Un crush pero sin el candy

By CalisaSoler

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¿Cuál es la tontería mas grande que has hecho en nombre del amor? Si le preguntases a Erick, definitivamente... More

Dedicatoria
Prólogo
CAPÍTULO I
La terrible primera noche
Flashback
La verdad tras la máscara
CAPÍTULO II
Preparativos
Inocente hasta que se demuestre lo contrario
Yo nunca, nunca...
CAPÍTULO III
Recuperación
Reposo
Sano

El martirio continúa

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By CalisaSoler

Capitulo I


—¡Emily! —llamó Hally en cuanto la vio.

—Amiga —sonrió la castaña quien saludó a la otra con un abrazo—. ¿Cómo te fue con Peter ayer?, ¿lograron resolver las cosas?

Hally asintió contenta mientras comenzaba a caminar a la entrada de la escuela junto con su amiga— salió mejor de lo que esperaba —Emily suspiró agradecida con las palabras de Hally, estaba feliz de que Erick no hubiese estropeado la relación de su amiga—, especialmente luego de que Erick fuese a pedirnos disculpas a mi casa.

Entonces Emily la miró extrañada, al notar eso Hally la observó de igual manera— dijo que se sentía mal por lo que dijo durante el almuerzo —le explicó—, ¿no fue a pedirte disculpas también?

Emily negó con la cabeza para luego soltar un sutil «no».

—¿Ni siquiera un mensaje? —insistió la rubia, pero esta vez Emily solo se limitó a negar con la cabeza.

A Emily no le molestaba en absoluto que el chico hubiese ido hasta la casa de Hally a disculparse con sus dos amigos; lo que si le molestó fue el hecho de que no se dignó a siquiera mandarle un mensaje con un simple «siento lo del almuerzo» luego de haberle gritado y dejado sola bajo la mirada de todos los alumnos. Se sintió sumamente desplazada.

—Tal vez ya no le importo —respondió tajante.

Hally se sorprendió por las palabras de su compañera— ¿qué dices?, pero si son mejores amigos.

—Seamos sinceras, desde hace un tiempo para acá ha dejado nuestra amistad en segundo plano —se detuvo para ver a su amiga.

—¿Pero has hablado con el sobre eso? —preguntó Hally colocándose frente a ella con el evidente deje de preocupación adornando su rostro.

—Lo he intentado, pero siempre que quiero hablarle sobre nuestra amistad... el... —respiró hondo y sintió como un nudo comenzó a formarse en su garganta, tragó saliva tratando se deshacerlo, pero sabía que el efecto no duraría mucho—... cambia de tema... por... —entonces su propio ahogo la interrumpió, casi terminaba la oración por un «ti».

Al notar que su amiga se desplomaría a llorar, la tomó de la muñeca y la llevó lo más rápido que pudo hasta en baño, una vez dentro se aseguró que no hubiese nadie más.

—Entonces, ¿por qué cambia el tema? —preguntó Hally mientras se quitaba su mochila y la dejaba sobre los lavabos.

Emily suspiró y tuvo que apretar sus labios para no proferir un enojado «por ti»— por una chica de la cual está enamorado.

Hally abrió sus ojos lo más que pudo debido a la sorpresa, la castaña había sido muy directa— rayos —murmuró.

—Si, rayos —dijo Emily de mala gana.

La rubia sabía que Emily tenía un crush desde hacía un tiempo con el pelinegro, así que sintió como la ira la recorría, se dejó embriagar por el enojo que sentía al ver a su amiga llorar por algo que se les escapaba de las manos, se sentía impotente.

—De seguro es la perra obsesiva de Stephany —refunfuñó la rubia molesta—, quiere llevarse a todo lo que camine con ella. Una vez trató de seducir a Peter en mi cara, aún no éramos formalmente novios, pero ya teníamos tempo saliendo —habló rápidamente.

Hally observó cómo los ojos de su amiga se cristalizaban, logrando que la rubia se sintiese relativamente culpable.

—¿Al menos me podrías decir de quien se trata? —pidió—, debo conocer al enemigo.

—Si te digo... —tembló la castaña tratando de evadir la mirada de su amiga—... ¿me prometes que nada va...?

