Neko Corporation - Nomin

By Milkyzens

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Neko significa gato. Neko corporation es una organización creadora de los mejores juguetes sexuales del mundo... More

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e x t r a
e p í l o g o
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By Milkyzens


-Y me fui de allí.-

Jeno terminó de explicarle la situación a su madre, él variaba mucho sus expresiones mientras narraba, aunque para Yoona era común toda mueca proveniente de su hijo. Jeno no se dejaba doblegar por nadie o al menos por nadie que no tuviera un par de orejas de gato, una cola, cuerpo de niño y responda al nombre de Jaemin.

- O sea que te pudieron hasta matar por enfrentarte de esa forma a ese señor ¿Me estás hablando en serio, Lee Jeno?-

- Sí, mamá, pero ¡Vamos! Estar en peligro ya es algo que me pasa todos los días.-

Dejando que su madre se tome el tiempo para procesar absolutamente todo lo que le había contado, Jeno se giró sobre su lugar y admiró como su pequeño jugaba con Gowon y Yeeun.

Después de dos largas noches en las que Jeno no pegó un ojo, imaginando que quizás muy pronto el idiota ese de Kun le caería con una sorpresa, decidió que lo mejor era alejarse de su casa de playa, ahora que Taeyeon conocía su ubicación.

De acuerdo, era un completo idiota por haber dejado que esa mujer conociera el lugar sin antes tener una conversación profunda con Kun, pero ya estaba pagando por su idiotez. Ahora su nidito de amor que compartía con Jaemin se había vuelto el lugar más peligroso en toda la ciudad. Así que al final terminó volviéndose con su madre, eso al menos hasta pensar que otra cosa podía hacer.

- ¿Qué harás ahora que no tienes la ayuda de Taeyeon para los chequeos de Jaemin? Jeno, ella me ha estado llamando preocupada ¿No crees que vengan a buscarte aquí?-

- Es lo más probable, por eso no es permanente, mamá, solo hasta conseguir un mejor lugar donde quedarnos. Y sobre los chequeos, ya sé que Jaemin tendrá que ser intervenido en más o menos cuatro semanas, después... La cesárea... ¡No lo sé, má! No es tan simple como parece, cuando algo me da miedo, tiendo a huir y aunque deba cambiar, no cambiaré en esto. Pueden quitarme a Jaemin si me continúo quedando en manos de esa señora y de ese viejo loco.-

- Entonces me estás diciendo que de nuevo fue tu instinto el que actuó ¿Verdad?- Jeno afirmó, resignado. Él no era un niño, ya tenía más de dieciocho años, pero de verdad esperaba que su madre tenga una respuesta para su problema. - Sabes muy bien que yo puedo encargarme de la cesárea, pero necesito más manos, Jeno, no es una operación cualquiera, un mal cálculo y algo malo podía salir de todo esto.-

- ¿Qué estás insinuando?-

- Hablemos con Taeyeon.-

- ¡Claro que no, mamá!-

- Mira, Jeno, piensa un poco las cosas, aún tienes cuatro semanas antes de que llegue la hora, pero también intenta considerar que por el hecho de que ese viejo loco haya querido hacer eso, no quiere decir que Taeyeon esté enterada de cómo son las cosas. Ella jamás aceptaría que te separen de Jaemin como a ella "la separaron" - Yoona usó las comillas con los dedos para este punto. - de su hijo. Considéralo, si me contaste que les tiene tanto amor a todos los niños de ese lugar, no es una mala mujer. Ella sigue órdenes, como tú, como yo. Mira, ahora me vienes a contar tú que hasta en el hospital donde he trabajado prácticamente toda mi vida, es probable que hayan raptado niños en algún punto de mi carrera y yo ni siquiera estaba enterada. No culpes a los peones, culpa a quien los controla. Te conozco, Jeno, nunca juzgarás a alguien sin tener las pruebas suficientes. Eres mi hijo, al fin y al cabo. - Yoona colocó una mano sobre el hombro del castaño antes de dejar un beso en su frente, caminando de nuevo en dirección a sus hijas, explicándoles que por unos días Jaemin y Jeno estarían de visita.

【·。ʚ🥛ɞ。·】

Las siguientes dos semanas pasaron tan rápido que Jeno ni siquiera las vio venir. Faltaban menos de veinte días para que Jaemin le entregara un hermoso pequeño y su niño no podía ser más mimado de lo que ya era. Las primeras noches Jeno no había pegado el ojo, pensando que quizás podían ir a buscar a Jaemin en cualquier segundo, aunque después empezó a dormir con tranquilidad y luego descubrió que la casa de su familia se había vuelto su nuevo hogar. Él y su bebé no podían estar más cómodos.

Sus hermanos tomaron muy bien la noticia, incluso los bebés parecían sentir a su hijo, porque no dejaban de corretear a Jaemin entre gateos y risas ruidosas de su pequeño de rizos. Dodo, Eric, Yeeun y Gowon se encargaban de mimarlo como si fuera un pequeño recién nacido, incluso más que a sus hermanos bebés. Ellos solo tenían ojos para Jaemin y su futuro hijo, diciéndole nombres todo el tiempo, al final parecía que el nuevo Lee iba a tener más de quince nombres con todo lo que se les ocurría a las pequeños.

