bad boy โ”โ” [#1] jeon jungkook

By thebidoom

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โ”โ”๐—•๐—”๐—— ๐—•๐—ข๐—ฌ โel chico malo no era tan maloโž Jeon JungKook quiere esconder sus problemas detrรกs de su fa... More

ใ€Œ BAD BOY ใ€
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Kim Cleo June

La comodidad de mi cama se sentía como el mismísimo cielo, hasta que sentí mi cuerpo estampar contra el duro y frío piso.

—Levántate, tarada.

El imbécil de Jeon. Pero claro. El idiota me había tirado de la bendita cama.

—No jodas. —jalé la manta de mi cama y, aún estando en el piso, me arrope para volver a dormir— ¡Oye! ¿¡Qué haces!? —grité al sentir como era arrastrada hacia la puerta.

—Por las buenas o por las malas, niña. —jalaba de mi pierna sin mucha dificultad.

Una buena vista de sus fuertes brazos.

—¡Está bien, ya entendí! —me soltó y golpee mi pie contra el piso— ¡Auch! ¿A dónde se supone que vamos?

—No lo sé y no me importa, sólo levantate. —ordenó. Ja, como si fuera mi padre— Y apronta un bolso, dijeron que será algo largo.

Maldita sea. Significa caminata.

Me levanté y fui hacia el baño para cambiarme, un short, una camiseta sin mangas por dentro de él y una chaqueta deportiva, fueron lo primero que encontré. También un gorrito para el sol, porque hay que estar protegidos. Aunque...

—Oye, Jeon. —lo llamé saliendo del baño y él me miró.

—¿Qué?

—¿Qué gorro queda mejor? ¿El negro? —lo coloqué sobre mi cabeza— ¿O el blanco? —cambié el accesorio.

—No importa, Kim. Usa cualquiera.

—Es importante, Jeon. Debe combinar con el outfit.

Molesto suspiró colocando su índice y pulgar en el puente de su nariz. Creo que se está impacientando.

—Si toda tu ropa es negra, ¿Cuál te parece más lógico usar?

—¿Y si uso el que tiene un patito? —me sentía confundida.

—¿Cuántos tienes?

—¿Sabes qué? Tienes razón, llevaré los tres. Gracias, Kookie. —dije guardandolo en el pequeño bolso que llevaba todo lo esencial.

—¡Listo! —brinqué con mi bolso listo colgando de mi hombro.

Por un segundo sentí al espíritu de EunRin apoderarse de mí.

Pero no todo era bueno. Resulta que mi celular esta vivo, casi vivo. Pero a nada de morir. Así que por culpa de JungKook tendré que sobrevivir al aburrimiento sin celular.

Nos colocamos en fila y seguimos las indicaciones del profesor, quien sería nuestro guía hoy. Eramos sólo la mitad de la clase, la otra mitad había ido con el profesor de biología a una especie de pequeño museo que es parte del campamento. Yo tuve la gran suerte de que en mi subgrupo no estuviera HaNeul, ni los otros dos amigos de JungKook, aunque sí tenía a las arpías amigas de HaNeul.

No se puede tener todo en la vida.

El profesor se puso en marcha mientras iba contando cosas «interesantes», según él, de la naturaleza.

Ya saben, vegetación, animalitos... ¿Aire? ¿Qué es la naturaleza exactamente?

También iba conversando animadamente con algunos alumnos, pero yo no daba atención a nada de eso porque no lo necesito, el ñoño de Jeon lo hará por mí.

Bien, yo.

—Contigo quería hablar. —me susurró EunRin acercandose a mí mientras JungKook caminaba varios pasos frente a nosotras, momento en el que las arpías se acercaron a hablar con él. Trato de ignorar la molestia que eso me hace sentir— ¿Qué fue lo de ayer? Creí que no te gustaba Jeon.

—Fue todo un accidente. Tú llegaste en un momento inoportuno en el cual se puede sacar de contexto todo lo que viste. —dije nerviosa mientras le evitaba la mirada.

—No te juzgo ni nada, pero, CJ, si vas a tener un amorío uno de los chicos más conocidos y que tiene novia, deberías tener más discreción. —me aconsejó— La puerta estaba abierta, si alguien más los veía se esparciría por todas partes y tú quedarías como una... —me miró mientras me alzaba las cejas tratando de que yo captara lo que quería decir.

—¿Qué?

—Ya sabes... Z... O... —deletreba las palabras lentamente y dejando un gran espacio entre ellas.

—¿Zorra?