Pero el sonido de la puerta de baño siendo bruscamente abierta hizo sobresaltar al par de amigas.

—¡Pero si son Hally Werling y Emily Giovani! —exclamó una voz femenina con falso entusiasmo.

—Stephany —susurró Hally con el ceño fruncido.

Emily no se atrevía a darse vuelta, lo último que quería era que la famosa Stephany la viese llorando.

—¿Qué haces aquí? —inquirió Hally cruzándose de brazos.

—Lo de siempre, vengo a abrir la cámara de los secretos —sonrió, Hally la siguió mirando con recelo, esperando a que la morena dijese la verdad—. Elizabeth me dijo que de tus perfectos labios rosas salió la palabra «perra» seguido de mi maravilloso nombre.

De repente, la última puerta del baño se abrió, dejando salir a una chica de rasgos asiáticos con una sonrisa.

—Deberías aprender a revisar mejor —se burló Elizabeth de la rubia.

—He venido a saber que he hecho yo para merecer tal insulto —habló la morena cerrando con seguro la puerta del baño.

—Peter —respondió Hally cortante.

—¿Tu novio el hermoso?, Hally, eso fue hace mucho tiempo... —dejó unos segundos de silencio antes de proseguir—... pero te aseguro que si hubiese puesto menos atención en clases y más en el alemán...

Pero Stephany no terminó de provocar a Hally cuando esta le interrumpió su discurso amenazador— Si, bueno —pronunció.

Hally pensó un poco en su situación actual, no quería incomodar aún más Emily de lo que ya estaba, pero, Stephany era conocida por saberse cada uno de los chismes de la escuela; si alguien podía decirle quien era la persona que estaba detrás de Erick seguramente era ella.

La chica respiró profundo y prosiguió— ¿has hablado con Erick últimamente?

—No —respondió curiosa la morena, desvió su vista hasta el espejo en donde se veía reflejada la triste mirada de Emily—. ¿De eso hablaban?, ¿de Erick? —las dos amigas interrogadas fruncieron los labios, la morena era todo menos estúpida—. Emily —llamó haciendo que la nombrada asintiera en señal de que la escuchaba—, ¿estas llorando porque Erick no te presta atención?, ¿es eso?, amiga, ese chico no vale tus lágrimas.

—¿Y tú como lo sabes? —reclamó Hally.

—Toda la escuela lo sabe, bueno —corrigió—, todo excepto Erick.

—Ah, ¿sí?  —inquirió molesta la rubia haciendo que la morena asintiera—. Supongo que ya que andas en toda esta movida sabes quién es la chica que ha estado distrayendo a Erick —la morena sonrió y asintió—, entonces habla.

Emily se volteó lentamente, procurando que Stephany viese su expresión y evitara decir la verdad inminente.

—Mis chismes tienen un precio —justifico.

Hally apretó los labios antes de proseguir «genial, ahora nos he metido en un problema más grande», se quejó de sí misma— ¿qué quieres?

—No pido mucho —sonrió haciendo temblar a Hally—, solo quiero ir a tu fiesta de cumpleaños.

—¿Eso es todo?

—¿Quieres que suba el precio?

—No, creo que es aceptable tu oferta —aceptó el trato—. Ahora dime lo que quiero saber.

La morena sonrió con malicia, ella sabía perfectamente que la chica era la mismísima Hally, pero no quería generar problemas con Emily llorando— ¡por su puesto!, te lo diré el día de la fiesta, estoy segura de que esa chica asistirá.

La rubia entreabrió su boca por la sorpresa— o sea que la conozco —quiso corroborar.

—Obvio —confirmó la morena desviando su mirada a Emily—. Creí que tenías mejores gustos.

—¡Mi amigo es un gran partido! —defendió Hally mientras veía a Stephany quitarle el seguro a la puerta y salir de ahí seguida de su amiga asiática.

—Ya deberíamos estar en clases —advirtió Emily cabizbaja mientras tomaba su bolso para salir del baño, pero sorpresivamente su amiga detuvo su paso—, ¿qué sucede hora?

—No puedo dejar que vayas a clases con la cara de haber estado llorando —defendió su movida—. Aunque nos perdamos historia.

Emily observó con impresión a Hally, la rubia no era de las que se saltaba las clases— ¿estás segura?

