Prohibido Enamorarse de Dulce...

By _BrisaVf_

487K 38.3K 22.4K

Trilogía: "Prohibido" Libro 1 ¿Qué harías si un día tu vida cambia bruscamente por la presencia exacta de una... More

Advertencias
Capítulo 0| Prólogo
Capitulo 1 | Mi vida era un caos.
Capitulo 2 | Espera lo inesperado
Capitulo 3| Extrañas sensaciones
Capítulo 4 | Un juego de dos.
Capítulo 5 | Un cambio de vida
Capítulo 6 | Jamás faltar a una regla
Capítulo 7 | Secretos escondidos.
Capítulo 8 | La sonrisa de Damon
Capítulo 9 | La traición de mi enemigo
Capítulo 10 | Malas decisiones
Capítulo 11 | La expectativa de mis planes
Capítulo 12 | El cumpleaños de Sam
Capítulo 13 | Una dulzura y el demonio
Capítulo 14 | ¿Quién es el dorado?
Capítulo 15 | Coincidencias
Capitulo 17| Impulsos
Capítulo 18| Besar a un demonio
Capítulo 19| Desaparecido
Capítulo 20| Con ella
Capítulo 21| Problemas
Capítulo 22 | Quiero intentarlo
Capítulo 23 | El cumpleaños de Ada
Capítulo 24 | Una intrusa
Capitulo 25 | El chico Inmune
Capítulo 26 | La culpa
Capítulo 27 | Fuego con Fuego
Capítulo 28| El dilema de Damon
Capítulo 29| Quiero intentarlo
Capítulo 30 | ¿Y ahora?
Capítulo 31 | Cosas extrañas
Capítulo 32 | En un segundo
Capítulo 33 | Maldito Karma
Capítulo 34 | Sola
Capítulo 35| Un idiota desesperado.
Capítulo 36| En la oscuridad de un recuerdo
Capítulo 37 | Noche de tatuajes (I)
Capítulo 38 | Noche de Tatuajes (II)
Capítulo 39 | Error
Capítulo 40 | Sombras
Capítulo 41 | Una vieja ilusión
Capítulo 42 | Confesiones del Pasado
Capítulo 43 | Memorias
Capítulo 44 | Julie
Capítulo 45| La sorpresa de Dulce
Capítulo 46| Te odio.
Capítulo 47| Adiós.
Capítulo 48| Adiós Culpa
Capítulo 49| La Propuesta
Capítulo 50| La respuesta
Capítulo 51| New York
Capítulo 52| Londres
Capítulo 53| Seattle
Capítulo 54| Las Vegas
Capítulo 55| Mamá
Capítulo 56| No me sueltes
Capítulo 57| Promesas rotas.
Capítulo 58|El fin de una historia
Extra I | Un padre ausente-presente
Extra II | Un ángel bajó al infierno
NOTA FINAL

Capítulo 16 | ¡¿Que Rayos?!

8.2K 670 306
By _BrisaVf_


Dulce

— ¿Qué demonios me estás diciendo? —gritó Darren entrando a mi habitación.

Damon nos había traído de regreso a casa, papá no tardaría en volver según comunicó, además que ahora mismo Damon fingía estar dormido en el sillón, aunque creo que lo hace de verdad, no faltaba mucho para que el sol se asomara, no pasaban de las cinco.

—Que Damon actuó como si no fuera Damon—dije dejándome caer en mi cama, se sentía tan bien.

— ¿Damon no siendo Damon?

—Eso mismo me preguntaba, estaba siendo muy...amable, hasta los bellos de mi brazo se erizaron, mira...—estiré mis brazos perezosamente.

—No veo pero te creo —afirmó en un tono pensativo desde el baño —Damon actuando amable es algo extraño ¿Deberíamos preocuparnos?

—No creo ¿o sí?

— ¿Deberíamos llevarlo con un psiquiatra?

—Nos internarían a nosotros en su lugar —reí —Dejemos de pensar en el Damon amable por ahora ¿Vale? Me muero de sueño.

— ¿Dormir? —Preguntó incrédulo —Pero, Damon actuó cordial, incluso nos trajo de regreso a casa, eso no haría el verdadero Damon, el real seguro se robaría hasta nuestros autos y nos haría regresar a pie.

—Bien, deje de alucinar y exagerar —murmuré cansada. —Ven, vamos a dormir.

—No, debe de haber algo más.

— ¡A mimir! —insistí palmeando la cama en señal para que se echara a mi costado —Papá no tardará en llegar, olvidémoslo por hoy.

