludo con un pequeño movimiento de cabeza y comenzó a recorrer el local acariciando a algunas plantas de forma casual.
Un pequeño silbido de JongHo me llamaba y fui hacia él.
—¿Y este? —susurró.
—No lo sé. —volví a mirar a aquél tipo— Pero tiene gorrito de granjero.
—¿Será algún agricultor?
—Tal vez viene a comprar semillas.
—Es raro. —lo miró— Acaba de chocar los cinco con ese helecho. Además, ¿Qué agricultor se tiñe de rojo?
—¿Por qué no lo haría?
—Preguntale qué quiere.
Asentí y obedecí la orden de mi hermano, acercándome a ese señor.
—Diculpe. —dije ya a su lado y este volteó a verme— ¿Puedo ayudarlo en algo?
—Oh, señorita, que gusto verla. —hablaba con un acento extraño y comenzó a acariciar con su pulgar e índice su bigote-— Estoy buscando a la señorita Choi.
—¿A mi hermana? —ladeé la cabeza. Supuse que era ella, ya que es la mayor.
—Eh... No. La otra Choi.
—¿Mi mamá?
—La otra Choi.
—¿Yo? —me señalé.
—Que curioso que justo tú seas la otra Choi.
Estaba confundida. No tenía idea de quién era este señor.
Rápidamente intervino JongHo y colocando un brazo delante de mí de forma protectora, se dirigió al sujeto.
—¿Qué necesita de mi hermana... señor?
—Pues... —ahora su voz había cambiado a una que sí se me hizo conocida— resulta que no soy un señor. —dijo quitándose el bigote y los lentes de sol.
—¿Se... Se acaba de sacar el bigote? —me miró dudoso de lo que acaba de ver.
—¡Kim TaeHyung! —exclamé asombrada de verlo a él.
Era TaeHyung otra vez aquí. Sólo que esta vez vino... un poco diferente. Esto no me lo vi venir para nada.
—En persona. —reverenció— Choi...
—EunRin. —completé.
—Choi EunRin, —dijo más alto y con la postura más recta— vengo a decirte que somos pareja. —sentí aquí mismo desmayarme por lo que acababa de oír— ¿Estás bien?
¿Acaso Kim TaeHyung acaba de decirme que somos pareja? No. No, es imposible. Escuché mal.
Pero inevitablemente me sonrojé, sentí que mis mejillas aedían y estaba segura de que habían tomado ese intenso color rosa. El corazón me palpitó con fuerza y un indescriptible cosquillo en mi estómago se propagó rápidamente a mi pecho.
—¿Pareja...? —repetí confundida sin saber que era correcto lo que estaba diciendo.
—Así es. Hice cambio con Lee HoSeok, mi antigua pareja, y Yoo KiHyun, tu antigua pareja, para el ensayo de no sé qué.
—Oh... —suspiré. Por un segundo había entendido todo mal— La tarea.
—Esa cosa. —chsaqueó su dedo.
—No entiendo nada. ¿Por qué de repente el granjero con bigote es un chico de tu escuela? —obviamente yo no tenía una respuesta a ello, así que sólo me encogí de hombros.
—Era un camuflaje. —dijo él.
Dejé a JongHo dentro de la tienda mientras yo salía junto a TaeHyung para hablar más claramente respecto al tema. Porque que de repente llegara y me dijera que eramos pareja era... Es imposible. Aún sigo dudando de que me haya depertado y que probablemente siga en el más profundo sueño entre mis mantas.
—No entiendo por qué de repente somos pareja. —le dije en cuanto salimos del local.
Por alguna extraña razón no me intimidaba TaeHyung. Es más, él ni siquiera había hecho algo para hacerse lucir imponente como suele hacer todo el tiempo en el instituto. Tampoco había dicho una grosería. Actuaba como un chico común y corriente.
Además de que se había vuelto a poner su camuflaje y me resultaba gracioso.
—Es que... me daba lástima mi compañero. Se puso a llorar porque quería estar con su amigo y yo quise ser benevolente. ¿Te molesta acaso? —repentinamente su voz se había vuelto gruesa y grave para hacer esta última pregunta, llegando a hacer que mis hombros se sobresalten y, temerosa, negué reptidas veces con mi cabeza.
—Para nada. —sonreí.
—¡Qué bueno! —sonrió él también— En estos momentos estoy ocupado, pero pronto te diré cuando esté disponible para comenzar el trabajo.
—¿Y... cómo nos vamos a comunicar? —pregunté tímidamente, jugueteando con mis dedos frente a mi abdomen.
