A Dean le temblaban las manos, todo lo negativo pasó a segundo plano, sólo quedaba ansiedad, pura y neta ansiedad que lo carcomía a cada paso que daba.
Lo escuchaba tan claro como los latidos de su corazón, no lo llevaron al quirófano, sino a un cuarto que parecía mucho menos escalofriante que ese lugar a media luz. Al menos el llanto se había transformado en suaves quejas y arrullos.
El suspiro que dio antes de abrir la puerta, pretendía aliviar sus miedos ya que estos no entrarían con él. La luz de las ventanas era suficiente como para no subir el interruptor, la fresca y húmeda mañana daba un aura mágica a la escena frente a él.
Cass respiraba lenta y profundamente recostado de lado en la ancha camilla, su agotamiento lo llevaba a entreabrir los ojos cuando percibió la presencia de su esposo quien no podía evitar derretirse con los ojos azules que lo seguían mientras rodeaba a pasos lentos para llegar al lugar donde el omega ocultaba algo.
Los brazos de Castiel rodeaban un bulto que se movía entre mantas térmicas, muy pegado a su cuerpo pero sin llegar a asfixiarlo, esto era necesario, les habían dicho, después de todo, un recién nacido necesitaba mucho calor.
Dean hizo una pregunta silenciosa por medio del vínculo, la respuesta fue un asentimiento con una sonrisa cansada plasmada en su rostro; levantó uno de sus brazos y el alfa retiro la mantilla blanca.
Tan pequeño que parecía irreal, la piel rosada se veía brillante y las pequeñas manos empezaron a moverse más al sentirse expuesto, un par de quejas rompieron el silencio de la habitación pero no la atmósfera. Lo que el rubio no espero era la conexión, un tema del que solo sabía lo que decían en general a los jóvenes en las escuelas, algo que su padre jamás se molestó en explicarle, aquel momento en el que el alfa primitivo dentro de él, reconocería para siempre el olor de su cachorro.
Le temblaron las piernas y no pudo evitar arrodillarse para verlo de cerca, estiró su mano sin saber dónde acariciarlo.
—Cass— Su voz se quebró.
—Es niño—Susurro.
Dean sonrió.
—Se ve muy frágil—Expreso con ansias.
—Acaba de nacer hace unos minutos—Respondió con ese tono de inocente obviedad.
El pequeño se frotó el rostro, bostezo y sus ojos se abrieron mirando directamente al rostro de aquel extraño.
—Son azules— Pero más oscuros que los de Castiel
El pequeño torció levemente el rostro como si tratara de reconocer la voz, era papá.
—Cambiaran de color—La voz desde la puerta llamó la atención—Así que no se acostumbren—House cojeo hasta el pie de la cama donde tomó la ficha del paciente y agregó una nueva.
Después del trauma y confusión de Dean, fue natural gruñir con su voz de alfa en advertencia al médico que lo sacó del quirófano.
—Guarda los dientes tigre. Tengo 4 miligramos de Lorazepam en el bolsillo y no son para tu omega—
—Tranquilízate—El pulso que sintió a través del vínculo lo retuvo.
—¿Qué sucedió allá? — Exigió saber mientras acercaba una silla para sentarse.
El beta exagero su mueca pensativa
—¿Antes o después de que entraras en pánico como una niñita? —Recibió un ruido gutural en respuesta—Practicamos una episiotomía porque el hombro de tu hijo se atascó y el cordón alrededor de su cuello no ayudó ¿Feliz papá? —
El alfa frunció el ceño algo pensativo, se preguntaría si era ese acaso otro nombre para "cesaría".
—Le recetaremos analgésicos y ungüentos, los puntos desaparecerán pero no intenten hacer otro hijo pronto, estará bien en unos 100 días—
—¿100 días? —
House hizo contacto visual con Castiel.
—¿Siempre es así de lento?—
El alfa entrecerró los ojos indignado, pero no espero ver a su esposo asintiendo.
—Oye—
Hasta el cachorro se quejó, el omega acercó su mano para calmarlo a la vez que le lanzaba una mirada severa a su marido. Este asumió que se trataba del volumen de su voz.
—Hable en cristiano doc.—Cuestiono de vuelta al médico.
House medito sus opciones y decidió que sería más divertido ir a molestar a Cuddy antes que darle una clase de procedimientos médicos al mecánico.
—Mami te lo explicara—Giro su bastón en el aire e hizo su maravillosa salida.
