Olympus

By ArienGates

158K 16.4K 4.6K

California Kendrick pisa por primera vez las tierras de la que será su nueva universidad y hogar: el Institut... More

Aviso
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capíulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Epílogo
Aviso importante

Capítulo 51

737 112 4
By ArienGates

A pesar de que las calabazas están completamente vacías y ahora solo sirven como decoración, siguen bastante pesadas, aunque ahora podemos cargarlas sin ayuda.

Entramos al edificio de artes y a pesar de que siempre está vuelto loco, ahora es más peligroso, pues la mayoría de estudiantes tiene que venir aquí a entregar su respectiva calabaza.

Consigo entrar al salón de música sin incidentes y veo que por doquier hay más verduras. Arriba del piano, en el escritorio, alguien puso una sobre la batería...

—Cuidado, chicas — el profesor recibe las verduras junto con River, y las acomodan en el suelo con otras.

—Gracias — digo agitada.

—¿Ya se han registrado?

—Sí, con la maestra de historia.

—Bien, ¿han puesto la etiqueta adentro?

—Sí, todo listo.

—Perfecto.

Le damos una sonrisa a los dos y nos retiramos.

—Vaya, Eros, ¿quieres llevarte los puntos de todos? — pregunto burlesca al ver la calabaza gigante que trae cargando en ambos brazos.

—Exijo mi título ahora — responde continuando con la broma una vez que la ha soltado.

—Seguro que sí — acepta el profesor riéndose.

—¿Te veré en la fiesta de mañana? — pregunta el dios acercándose a mí más de la cuenta, tanto que podría besarme si así lo quisiera.

—Sí, nos verás — confirmo retrocediendo un paso.

—¿Sí irás, Rebecka?

—No tuve opción.

—Seguro que no...

—No íbamos a rechazar la invitación de Ares — digo.

—Sí, entiendo...

—Nosotras nos vamos, tenemos cosas que hacer — explico rápidamente y nos marchamos sin recibir más preguntas.

—Saldré con Gian — comenta Becka —. Iremos al cine.

—Perfecto, yo también saldré, aunque dudo que vaya al cine.

—¿Eliot?

—Uriah — nombro mirando a mi alrededor para asegurarme que no haya ningún dios cerca.

—Interesante — apunta pícara.

—Vamos, no todo es lo que piensas.

—¿No?

—Sólo a veces.

—Muy diferente.

—Vamos, Becka, algún día lo entenderás

—¿Por qué ahora no?

—¿Con cuantos chicos te has liado este año, eh? ¿Uno?

—Ninguno.

—¿No?

—Vamos, California, ¿no es obvio que soy Virgen?

—Oh... tenía mis sospechas, pero... bueno, da igual, eso no importa en realidad.

—¿Eso crees?

—¿Tú no? Da igual, la virginidad es un invento y ya, no importa en realidad.

—Yo... es que...

—¿Qué?

—Me da vergüenza hablar de ello...

—¿Vergüenza hablar de ir y tener sexo con alguien? Vamos, una cosa es que seas virgen y otra que pienses esas cosas.

—He querido hacerlo en algunas ocaciones... bueno, solo he tenido curiosidad.

—¿Y?

—Principalmente, creo que nadie me quiere.

—No es que nadie te quiera, es que tú no quieres a nadie. Podrías tener a cualquier chico, pero eres tan reservada que la gente prefiere no acercarse.

—Bueno, también es cierto.

—Cambia un poco tu forma de ser y eso quedará resuelto.

—Pero es que... eso no es todo.

—¿Qué otra cosa hay?

—Me aterra un poco embarazarme...

—Usas un condón y listo.

—No es tan fácil...

—Sí lo es, vas a tener sexo con alguien responsable y en quien confíes, dejas claras tus intenciones y deseos, y si acepta lo haces. Usas condón, tienes tu primera vez y listo. No bebés.

—¿Qué pasa si no lo uso?