—Claro —actuó con rebeldía mientras sacaba una mota de maquillaje de su bolso—, total, ¿qué es lo peor que podría pasar?

—Que los patriotas se enojen y nos lancen una maldición —murmuró Emily, pero Hally alcanzó a escucharla y rio un poco, al menos sabía que su amiga estaría de un humor aceptable para el final del día.

***

Para el final del día tres de los cuatro amigos se encontraban desparramados en sus asientos en el aula de detención.

—No puedo creer que nos hayan castigado por saltarnos historia —comentó Hally con la cabeza hundida entre sus brazos.

—Yo no puedo creer que Peter haya lanzado su libro al pizarrón para que lo castigasen contigo —dijo Emily observando al alemán que se encontraba dibujando en el pizarrón.

—Y yo no puedo creer que me hayan castigado por ir a recoger el libro de Peter —se quejó Erick quien mantenía sus brazos cruzados en su asiento detrás de Hally.

—¡Uy! —exclamó una quinta voz— Y yo no puedo creer que a «a» le guste «a» —terminó la voz de Stephany.

Los alumnos castigados de ese día la miraban con la máxima expresión de odio, de hecho, de deberías impresionarte si el sentimiento público se llegase a materializar tomando vida y devorándose Stephany de por medio. El comentario que había lanzado la chica aplicaba a casi todos los estudiantes, enamorarse en tiempos de escuela es algo que le pasa a cualquiera.

La morena rodó los ojos— gracias por sus miradas de amor, me hacen sentir especial —los alumnos volvieron a pasar el rato (no sin antes mirar mal a la chica que se encontraba sobre el escritorio vacío)—. ¡Y, Peter!, ¿desde cuando te gusta Erick?, ¡digo!, Hally —sonrió—. Se me hace difícil pronunciarlos por separado, parece que vienen juntos.

Peter dejó de dibujar lo que parecía ser un intento de palmera para poder ver a la chica. Stephany le presionó a responder con la mirada; Peter no entendía el lenguaje expresivo de las chicas así que en lugar de jugársela volteo a ver a su novia y ella negó con la cabeza.

—Tengo derecho a guardar silencio —le sonrió en respuesta ganándose una sonrisa por parte de su novia y la morena.

—Eres un chico muy listo —halagó la morena, haciendo que Hally dejase de sonreír—. ¿Qué estás dibujando?

Una voz al fondo del salón se alzó— ¿nunca te callas o qué?

Stephany le miró mal, muy mal; murmuró la misma pregunta con odiosidad y volvió su vista al pizarrón, el dibujo deforme parecía más entretenido que sus compañeros de escuela.

Mientras eso ocurría, Erick se quedó pensando en las palabras dichas por Stephany «parece que vienen juntos». Su conciencia volvió a actuar por si sola brindándole palabras que lo hacían confundir cada vez más, para salir de dudas comenzó a llamar la atención de Emily.

—¿Qué sucede? —le preguntó la castaña.

—No lo sé —comenzó—, te quería preguntar... aquí entre nosotros... respecto al comentario de Stephany... —volvió a hacer una pausa que empezó a desesperar a Emily—... ¿crees que se note que me gusta... ya sabes quién? —pronunció lo último en un intento de lenguaje clave.

Emily estaba gritando por dentro, ¿cómo era posible que ese chico le gustara?, era un insensible, egoísta y mal amigo; se odiaba por eso, por prestarle atención, incluso parecía que la molesta de Stephany tenía razón.

Sentía como su sangre se calentaba, lamentablemente fijó su vista en el rostro del muchacho, logrando perderse en sus ojos, sus facciones, su deje de preocupación, incluso podía ver todos los sueños que tenía el chico... de verdad le gustaba— creo que será mejor hablarlo en otro momento —advirtió—, estamos rodeados de alumnos chismosos sedientos de drama.

Erick asintió— tienes razón, lo mejor será hablarlo después de la escuela —finalizó el chico dejando el tema de lado.

Emily sintió su mundo temblar, Erick la había invitado a salir... solían salir casi siempre, ¿por qué ahora debía ser tan diferente?, ¿por qué le debía preocupar lo que pasara?, no estaba de acuerdo, pero el repentino aceleramiento de su corazón le hizo recordar el motivo de su entusiasmo.