- Chicos, ya les dije que basta, lo sacuden mucho. - Jeno tomó entre sus brazos a su pequeño, alejándolo de sus hermanos menores, observando el puchero que se formó en los labios de los cuatro. Jaemin al instante enredó sus piernas alrededor del cuerpo de Jeno y le dio un suave beso, maullándole, diciéndole que no se preocupara, que él se sentía muy bien. Jeno aún no comprendía cómo, pero cada día podía entender un poquito más a su minino, sin la necesidad de que este hable.

- ¡Queremos ir al bosque con él! - Dijo Yeeun, aunque al instante su voz bajó a un tono mucho más dulce, tratando de convencer a su hermano mayor. - ¿Podemos? -

- No, nena, Jaemin tiene que comer ahora.-

Después de que sus hermanos suspiraron con resignación, Jeno llevó a su pequeño a la habitación que compartían, recostándolo y colocándose a su lado, mientras admiraba el voluptuoso vientre de su niño, había crecido tanto.

- ¿Te duele algo, mi amor?-

No era cierto que Jaemin tenía que tomar su biberón, además de que apenas habían pasado dos largas horas desde la hora del almuerzo, pero sus hermanos le quitaban muchos tiempos con su bebé y al final, solo tenían las noches juntos, minutos antes de que Jaemin quede completamente rendido del cansancio y se acurruque en su pecho.

Jeno suspiró, no podía creer que sentía celos de sus hermanos, ese era un nuevo nivel de posesión, pero todo se le olvidó cuando vio a Jaemin negar con la cabeza, mostrándole esa adorable sonrisa de siempre, meneando las orejas mientras acercaba más su cuerpo al de Jeno.

- Eso es bueno, mi vida. - Llevó una de sus manos a la mejilla del pequeño y este al instante cerró los ojos, entregándose a la dulce caricia, soltando un dulce gemido que no pasó desapercibido por el mayor. - ¿Está despierto?-

Jaemin se puso serio y bajó su miradita a su abdomen, pasando sus manos por este, colocándolas ambas sobre su vientre para respirar profundo, mientras Jeno lo observaba atento, sin decir absolutamente nada. Las expresiones llenas de gestos de su Jaemin siempre lo tenían completamente embobado, dispuesto a verlo por días completos si se pudiera.

Jaemin suspiró y negó con la cabeza, regalándole una dulce sonrisa, Jeno entonces se estiró para atrapar sus labios, colocándose poco a poco sobre el cuerpo del más pequeño.

El minino se estremeció cuando una de las piernas de Jeno quedó justo entre las suyas, sintiendo como la rodilla del mayor empujaba hacía arriba, rozando toscamente su entrepierna. Llevándolo a cubrir su boca cuando otro gemido mucho más alto escapó de esta, rompiendo el beso debido a ese delicioso sonido debía ser oído por sus oídos.

- Estás sensible, mi niño. - Jaemin sintió su rostro enrojecer, asintiendo suavemente con la cabeza, acomodándose mejor en la cama, mientras la punta de la nariz de Jeno no dejaba de acariciarle cada pequeño rincón de su bonito y suave rostro. -¿Extrañas que te haga mío, amor?-

Jeno y Jaemin no habían dejado de hacer el amor a pesar del embarazo, no era tanto el tiempo que llevaban el uno sin el otro. Sin embargo, algo había cambiado desde hace semana y media, más o menos, Jaemin empezó a sentir con más frecuencia a su pequeño bebé, incluso cuando hacía el amor con Jeno, lo sentía moverse y eso le avergonzaba. Una vez se negó a hacer el amor con el mayor y de no ser porque Jeno notó la mirada llena de inseguridad, inocencia y excitación en su pequeño, hubiera entrado en una crisis existencial por temor a pensar que su bebé ya no lo deseaba de esa manera.

Después de muchísimas señales, Jeno comprendió la razón por la cual Jaemin no quería acostarse con él. El pequeño sintió vergüenza y no quería hacer esas cosas. Entendió y de hecho le pareció algo demasiado tierno, aunque disminuiría mucho sus encuentros sexuales porque su bebé parecía un jugador de fútbol pateando una y otra vez a su infantil papá.

Jaemin soltó un gemido cuando los dedos de Jeno tironearon sobre su pezón, devolviéndolo a la realidad. Quería tener a Jeno consigo e incluso la boca se le secó al mayor cuando sin previo aviso, Jaemin se empezó a quitar su ropa, abriéndose de piernas para él.