—Te embarazas y nueve meses después llega un nuevo ser humano al mundo.

—¿No hay posibilidades de que eso no pase?

—Bueno, posibilidades siempre hay, podrías correr con suerte.

—¿Tú lo has hecho de esa forma?

—Sí, muchas veces.

—¿Y? ¿Jamás ha pasado nada? — pregunta sorprendida.

—Te contaré algo.

—Bien...

—Hace un par de años descubrí que no puedo tener hijos — confieso —. Es, pues... fue un poco difícil de comprender, pero decidí que era una buena noticia, según los doctores si quiero tener hijos en un futuro podría tomar algunos tratamientos con los cuales es muy posible que lo consiga. Así que, sabiendo que por el momento es prácticamente imposible que tenga hijos, me doy el lujo de no preocuparme por ello. Lujo que tú no puedes darte, ¿bien?

—De acuerdo...

—Espera... ¿piensas hacerlo con Gian? — interrogo al caer en cuenta de ello.

—¡No! Gian es mi mejor amigo, jamás tendría nada con él.

—Bien, bien, solo preguntaba...

—Que locura.

—De acuerdo, entonces... espera al indicado.

—Sí, eso hago.

—Bien, y si no te sientes segura con algo puedes preguntármelo, no pasa nada.

—De acuerdo.

Me sorprende un poco que Rebecka acabe de tener una platica de ese tema conmigo por muy corto que haya sido, pero me alegra que tenga la confianza de hacerlo.

Mi teléfono suena cuando estoy a algunos metros de la residencia, y aunque dudo en contestar por el ruido que debe haber ahí adentro decido tomar la llamada.

"—¿Bueno?

—¿Estás lista? — es Uriah.

—Sí, sólo debo dejar unas cosas en la residencia.

—Llego en más o menos diez minutos — informa tranquilo, pero consigo escuchar el ruido de la calle a través del móvil.

—Vale, me daré prisa".

Camino más rápido y hago que Becka se apresure también sin necesidad de pedírselo.

Esta vez, la mayoría de los presentes van llevando sus calabazas por los pasillos.

—¿Vas a regresar? — pregunta.

—Supongo que sí.

—Bien, si no lo haces al menos llega temprano. Ya sabes que mañana no hay clases, pero sería divertido ir a la fiesta de Umbra. Además, la fiesta de los dioses comienza pasadas las cinco y aunque no quiero ser la primera en llegar, tampoco quiero hacerlo cuando todo el mundo ya esté allí.

—No te preocupes, sea como sea estaremos a tiempo — aseguro comprometiéndome completamente a ello.

Abro la puerta y Rebecka deja que entre primero, me quito la ropa rápidamente y corro a armario, me pongo una playera negra corta y ceñida. Tomo un overol corto y me lo pongo rápidamente, acomodando la mezclilla clara alrededor de mis muslos y busco un par de tenis que queden bien.

Comienzo a desechar la idea de los converse blancos cuando solo encuentro el zapato izquierdo, pero Becka arroja a mi lado el faltante.

—¿Bolsa? — pregunta mostrándome una negra.

—Sí.

Veo que mete en ella mi móvil, cartera y llaves, pues es tan pequeña que no le cabe más.

—Ve con cuidado — pide en cuanto me da el bolso —. Si necesitas algo llámame.

—Igual tú, cuídate.

—Por supuesto. Y cuidado al salir, que nadie te vea ir con Uriah.

—Claro.

Salgo de la habitación y miro todo el pasillo, por el momento no hay nada que ocultar, pues ya no vengo de rubia como veces pasadas.

Pero creo que es necesario asegurarme de que ni Eros ni Ares estén aquí.

Bajo las escaleras rápidamente y esquivo a las personas que llevan sus calabazas con cuidado de no caer o tirarlas.

Salgo del edificio a paso rápido y veo a Eliot caminando junto a uno de sus amigos en dirección a la residencia.

