A Nico le asustaba que se volviera una costumbre el que le cayeran chicas del cielo.
Estaba caminando con Selene camino al comedor cuando su hermana Hazel se le lanzó desde atrás, tumbando a Nico al piso quedando Hazel a su lado y Selene sobre el.
Nico y Selene se miraron por un buen rato hasta que un carraspeo de parte de Hazel hizo que Selene, un poco sonrojada, se alejará de Nico.
Nico nunca había detestado más a su hermana.
-Nico! Por los dioses te ves increíble!- gritó su hermana, ajena al momento anterior. El le sonrió un poco tímido y miró de reojo a Selene, quien sonreía feliz.
-Gracias Hazel. Los chicos y yo perdimos una apuesta y Selene nos hizo esto. Después de todo no esta tan mal- sonrió Nico tomando la mano de la chica de las mechas, quien permanecía a su lado.
-Tu hiciste esto? Gracias! Gracias! Gracias! Creo que Nico nunca se había visto tan bien- dijo Hazel abrazando a Selene. Ella le devolvió el abrazo cuando una voz se escucho de atrás.
-Gracias Hazel, se que también nos vemos bien- comentó Leo abrazando a Calipso. Nico miró mejor y se dio cuenta que todos estaban abrazados y las chicas los miraban embobadas. Sobre todo a el, que estaba libre.
Selene también se dio cuenta de esto.
La rabia la carcomió y se abrazó más al hijo de Hades. Recostando se cabeza en su hombro. Nico estuvo un poco sorprendido pero rápidamente la rodeo de la cintura. Selene sonrió ante el acto. En sus brazos se sentía protegida, segura y feliz.
Se sentía en casa.
-Puedes hacer algo por Frank?- preguntó de repente Hazel. Su novio la miró ofendido -Es que no te sabes arreglar para una fiesta- comentó la chica de Hades señalando la vieja camisa del campamento y unos jeans cualquiera que tenía puesto su novio.
Selene sonrió y asintió.
Los chicos cerraron los chicos y las chicas los imitaron. Rápidamente sus mechas brillaron y cambiaron de color. Sus poderes se activaron y en 10 minutos Frank estaba listo.
Lucía una camisa parecida a la de Jason, sólo que sin mangas. Y unos jeans gris claro. Acompañado de unos converse gris.
Selene sonrió satisfecha, pero cuando se volteó. Se dio cuenta de algo.
También había arreglado a las chicas por equivocación.
Todas traían vestidos muy hermosos, maquilladas ligeramente y tacones manejables. Peinadas a su propio estilo.
-Lo siento, lo siento, lo siento. Fue accidente lo juro. Yo...- Selene se detuvo drásticamente cuando las chicas la abrazaron fuertemente. Ella las abrazo de vuelta y al separarse, las chicas la miraron también.
-Te ves hermosa, Selene- le dijo en forma de cumplido Annabeth. Ella sólo le sonrió y bajo la cabeza. Nico la tomó del mentón y le hizo levantar la vista.
Selene se perdió en sus ojos.
Completamente negros. Brillantes. Oscuros. Traviesos. Cerrados. Tranquilos. Y una pequeña grieta en todo lo anterior.
Una grieta reciente.
Una grieta entre sus secretos que apareció cuando ella llegó.
Selene sonrió felizmente.
-Quieres bailar conmigo en la fiesta?- preguntó antes de que pudiera detener a su boca. Nico sonrió y asintió.
Se separaron para comer en sus respectivas mesas. Ella comía con Quiron y Rachel, mientras que el comía en su mesa con Hazel.
Al terminar, Selene se acercó. Lo tomó de la mano, y lo arrastró a donde sería la fiesta.
Claro que, Nico no sabía que Selene tenía planeado que hicieran más que bailar.