Dean bufo mirando la puerta cerrada.
—No entiendo cómo es que lograste que te hiciera el prenatal ¿Por qué te agrada en primer lugar?—Bajo la vista al ruido del bebé, parecía tan concentrado en llamar su atención levantando los brazos al azar, incluso llego a ver un poco de sus piernas—Tampoco te agrada ¿Verdad Junior? Tu madre no me dejará sin sexo tanto tiempo—Levantó la vista, la crudeza en el rostro de su esposo le hizo pasar la advertencia por toda su espalda.
—Acabó de parir ¿Y ya quieres otro? —Ahora que hablaba en un tono más alto, su voz sonaba excepcionalmente ronca.
—Ah yo... No... es lo que... —Balbuceo no muy seguro de cuál era la respuesta correcta.
—Me duele el solo acto de respirar y solo Dios sabe si podré sentarme de nuevo, usted Dean Winchester no está tocándome en 100 días—
—Si cariño—
—Bien—
Tan rápido como vino, el humor del omega cambió junto con su olor, como si la atmósfera suave se intensificará transformando el sabor a manzana en un pie recién horneado, se tomaron su tiempo para disfrutar de los matices que el embarazo provocaba y que desaparecería en unos días.
Luego, el paciente frunció el ceño como si se concentrara en algo.
—Cárgalo—
—¿Ah? —
—Levántalo, él quiere que lo hagas—
El alfa trago, no es que no supiera como, era el hecho de que ahora podía hacerlo, ya no eran solo Dean y Castiel, había alguien en medio.
Con suavidad pasó su brazo bajo la cabeza del chachorro y con el otro, rodeo por encima a las mantas, era increíble lo cálido que se sentía. Lo acomodo bien en su agarre y se irguió para deambular por la amplia habitación.
—Hola—Inhalo profundamente, el fuerte olor a bebe recién nacido encendía en él una nueva sensación, ese vínculo nuevo, extraño y maravilloso que se daba en miembros de una manada, padre e hijo entablaban su primer intercambio.
—Vaya momento que escogiste, nos diste un gran susto—Apenas se recordaba cubierto de lodo arrastrándose para salir del Impala bien metido en una zanja.
—Pero no serias mi hijo si no fueras problemático— Después lloriquearía en el regazo de su pareja por todo el daño hecho a la carrocería.
El pequeño daba pequeños gritos y balbuceos como respuestas.
—Ten paciencia, Cass y yo apenas nos casamos y es difícil adaptarnos. Pero yo lo amo—El vínculo con su pareja vibró transmitiendo paz, el omega estaba dormido, quieto y relajado, era claro que se lo merecía. Dean se acercó y con una mano tapó el brazo descubierto y se inclinó para dar un suave beso en la frente, estaba muy orgulloso.
—Tu madre es sorprendente—
La puerta se abrió y cerró con rapidez, Gabriel suspiro mientras miraba alrededor.
—Genial, creí que me equivocaría de habitación—Se aliso la chaqueta.
—¿Podrías bajar la voz? ¿Qué haces aquí? — Ambos le dieron una rápida mirada a la camilla.
—¿Cómo que "que hago aquí"? Conocer a mi sobrino, por supuesto—De puntillas se asomó al bulto entre mantillas hasta que el padre lo repelió con recelo— ¿Es en serio? Yo estuve aquí cuando tú jugabas a las carreritas—
Su cuñado no era una flor de alelí a sus ojos, pero cuido de su esposo cuando él no podía y además, había tomado un papel crucial en el momento oportuno, lo supo en cuanto mencionó los llantos de su hijo minutos antes.
—Ok— Inseguro, le extendió con cuidado al bebé.
Por lo general la primera opción para un omega era dar a luz en el nido, un lugar seguro y construido especialmente para ese momento, actualmente se le permitía al omega crear uno el día antes de un parto programado en un hospital, pero para una emergencia no era nada plausible, así que la segunda opción era el círculo de protección creado en base a las feromonas del alfa o un familiar muy cercano, o ambos. Era importante ya que reducía casi al 100% la posibilidad de complicaciones en el sistema hormonal híper sensible de un omega parturiento.
Alrededor de esto se habían creado múltiples creencias de sentido emocional que Naomi conocía letra por letra. Ese vínculo era lo único que evitaba que Dean hubiera golpeado a su cuñado apenas puso un pie en el espacio privado.
Pensaba en esto mientras Gabriel balbuceaba cosas a un bebé asombrado por el rostro nuevo.