- Mierda, Jaemin. - Jeno gruñó, admirando el cuerpo desnudo de su pequeño, esperaba que Jaemin no tuviera inseguridad alguna sobre su cuerpo ligeramente cambiado, porque aún con esa pancita ya notable, para Jeno su minino seguía siendo igual de adorable y sexy, eso definitivamente nunca cambiaría. - Eres tan perfecto, bebé. - Besó sus labios, colocando cada una de las piernas de su niño a los lados de su cuerpo, empezando a desvestirse también. No tenían tiempo que perder y si su hijo despertaba, esperaba tener tan hundido en el placer a Jaemin como para que no lo detenga.

- Jen... - Jaemin gimió solo de observar el erecto pene del pelinegro, estremeciéndome después. Lo quería tanto en su interior haciéndole el amor, estaba rogando mentalmente porque el pequeño Jeno siguiera durmiendo, él no debía escuchar o sentir a sus padres jugando de esa manera, eso estaba mal ¿Por qué? No sabía, pero él pensaba que estaba mal. - Ahm. - Mordió su labio inferior cuando la polla palpitante de Jeno se colocó en posición, rozando su entrada, lubricándola con las gotas de presemen que se escurrían desde la cabeza del ancho miembro.

- Po-Por favor. - Insistió el minino, moviendo sus caderas impaciente, ganándose una risita por parte del mayor.

- ¡Jeno!-

Ambos escucharon la voz aguda de Yoona y un gemido de susto escapó de los labios de Jaemin, quien al instante pasó a cubrirse la boca, mirando asustado a Jeno. Empezó a cerrar sus piernas muy lentamente, dándole tiempo a Jeno para que se levante y se vista, cuando, en un rápido movimiento, Jeno colocó sus manos sobre los muslos del pequeño, abriéndolo para él y hundiéndose en su interior de una sola embestida.

- ¡Oh! - Jaemin sintió su cosita querer estallar y como unas lágrimas se formaban en sus ojos. Dolió, pero mayor fue el placer al sentirse completamente lleno de nuevo. La voz no salía de su garganta, incluso cuando estuvo a punto de gemir, entreabriendo sus pequeños ojos avellanas, tratando de encontrar respuestas en el rostro del mayor.

Jeno se inclinó hacia adelante, pasando sensualmente su lengua por el dulce cuello del pequeño, disfrutando de otro estremecimiento, sintiendo su miembro ser estrujado por las paredes de Jaemin con tanta intensidad. Quería moverse, quería hacer suyo a su niño y ni la voz de su madre o que viniera el mismo papa en ese instante lo iba a detener.

- No hagas ruido.- Le ordenó. Jaemin iba a reprochar, pero no tuvo tiempo alguno, las embestidas empezaron, y su cuerpo se entregó por completo, como absolutamente siempre hacía, dejándose llevar por los movimientos del mayor. - ¡¿Qué pasa, mamá?!-

- Llevaré a Doyoung de compras, te quedas a cargo.-

Jaemin no entendía la razón, no quiso saberla tampoco, pero la excitación en su cuerpo y en todo su ser aumentó de saber que Yoona estaba a solo una puerta de distancia. Presionó sus manos contra sus labios, sin importarle si se arañaba la cara, no debía gemir, mientras su cuerpo se entregaba al de Jeno y la cama empezaba a rechinar por el hambriento vaivén de las embestidas taladrando su pequeño agujero. Jaemin quería besar a Jeno, deseaba callarse y callarlo con sus labios, pero sabía que Jeno no podía inclinarse hacia adelante o aplastaría al pequeño Jeno y ambos debían cuidar al pequeño Jeno.

- ¡De acuerdo! - La ronca voz de Jeno hizo gemir a Jaemin, más aún cuando Jeno cambió el ángulo de las penetraciones. Fuerte, constante, profundo. El pequeño y sensible cuerpo de Jaemin se movía al ritmo que el mayor marcaba. Jaemin volvió a gemir, las manos de Jeno habían bajado a presionar sus pequeñas nalgas, separándolas, estirando más su agujero para que su miembro entrara más y más profundo a cada embestida.

-¡Ah! - Apenas la puerta de la calle se cerró, Jaemin apartó sus manos y gimió, gimió a todo lo que daba su voz, dejando que sea la espuma la que lo callara si es que aún había alguien más en la casa, porque no podía, simplemente no podía con tanto.

- Es tu culpa.- Gruñó Jeno, observando las orejitas de su pequeño moverse a ritmo de todo su cuerpo siendo embestido con persistencia, mostrando una media sonrisa, aunque no estuvo seguro de si Jaemin pudo verla o no. - Te voy a hacer mío todo el día, bebé.-

- ¡Jen! Ah... Jen.-

Golpeó profundamente y Jaemin vio todo blanco, una lágrima escapó de su mejilla mientras Jeno empujó una y otra vez contra su próstata, llevándolo al cielo, a donde sea, el menor solo sabía que tanto placer no era algo de este mundo.

Su esencia se derramó desde la cabeza de su pene, manchando su abultado vientre, gimiendo con necesidad cuando Jeno continuó empujando contra él hasta llenarlo.

Y quizás después de eso también.

                       【·。ʚ🥛ɞ。·】

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