XIV: ¿En que estaban pensando?
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En Fairy Tail estaba todo tranquilo, en donde una hermosa rubia acompañada de su amiga pelirroja caminaban por los pasillos del gremio.
-Lo digo en serio Erza, ¿Dónde puedo conseguir sujetadores de copa F? -pregunto la rubia mirando a Erza.
-¿Acaso crecieron otra vez, Lucy? -pregunto Erza con una sonrisa burlona.
Lucy asintió con la cara roja, no podía evitarlo, esa parte de su cuerpo se volvía pesado tanto era así que sus sujetadores se rompieran. ¿Acaso era obra del destino o un castigo?
-Según escuche que se vuelven grandes después de que lo masajees, ¿Desde cuando le pediste a Natsu que los tocara? –
-¡Claro que no! ¡No es lo que piensas! -respondió Lucy muy roja cubriéndose los pechos de manera instintiva.
-Es broma, relájate -negó Erza divertida.
-¡Pero que enormes son Kinana! –
-¿Natsu? -dijeron ambas magas sorprendida al escuchar tal grito.
-¡Po-por favor no grites! ¡Pueden oírte! -se escucho la voz de Kinana que se oía muy avergonzada.
Tanto Lucy como Erza se acercaron a la puerta donde se escuchaban esos gritos y pusieron sus oídos sobre ella.
-Pero es verdad, mira esas dos cosas enormes Kinana -decía Natsu.
-Lo se, lo se, solo cálmate -dijo suavemente Kinana.
-(¿Qué esta pasando allí?) -pensó Lucy.
-(Natsu... No puedo creerlo) -pensó Erza con la cara roja al imaginar cosas pervertidas.
-Dime algo Kinana, ¿Cómo hiciste que se volvieran así? –
-Se podría decir que mucha agua -respondió cálidamente la peli morada.
-(¡Todo tiene sentido!) -pensó Lucy mirando sus pechos.
-(¿Acaso tomar agua hace que se vuelvan grandes?) -dijo mentalmente la Scarlet.
-Voy a tocarlas -dijo Natsu.
Eso hizo que Lucy y Erza se congelaran ante ese comentario del pelirosa. ¿Cómo se le ocurre hacerle eso a Kinana?
-Muy bien, aquí vamos –
-Esta bien –
Erza saco una espada y Lucy su llave donde ambas empujaron la puerta con fuerza.
-¡Natsu prepárate para tu castigo! -exclamo Erza apuntando su espada.
-¡Lo que ella dijo! -apoyo Lucy.
Ambas miraron y quedaron en blanco, ya que vieron a Natsu sentado junto a Kinana y enfrente de ambos estaban dos sandias muy grandes.
-Hola que tal chicas -saludo Natsu sonriendo y caminando hacia Erza.- préstame tu espada
Antes de que la pelirroja dijera algo el Dragneel tomo su espada y empezó a cortar una sandia en 8 piezas para tomar dos y ofrecerle una a Kinana quien lo acepto.
-Gracias Natsu -dijo la peli morada con una sonrisa.
-De nada -asintió Natsu dándole una mordida a la sandia.- mmm es muy dulce
-Y muy jugoso -exclamo Kinana.
Ellos disfrutaban de su bocado ignorando las miradas de piedra de Erza y Lucy quienes se cuestionaban ¿Qué rayos había pasado? ¿En que estaban pensando?
-¿Estan bien? -pregunto Natsu mirando a sus amigas.
-Si... -
-¿Seguras? -cuestionaba Kinana inclinando su cabeza.
-¡Dijimos que si! –
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