Neko Corporation - Nomin

By Milkyzens

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Neko significa gato. Neko corporation es una organización creadora de los mejores juguetes sexuales del mundo... More

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e x t r a
e p í l o g o
n a v i d a d

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By Milkyzens


Jaemin ya no se sentía tan seguro de lo que hacía, al menos no como antes. Él sabía, bueno, él presentía en su pequeño corazoncito que había hecho sentir mal a Jeno por algo y no quería eso. Jaemin deseaba que Jeno fuera feliz, no quería que terminara corriéndolo de su casa o dejando de darle los besos y mimitos que tanto le gustaban.

También quería seguir durmiendo en su cama. Oh sí, adoraba la cama de Jeno, pero por sobre todo, le gustaba acostarse sobre este y escuchar los latidos de su corazón. Por otro lado, el mayor olía muy bonito y eso se sentía bien, porque al olfatear a Jeno todo su cuerpo se relajaba, eso era bueno y se sentía correcto. O cuando Jeno lo besaba, definitivamente los besos y cariños del mayor eran la parte favorita de entre todas las nuevas experiencias de Jaemin. Y él no quería acabar con eso por sus metidas de pata.

Por su pequeña mente pasaron tantas imágenes de Jeno echándolo de la casa, quizás su amigo Mark le había dicho algo como que Jaemin era feo o que tenía piojos. Él no tenía piojos, lo sabía porque además de vivir en la calle por un tiempo, cuidaba mucho sus rizos, ya que eran lo único bonito que encontraba en su anormal forma.

O tal vez... Tal vez Jeno ya no lo quería por ser diferente. Lo diferente es raro, lo raro es feo y lo feo no le gusta a nadie, así lo entendía Jaemin.

                【·。ʚ🥛ɞ。·】

Una vez Mark se fue de la casa, quedaron solo Jeno y su gatito en el sofá, el mayor estaba algo sorprendido porque Jaemin no había querido sentarse en sus piernas cuando lo llamó, siendo que desde el día anterior era lo que más hacía, tampoco le había sonreído en todo el tiempo que Mark estaba ahí, pero eso no era lo importante, seguro fue causado por lo mismo, por la presencia de alguien que simplemente no era de la confianza del pequeño niño y por ello se sentía un poco incómodo.

Cuando él al fin se sentó en el sofá y con la casa completamente sola, jaló con cuidado a Jaemin del brazo y lo sentó a horcajadas sobre sus piernas, logrando que el gatito lo mire algo confundido, hasta que Jeno atrapó sus labios en un profundo beso al cual el menor no dudo ni dos segundos en corresponderle.

Jaemin amaba con locura a Jeno, simplemente por salvarlo y mimarlo, pero Jeno era extraño y la mente del minino no lograba comprender la mayoría de las acciones de su dueño.

¿Entonces Jeno no estaba enojado? Porque ahora lo besaba, y lo estaba haciendo muy bien. Jaemin dejó libre a su cola para menearse y sus orejas sacudirse debido a los estremecimientos de todo su cuerpo.

La lengua de Jeno se movía ya de manera experta por toda su cavidad bocal, por cada rincón de esta, escuchando sus pequeños jadeos, sintiendo las vibraciones de su cuerpo y, si se atrevía a entreabrir los ojos, podía observar con claridad el temblar de las cejas del pequeño. Tan hermoso, tan precioso, tan malditamente sexy y frágil.

-Ñam..- Un pequeño maullido salió de los labios de Jaemin una vez colocó una de sus manos en el pecho de Jeno, alejándolo un poco para poder respirar. Las mejillas del menor estaban rojas, ni siquiera rosadas, simplemente rojas, mientras este tenía la punta de la lengua fuera y jadeaba ante la mirada llena de lujuria de Jeno. Jaemin ya sentía su entrepierna molestándolo de nuevo y sabía y comprendía, por los ojos ahora mucho más oscuros del mayor, que esta vez esto sería diferente que todas las otras veces.

No alcanzó respirar por demasiado tiempo porque antes de siquiera esperarlo, ya Jeno volvió a cazar sus labios con hambre y el felino se derritió por completo, dejándose llevar. -Respira por la nariz, amor.- Le dijo el más alto cuándo se separó únicamente para mordisquear su labio inferior y tras un asentimiento de este, lo besó otra vez, dejando que sus manos bajen hasta el pequeño y duro trasero de Jaemin, acercándolo más a su cuerpo.

En ese instante Jaemin pudo sentir con más claridad que no solo su cosita se ponía juguetona en esos momentos, sino también había algo entre las piernas de Jeno, ese mismo algo que tenía él y que al rozarlos con su trasero como lo acababan de hacer, causaba que unas fuertes corrientes deliciosas atravesaran todo su cuerpo. Eso estuvo bueno y Jaemin quería más.