El bufó y se lanzó como costal de papás a mi costado, Se acomodó como un gatito, tratando de buscar la posición perfecta hasta que la encontró y como niños pequeños, caímos rendidos en los brazos de Morfeo.

—Hija...—sentí como movieron mi hombro — ¡HIJA!

— ¡Que! —Chille cayendo al suelo ¿En qué momento Darren se había adueñado de la cama?— ¡Mierda!

— ¡¿Qué?! —La voz llena de sorpresa se escuchó muy cerca — ¡Hija!

—Lo siento —me disculpe levantándome del suelo. — ¿Papá?

—No hables malas palabras —frunció el ceño regañándome.

Papá se veía cansado, aun llevaba el traje negro solo que ahora la camisa blanca estaba remangada hasta los hombros, su cabello estaba un poco desarreglado.

—Papá...—lo llame — ¿Estás bien? Te ves cansado.

—Lo estoy —sonrió sin mostrar los dientes — Tuve un caso complicado hoy... Vi que Damon está dormido en la sala —comunicó algo extrañado — ¿Todo bien? Pensé que se matarían y encontraría la casa incendiada pero al parecer no fue así, creo que le debo una por mantener todo en orden.

Sonreí como una tonta.

—Quizá no incendiamos la casa pero por casi nos matamos —solté sin pensar ganándome la mirada de asombro por parte de papá —En fin, comprendimos que el matarnos no solucionaría nada.

—Bueno, que alegría que se estén llevando bien, él parece ser un buen chico, yo conocí a su padre...

— ¿Cómo era? —lo corte curiosa.

—Como Damon...—rió— Un buen sujeto, con sonrisa brillante, al igual que su mente, todo un estratega, muy atento con su familia, simpático con todos, todo un galán, digna competencia para tu padre...—bromeó.

—Y...—hice una pausa tratando de no verme muy interesada — ¿Su gemelo?

— ¿Harry? —inquirió extrañado —Él era un tipo muy diferente, creo que lo único que compartían era el apellido y el físico, Harry es muy centrado, calculador, lo que se propone lo cumple, y eso, querida hija, llega a ser malo, cuando no te importa dañar a las personas por llegar a tu objetivo, siempre transmitía un aire seguro pero no se parecían en lo absoluto.

Lo mire interesada.

Entonces Harry era ¿Malo?

Negué con la cabeza.

Ese señor no parecía ser malo, en realidad creo que era una persona equivocada.

Aunque no podía asegurar nada por el momento, sentía que las palabras de Damon podían cobrar vida en un algún momento ¿Qué pasaba si...que pasaba si Harry tuvo protagonismo en aquel "Accidente"? Y si Harry para lograr aquel "Objetivo", que se desconoce aún, tuvo que deshacerse de su propio hermano...Y si Harry ¿Lo planeó todo?

ALTO, no podía sacar conclusiones antes de tiempo.

—Harry no se ve malo, papá.

—Bueno Hija, aunque Harry se ve bueno y simpático, te recomiendo, nunca confiar en alguien completamente y...—hizo una pausa para sobar mi cabeza con una sonrisa ¿Qué le sucedía? —Julie hizo panqueques de chocolate, tus favoritos, así que cámbiate y... — detuvo sus palabras para inclinarse un poco más hacia el cuerpo dormido de mi primo y le lanzó una almohada que había encontrado en el suelo— Darren, sé que estas despierto, los quiero a los dos abajo, bien cambiados, y sus autos ya llegaron.

Dicho eso, papá salió por la puerta de mi habitación.

—Escuché todo —dijo mi primo levantándose de la cama ¿no estaba dormido?— Y sé lo que piensas...

Sonreí como tonta nuevamente. Ese era mi primo y a veces me hacía pensar que era bonito era tener a una persona capaz de leerte la mente, de conectarse con solo una mirada, lo quería tanto.

—Claro, ahora seremos detectives, resolveremos el misterio de Damon —hable emocionada mientras me dirigía al baño.

—Sí pero hay una cosa... —Se acercó a su maleta aun tirada en el suelo.

¡Vaya! Nosotros sí que éramos desordenados.

— ¿Qué sucede?

—No le diremos a Damon —lo mire mal — O sea le ayudaremos pero desde lejitos...como dijo tu padre, no podemos confiar en nadie y con Harry las cosas parecen turbias, así que mejor de lejos, además el idiota de Damon es muy orgulloso, no se dejaría ayudar.

