Zac
Em, bonita, tendrás que hacer mucho para compensar esto. Me siento como un completo idiota porque realmente no me di cuenta de lo mal que se encontraba Ethan y algo oscuro se esconde en el mal humor que lo rodea. Ethan y yo hemos sido amigos desde los ocho años, cuando mi padre me abandonó en la casa de mis tías, tuve que cambiar de colegio y nuestra gran amistad comenzó de la manera más normal, nos agarramos a porrazos en el recreo. Un buen calor me calienta el pecho porque desde entonces hemos sido inseparables. Recuerdo que lo golpeé porque me molestaba constantemente por ser el nuevo, ese día iba de mal humor porque tenía que ir al psicólogo infantil en la tarde y junto con sus burlas, mis cables se cruzaron, todo se volvió más tolerable a partir de esa tarde.
Pasar todo el día en detención, me salvó del psicólogo y me dio un amigo para toda la vida. Ethan siempre vivió solo con su madre, a diferencia de mí situación, su padre murió cuando él era pequeño, pero de cierta forma nunca sentí que fuese algo distinto, ya que, para mí, mi padre está muerto también. Pasamos horas hablando a pesar de las quejas de nuestro profesor y al salir de la escuela, Bridget no pudo molestarse porque me vio sonreír con un niño que le había presentado como mi amigo.
Nuestra historia es jodida, pero las mejores lo son y pase lo que pase sé que siempre nos apoyaremos, sin importar nada.
—¿Cerveza? —le pregunto una vez que emprendemos nuestro camino para buscar al resto de los chicos.
—Mejor un doble —responde casi en un gruñido.
Bien, definitivamente pasó algo malo. Ethan no bebe, es decir, una cerveza ocasional no le hace daño a nadie, pero querer algo más fuerte es para olvidar y no siempre es buena idea.
—Mejor dejémoslo en cerveza, Em ya dijo que no volverá a sacarme de la cárcel.
Una risa acompaña mi comentario y él copia mi gesto, pero su sonido es sarcástico y sin ganas.
—Estoy seguro de que Lisa dejaría que me pudra en una celda —dice entre dientes y antes de poder preguntar, aparece Aiden junto con Garrett, Jeremy y el idiota de su hermano.
—La cerveza de aquí es una maravilla, aunque Tara me dijo que si voy preso me dejará ahí.
Todos reímos, incluso Ethan y eso me calma un poco. Parece que las chicas se pusieron de acuerdo con sus amenazas y no las culpo al respecto.
En el auto, Aiden conduce con Trent como su copiloto y los demás vamos apretados como sardinas en lata en los asientos de atrás. Garrett y Jeremy se hacen confidencias como dos colegialas enamoradas, por lo que decido no interrumpir su momento y me concentro en sacarle más información a Ethan.
—¿Qué sucedió? —murmuro y él deja de mirar por la ventanilla.
—Es mejor hablarlo cuando tengamos más privacidad.
—En este momento estoy casi sobre tu regazo, ¿necesitas más privacidad?
Su sonrisa aparece y me relaja todos los músculos del cuerpo. Mi amigo siempre fue mi roca, creo que podría contar con los dedos de las manos las veces que tuve que apoyarlo en algo grave, mientras que él siempre estuvo en cada decisión de mi vida. No sé de qué manera debería considerar eso, pero trato de compensarle de alguna forma todo lo que él me ha dado, aunque sea muy malo en ese proceso.
—Cuando lleguemos al bar.
Asiento y lo dejo pasar. No debe faltar mucho para llegar al lugar en cuestión y espero que las chicas hayan conseguido hablar con Lisa también. Con ella, la cosa es diferente, somos unidos sí, pero ella llegó unos diez años después de conocer a Ethan y luego de salir varias veces en citas dobles junto con Camile, ellos se hicieron el uno para el otro y yo me convertí en el tercero. No los culpo por ser felices mientras que mi vida amorosa se iba al caño, compartimos mucho los cuatro juntos y cuando Camile decidió que yo no era suficiente, ellos fueron quienes me apoyaron. De alguna manera, los dos se hicieron uno para poder estar para mí y no veo un futuro sin ellos juntos.
El bar es pequeño y pintoresco, como la ciudad en sí. No hace tanto frío como afuera y el ambiente tiene una larga barra que está prácticamente vacía. No pierdo mucho tiempo y me encamino con Ethan para sentarnos en los taburetes. Un hombre de barba larga y trenzada se nos acerca con cara de haber sido torturado por horas, y nos mira expectante.
—Una cerveza —musito y asiente mirando a Ethan.
—Igual.
