The firstborn | Jujutsu Kais...

By daaisxke

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𝐓𝐅𝐁 (Pausada) | ❝ Un demonio en el útero de una mujer ❞ Por el corto tiempo que el grupillo de hechiceros... More

I
II
III
IV
V
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VII
VIII
IX
X | 𝔪𝔢𝔪𝔬𝔯𝔶
XI
XII
XIII
XIV
XV
𝔈𝔰𝔭𝔢𝔠𝔦𝔞𝔩 𝔡𝔢 𝔖𝔞𝔫 𝔙𝔞𝔩𝔢𝔫𝔱𝔦𝔫
XVI | 𝔪𝔢𝔪𝔬𝔯𝔶
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XIX
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LII | 𝔪𝔢𝔪𝔬𝔯𝔶
LIII | 𝔪𝔢𝔪𝔬𝔯𝔶
LIV

Prólogo

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By daaisxke

La brisa era desagradable, no solo era demasiado cálida y parecía estar sobrecargada, sino que también aventaba el horripilante aroma a podredumbre directo a sus fosas nasales.
Los múltiples cuerpos partidos en más piezas de lo imaginable, la sangre esparcida de una forma atroz por todo el lugar, el alto fuego de las grandes fogatas y las pieles de animales colgadas de las vigas de madera creaban un cóctel repugnante que, aunque lo quisiera de lo más profundo de su ser, era inevitable de ver.
La sangre de múltiples familiares salpicaban sus faldas que hace tan solo algunos minutos eran completamente blancas, impecable, su vestido nuevo ahora estaba manchado en la muerte misma. Los techos de paja de las pequeñas cabañas de su tribu también se encontraban decoradas por los restos de cuerpos, como brazos y piernas, pero lo que le causaba aún más náuseas era el pestilente aroma de la carne humana siendo quemada en algunas fogatas, le provocó un nudo desagradable en la garganta,

La pequeña de cabellera castaña se encontraba allí, en medio de toda la masacre, sus manos sujetaban con fuerza la tela de su nuevo vestido color crema con salpicaduras de sangre viva y cálida, su cuerpo temblaba inimaginablemente lleno de pavor mientras las lágrimas caían por sus mejillas como si tratase de una cascada, sin embargo, no podía emitir sonido alguno, no podía soltar ni siquiera un misero sollozo, y su cuerpo estaba totalmente inmóvil. Lo único que podía hacer era continuar observando la horripilante imagen de la masacre en su mente por toda la eternidad.

Ahora todo era silencio, pasó de ser una agradable noche de canto grupal con sus familiares a las faldas de las fogatas, compartiendo la comida cazada por los bosques y los frutos recolectados del mismo, a el terrible bullicio de los desgarradores gritos de las víctimas, junto a gruñidos y carcajadas de múltiples bestias, para, finalmente, encontrarse todo en total silencio, ni un murmuro.
El cadáver de su madre yacía a tan solo un par de metros de ella, sus ojos se encontraban más abiertos de lo usual, mirándola fijamente llena de pavor, y aunque era totalmente incapaz de hacer movimiento alguno (porque se encontraba totalmente desangrada), aún tenía aquel brillo en sus ojos como si fuera capaz de llegar a ella.
El cadáver del hombre, cónyuge de su madre, se encontraba sobre ella, había caído intentando protegerla. En su mano derecha portaba el gran arco de madera, y las flechas en el estuche de su espalda. El arco con el cual le había enseñado a cazar no sirvió nada más que para alimentarlos.

Las cosas habían ocurrido tan rápido, que la tribu no tuvo ni siquiera tiempo de poder defenderse, ni siquiera correr al bosque.

El total silencio esta vez fue interrumpido. El corazón de la castaña se aceleró creyendo que eran aquellos monstruos viniendo por más, pero poco a poco notó que trataban de pasos de alguna persona, caminaba a sus espaldas y parecía dirigirse a ella. Sus ojos se abrieron más de lo usual cuando una mano fue posada en su hombro izquierdo y otra en su hombro derecho, pero lamentablemente no podía hacer nada al respecto, no podía moverse ni un solo milímetro, simplemente sintió como su respiración se cortaba por unos cuantos segundos.