—Buena lógica pero ¿No crees que se molestará más cuando se entere de que metimos nuestras narices donde no debíamos?—articule un poco nerviosa.

—Sería peor quedarnos de brazos cruzados —opinó él decidido para luego cambiar de expresión a una más pasiva—Ahora, solo quiero panqueques, te veo abajo.

Y con eso se fue.

¿De verdad hacíamos bien en investigar la situación familiar de Damon?

Claro, si quería ganar hacer eso estaba perfecto pero incluso si encontraba una respuesta a su dilema, no hacía más que encontrar el poder que necesitaba para lastimar a Damon, entonces ¿Qué debía hacer?

— ¡Dulce! —El grito de Darren llegó de repente, sobresaltándome —Si no bajas ahora ¡Damon se comerá tus panqueques!

¿Mis panqueques? ¡Mis panqueques!

Rápidamente entré al baño para darme un aseo rápido antes de que robaran mi porción de panqueques que me daban la alegría que necesitaba cada mañana.

Cuando estuve lista, sin parecer un error de la naturaleza, bajé corriendo por las escaleras.

— ¿Por qué la prisa? —La voz de Damon llegó de repente — ¿Acaso estabas desesperada por verme? Dulzura, dormí en tu casa.

— ¿Qué haces aun en mi casa? —Murmuré mientras lo fulminaba con la mirada — ¿No tienes que hacer cosas de idiotas egocéntricos? Como tomarte fotos, dar autógrafos, ya sabes...

El hizo una mueca, negando con la cabeza.

—No me gustan las fotos, ni dar autógrafos —lo vi sonreír maliciosamente —Ni que me digan idiota.

—Es que tienes cara de uno —asentí complacida.

—Oh, querida Julie, aunque tú eres una santa aun no puedo entender como criaste a ese pequeño demonio...—lo oí hablar lleno de dramatismo frente a Julie.

Ella me vio y me reprendió con la mirada.

—Es lo que me pregunto cada mañana —la oí reír mientras me acercaba a ella —No, en realidad, Dulce es una niña encantadora, tomate el tiempo de conocerla y te darás cuenta que es así.

— ¿Conocerla? —Damon negó con una sonrisa —Si paso más tiempo con ella puede que me contagie su locura.

—Tienes razón —Julie le sonrió de regreso —Las locuras de Dulce son contagiosas, una vez me insistió durante una semana para adoptar un caballo.

— ¿Una caballo? —Damon se echó a reír mientras me miraba.

—Sí, buenos días a ti también, nana —besé el cachete de Julie en saludo para regresar a la parte de los asientos junto a la isla —No me avergüences tanto, gracias —susurré.

Ella negó divertida.

Entonces, estando los tres frente a ella, comenzó con la historia.

—Dulce se había obsesionado con traer un caballo a la casa porque disque se quería ir en el a Londres.

— ¿A Londres? —Damon me miró sorprendido y confundido a la vez — ¿Por qué Londres?

Tomé un sorbo de mi jugo tratando de ignorarlo pero por la insistencia de su mirada tuve que responder.

—Era una niña de trece años —bufé cansada —Y habían pasado un programa por la televisión, sobre helados, al final, recomendaron algunos lugares e incluso dieron promoción a una gran copa de helado —sonreí al recordarla —Era muy grande, con muchas bolas de helados y todo tipo de dulces.

—Exactamente, Dulce solo quería un caballo para ir a Londres a comer un helado —la carcajada de Darren resonó en la cocina —Muy lógico viniendo de una Dulce de trece años.

—Cállate —golpee su hombro para que lo hiciera —Aun sigue siendo uno de mis sueños comer esa copa de helado.

Vi de reojo al demonio quien se me había quedado mirando atontado ¿Acaso tenía otro moco? Dios mío, un día de estos moriría por recibir sus intensas miradas.

—Bien, bien, déjenme terminar la historia —pidió Julie entre risas, nosotros asentimos para que continuara —Bueno por lógicas razones, Arthur no le compró el caballo a Dulce pero si le regaló otra mascota, una que creía que Dulce seria capaz de cuidar.

— ¿Un perro? —preguntó Damon interesado.

Julie negó.

— ¿Un gato? —inquirió Darren.

Y Julie volvió a negar.

Me escondí entre mis manos. Esto sería muy humillante, a esa edad a papá no se le podía ocurrir mejor idea que regalarme algo diminuto, no creía en mis capacidades de cuidado porque según era muy... imperativa.