El pequeño, sin dudarlo ni un poco, volvió a mover sus caderas al ritmo que Jeno lo había hecho la primera vez cuando estrujó sus glúteos, frotándose de nuevo aún a pesar de las telas de la ropa, soltando un ronco jadeo, mientras se apoyaba con firmeza en los hombros de Jeno y seguía el ligero movimiento.

Y si hay algo más malditamente caliente que el pequeño y sexy Jaemin, definitivamente era el pequeño y sexy Jaemin frotando su culo contra la erección de Jeno mientras la del minino se rozaba entre sus abdómenes, haciendo esos gestos llenos de inocente placer ante los ojos atentos del mayor. No, no podía ser posible tal erótica escena.

-Ya-Ya, amor. - Jeno detuvo el movimiento de su pequeño, ante la mirada de este, quien al instante hizo un puchero, sintiendo su cosita muchas veces más grande y dura que antes.

-¿Quieres que te haga sentir bien, bebé? ¿Quieres jugar conmigo?-

Jaemin asintió, sin saber muy bien a que se refería, pero eso en realidad no importaba, él quería jugar con Jeno y si Jeno decía que se iba a sentir bien, no tenía ningún problema con ello.

Los fuertes brazos del mayor se encargaron de sacarle la polera al más pequeño, dejándolo únicamente con el pantalón que le había conseguido, uno que se resbalaba con bastante facilidad. El cuerpo de Jaemin era el deseo de cualquier hombre, homosexual, heterosexual y una mierda, cualquiera desearía tener ese pequeño cuerpo bajo el suyo, gimiendo y gritando de placer.

- Ahh.- Un gemido escapó de sus labios cuando Jeno acercó su rostro a uno de sus pezones, empezando a jugar con este, pasando su lengua sobre la sensible piel. Las manos de Jaemin al instante fueron a parar en el cabello del mayor, acariciándolo, mientras se arqueaba ligeramente, soltando más de esos agudos sonidos que encendían cada parte del cuerpo del mayor. - Jen...- jadeo de nuevo, mientras la lengua de Jeno pasaba descaradamente por su botoncito de piel ¿Estaba bien sentir tanto placer?

Un maullido escapó de los gruesos y rojizos labios de Jaemin cuando sintió la leve mordida sobre su pequeño pezón derecho. Tironeó de los suaves cabellos del pelinegro, de su amor y luego jaló su rostro para atrapar sus labios en un beso. Jaemin se sentía extraño y le gustaba, pero a la vez estaba nervioso, quizás tirar del cabello de Jeno no era bueno y tenía miedo de arruinarlo, así que un beso seguro le diría cuanto lo lamentaba.

El mayor no perdió oportunidad y acomodó al más pequeño sobre el sofá, bajándolo de su regazo con cuidado, sin depegar sus labios de esa pequeña lucha entre sus lenguas, entre caricias y ligeras mordidas. Los pequeños colmillitos de Jaemin le dolían cuando el gatito se atrevía a morderle su labio inferior, pero esa sensación de dolor aumentaba la excitación de su cuerpo ¿Qué tan bien se sentirían alrededor de su miembro?

Una de sus manos bajó hasta el pantalón ligero de su minino y acaricio por sobre la tela el duro miembro de este, causando que Jaemin maullara de nuevo, en otro sonido encantador. -¿Te gusta, nene? - preguntó con la voz ronca, observando el rostro del gatito cargado de placer, mientras su mano seguía acariciando el sensible bulto, aún sobre la tela de lo único que lo alejaba de ese hermoso pedazo de carne, porque sí, no le había puesto ropa interior, ninguna le quedaba y solo se resbalaban al igual que el pantalón.

-Meooow. - Los maullidos de Jaemin eran tan fuertes, tan inocentes y encantadores, tal cual escuchar a un ángel gemir, uno que no comprendía el significado del autocontrol, de callarse o de bajar la voz, uno que simplemente se dejaba llevar por las sensaciones y si quería gritar, lo haría, porque eso sentía.

Vagamente Jeno pensó en que así eran los gatos, durante el apareamiento, solían gritar bastante alto. Totalmente ignorante hacía ese pensamiento, con lentitud, las caderas del menor empezaron a tomar vida propia, moviéndose hacia adelante, empujando su miembro más hacía la gran mano de Jeno, que lo acariciaba con firmeza sin dejar de observar su rostro. Las mejillas de Jaemin sonrojadas, mientras algunos de sus esponjosos cabellos le cubrían sus ojos fuertemente cerrados por el mar de sensaciones que estaba atravesando su cuerpo era la imagen más erótica que podía existir.

Jaemin era tan hermoso y tan puro, que la simple idea de ser el primero en corromperlo le fascinaba y hacía que su miembro vibrara más adolorido aún debido a estar atrapado bajo ese pantalón; pero primero lo primero, darle el placer que necesitaba su pequeño niño en ese justo momento.