Aunque quiero irme sin ser vista, no lo logro.

Le sonrío rápidamente y agito una mano como saludo, pero no me detengo y troto en dirección contraria.

No veo a ninguno de los dioses cerca, por lo que me siento segura hasta salir del campus.

Camino por la acera hacia el punto donde quedamos de vernos, pero Uriah frena junto a mí.

—Buen día, Barbie, ¿estás lista para un paseo con tu propio Max Steel?

Río y asiento mientras me da uno de los cascos.

Subo detrás de él y nos ponemos en marcha sin demora. Tal como lo quería, pues no deseaba encontrarnos con alguno de los dioses.

(...)

Luego de saludar a Russ y el resto de amigos de Uriah, por fin nos encontramos a solas en su habitaciones.

—¿Entonces irás a la fiesta de Olympus mañana? — pregunta.

—Así es, iré con Rebecka.

—Genial, cuídate. Si necesitas algo solo llámame, ¿tienes la dirección?

—Hmm, no será en donde siempre. De hecho, es una casa en Manhattan, en una zona residencial — explico sin detalles, pues no traigo la invitación y no recuerdo la dirección.

—Sí — asiente como si eso fuera suficiente para saber —. Es casa de Ares.

—¿Sí?

—Bueno, de sus padres, supongo.

—Claro.

—Fui una vez, por eso lo sé — explica.

—No creí que les gustara que las personas conocieran sus casas.

—Pues... en realidad no es común. No han elegido la casa de Eros porque es demasiado formal para su fiesta, en cambio, la de Ares es más adecuada.

—Uriah... ¿podemos hablar de algo?

—Por supuesto, dime.

—Yo... digamos que sé una cosa... plan... como quieras llamarlo.

—¿Sí...?

—Sé que quizá te sorprenda lo que voy a pedirte, pero por lo menos deberías considerarlo mejor.

—Dímelo.

—No... no le hagas daño a Ares — Uriah se ve sorprendido por mis palabras —. Sé que quieres acabar con él, que tienes en mente asesinarlo, pero por favor, no lo hagas.

—¿Cómo sabes eso?

—Te escuché decirlo. El mismo que día que nos conocimos, y esperé el mejor momento para hablar de ello contigo. Admito que también me dan ganas de asesinarlos muchas veces, pero no es una buena idea. Hay mucho en juego, y si somos objetivos si queremos acabar con ellos y hacerlos sufrir, una muerte no conseguirá nada. Es como regalarles la oportunidad de no pasar por sufrimiento alguno. En cambio, creo que podemos hacer esto de la forma más limpia posible, y hacerles desear la muerte sin que puedan tenerla.

Parece pensarlo un poco, pero luego de unos segundos asiente.

—De acuerdo, no voy a hacerle nada — cede —. Tienes razón, a veces soy un poco impulsivo en mis decisiones. No habrá muertos, lo prometo.

Me relajo al escucharlo, conseguí mi propósito con Uriah y ahora puedo enfocarme en mejores planes con su ayuda sin preocupaciones extras.

—Gracias.

—No lo agradezcas, es mejor no hacer estupideces.

—Buscaremos formas más eficientes y menos delictuosas.

—Así será.

Como de costumbre, mi móvil hace acto de presencia, y cuando pronostico que es Eros con su intento del día por joder, tengo un fugaz pensamiento de mi teléfono volando por la ventana.

Veo la pantalla para desviar la llamada, pero soy sorprendida al leer el nombre de mi padre con una videollamada entrante.

"—¿Hola? — contesto y la imagen de su rostro tarda un segundo en aparecer.

—¿Cómo está mi pequeña?

—Pues, bien... y... ¿mamá? — quedo pasmada al ver a mi madre detrás de él, y tardo segundos en notar que está en su casa.

Hola, cariño, ¿todo bien? — está de perfecto humor, sonriendo y haciéndome desconocerla. Esta no es mi madre, la han cambiado por otra.

