Había quedado con Cassandra de pasar por su casa y hacer una noche de chicas. Por más que quiera mantenerme un tanto alejada se trata de mi mejor amiga, ella está mal y mi deber es estar a su lado.
Aunque espero que su padre no esté está noche.
Llego a la casa de Cassandra sosteniendo la mochila en mi hombro, toco dos veces el timbre y espero a que abran. Miro mi reloj al ver que pasa un minuto y nadie contesta. Vuelvo a tocar el timbre y pasa otro minuto más.
Saco mi celular del bolsillo de mi pantalón, desbloqueo la pantalla y rápidamente llamo a Cassandra. En el cuarto timbre contesta.
- ¡Jess!
- ¿Donde estas? Llevo unos minutos tocando el timbre -recargo mi espalda de la puerta.
- Yo... Bueno -suspira- Perdóname por no avisarte antes. Zack pasó por mí, necesitaba venir y arreglar las cosas con él.
Aprieto el celular sintiéndome cada vez más enojada.
- ¿Y que coño con nuestra noche? -suspiro tratando de calmarme- Da igual, espero arreglen las cosas.
Justo en el momento que cuelgo la llamada siento como pierdo el equilibrio y termino en el suelo, pegándome fuerte en la cabeza. Cierro los ojos ojos por el golpe y llevo la mano al lugar afectado.
- Oh mierda, lo siento muchísimo Jessica -escucho que me dice Matthew mientras trata de ayudarme, aunque aún no abro mis ojos. El había abierto la puerta- Dejame ayudarte.
Me ayuda a ponerme de pie, ahí es cuando abro los ojos encontrándome con su mirada preocupada.
Matthew me lleva hasta la cocina, me siento en silencio aún con una mano en mi cabeza. Lo veo buscar algo en la nevera y luego se acerca a mí con una bolsa con hielo. Yo no pude dejar de mirarlo en ningún momento.
Tomo la bolsa y la llevo con cuidado a mi cabeza.
- ¿Que hacías recargada de la puerta? ¿Te duele mucho?
- Estoy bien -sonrío levemente, eso parece tranquilizarlo un poco- Estaba hablando con Cassandra, justo estaba por irme.
- Ella se a ido con ese chico -dice con desagrado.
- Si, lo sé. Bueno, me lo dijo en último momento -ruedo los ojos.
- ¿Tenían una de esas noche de chicas?
- Si -le respondo mientras lo veo moverse por la cocina. Luego se acerca con dos vasos y unas pastillas. Dejo la bolsa con hielo en la mesa y tomo el vaso con jugo, y una pastilla- Gracias.
- No es nada.
Mientras me tomo la pastilla siento su mirada sobre mí. Intento ignorarlo lo más que puedo, hasta que siento que es momento de irme. Dejo el vaso sobre la mesa y me pongo de pie.
- Creo que es hora de irme -sonrío levemente.
- Espera -toma mi brazo suavemente evitando hacerme daño. Nuestras miradas se encuentran al momento que lo hace. Lo veo ponerse de pie y acercarse a mí- Me gustaría que hablemos.
- ¿Sobre qué? -me suelto de su agarre, sin llegar a ser brusca- Debo irme.
O terminaré cometiendo una locura.
¿Sería muy raro si saliera corriendo como loca?
- Sobre un posible nosotros -Se termina de acercar a mí, debo levantar la mirada cuando lo hace. Me ha tomado por sorpresa, mi corazón a empezado a latir rápido- He intentado todos estos días sacarte de mis pensamientos, pero es imposible.
Niego con la cabeza, rompiendo la conexión de nuestras miradas.
- No... -murmuro mirando a otro lado- No puedo hacerle esto a Cassandra, no puedo. Mucho menos a mí padre.
Matthew me toma suavemente de las mejillas obligandome a mirarlo.
- ¿Y que hacemos entonces? ¿Fingimos que nada a pasado? ¿O es que acaso no sientes está atracción entre ambos? -acerca su rostro al mío, rozando levemente en nariz con mi nariz- Estoy dispuesto a faltar a la promesa que me hice a mi mismo de no herir a mi amigo y a mi hija
Me quedo en silencio escuchándolo. Se me oprime el corazón de pensar en las consecuencias de este juego. Pero también pienso en que pasaría, cómo pasaría.
- Tendríamos que escondernos -lo miro a los ojos nuevamente- Eso no es sano.