—¡No lo digas en voz alta! —cubrió sus oídos— Mis papás no quieren que diga ni escuche esas cosas.

Es curioso que no le guste las malas palabras y esté enamorada de un chico que en cada frase suelta un insulto o maldición. Porque sí, lo poco que he escuchado de TaeHyung cuando habla son puros insultos.

—Como sea, no te preocupes. Lo de ayer fue más una pelea que lo qué sea que pensaste.

—Yo solo digo que... —fue interrumpida cuando el profesor nos hizo detenernos a todos— Luego seguiremos la charla. —me señaló y volvió junto a HoSeok.

El profesor iba por cada pareja entregando una hoja de trabajo. No me interesaba lo que decía, ver a JungKook frente a mí bebiendo de su botella con agua como si fuera actor de un comercial de Salus me parecía más entretenido. Su nuez de Adán subía y bajaba con cada trago, y una gota de agua se deslizaba por la comisura de su labio.

Su perfil es simplemente perfecto. Y debo admitir que JungKook con ropa deportiva es mi concepto favorito, con ese estilo overzise que lo hacía lucir más pequeño a pesar de ser un mastodonte.

Jeon vestía una camiseta ancha y pantalones deportivos negros con correas. Calzaba unos zapatos negros, igual que el resto de su ropa, que me resultaban geniales por esas suelas todo terreno. Eran parecidos a los míos, sólo que yo traía botas. Viéndolo a él y viéndome a mí parecíamos outfit de pareja.

Oww, nos imaginé tomados de la mano.

Ronroneé una risa con aquella imagen mental.

—¿Qué mierda te pasa? —Jeon me sacó de mis pensamientos.

¿En qué mierda andas pensando, idiota? —mi mente me reprendió.

—Tu cara es una mierda. —dije arrebatandole la hoja de entre las manos para leerla.

Apenas leer el título me había dado flojera, por lo que le devolví la ñoñada esa y comencé a caminar por ahí sin alejarme mucho del grupo. Aún tenía sueño y lo único que podía procesar mi cerebro era a JungKook sin camisa.

Mejor relaja tus hormonas, CJ.

—¿A dónde vas, odiosa? No nos podemos alejar.

—Aww, Kookie, ¿vienes detrás de mí porque me amas? Tranquilo, rabanito, sólo quiero explorar. —no le dí importancia a sus palabras y seguí caminando.

—No. —respondió a lo primero— Y no eres Dora la exploradora.

—Mira eso. —señalé hacia abajo, una empinada rocosa algo alta. Pero parecía genial para tirarse cómo una rampita— Si te tiras te pagaré 10.000 wones.

—Mi vida no vale 10.000 wones y no soy tu mono de circo.

—Tch, que aburrido eres. ¡Oh! Hagamos una competencia. —él ladeó la cabeza— Ambos nos tiramos de la empinada y el que sufre menos daño gana.

—Estás enferma.

—Vamos, no tengas miedo. Tu tienes más posibilidades de ganar, Mr. Músculos. —le palmeé el brazo.

—¿Ganar qué?

—Respeto. —me crucé de brazos con una sonrisa confiada.

—Olvídalo. Volvamos de una vez. —jaló de la manga de mi camiseta, pero yo lo quité.

—No quiero. —le di la espalda como berrinche. Saqué mi celular de mi bolsillo únicamente para tantear qué tal está— Ay, no. Mira, por tu culpa sólo tiene el 1%.

—Eres una pesada. —suspiró.

—Y tú un estúpido. —lo empujé con mi codo.

—Y tú una idiota. —me devolvió el empujón más fuerte.

Entre ambos comenzamos un vaivén de empujones, cada vez utilizando más fuerza que en el anterior, hasta que el último dado por Jeon fue tan fuerte que me empujó hacia la empinada. Mi pie resbaló en una de las rocas, pero justo antes de caerme JungKook reaccionó mucho más rápido y desde mi antebrazo me jaló.

Yo permanecí con mis manos aferradas a sus hombros por tal miedo.

—Mi celular. —mascullé al verlo caer— ¡Mi celular!

—¿Estás loca? —me apartó al ver que iba a ir por él— Ya debe estar roto, déjalo.

—¿Bromeas? —dije alterada— Es nuevo.

—¿Y tú no eras millonaria?

—No te haces millonaria comprando celulares, menso.

Logré quitarme sus brazos de encima mío y examiné la empinada.

No sé calcularle la altura porque no tengo idea sobre matemáticas, pero era alta. De seguro en este momento me serviría saber qué es una raíz.