El tipo se da media vuelta para buscar lo que le pedimos y en menos de un minuto, nos tiende las dos botellas sin emitir ni un solo sonido. Cálido el señor.
—¿Ustedes van a querer algo? —escupe a nuestras espaldas y me lleva un segundo darme cuenta de que le habla a los demás.
—Una cerveza para cada uno y un par de fichas para el billar —dice Aiden, entregándole su tarjeta.
Ni siquiera había notado las mesas de billar, hace mucho que no juego y admito que me dan ganas de enseñarle a estos aficionados cómo es un verdadero juego, pero es más importante saber que inquieta tanto a Ethan que no es capaz de notar que su pierna no deja de rebotar. Le da un sorbo a su cerveza con su vista fija en la nada y espero con poca paciencia a que los demás se vayan a jugar. En cuanto mis plegarias por fin son oídas, encaro a Ethan.
—Escúpelo.
Él me mira por demasiado tiempo y me doy cuenta de que es algo grave. A través de sus ojos veo el debate interno y eso me comienza a preocupar. Tal vez, después de todo, si tengo que imaginar a Ethan y Lisa separados.
—Vi a Joyce.
Me quedo con el trago de cerveza a medio camino y comienzo a toser, buscando aire para mis pulmones. Ethan se pone de pie y comienza a darme palmadas en la espalda hasta que siento que el color natural de mi rostro vuelve.
Mierda, ahora sé la molestia de Lisa. Joyce no es una simple ex novia, es la primera ex de Ethan y su romance lo dejó muy marcado. Comenzaron a salir a los quince, el primer amor jamás se olvida, pero Joyce era especial para él. Es una de las pocas amigas en las que confié para decirle lo de mi padre, lo de mi familia en general y recuerdo lo que ella dijo hasta el día de hoy.
"La familia la elegimos nosotros, no es lo que nos impone la sociedad"
Había quedado alucinado con eso, fue la primera vez que alguien intentó abrir mis ojos y que en verdad funcionó. Ese día me di cuenta de que no todas las familias se componen por un padre, una madre, hermanos... La familia es quien nos rodea y siempre nos apoya. En mi caso, mis tías, mis amigos, ellos son mi familia y no podría pedir que fuera de otra forma.
—Está comprometida y embarazada —continua y lo miro con sorpresa.
La diferencia entre su separación con Joyce y la mía con Camile es que a él no lo abandonaron, bueno, no intencionalmente. El padre de Joyce consiguió un trabajo en la otra punta del país y eso provocó que ambos rompieran. Ethan quedó destrozado, pero jamás le guardó rencor y me ha jurado más de una vez que Lisa le ha hecho sentir cosas que Joyce jamás. Tal vez eso era lo que él creía y no contaba con que después de tanto tiempo, la chica en cuestión sería una amenaza para su relación actual. Ya entiendo la razón de que Lisa esté tan furiosa, se siente insegura.
—¿Y Lisa...? —Dejo la pregunta en el aire y mi amigo comienza a negar rotundamente.
—¡Amo a Lisa, joder! —exclama y luego se relaja en su asiento—. Joyce no vino a verme por nuestro pasado, Zac, y Lisa no me dejó explicarle nada.
—¿Qué pasó con exactitud?
Él suspira y me mira una vez más con esa dichosa batalla en su interior. Comienza contando sobre como Lisa descubrió que Joyce estaba de vuelta por unos mensajes de texto y que la pelea fue tan fuerte que no ha tenido el valor de hablar respecto a ese tema con ella ni ningún otro. Hay mucha tensión entre ambos y él tiene toda la intención de explicarle, pero no sabe como llegar a ella sin que lo mande a la mierda.
—Lisa es la mujer más obstinada que he conocido en mi vida —gruñe y levanta la mano para que el tipo de la barra le de otra cerveza—. Y la amo, Zac, no la cambiaría por nadie en este mundo.
—Solo díselo, es más, ¿por qué no se lo has dicho?
—Porque mi contacto con Joyce no ha terminado. —Lo miro ceñudo—. Ella no vino por mí. No vino a arruinar mi relación ni mi vida como parece.
Bueno, sin duda la cosa está más rara de lo que pensé. Entiendo el hecho de que Joyce tenga una nueva vida, al igual que Ethan, lo que no comprendo es la razón de no explicarle todo eso a Lisa. Ya podría haber acabado con sus pleitos hace rato, pero lo único que está haciendo es empeorar la situación y me temo que no quedará mucho tiempo antes de que Lisa lo mande al demonio para siempre.
—¿A qué vino entonces?