Así que a los trece años, cuando pedí un caballo de regalo, lo que en realidad me regalaron fue...

—Un hámster.

Terminó de anunciar Julie con una gran sonrisa.

— ¿Un hámster? —preguntaron los dos tontos al mismo tiempo.

Ella asintió como si estuviera recordando aquella vez que vi al pequeño roedor.

Bueno, debía admitir que fue el día más feliz de mi niñez. Incluso fuimos al patio, casi se me pierde como tres veces pero, en fin, pequeños detalles.

— ¿Y qué pasó con el hámster?—preguntó Damon. — ¿Por qué no está aquí?

Le di un trago a mi jugo una vez más, tratando de no recordar.

—Se murió.

— ¿Qué? —Gritaron Darren y Damon al unísono — ¿Cómo que se murió?

—Bueno, a Dulce le pareció buena idea invitarle de su helado al pequeño roedor, por obvias razones no tardó en perecer.

—En mi defensa, murió satisfecho.

—Pero...—Darren me miró horrorizado —Asesina de Hámster.

—Dios mío, un pudiste ni cuidar de un hámster —Damon se echó a reír —Ya veo porque tú papá te dio algo pequeño para cuidar.

— ¡Cállate! —Grité avergonzada — ¿Cómo iba a saber yo que estaba mal darle helado a un hámster?

—Bueno, bueno...—Damon paró las risas por un segundo —El diagnóstico del pobre hámster arrojó que murió por una sobredosis de dulzura.

Y con eso, todos se echaron a reír.

Descansa en paz, pato, que sus burlas no lleguen a tus pequeños oídos donde sea que estés.

— ¡Dios! Que dramáticos —susurré poniéndome de pie para ir en dirección a la sala —Gracias por el Desayuno, Julie, aunque te faltó echarle algo a la bebida de Damon.

— ¿Algo? ¿Algo como qué?

—Un poco de cloro, con unas cotitas de ácido.

—Sí, yo también disfruté del desayuno —tragó saliva el mencionado —Gracias por tu hospitalidad, Julie, solo te recomiendo algo, un pequeño consejo.

— ¿Qué consejo?

—Nunca dejes que Dulce toque tu cocina, ese día, morirán muchos, te lo aseguro.

La risa de Julie no tardó en llegar.

—Bien, bien, lo tendré en cuenta.

Una hora después...

— ¡Noooo!

—Eres muy dramática con las cosas pequeñas —dijo Damon a mi costado.

Después de aquella no tan corta charla en el desayuno, nos habíamos sentado en la sala, papá se fue al despacho confiando de que nos compartiríamos bien y aquí estamos.

— ¿QUE SOY DRAMATICA? —Eleve mi voz nuevamente —Me estás diciendo que jamás has montado una maldita bicicleta.

El me miró confundido, como si lo que le dijera no fuera más que una simpleza, una tontería, al final de su inspección de mirada me terminó sonriendo. Tonto.

—Simplemente no lo hice—se encogió de hombros — ¿Es realmente importante?

—Pues claro que lo es...—exclame incrédula — Incluso yo que andaba sola por la vida, he manejado una bicicleta.

—Bueno, gracias por decir que no tengo infancia.

—No digo eso, solo que es algo...

—Mira —me pausó para poder hablar tranquilo —Simplemente que no creo importante manejar en algún momento de mi vida una bendita bicicleta.

—Imagina una invasión zombi y lo primero que tienes a la mano es una bicicleta ¿Cómo huirás?

—Correré, para algo dios me dio dos piernas.

—Eres un tonto, es fundamental que aprendas a conducir una.

—Muchas personas no lo han hecho y yo estoy bien con pertenecer a ese grupito además yo de niño hacia cosas mucho más interesantes.

— ¿Cómo qué?

—Como viajar... —sonrió con vista al vacío, como si recordara algo divertido, sus buenos momentos en familia quizá.

— ¿Viajar? —dije en un susurro, esa palabra daba un impacto fuerte en mi corazón.

—Sí, visité tantos lugares...—rio — Supongo que tú también ¿Algún lugar especial?

Lo mire callada, analizando su pregunta.

—Supones mal —sonreí triste —En realidad ese es mi sueño, jamás salí de esta ciudad de ricos egocéntricos.

—Uy no, soy yo o lo sentí indirecta —dijo Damon fingiendo estar ofendido.