Me rasqué la cabeza entre dudosa y nerviosa. Porque podía utilizar las rocas para bajar. Pero existía el riesgo de que si me caía se me partiera la vida.

Genial. Justo cuando mi pierna se recupera tengo que hacer algo que la comprometa.

—¿Acaso no entiendes lo que significa no salirse del camino?  —esa hartante voz me interrumpió.

—¿Entiendes que mi celular está en peligro? —respondí con otra pregunta— Sólo quédate aquí o vete con el grupo, me da igual.

No volvió a decir nada, así que supongo que ya no intentaría meterse en mi intento de recuperar mi celular.

—¿No prefieres que lo haga yo? —propuso cuando yo ya estaba en el borde.

—Ya hiciste suficiente tirándolo por esta maldita cosa. —gruñí molesta.

—Apresurate, el grupo se está yendo.

Me acerqué y de a poco fui bajando, pero al dar el tercer paso me alarme.

Piso en falso.

—¡Kim! —Jeon intentó atraparme antes de lo peor, pero eso no evito la caída. Como pudo, él me abrazó y con otra mano escondió mi cabeza para evitar cualquier golpe en ella.

En plena caída el corazón me latía a mil, porque realmente creí que nos íbamos a morir. Considerando la situación, me fue sorprendente los golpes que sentía, pues eran casi nulos, tal vez algunos raspones, y todo porque JungKook trataba de mantenerse abajo para servir como escudo, algo que me hacía entrar en pánico. El dolor que estaba sintiendo JungKook debía ser insoportable, y pensarlo me hacía sentir mal, porque era mi culpa y ni siquiera podía hacer algo por protegerlo yo a él.

Abruptamente la caída se detuvo al sentir un choque. Abrí los ojos y levanté la cabeza para encontrarme con el rostro adolorido de JungKook. Detrás de él había un árbol, el cual parecía responsable de detenernos.

Estaba pasmada ahí procesando lo que acababa de pasar, el cómo JungKook me protegió entre sus brazos, llevándose él todos esos horribles golpes.

—¿Es...tás bien...? —masculló con dificultad y finalmente suspiró entrecortado.

¡Ay, dios!

De inmediato reaccioné y me separé de él

—¡Ay no! JungKook, ¿estás bien? —hacía el amague de querer tocarlo, pero rápido apartaba la mano por miedo a que le doliera.

—¿En serio lo preguntas?

Estúpida, evidentemente no está bien.

Lo ayudé a sentarse y le quité su mochila de la espalda. Agradecí que la llevara puesta y tuviera cosas adentro, le pudo haber servido para amortiguar aunque sea un poco los golpes. Tenía en su cara y brazos heridas que estaban sangrando, algunas más superficiales que otras.

—¿Qué es lo que te duele más? —pregunté acariciando su cabeza para relajarlo.

—El hombro. —gruñó adolorido.

Levanté la manga del hombro que él me había indicado. No me había dado cuenta debido a su ropa negra, pero la sangre en él comenzaba a humedecer la tela.

Mierda, ¿Qué hago?

—Si grito desde aquí, ¿Crees que nos escuchen?

—No lo creo. —contestó él— De por sí estábamos algo apartados de ellos y ya se estaban yendo.

—¡Profesor! —intenté de todas formas y Jeon resopló— ¡EunRin! ¡HoSeok! ¡Algún inútil!

—No te van a escuchar.

—Tch. Inútiles.

—Se rompió, otra vez. —miraba su celular hecho pedazos— ¿Por qué siempre rompes mis celulares?

—Te compraré otro. Espera, ¿Y el mío?

Comencé a buscar en el lugar, cerca de donde lo había visto caer. No demoré mucho en encontrarlo y en perfectas condiciones, era impresionante.

—¡Oye, mira! Está a salvo. —señalé con una sonrisa— Que bueno que bajé a buscarlo.

Miré a JungKook emocionada y con una sonrisa. Él, por su parte, no estaba nada feliz con ello. Y claro, porque bajar a buscar mi celular lo dejó con todos esos golpes.

—Tu celular costó el mío.

—Sin riesgos la vida no es divertida.

—Bien, no importa. Sólo llama a alguien. —suspiró pesado y adolorido.

—No puedo.

—¿Por qué?

Ya les había dicho que salí con poca, casi nada de batería.

—Ya te dije que está descargado. —mostré como no entendía. Él suspiró frustrado— Tu culpa por no prestarme el cargador.