—¿Cómo es que entraste? — Preguntó el alfa.
—No fue fácil. Sam empezó a anunciar a todo mundo que Junior nació y enloquecieron—Reacomodo el cuerpecito—Mi madre se moría por entrar—
Dean asintió, no era difícil imaginárselo.
—Perdona a tu abuela, ella está loca— Murmuro al cachorro en sus brazos—Me está odiando ahora mismo pero sé que lo superará—
—No parecía de las abuelas sentimentales—Ningún Winchester jamás llegaría a imaginar a esa alfa como una mujer amorosa.
—No lo es, pero si supersticiosa. Cuando nacimos, siempre se aseguraba de que ella fuera la única en tenernos durante las primeras 24 horas—
—Que irónico—
—Por una vez estamos de acuerdo en algo—
El rubio se preguntó si Mary también esperaba algo así.
Unos 20 minutos después, una enfermera beta trajo una cuna donde colocaron a junior y su ficha de paciente.
Cuando Gabriel se fue, asegurando que volvería, finalmente la barrera de privacidad se disolvía, ahora podrían recibir visitas aunque sea en par.
Naomi casi pisa a la enfermera cuando entró a la habitación, joven Winchester señaló con la mirada a la rubia para que Chuck la mantuviera tranquila y se sorprendió de ver al alfa mayor Novak entrar con ellos.
Era impresionante lo maravillada que Naomi lucia, según Miguel, contemplaba al bebé como si tuviera sentimientos maternos reales, o eso susurro con complicidad a su padre, ambos parados a centímetros de la cuna antes de que el abuelo intentara acercarse con cuidado para tocar al cachorro. Lo observó con calma y mientras su esposa balbuceaba tonterías sobre su nieto, musito un extraño y sugerente "Tu no", seguido de un encogimiento de hombros y una sonrisa.
Dean estaba a punto de preguntar pero su suegra intentó levantar al cachorro. Hasta ese momento el bebé sólo miraba atentamente los rostros en silencio, un poco tenso por la presencia de su abuela pero relajado por el aroma a miel que era peculiarmente dulce para una alfa. Aun así, no quería ser sostenido por ella por lo que soltó un quejido que casi levanta a Castiel.
—Señora Novak, déjelo—Pidió el joven padre contenido en voz baja. Ella observó a su marido buscando apoyo.
—Va a llorar—Chuck confirmo.
La rubia apretó los labios y decidió no pelear cuando el pequeño amenazó de nuevo, sintió a su hijo removiéndose en la camilla, estaba consternada pero no menos emocionada. Lo acomodo de nuevo en la cuna, suspiro y más calmada de lo que nunca la vio, se giró hacia su yerno. Lo tomó del codo y lo alejo mientras Miguel tomaba su lugar.
—Felicidades—Farfullo.
—Gracias—
—Ahora que nació mi nieto, pienso que no es correcto que vivan en el departamento de Gabriel—
Dean levanto una ceja.
—No me malentiendas, se ha donde fuiste antes de venir aquí—
Era aterrador pensar que Naomi los tenía vigilados de esa manera.
—¿A dónde quiere llegar? —
Ella levantó el brazo hacia su hijo mayor y este le entregó el maletín que cargaba desde hace horas.
Fueron a la mesa junto a la cama de Castiel y ella esculco entre algunos folios.
—Toma— Evito el contacto visual.
Dudoso y desconfiado, el alfa mantenía una mirada seria al abrir el documento. Lo primero que llegó a su vista fueron un par de fotos y luego un formulario con sellos al pie de página, unos planos en escala 1:200, papeles con un millón de letras y al final un documento titular.
—¿Esto qué significa? —Reaccionó un poco alterado, gracias al cielo su omega sólo transmitió una leve molestia hacia su vínculo.
—Es una casa—La alfa se cruzó de brazos, se consideraba demasiado decente para usar el "Duhh".
Por supuesto que lo era, una pequeña y si no se equivocaba, cerca al taller donde solicito el empleo, a nombre de Castiel y Dean.
Tuvo que respirar profundo, si algo le había enseñado todos esos meses de pleitos, era que primero debía preguntar.
—¿Porque? —
—Ya te lo dije... —
—No, ese es un "¿Para qué?". Yo le pregunto ¿Porque? Siempre me dejo muy claro que no soy bienvenido en su familia—
Naomi apretó la mandíbula.