—Aguarda un momento. —sacó su celular del bolsillo y tras tocar algunas veces la pantalla lo colocó en su oído. Ladeé la cabeza confundida de que estuviera haciendo una llamada— SeHun, ¿Cuál es mi número? Anota. —me dijo y comenzó a dictar la serie de números que alguien le dictaba desde esa llamada.
—Listo. —murmuré con una sonrisa tímida y estoy segura que con un leve rubor, pues tenía el número de Kim TaeHyung.
—Genial. Nos vemos luego, chica. —emorendió camino a un coche negro que estaba casi a nuestro lado. Antes de subir a la parte trasera de este me dijo una última cosa— Y por cierto, no me hables en el instituto.
Asentí nerviosa y, finalmente, él había entrado a su auto para marcharse.
Este día había sido raro.
...
Kim Cleo June
JungKook no ha estado viniendo a clases. Gracias a los chismosos de aquí supe que tanto JB como Jeon fueron puestos en castigo, pero se reusaron, y ambos prefirieron ser suspendidos hasta la próxima semana. Lo qué significa que estos días serían aburridos, o al menos hasta el fin de semana.
¿Alguna noticia buena? Pues ya van pasando unas cuatro semanas desde lo sucedido con mi pierna y la última vez que fui al hospital me dijeron que voy de maravilla. Ayer volví a ese lugar para que por fin me dijeran que puedo empezar con la rehabilitación. Incluso la linda masita de JiMin se ofreció a ayudarme.
Me muero por dejar de caminar por completo con estas cosas. Y no saben lo feliz que se puso EunRin al saber que para ese campamento tendré mis dos piernas libres.
—Y tu cita con JooHeon... —disimulé cero mis intenciones de saber que pasó con ese chico. Debía aprovechar que HoSeok había ido al baño.
—¡Fue muy lindo y divertido! —saltó feliz aleteando con los brazos como pájaro— Primero me llevó a un parque de diversiones y subimos a la gran rueda de la fortuna, me compró un helado, también ganó para mí un peluche de cerdito y lo llamé Caramelo. —hablaba de forma acelerada demostrando su gran alegría al recordar esa cita— ¡Oh! Habían unos chicos bailando Hip-Hop en la calle y yo bailé con ellos, ¡y a JooHeon le gustó!
—Gua...
—¡Eso no es todo! —me interrumpió— ¿¡Sabes que él rapea!? Es grandioso en eso.
Okey, está muy emocionada. Ahora mismo no hay nada que me moleste más que saber que HoSeok va perdiendo la carrera. Sinceramente, no creí que EunRin pudiera llegar a emocionarse tanto con alguien que no sea TaeHyung.
Y hablando de TaeHyung...
—¿O sea que ya superaste a TaeHyung?
Si va a andar enredada con esa mandarina andante al menos que haya superado al mejor amigo de mi enemigo.
—Bueno, no es que me haya enamorado de JooHeon, pero supongo que por ahora Tae será solo un amor platónico.
Supongo que es un avance, el primer paso para dejarlo ir. Creí que eso sería toda una odisea en cuanto me dijo que, de una forma muy extraña, ahora Kim TaeHyung sería su pareja para el maldito trabajo. Sí, esa porquería que yo debo hacer con Jeon.
—Y no sabes lo feliz que se puso Hobi cuando le conté todo de mi cita, no dejó de sonreír en ningún momento. —ay dios— Me felicitó con un abrazo.
Jodeme. ¿De verdad le contó todo a HoSeok? ¡Mierda! Pobre chico, debió escuchar con lujo de detalle todo lo bueno que decía Rin de JooHeon y para peor, fingir una sonrisa. Hobi es una persona radiante y alegre, ¿cómo de feo debe ser como para que él tenga que fingirlo todo? Si a mí me dolió, a él debió matarlo.
—Ah... ¡Que bien...! —intenté sonar tanto feliz como emocionada— Pero dame un momentito mientras le digo a mi madre que compre... almendras.
Ella asintió feliz e hizo silencio para que yo mandará ese mensaje a «mi mamá». Obviamente le escribía a HoSeok, a mí ni siquiera me gustan las almendras. Le preguntaba como estaba y como se sentía. Lo compadezco, debe sentirse fatal por todo esto y eso no me pone nada feliz, aposté a que acabarían juntos y ahora todo se va a la basura.
Estoy tan inconforme como él.
Jung HoSeok
La suerte no está a mi favor, ni ahora, ni nunca. Siempre creí que si esperaba un poco más, ella dejaría de pensar en alguien como TaeHyung y... Pensaría en mí. Nunca me imaginé que alguien más aparecería, nunca me vi venir nada de esto, ni mucho menos que ella aceptara.