Dejé mi bolso en el piso y de él comencé a sacar todo lo que podría servirme en caso de accidentes como estos.

Así es, Cassidy siempre me obliga a equiparme con todo.

—¿Sacarás un doctor de ahí también? —preguntó al ver todas las cosas que tenía ahí.

—Ja, y decías que no soy Dora la exploradora.—bromeé.

Los primeros auxilios nunca pueden faltar, eso es algo que me enseñó Heon. Yo soy orgullosa de tener un padre que completó una carrera de medicina y ha ejercido excelentemente su profesión.

»Quítate la camiseta. —él me me mira con el ceño fruncido, pero sus ojos bien abiertos denotan lo sorpresa, como si yo estuviese loca— No tienes que quitartela toda, Jeon, sólo el lado derecho.

—Ya qué.

Sorpresa para mí fue que sí se la haya quitado completamente, dejando al descubierto toda su espalda que, aunque lastimada, era atractiva.

—Dije que no era necesario quitartela toda. —murmuré nerviosa y dejó salir una casi inaudible risa nasal.

Imbécil seductor.

Trás mojar con agua su hombro hice entre mis manos espuma con el jabón desinfectante y lo pasé por las heridas de su espalda.

—¡Despacio! —se quejó.

—Lo siento.

Había sido algo brusca con él, pero no era intencional, él se quitó su camiseta y lo único que puedo pensar es: uf... Vaya espalda. Y ni hablemos de su abdomen. Pero obviamente no le diré «es tú culpa por ser atractivo».

Terminé de limpiar y enjuagar, viendo que la sangre disminuía. Finalmente las tapé con gasas y cinta.

—Ya. —dije terminando— ¿Mejor?

—No, pero no me queda de otra.

Observé el lugar por donde caímos, el cual no parecía muy seguro de subir. Además de que tengo a un JungKook herido.

¿No pudiste ponerme una escalera en ma mochila, Cassidy? ¿O una cabra de monte?

—Bueno, ¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos aquí o...?

—Esperemos unos minutos por si de casualidad vuelven. —dijo mientras volvía a colocarse su camiseta.

—Bien, a esperar. —me senté a su lado flexionando mis rodillas a mi pecho y abrazandolas.

JungKook estaba encorvado de piernas abiertas, apoyando sobre ellas sus brazos extendidos. Miraba el piso en silencio mientras de vez en cuando dejaba ir un suspiro.

—Te lastimaste. —rompió el silencio.

—Ah, esto. —miré mi antebrazo que tenía raspones con sangre— No es nada. Me haré cargo de esto cuando volvamos.

No dijo y volvió a callar.

El silencio era raro y no se me ocurría qué decir. Con sólo mirar a JungKook me sentía mal por como terminó para él. Las heridas y su celular roto, esos eran dos golpes muy feos.

Presioné mis labios entre ellos reteniendo una sonrisa. Había recordado cómo me protegió de la caída. Se me hacía extraño qué él hiciera eso por mí, pero lo apreciaba.

»Lo siento.

Él me miró.

Supongo que lo mínimo que puedo hacer en estos momentos es disculparme.

—Está bien. —murmuró.

—Te lo compensaré. Después de esto pídeme lo que quieras. Hasta repondré tu celular. —nerviosa y avergonzada comencé a juguetear con mis dedos.

No es normal para mí pedir perdón. Siempre trato de invertir todo para que sea el otro quien se deba disculpar conmigo, pero en este caso no haría algo como eso.

Rió ligeramente y yo lo miré porque me había resultado tierno. Tenía una sonrisa pequeña y bonita, pero cuando notó mi mirada giró su cara al otro costado mientras rascaba su nariz.

—Descuida, no es necesario.

Que lindo. —fue lo primero que se vino a mi mente al verlo así.

—Ya debieron pasar unos minutos y no han venido aún, ¿Deberíamos...?

—Puedo caminar. —dijo levantándose con un poco de dificultad.

—Excelente —también me levanté tomando ambos bolsos y colgarlos en mis hombros— Vamos.

—No necesito que me ayudes a caminar —se quejó cuando pasé su brazo sobre mis hombros.

—Y yo no te pregunté, cucaracha.

—Dudo que puedas hacer algo como eso. Y no es necesario que lleves mi mochila. —intentó quitármela.

—Estas lastimado, Jeon. No seas terco.

Suspiró y puso sus ojos en blanco al darse cuenta que le estaba devolviendo las palabras que él dijo el día que me acompañó a casa.