Su cabello se veía revuelto, su polo gris y su short negro se veían un poco arrugados. Ahora que lo observaba más detalladamente me daba cuenta que estábamos muy cerca.

—No es una indirecta solo la verdad —comente en un tono neutro.

Un silencio se apoderó de nosotros, solo por unos segundos hasta que él mismo lo rompió.

—Por favor no actives tu modo llorona —pidió levantándose del sofá y extendiéndome su mano — ¿Quieres venir conmigo?

— ¿A dónde? —pregunte emocionada.

—Lamentablemente no puedo llevarte conmigo a un viaje —sonrió —Pero te prometo que seré el primero en sacarte de esta ciudad.

—Las promesas no se deben romper ¿Estás seguro de poder cumplir eso? —inquirí.

El hizo una mueca, negando.

—Olvidé que yo no hago promesas.

—Bueno...—sonreí poniéndome de pie —Hagamos otro trato.

—Está bien, entonces...—pensó por unos segundos —Yo seré el primero en sacarte de la ciudad, a cambio, tú me enseñas a conducir una bendita bicicleta ¿Trato?

Lo miré impresionada ¿En realidad quería que le enseñara?

—Aceptó —presioné más su mano y la moví muchas veces, llena de emoción.

—No sé qué te emociona más. El hecho de que vas a viajar por primera vez o el que yo sea tu compañía en ese viaje —sonrió con malicia.

—Creo que lo primero —le pegue en el hombro —No te creas la última coca del desierto, querido Damon.

—Lo soy, querida Dulce.

Rodee los ojos por un instante hasta que comprendí sus palabras, maldición, yo siempre razonando después de tiempo.

—Dijiste que querías que te enseñara a manejar una bicicleta —me llevé la mano a la boca, nerviosa — ¿Me lo dijiste cierto?

—Sí, bueno, tu melancolía de las cosas que no pudiste hacer me llenó el corazón —dijo dramático —Así que pienso hacer algo que no hice, quiero ir a montar una bicicleta y como tú eres la experta, te dejo mi aprendizaje en tus manos, solo no te tomes literal eso de "Rómpete una pata", quiero conservar las dos.

Una carcajada resonó en toda la sala, y aquella carcajada fue mía.

— ¿En serio? ¿Tanta desconfianza me tienes?

—Digamos que no confío en tus métodos —sonrió —Pero esta vez, me dejaré llevar así que ¿Puedo confiar en que no me matarás en la primera conducida?

— ¡Sí! confía en mi—asentí emocionada —Vamos a alquilar unas bicis para cumplir con tu sueño, tenemos todo el día después de todo Darren salió a comprarse algunas cosas.

—Ignorare tus insinuaciones de que soy la segunda opción —se hizo el ofendido.

—Bueno, querido amigo ¿Nos vamos?

Luego de la propuesta con Damon, pedí permiso a mi padre, el cual accedió con la mención de mi dichoso amigo. Con él demonio buscamos lugares de alquiler y pudimos encontrar las bicicletas deseadas después de unos minutos. Gracias al internet y algunos contactos de papá, nos dieron pase libre a un lugar que hacia alquiler de bicicletas y lo mejor era que tenía una plaza de entrenamiento y desplazamiento para principiantes.

— ¡Mierda! ¡Demandaré a esa tienda! —se quejó Damon sobre la bicicleta aun detenida.

— ¿Por qué? ¿Por qué no sabes montar una maldita bicicleta? —me burle mientras me impulsaba en la mía y manejaba a su alrededor.

—No —declaró indiferente —Simplemente creo que yo ya no estoy para estas cosas que me hacen perder el tiempo —se bajó de su bicicleta molesto. —Me largo de aquí y que ellos esperen mi demanda.

—Dios mío, el gran Damon Vans, rindiéndose, esto debe ser grabado —detuve mi bicicleta tratando de anímalo —Vamos, una vez más, no cuesta nada intentarlo.

—Mis raspones si cuestan —hizo un puchero lo que me sorprendió al instante, estaba actuando como un niño pequeño —Mi cuerpo se lastima por esta tontería innecesaria.

—Recuerda la invasión zombi —reí —Tú puedes, vamos.

—Esta es la segunda vez que lo intento —bufó —Literalmente, no quiero que mi trasero se quede plano con las caídas, no quiero estar como tú.

Lo miré mal, aun así no pude evitar sonreír, estaba haciendo un escándalo solo por no saber manejar una bicicleta, eso de alguna manera era tierno.

—Bien, si quieres, te empujo o hasta rueditas te pongo —ofrecí a lo que él se negó.