— Veo que es hora de llevarte a casa —fue una voz masculina, alargaba un tanto sus palabras, era también ronca y grave, parecía usar un tono un tanto perezoso, sin darle demasiada importancia al asunto.

¿Casa? Este era su hogar, entre los bosques, cercano a un río de agua clara y pura, la montaña cercana, con frutos exquisitos y buena caza sin abusar, su ropa hecha con esfuerzo por las ancianas más profesionales de la tribu. Este era su hogar, ¿A dónde iría si no era acá? Incluso con toda su familia masacrada ante ella, frente a sus ojos, ¿Por qué debía abandonar su hogar?
Aún peor ¿Por qué la persona a sus espaldas hablaba con tanta tranquilidad? Como si la traumática escena frente a ellos no existiera.

Un escalofrío le recorrió toda la espina dorsal cuando estuvo consciente de que otras dos manos tomaban su rostro con delicadeza. Dos manos sobre sus hombros, y su rostro acunado entre dos manos. Aún seguía sintiendo solo la figura y presencia de una persona a sus espaldas, pero lo que le causó más atrocidad de la situación, es que cuando aquellas manos se posaron en su rostro, una ola de paz la invadió por completo. Su cuerpo dejó de temblar, y por unos cortos segundos el miedo desapareció.
Vio como el rostro del hombre a sus espaldas se asomaba sobre su cabeza con lentitud, el mayor se inclinaba hacia adelante con cuidado para poder observar el rostro desconocido de la menor.
Aun así, la mirada de la menor estaba totalmente fija en el cadáver de su madre y el hombre de su madre, simplemente no podía alzar la mirada al rostro sobre su cabeza, simplemente no podía girar hacia atrás para tranquilizarse confirmando que trata de dos personas y no solo una la que tomaba su rostro y a la vez apoyaba sus hombros.
No, sus ojos solo observaban los ojos miel de su madre que denotaban total pavor y dolor sin vida alguna.

— Te pareces a tu madre... no creo que hayas sacado demasiado de mí —espetó con tranquilidad, y luego de ello se escuchó una risa leve por parte del hombre—. Tienes suerte, pude haberte confundido con un humano...

La figura tras de ella finalmente se movió. Las manos sobre sus hombros y rostro fueron despojadas, sintió el césped crujiendo tras los pasos del hombre y la figura se posó esta vez junto a ella, se colocó de cuclillas para poder estar a la altura de la menor, y una de sus grandes manos tomo la pequeña y delicada mano de la chiquilla. La analizo de pies a cabeza, luego se fijó en los claros ojos de la castaña, le dedicó una mirada profunda e insistente, esperando que la pequeña se atreviera a mirarlo.
Luego, giró su mirada en busca de lo que la pequeña miraba con tanta intensidad, y finalmente se encontró con el cadáver de la madre de la muchacha, yacía allí, sin vida alguna, y la sonrisa que el hombre conocía había desaparecido totalmente de su rostro, solo expresaba dolor y pavor.
Aún teniendo unos cuantos recuerdos de la mujer, suspiró rodando sus ojos con pereza.

Se levantó, soltó la mano de la menor para poder acariciar su cabellera castaña y sedosa por unos cuantos segundos. Tenía la misma cabellera que su madre, los mismos ojos, la misma tez, y aun cuando las facciones eran un tanto distintas, seguían pareciendo parecidas.
El hombre se volvió a agachar, arrancó una pequeña margarita salpicada en sangre del suelo y la dejó entre los cabellos de la menor para apreciar dicha decoración, y finalmente, sin decir nada, pasó junto a ella con lentitud.

— Los humanos son siempre tan sentimentales —alargó el "tan" mientras poco a poco se iba alejando de la escena a espaldas de la castaña.