Dejó de hacerse el rudo y permitió que lo ayudara a caminar, aunque él trataba de poner el menor peso posible sobre mi hombro.

—¿Y si una bruja maldita nos ataca? —pregunté después de un ratito a JungKook, pues él es el listo— No me equipé con agua bendita.

—¿Qué?

—Vi en una película que un grupo de chicos se metían a un bosque y eran perseguidos por una bruja fea. —expliqué— Al final mueren todos. Perdón por el spoiler. Pero si ves una pila de rocas avísame y corremos.

—¿Alguna vez te recomendaron un psicólogo?

—Siempre renuncian luego de la primera cita.

—No me imagino por qué. —susurró.

¿Se estaba burlando de mí?

—Oye, ¿Qué hacemos si no logramos volver? ¿Sobrevivir de canibalismo? ¿Debería grabar una bitácora?

—Ni que estuviéramos en el Amazonas, Kim. —luego de decir aquello un pequeño gruñido salió de sus labios.

—¿Estás bien?

Estaba por detenerme, pero él no lo permitió.

—Sí, sólo me dele un poco.

Dudosa asentí y continué hablando para hacer de esta una caminata más interesante. De paso tal vez lograba que Jeon se distrajera un poco del dolor.

—¿Te imaginas? Si tuvieramos nuestros celulares podríamos grabar y fingir estar en el Amazonas.

—Eso es ridículo.

—Claro que no. —dije ofendida— Soy Kim Cleo June...

—Aquí vamos. —murmuró.

—Grabamos con mi compañero Jeon JungKook desde el bosque de las Amazonas en busca de una criatura extraña que asecha el campamento. Algunos dicen que es un minotauro, otros que se trata de un fantasma, tal vez un wendigo. Pero, hoy aquí, demostraremos que se trata del chupacabras. —hablaba con voz de locutora.

—El Amazonas es una selva, no un bosque. —interrumpió.

—Mierda, Jeon. Cállate.

Continuamos caminando en silencio y mientras Jeon parecía concentrado, yo analizaba las probabilidades de morir aquí perdidos.

Imagínense que un árbol se nos caiga encima. O que una civilización indígena comience a cazarnos.

Que loco.

De repente Jeon detiene su andar y apoya su otro brazo en un árbol mientras suspira pesadamente.

—¿Pasa algo? ¿Estás bien? —bajé la mirada y noté que elevaba su pie izquierdo— ¿Te lastimaste? ¿Por qué no me dijiste?

—Está bien, sólo... dejame descansar un poco.

Me agache frente a él, desacordoné su calzado y levanté el puño de su pantalón negro, dejándome ver su tobillo algo hinchado.

—Debe ser un esguince. —dije preocupada.

—Sólo necesito parar un rato.

¿Estuvo caminando este rato con el pie así? Yo me hacía estos esguinces de pequeña y era una tortura caminar con ellos.

—Ven. —tomé su brazo y con cuidado lo ayudé a sentarse respaldado contra el árbol. Él respiraba un poco agitado a través de su boca, soltando sutiles gemidos roncos, me imagino que por el dolor.

Me siento tan culpable. JungKook tenía razón, no debí intentar bajar por mi cuenta. Y, al menos, yo debí llevarme todos esos golpes, me los merecía por terca.

CJ mala.

—En serio, en serio, lo siento mucho. Esto fue mi culpa. Si te hubiera deja... —me había arrodillado a su lado, pero fui interrumpida cuando una de sus manos acarició mi cabeza en forma de consuelo.

—No te preocupes, Kim. En realidad es culpa de ambos.

Sea culpa de ambos o no, él me protegió. Tal vez pudo haber sufrido un daño menor si no hubiera sido por mí.

—De verdad, no era mi intención que te lastimaras.

Cualquiera pensaría que me pondría a llorar.

—Está bien. Aunque lo haya hecho yo, me habría caído igual. No es tu culpa. —susurró esto último mientras su mano descendía de mi cabeza a mi mejilla izquierda, dando leves caricias con su pulgar— Y si te soy sincero, esto es más divertido.

¿De verdad era JungKook quien estaba haciendo eso? Siento que hay más probabilidades de que sea la bruja fea.

Bajé la cabeza algo tímida y él murmuró una risa separando lentamente su mano de mí.

—Llevamos no sé cuánto tiempo caminando. ¿Donde se supone que estamos? —preguntó él.

—Mmmh... —analicé nuestro al rededor, viendo únicamente árboles y arbustos— En un bosque.