—Eso sería humillarme el doble.

No lo podía creer, Damon se estaba rindiendo tan rápido, esto me decía que incluso un hombre que parece tener todo bajo control tiene ese pequeño lado en el que deja de ser perfecto, como Damon, que es un chico perfecto salvo que le teme a las bicicletas.

Por lo que entendí, si la familia de Damon era muy unida es casi imposible que no le enseñaran a montar una bicicleta, a lo que concluyo que fue Damon quien se alejó de esa actividad.

Vi pasar a más personas con sus respetivas bicicletas, como el local de venta de bicicletas quedaba cerca del parque, que utilizaban para esta actividad, fue perfecto para que comenzáramos a conducir, en especial para Damon.

Unas carcajadas a mi costado me sacaron de mis pensamientos, una pareja iba en una bicicleta, esas que venían a par, se veían muy lindos juntos, ella llevaba el cabello pintado, tenía rayitos de color morado, se le veía muy bonito.

— ¡Hey! —La figura de Damon se apareció frente a mí — ¿Nos vamos?

— ¿Te rendirás tan rápido? —dije un poco molesta.

—No me estoy rindiendo, estoy aceptando la realidad, las bicicletas y yo, no nos llevamos bien.

—No lo sabrás si no lo intentas —insistí — Y ¿si hacemos un trato?

— ¿Qué trato?

—Sé que nuestra relación... —hice una comilla con los dedos respecto a la última palabra —Se basó desde un principio en enfrentamientos, así que el que pierda, en una carrera en bicicleta, se pintará el cabello.

La chica con el cabello morado me dio esa gran idea.

—Me estás diciendo que si pierdo me pintare el cabello. —comentó incrédulo.

—Exacto y si yo pierdo, me pintaré el cabello también.

—Bien... —aceptó, claro que lo haría, a Damon no le gusta perder — ¿Estas lista para perder?

—Te pregunto lo mismo —sonreí confiada.

Solo uno ganaría ¿Verdad?

Y ese ganador tenía que ser yo.

Porque ¿Qué probabilidad tenía una persona que decía no saber conducir una bicicleta a la edad de veinte años? Eso era ridículo, altamente tonto pero beneficioso para mí.

Debía ganar, si o sí.

Darren

Para cuando regrese a casa de mi tío eran las seis de la tarde.

El día se había pasado volando, me sentía un poco culpable por haber dejado a mi prima con aquel idiota de Damon, sabía que no le haría nada más que darle unos golpes de estrés puro.

Cuando entre por la puerta, lo primero que visualice, fue que en la cocina se encontraba mi tío, estaba apoyado de una mano en la gran isla y con la otra se sostenía la cabeza negando, a su costado se encontraba Julie quien negaba con diversión en dirección a la sala.

¿Qué les causaba gracia y estrés al mismo tiempo?

—Tío...—mi llamado quedo en la nada cuando pude notar la fuente de sus reacciones.

Frente a ellos estaba Dulce y Damon con unas sonrisas inocentes, como si no hubieran matado una mosca, todo bien hasta que subías a su rostro y en especial... a sus cabellos.

— ¿Qué mierda hicieron? —grite sorprendido.

Dulce tenía el cabello azul y el idiota iba de color amarillo, como si fueran el día y la noche, esos dos se habían puesto de acuerdo para esta tontería, estaba seguro, aunque sabía muy bien que mi prima había sido quien lo había empezado, eso no detuvo al demonio de seguirla.

Estaban dementes ¿Qué rayos habían hecho con sus perfectos cabellos?

—Hola primito

—Hola Mocoso. 

Continue Reading

You'll Also Like

1.1K 192 52
(+ 18) Toda una vida llena de dudas que Jane Arlet ya había aceptado. Su pasado, repleto de lagunas y cabos sueltos, vuelve a su vida para resolver t...
754K 40.7K 60
/ cliché/ A Brennda le gusta un chico. El popular de la escuela. A Brennda le hacen bullying. El popular de la escuela. Brennda suele llorar por la...
101K 17.2K 44
¿Y si es muy tarde para empezar de cero? Cuando Gia Davies se muda a Nueva York, está huyendo. Se ha dado cuenta de que su carrera no le gusta, su re...
527 74 16
🤩GANADORA DE LA PRIMERA Y SEGUNDA RONDA DEL ONC2024🤩 Sam Corey es un músico británico. En una de sus presentaciones, conoce a alguien que le roba e...