El temblor de pavor la volvió a gobernar de pies a cabeza, pero, aún que ella no lo quería así, su cuerpo pareció reaccionar y moverse con una lentitud extrema, sus ojos se desviaron de su madre conforme su cuerpo se giraba hasta mirar a la dirección contraria. Ahora, su mirada estaba fija en el alto hombre de cabellera dorada, era tan rubio que podía llegar a creer que su cabello era blanco, llegaba hasta la altura de su cintura y era totalmente lacio, la mitad de su cabello hacia arriba tomado en un moño, cruzado con algunos palillos de bambú. Vestía un tradicional Kimono de un color rosa demasiado tenue, este en realidad parecía ser del estilo femenino.

— Vamos a casa... no tengo demasiada paciencia con los niños, para que lo tengas en mente —comentó el hombre, como si supiera que la menor estaba demasiado concentrada analizándolo en vez de seguirlo como se debe.

Alzó una mano en el aire, sus brazos fuertes y marcados, con múltiples líneas negras, sus largas y puntiagudas uñas negras le causaron pavor a la muchacha, totalmente diferente a la sensación de cuando fue sujetada por el hombre.
El desconocido hizo un leve y despreocupado ademán con sus dedos, indicando así que la menor se apresura en llegar a él.

No quería dejar su hogar, mucho menos de esta forma. No quería dejar el cadáver de su madre a sus espaldas, quien aún parecía observarla fijamente. Pero estaba asustada de que aquellas bestias volvieran a su tribu y terminarán por destruir todo, sus hogares y sus reservas, como si dejarla viva después de ver tal ataque no fuera suficiente. Estaba asustada de todo ello, y aún más del desconocido que le daba la espalda y la llamaba, pero ¿Qué otra opción le quedaba? Lo que había aprendido de su tribu para sobrevivir por su cuenta en las montañas aún era demasiado poco, sobre todo para su edad.

Pero antes de que pudiera pensar en una opción viable, su cuerpo reaccionó en su contra, sus pasos lentos, temblorosos y sigilosos se dirigieron hacia el desconocido, como si estuviera procurando no ser atrapada de alguna maldad. Terminó junto a él, y aun así no pudo alzar la mirada para observar el rostro del desconocido. El brazo del hombre que anteriormente estaba en alto esperando que la muchacha llegara a su lado, ahora bajó hacia ella extendiéndole una de sus grandes manos, esperando que esta captará la idea y la tomara.
La castaña tardó, pues en realidad el pavor le impedía pensar con claridad, su mano izquierda se alzó temblorosamente hacia el desconocido, sujetó esta con cuidado, la analizó detalladamente, su mano era probablemente el triple de grande que la suya, dedos largos y delgados con aquellas uñas puntiagudas y totalmente negras.

Nuevamente escucho una leve risilla por parte del mayor, pues no estaba cautivado por el pavor de la muchacha, sino que le causaba algo de gracia.
Echó a andar, sus pasos eran lentos, pero aun así rápidos para la menor.
La castaña alzó una mano a su rostro, limpio el camino de lágrimas cuando estas finalmente se detuvieron al tomar la mano del desconocido, y luego pasó el dorso de su mano húmeda por su vestido.
Su cuerpo dejó de temblar poco a poco, mientras su mirada se fijaba en el denso y oscuro bosque junto al desconocido que parecía dispuesto a sacarla de aquel infierno.

— Todo estará bien... —musitó él, aunque en realidad aquello no lo tenía asegurado, para nada, es más, no tenía ni la menor idea de por qué decidió llevarse a diminuta y semejante escoria mitad humana—. Papá se hará cargo.







TW. Se puede llegar a mencionar drogas lícitas e ilícitas, violencia, vocabulario vulgar, muerte y armas, violencia con mención a la sangre y entre otros.

Leer bajo tu propia responsabilidad.

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Playlist Spotify : daaisxke ෴
"ryomen yashiro, one more religion"

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Prohibida la copia parcial o entera, fotocopia, producción, traducción, adaptación o cualquier cosa que pueda infringir los derechos de autor.

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Si bien los personajes están basados (superficialmente) en Jujutsu Kaisen, manga perteneciente a Gege Akutami.
Pero esta es una historia (fanfic) original, por ende, puede que varios detalles, como la descripción física de los personajes, o el orden de ciertos acontecimientos, no coincidan.

Todos los derechos reservados. ©

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