Los puños de Ethan se cierran con furia y me comienzo a preocupar en serio. Su actitud me desconcierta, así que en un intento de hacerle entender que puede decirme lo que sea, que siempre lo apoyaré, aprieto su hombro y él suspira. Un suspiro largo y tortuoso, como si su cuerpo peleara por no expresar lo que su boca tiene que decir.
—Vino por ti.
Veo algo de alivio en sus facciones mientras que las mías se tiñen de confusión pura. ¿Por mí? Eso no tiene sentido, éramos buenos amigos, eso no lo negaré, pero después de tanto tiempo también nos distanciamos y todo quedó más que bien.
—No entiendo a qué te refieres...
—Tu padre está en Londres —me corta y me quedo sin pensamientos por un momento.
Las palabras comienzan a repetirse en mi cabeza y la ira crece con cada segundo que pasa. Todo parece ir en cámara lenta, a mi alrededor todos se mueven, juegan y ríen como si nada pasara, como si mi mundo no se hubiera desestabilizado de un instante a otro. Ethan me observa, expectante, pero nada sale de mi boca y no sé si eso es algo bueno. Es como si mi cuerpo estuviera vacío e incapaz de expresar algo. Yo no tengo padre, esa es la maldita realidad, incluso antes de que me abandonara por seguir a otra mujer, siempre estuve solo. Aprendí a preparar mi propio desayuno a los seis años y jamás me preguntó nada respecto a la escuela. Fui un niño más que independiente y nunca lo necesité, jamás lo necesitaré. Logan es lo más cercano a una figura paterna que he llegado a tener, él me dio las charlas sobre como tratar a las chicas y por muy bochornoso que sea para muchos, soy el hombre que soy gracias a él. Padre es quien te cría, no quien te deja a la primera de cambio y eso no me lo va a discutir nadie.
—Zac...
—¿Qué mierda tiene que ver Joyce en todo esto? —musito, con los dientes apretados. Todo mi cuerpo está tenso y en cualquier segundo voy a explotar, lo siento.
—Su padre lo conocía. —Cierro los ojos procesando la nueva información—. Estudiaron juntos en la Universidad, ella nunca lo supo hasta hace unas semanas cuando visitó a su familia y lo vio.
—¿Ella lo vio?
Todo esto es demasiado, muy confuso y muy inadecuado. Nunca me voy a cansar de pensar que el mundo es un puto pañuelo, aunque esto rompió con todos mis esquemas.
—Obviamente no supo quién era hasta que se presentó. Malcolm Reed, primero creyó que era una infeliz coincidencia, aunque el parecido era algo inevitable, en un momento ella no aguantó más la incertidumbre y lo encaró. Tu padre se sorprendió cuando supo que ella te conocía y le confesó que ha intentado verte, pero no tiene dinero para pagar una entrada.
Un suspiro inesperado sale de mis labios y entierro mi cabeza entre mis manos. El infeliz quiere verme, claro que sí. Apuesto que si no fuera un buen boxeador, ni siquiera se habría molestado y eso hace que la rabia aumente. Es un hijo de puta, un interesado de mierda y espero que se pudra en sus malas decisiones, porque no obtendrá nada de mí.
—Joyce me buscó a mí, porque dice que tu padre no ha dejado de asecharla desde que supo que te conoce y está harta de tener que evadirlo, hasta pidió una orden de restricción. Lisa no entiende lo que fue tu vida antes, Zac, ella no entenderá nada de esto y sé que quizá en mucho procesar todo lo que te estoy diciendo, pero amo a esa mujer y necesito que me escuche. Te necesito a mi lado para que ella lo comprenda.
Asiento sin emitir palabra alguna, no creo poder. Ethan lleva cargando con esta cruz desde hace más de una semana, más de siete días peleando con Lisa por mi maldita culpa, es más que obvio que lo apoyaré, pero hoy no puedo. Necesito volver a la casa y refugiarme en los brazos de la única persona que me podría reconfortar en estos momentos. Em, es a quien necesito para no pensar que detrás de todos mis años de terapia y mis evoluciones como hombre, aún sigo siendo un maldito niño traumado.
Bueno, la bomba explotó, jaja. Hasta yo me sorprendí escribiendo esto, porque había pensado varias veces incluir un poco de drama en la vida de Zac y no me animaba del todo, pero esto será interesante y me emociona saber lo que va a pasar. Les comento que el próximo capítulo será narrado, nada más y nada menos que por Garrett!!! Sí! Amé demasiado escribir desde la mente de Garrett y ya quiero que lo lean la próxima semana. Espero que se cuiden y disfruten el capítulo. Muchas gracias por su apoyo! Los leo...x