Lo veo cerrar sus ojos unos segundos, baja sus manos soltando mis mejillas y da un paso atrás. Quiero acercarme a él, decirle que si acepto adentrarme en esta aventura peligrosa. Pero no sé si pueda enfrentarme a las consecuencias.
- Tienes razón -pasa una mano por su cabello- Por favor, olvida lo que te he pedido. A sido una estupidez de mi parte.
Lo veo caminar hacía el refrigerador, está fingiendo que nada pasó. Lo veo sacar una jarra con jugo, me acerco a él por detrás. No puedo dejar las cosas así.
- Matthew
Justo en ese momento se da vuelta, pero ninguno de los dos mide el poco espacio, el jugo termina derramado encima de mí. Mi rostro y mi blusa quedan completamente empapadas. Un grito escapa de mis labios, porque el jugo estaba jodidamente frío.
- Joder, perdóname. No fue mi intención -dejo la jarra casi completamente vacía sobre la isla de la cocina.
- Está bien, yo.. iré al baño un momento.
Me doy vuelta rápidamente, toma mi mochila y voy al baño. Una vez dentro cierro la puerta, más no le paso el seguro. No podía seguir fingiendo que no quiero que me siga, me pegue a la pared y me bese de una manera desenfrenada.
Me saco la blusa y el sostén que está igual de empapado de jugo.
Miro la ducha, pero termino negando con la cabeza.
- Me ducharé en casa -murmuro.
Me sobresalto cuando tocan la puerta.
- ¿Todo bien, Jessica?, Puedo buscarte una toalla para que te duches.
Saco una camiseta de mi mochila y me la pongo rápidamente. Salgo del baño sosteniendo la mochila en una mano y la ropa mojada de jugo en la otra.
- No, no te molestes. Me ducharé en casa, así que es mejor que me vaya... Rápido.
Necesitaba salir rápido de aquí.
Mi mirada se detiene en su torso desnudo, el sostiene su camiseta en su mano. Él se da cuenta de que lo estoy mirando.
- Mi camisa salió afectada también, iba justo a cambiarme - me hace saber.
- Oh.. está bien -carraspeo la garganta- Creo que ahora sí debo irme.
- ¿Porque tanta prisa por irte? -da un paso hacia mi, yo doy uno hacia atrás- Sientes lo mismo que yo justo ahora ¿Verdad?
- Bueno, si hablamos del nerviosismo, tal vez.
Matthew se ríe por mi sinceridad, yo por mi parte me quedo embobada con su sonrisa. Nos volvemos a quedar en silencio, matthew deja su camiseta a un lado decidido acercarse a mí y está vez yo decido no alejarme.
¿Para que seguir conteniendome? Me atrae, me atrae bastante.
- No se tú Jessica, pero yo no puedo dejar de pensar en aquella noche que probé tus labios. No puedo dejar de pensar en lo suave que se sentía tu piel bajo mis manos -con una de sus manos me tomó de la cintura y la otra la dejó descansar en mi mejilla- Es una maldita locura, lo sé. Pero siento que si no me arriesgo terminaré arrepintiendome.
No dejo pasar por alto que su intención solo señala algo físico, aunque no debería molestarme que sea así. Debería más bien alegrarme porque es así.
- Matthew
- Dime que puedo besarte otra vez.
- Hazlo -digo totalmente decidida.
Ya habrá tiempo después para arrepentirme.
Siento sus manos en la parte interna de mis muslos y segundos después como mis pies dejan de tocar el suelo. Enredo mis piernas en su cintura justo en el momento en que sus labios atacan a los míos con deseo y mi espalda toca la pared.
No dudo en corresponder el beso, besarlo se sentía la gloria.
Me aprovecho de la situación para acariciar su pecho desnudo. Sus labios se movían con decisión, él tenía muy claro lo que quería y en ese momento era yo. También me lo confirmaba lo que justo ahora estaba creciendo dentro de sus pantalones.
Separo nuestros labios para coger aire, pero él no quiere parar pues sus labios al dejar los míos fueron a mi cuello.
- No tendremos sexo -murmuro.
- No me molesta en lo absoluto -murmura de igual manera, pero sus besos siguieron un camino hasta mis senos.
- No.. no tendremos sexo.
- Ya me lo haz dicho -se pega más a mi haciéndome sentir la erección que ahora tenía, provocando que un pequeño jadeo escape de mis labios.
Nos miramos a los ojos luego de eso, me sonríe con coquetería y camina hacia su habitación.
¿Dije que no habría sexo? Bueeeeeno, me equivoqué.