—¿Pero qué...?

—Estamos preparando la cena, llamo para invitarte a venir — continúa mi padre con naturalidad, como si no estuviese divorciado de la mujer que está detrás de él.

¿Preparando? — cuestiono aún más incrédula.

Le preparo lasaña a tu padre, sabes lo mucho que le gusta.

¿Le preparas? — haberme dicho que soy adoptada habría sido menos sorprendente.

Así es, y queremos que vengas con nosotros.

—Bueno, yo... — aún me cuesta trabajo organizar mis ideas —. Estoy un poco ocupada...

—¿Dónde estás? — pregunta mi madre acercándose al teléfono en un intento por ver algo de la habitación en la que estoy.

—Vine a charlar algunos asuntos importantes con un amigo.

—Es perfecto, tu madre ha preparado lasaña como para diez personas, deberías invitarlo también — la bondad y generosidad de mi padre a veces me incomoda.

—Bueno, es que en realidad no solo es un amigo, son unos cuantos — invento en un intento de librarme del compromiso, y Uriah me mira con diversión por mi nerviosismo.

—Trae a los amigos que quieras, todos son bienvenidos. En esta casa cabe tu universidad entera — bromea mi padre y me da pesar saber que no exagera por mucho —. Te estaremos esperando, vengan con cuidado".

Y ha colgado. No me ha dejado rechazarle ni inventar algo para evadirlo.

Que lindos padres — comenta Uriah acercándose.

Están divorciados, ¡divorciados!

Pues tal parece que ahora dudan de su separación.

Mi madre es una loca que odia a medio mundo, jamás ha invitado a ninguno de mis amigos a casa.

—Vaya, pues eso suena a que la reconciliación les fue divertida.

—¡Uriah!

El chico se ríe y yo lucho por alejar las ideas de mis padres teniendo sexo.

—Creo que ahora no puedes rechazar su invitación.

—No podemos — aclaro —. Porque lamentablemente para ti, estás implícito en esto.

—¿Podemos llevar a nuestros amigos imaginarios? Porque mencionaste la palabra "amigos" y no veo a nadie más aquí adentro que nosotros dos.

—Hmm, puedo solucionar eso.

—¿Cómo?

—Vamos, no podemos perder el tiempo.

Tomo mi bolso de la cama y salgo de la habitación seguida por el chico.

Bajo las escaleras y busco a alguien con la mirada.

—Russ — le llamo cuando lo veo jugando en el Xbox con otro chico.

—¿Sí? — pregunta sin desviar la mirada.

—¿Te gusta la lasaña?

—¿A quién no le gusta?

—Bien, te ofrezco lasaña gratis a cambio de que nos acompañes a casa de mis padres.

Russ pausa el juego y se pone de pie.

—Mantén mi récord o te golpearé cuando regrese — amenaza al tipo al que le entrega el control que tenía en las manos.

En cuanto llega a nuestro lado salimos de la casa.

—¿Te da miedo conocer a tus suegros sin ayuda? — le pregunta Uriah.

—No son mis suegros.

—Pero lo serán pronto. Suban — el chico quita los seguros a las puertas de una Jeep negra, Uriah me abre la puerta trasera y el sube al frente junto a su amigo.

En cuanto nos ponemos en marcha ponen música, Russ, como pude sospecharlo, pone algo de hip hop y maneja rápidamente.

—¿Hay algo que deba saber antes de llegar? — pregunta.

—Sería importante estar enterados — apoya Uriah.

—Mi padre es totalmente abierto a cualquier tema, mi madre es un poco más especial con eso. Ah, y por favor, no mencionen que son del colegio Guiliot, tienen sus reservas con eso.

—Diremos que somos de Umbra — decide Uriah.

—Que bueno que solo es una mentira — agrega Russ.

Continue Reading

You'll Also Like

1.7M 119K 84
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
1.1M 178K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...
359K 23.6K 28
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
831K 42.8K 35
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...