-Je-Jen... —Jaemin lo llamó, atreviéndose a entreabrir sus ojos mientras meneaba sus orejitas, tratando de relajarse ante la sensación, hasta el momento, no sabía qué hacía Jeno para hacerlo sentir tan bien, pero le bastaba con observar su sonrisa para saber que al mayor le gustaba hacerlo sentir bien, así que todo estaba en su lugar. Jaemin lamió tiernamente la barbilla de Jeno antes de darle un juguetón mordisco, logrando sacarle otra sonrisa a este y luego que un beso se hiciera presente entre ambos.

La cola del minino se meneaba de un lado a otro, pero esta pasó a segundo plano al igual que sus sensibles orejitas estiradas hacía atrás, mientras sus rizos se pegaban a su frente debido al sudor que se empezaba a hacer presente. Luego de eso, todo se volvió blanco. Jaemin sintió la mano de Jeno meterse bajo la ropa y luego esa misma mano tomar su miembro, empezando a estimularlo, moviéndose de arriba a abajo.

Los gemidos se escucharon más fuertes, mientras una de sus manos iba hacía la de Jeno, tratando de apartarla, eso era mucho, se sentía tan malditamente bien que no parecía correcto, no podía ser posible una sensación tan profunda y sofocante, el pequeño minino sentía que se terminaría ahogando en sí mismo si Jeno continuaba de esta forma.

- J-Jen.—Los gemidos que salían de su boca eran de pura súplica, pero ni siquiera él sabía si suplica por más o porque Jeno se detenga, solo sabía que eso estaba causando que su cabeza le diera vueltas. Escuchaba la voz de Jeno decirle cosas tiernas cerca del oído. Le decía lo hermoso y perfecto que era, y lo mucho que amaba escuchar su voz de esa manera, pero Jaemin estaba perdido en sí mismo y su propio placer.

-Así, mi amor, sigue así. Estás siendo un buen niño, Jaemin. - El corazón de Jaemin seguía latiendo a mil por hora, pero esas palabras habían ayudado mucho a que continuara apretando con fuerza el brazo de Jeno ante cada oleada de placer y a que no callara esos sonidos que escapaban de sus labios junto al nombre de del mayor, una y otra vez, repitiéndolo constantemente.

La mano de Jeno era traviesa, pero ágil y gentil, él no comprendía porque, tampoco es que fuera de practicar muy seguido el masturbar a alguien más, de hecho, no recordaba haberlo hecho hace años, pero solo le hacía a Jaemin lo que le gustaba cuando se lo hacía a sí mismo y ahora era mejor, porque el delgado miembro del menor encajaba perfectamente con la palma de su mano.

Jeno aumentó el ritmo sin dudarlo, bajando su mirada a la punta del miembro del pequeño que sobresalía de debajo de la prenda. Con su mano libre, le bajó la odiosa tela por sus delgadas piernas, para apreciar mejor como la punta de la erección goteaba irregularmente, indicándole que Jaemin estaba cerca de llegar al final.

Todo encajaba tan perfectamente. Jaemin susurraba su nombre y solo su nombre mientras se estremecía de placer bajo el simple tacto de su mano. Mierda, si eso solo era el nivel uno, no quería ni imaginarse todo lo que pasaría cuando aumentaran a algo más complejo.

-Ahmm, Jen. - Jaemin  lo llamó, logrando juntar sus labios un poco, al menos, para que Jeno pudiera observar su infantil puchero antes de continuar gimiendo, arqueando su espalda de tal modo que esta se despegaba de la tela del mueble. Jaemin entreabrió sus pequeños ojos esmeraldas con dos lagrimones a los lados de estos, causados por el placer, mientras Jeno se acercaba a besarlos y limpiarnos.

- Está bien, amor. Quiero que llegues. Vamos, Jaemin, córrete para mí ¿Si?- Y otro beso más en su rostro. Jaemin no comprendía muy bien a que se refería Jeno, pero lo hizo cuando tras sentir un fuerte apretón de la mano del mayor en su sensible miembro, un líquido color blanquecino salió con fuerza de la punta de este, manchando todo su pecho, observando claramente como tira tras tira escapaba de la cabeza de su cosita, como Jaemin le decía, mientras sentía su cuerpo vibrar y llegar a tal punto de placer que no podía pensar y solo sabía gemir.

Jeno también llegó simplemente con observar como Jaemin, aún ido por el placer, llevaba su mano a su propio abdomen, pasando sus dedos por lo que quedó de su esencia y llevándose eso a la boca, lamiéndolo un poco, entre pequeños jadeos, tratando de recuperar su respiración normal.

Jaemin solo quería saber qué era eso y a qué sabía, pero eso se vio tan malditamente caliente para Jeno.

Ahora el mayor comprendía porque los gatos como Jaemin eran considerados los mejores juguetes sexuales de todo el mundo y sabía mejor porque el cuerpo de Jaemin era tan perfecto, pero por sobre todo, ahora comprendía el cuerpo de quien quería y ansiaba tener bajo el suyo para siempre, porque eso deseaba y eso tendría, Jaemin sería suyo para siempre.

                 【·。ʚ🥛ɞ。·】

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