Suspiró asintiendo varias veces.

—Sí, lo supuse, Kim.

Otra vez me senté a su lado, sólo que esta vez traía las piernas abiertas y extendidas, así tendría espacio para jugar con las hojas y palitos en el piso

—Tengo hambre. —sobé mi barriguita. Me veía en la necesidad de comer de una vez, hace rato que necesito energías porque ni siquiera desayuné— ¿Tú traes comida?

Se quedó en silencio unos segundos, pero luego sus ojos se agrandaron ligeramente y divagaron en diversos lugares mientras él negaba rápidamente con la cabeza.

Sospechoso.

»Me estás mintiendo.

—No...

Estiré mi cuerpo hacia mi derecha para alcanzar la mochila de JungKook, pues esa comadreja quería la comida para él solo. Intentó detenerme, pero saqué su brazo de un manotazo y me alejé de él con la mochila en brazos. Con tan solo entrujarla podía oír perfectamente una bolsa dentro.

—Sí tienes, mentiroso.

—En serio, Kim, no es nada. Devuélveme la mochila. —le saqué la lengua y comencé a abrir el bolso. JungKook hacía el amague de levantarse, pero a causa del dolor no le era posible— No la abras, Kim. Dámela.

—¿Qué es esto? —pregunté sin creer que esto era lo único con lo que se había equipado, porque sí, era todo lo que traía dentro de la mochila a parte de un abrigo. Nervioso apretó sus labios y evitó verme a los ojos. Mis manos terminaron de sacar de allí dentro aquella pesada bolsa— ¿Zanahorias? ¿En serio, Jeon? —tiré su mochila a un costado de él y volví a sentarme a su lado— ¿Esto era lo único que veías necesario? Son como diez zanahorias enteras.

Ni siquiera las conté y no estaba segura de aue fueran diez, pero sí eran bastantes.

—Es que me gustan mucho. —murmuró con su vista en un punto opuesto al que estaba yo. Sonrojado, muy sonrojado.

Que malditamente tierno.

Temeroso y avergonzado acercó una de sus manos a la bolsa y sacó de ella una zanahoria que posteriormente mordió como si nada. Hice una mueca, porque para mí era asqueroso, el peor tubérculo del mundo.

JungKook me miró y lentamente la trituraba entre sus dientes, y lo sé ya que se podía oírla crujir perfectamente. Pero, incomodado por mi mirada y la mueca asqueada de mi cara, el corrió la suya para mirar al frente. Yo no pude evitar morir de ternura al ver su perfil tan asemejado al de un conejo masticar de una forma tan adorable.

Así es. Como dije, Jeon ya no es una rata, es un lindo conejito.

Esto era algo histórico; JungKook siendo super cute. 

Lo vi algo tenso, incómodo porque yo no le quitaba mis ojos de encima y él lo sabía. Esto duró unos largos segundos en los que sólo se escuchaba su masticar y el ruido que provocaba.

Quería y necesitaba capturar el momento, y aprovechando su timidez, lo hice. Saqué una pequeña cámara instantánea de color amarillo patito. Él no se daba cuenta porque evitaba verme debido a la vergüenza. Pero cuando hice «click» y la fotografía fue tomada, él me miró.

Esperé unos segundos y la pequeña foto salió. La sacudí unos momentos bajo la mirada de JungKook, después de un pequeño ratito cuando la imagen ya estaba impresa sonreí.

—¿Me sacaste una foto?

—¿O no que saliste muy lindo? —le mostré— Pareces un conejito.

Ruborizado volvió a comer como si nunca le hubiera dicho eso.

Supongo que no me quedaba de otra, debía comer esta cosa, al menos hacer el intento. Saqué una zanahoria de la bolsa, el simple olor me era desagradable. Con todo el esfuerzo del mundo, y una mueca de asco, me atreví a morder esa cosa, pero de inmediato la escupí. Comencé a entrar en desesperación porqué el horrible sabor no salía de mi boca, por lo que continué escupiendo.

Aparentemente para JungKook era inevitable no reírse. Como es de costumbre, me ofendería y lo atacaría, pero verlo de esa forma lo hacía tan tierno que mis ganas de golpearlo se convertían en ganas de querer mimarlo.

Comencé a tomar desesperadamente agua. Está bien, puedo sobrevivir con esto.

Bah, no es como si llevásemos días aquí.

—No puedo creer que comas esa porquería.

—Es buena y saludable. —debatió él.

—Como digas, chico fitness.

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