Siempre creí que solo debía esperar.
Pero no, esa tampoco era la respuesta. Si yo la hubiera invitado a salir antes,¿ella habría aceptado? ¿Hubiera tenido mi oportunidad?
¿Y si...?
—¡HoSeok! —una dulce voz me quitó de mis pensamientos.
JungYul se acercaba a mí con una sonrisa mientras despedía a algunos de sus amigo.
Para el poco tiempo que lleva aquí ya es bastante conocida, amigó con muchas personas y tiene buen trato con casi todos. Hasta podría decir que es algo popular. Eso me alegraba, significaba que aquella incómoda etapa de ser la nueva no la afectaba.
Su cara cambió a una preocupada y confundida cuando se acercó a mí.
—¿Pasa algo? Te ves triste.
Muchas cosas.
—Nada. —mi voz no disimuló ni un poco y fue fácil para ella darse cuenta que estaba mintiendo. Ella permaneció en silencio y se acercó a mí para posarse a mi lado, abriendo aún más la ventana que daba a las afueras del edificio— De verdad, no tienes que dejar a tus amigos por mí.
—Tú también eres mi amigo, el primero que tuve. —pese a mi ánimo, JungYul no pareció insistir en el tema, solo se quedó a mi lado a mirar el exterior— No quiero molestarte, pero si te pasa algo, no dudes en pedirme ayuda, aunque sea en escucharte.
Sonreí ante sus palabras y agradecía su preocupación por mí.
—Gracias, Yul. —ella empujó mi hombro divertida— Y descuida, es algo sin mucha importancia.
—Para eso están los amigos. Mira este lindo día, el sol es hermoso y hay muchas aves. Sea lo que sea, es mejor disfrutarlo. No te deprimas por algo sin importancia.
Después de unos minutos de hablar con Yul me sentí un poco mejor, hizo lo posible por hacerme sonreír y en varias ocasiones lo logró. Respondí un mensaje de CJ preguntando por mi estado de ánimo, en el que claramente mentí, y volví a clases. Hoy no estaría concentrado y mucho menos con interés de nada, sólo miraba de reojo a Rin masticar su cabello fingiendo que es una vaca, y sí, sonreí ante su comportamiento.
¿Todavía habrá oportunidad para mí?
—¡Hobi! —gritó a mi lado cuando las clases ya estaban terminando— ¿Podemos continuar la tarea mañana? JooHeon me invitó a salir hoy. ¿Porfis?
—Oh... Saldrás con él, otra vez. —forcé una sonrisa. Ella asintió repetidas veces con euforia y alegría— Claro, no hay problema.
—¡Gracias! —salió corriendo fuera de la clase.
—Se te va el tren, araña. —dijo Cleo pasando por mi lado y siguiendo el camino de Rin.
Debe ser una broma, ¿ahora trae un lamborghini? ¿De dónde saca estos autos?
Él estaba apoyado en su vehículo mirando con una sonrisa nuestra dirección, y estoy seguro de que no miraba a Rin, esa sonrisa de superioridad era dirigida a mí. EunRin soltó un grito para saludarlo mientras agitaba sus brazos.
—Rin está bastante emocionada con él. —habló SunKo cuando vió a Rin salir corriendo con ese tipo— Sólo espero que esta vez JooHeon no sea un idiota.
—¿De qué hablas? —pregunté. Si ese tarado tenía planeado hacerle algo, no mediré la cantidad de golpes que le daré.
—Pues... JooHeon nunca ha sido un chico de... una sola mujer, ¿entindes?
Lo mato.
—Aunque hace tiempo que no hablo con él ni estoy al tanto de lo que hace, tal vez cambió.
Ese tal vez no me convence.
Los tres siguieron sus caminos, yo, con la desconfianza en mí, caminé lentamente, pero fui detenido por un pequeña mano en mi ropa.
—¿Así que era eso? —JungYul— ¿EunRin era lo que te pasaba? —no sabía como responder a lo que me decía, ¿soy tan...?— Sí, HoSeok, eres muy evidente.
—Yo...
—No es necesario que me digas nada, está bien. Pero no te atormentes por algo como eso, que la chica que te guste salga con otro no es el fin del mundo.
—Es distinto.
—Hagamos algo, ¿sí? —me tendió su mano— Relajate por un rato y vayamos a divertirnos a algún lado, ¿qué dices?
Realmente apreciaba su esfuerzo y con intención de agradecimiento por ello, tomé su mano con una sonrisa.
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