—Acéptalo y ya— Intento voltearse pero chocó con el pecho de Miguel.
—¿Le acabas de dar la casa en Bonner Springs? —Aunque susurraba, era obvio que estaba anonadado. Aunque contenía su aroma con éxito, los toques de cedrón condimentaban cierto enfado en su humor.
—Si— Directa y simple, fue de nuevo hacia la cuna, se inclinó dándole un beso al bebé y tomó del brazo a Chuck para retirarse. Todo mientras Dean esperaba a que su cuñado reaccionara.
—Hey—No estaba seguro de que más decir, pero no hizo falta, el contrario se encaró a su madre.
—¿Porque?— Contuvo la ira de su voz con la esperanza de no hacer una escena dentro de la habitación de su hermano. La alfa miro la mano que la sostenía del codo y se zafó sin perder contacto visual.
—Encontré tus resultados del doctor—
Joder, Dean podía sentir los matices picantes del aroma de Miguel, no importaba a que se estuvieran refiriendo pero ver a ese pomposo presumido sudar era la cereza de su pastel.
Chuck jalo levemente a su esposa y señalo a su hijo para salir.
5:45 am
Los siguientes fueron Bobby y Jody; Jo y Hellen, quien en algún momento condujo hasta el hospital; todos dejando sobre uno de los sofás sus obsequios. Garth y Benny tomarían el turno para conocer al bebe.
Garth Fitzgeralt era un alfa delgado y dulce, solía engañar con su apariencia a otros que intentaban meterse con él en bares, pero según Sam, él tenía el mejor gancho del que fue testigo.
—Se ve tan pequeño y... —
—... Y suave— Comentaron a ambos lados de la cuna. Pará entonces, el cachorro bostezaba y olfateaba cada que veía un rostro nuevo.
—¿Castiel te convenció con sus nombres religiosos? — Benny sacó de su bolsillo su celular para tomar fotos. El alfa chasqueo la boca con una leve sonrisa, recordaba perfectamente esa conversación "No Cass, no llamare a mi hijo Amenadiel"
Por supuesto la mayoría de las amistades sugirieron nombres que giraron como opciones en la libreta donde el omega escribía sus pendientes: Steve, James, Linda, Richard, Ruth, Isabel, Raquel,etc. La mayoría pensaba que tendrían una niña.
Fitzgeralt levantó distraídamente la ficha del niño, su risa murió antes de ver con ojos entornados al alfa con la cámara.
—Wow—
Benny enarcó una ceja al distinguir el leve cambio de humor, lo que sea que pasara se debía a la tabla que arrebato de las manos al más delgado. Apenas leyó, se giró hacia su mejor amigo perplejo y impresionado a partes iguales, Dean distinguió la pregunta en sus ojos.
—Lo hablamos con Cass—Tomo la mano del omega por sobre la manta—Lo consideramos justo, ya que le salvaste la vida—
"Benjamín Isaac Winchester"
—Genial, yo también nombraría a mi hijo como su héroe— Garth rodeo la cuna y dio unas palmadas en la espalda a Laffite.
—¿Y si era niña?— Preguntó.
—Sugerí Elizabeth . Pero él estaba sospechosamente seguro de que sería niño—Señalo a la camilla.
—Genial, págame—
Benny saco su billetera regañando al otro con la mirada por hacer este intercambio frente al padre en cuestión.
Charlie entró con Becky, la primera fue directo hacia la cuna, pero la segunda casi corre a despertar al omega, Dean no estaba enterado del ofrecimiento voluntario de la beta para tomar las fotos del álbum familiar, tuvo que hacer uso de toda su paciencia para no arrojar la cámara por la ventana después de la décima foto. Esta vez vio como el niño estiraba sus brazos hacia las chicas, la rubia se adelantó a la pelirroja para acunar al niño en sus brazos.
El pequeño traidor se durmió con Becky.
De acuerdo, no más visitas.
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¡He vuelto!
Estos días el fic oscilaba entre 36 y 38 páginas. Pero al fin pude darle un final y ahora son 42 páginas, sin contar un posible pequeño extra que quizás sea necesario, pero eso depende de ustedes. Si todo queda claro, no hará falta.
¡Espero les guste!
Adiós :3
Nota.- Perdón por la persona que quería que fuera Jack, pero según la página de Facebook, Jack es el último de los 7 y ya todo estaba planeado para que fuera Ben. ¡Pero gracias por tu entusiasmo! Me alegra el día.