«Solo es algo temporal», se recordó en un intento desesperado por serenarse, «ya pasará».

Emily no recordaba exactamente desde cuando le gustaba Erick, ni siquiera sabía que era lo que le atraía de él, solo sabía que le que quería como un amigo y más.

—Emily —llamó Hally agitando la mano frente a su rostro—, ¿estás bien?, ¿qué te pasa?, ¿es por lo que dijo Stephany hace un momento?

La castaña negó, ganándose el desconcierto de su amiga— Es Peter —respondió haciendo que la rubia la mirase incrédula, «¿en qué le afectaba Peter?», pensó la de ojos verdes.

El alemán escuchó que su amiga no estaba bien, así que preocupado se dio la vuelta, cuando escuchó su nombre sintió que el mundo le bajaba a los pies «¿ahora que hice?», se preguntó viendo a sus amigas

—¿Eso son cocos o rocas? —preguntó Emily. Peter siguió la mirada de la castaña y terminó por observar su propio dibujo.

El alemán apuntó en el marcador las hojas de la palmera; Emily negó, entonces apuntó a la base de la palmera y esta vez la castaña asintió— son estrellas de mar.

Los amigos miraron el dibujo un tanto consternados.

—Amor... —Hally quiso continuar con una oración prudente, pero no sabía cómo decirle a su novio que el dibujo parecía hecho por un niño de preescolar... sin ofenderlo, claro.

—Ya sabemos que no conquistaste a tus fans gracias al arte —se burló la morena mientras bajaba del escritorio para ver el dibujo más de cerca.

Cuando Erick la vio caminar reparó en algo y no dudó en preguntar— ¿y tú por qué estás aquí?

Stephany se encogió de hombros como quien no quiere la cosa— supe que te habías castigado y quise venir —tampoco dudó en guiñarle un ojo al chico.

Erick apartó la vista sonrojado, nadie lo culpaba, cualquiera se habría puesto nervioso— uhhh... —le fastidió Peter mientras bailaba en su lugar—... alguien consiguió novia.

Pero antes de que el alemán pudiese seguir fastidiando a su amigo, Hally le lanzó una mirada que logró hacer estremecer al cuerpo de Vogel. La rubia señaló con la mirada a Emily, quien rio tratando de romper el pequeño momento de tensión.

A pesar de todo, lo que a la castaña de apellido Giovani le resultó gracioso fue el baile improvisado que realizó Peter mientras se burlaba de su amigo, si, Erick era su amigo y era algo que probablemente jamás cambiaria; sentir celos hacia otras chicas era algo soportable y temporalmente irremediable, pero estaba dispuesta a evitar que su crush con Erick arruinase el tiempo de calidad con sus amigos.

Sí, eso había decidido justo en ese momento, cuando se quiso reír. Gracias a la pequeña broma que realizó Peter encontró el valor que necesitaba para salir con Erick ese mismo día.

¿Quién diría que un problema que se veía tan complejo fue resuelto gracias a unos pasos de baile mal hechos y a un dibujo deforme de una palmera?

***

—¡Adiós! —se despidió Hally de sus amigos tomando la mano de Peter dirigiéndose en dirección contraria.

—Nos vemos —respondió Erick junto con Emily, el chico no aguantó la incertidumbre y su impulso le hizo propinar un comentario «precipitado»—. No puedo creerlo, ¿viste como Hally lo ve?

Emily volteó sin disimulo para ver a la pareja; como si algo se hubiese encendido dentro de Hally, ella también se dio la vuelta encontrándose con la mirada de su amiga, la rubia levantó los pulgares en señal de aliento. Peter se dio cuenta de la distracción repentina de su novia y con calma decidió mirar hacia atrás para ver que sucedía; Emily se dio cuenta de las intenciones del alemán así que volteo al frente tan rápido como pudo. Erick sintió el movimiento repentino, así que el volteó y se encontró con la mirada de Peter.

Erick le sonrió a el alemán y su amigo le devolvió el gento con amabilidad, cuando Williams volvió su vista el frente una pregunta se formó en su cabeza «¿por qué rayos Emily y Peter se estaban mirando?».

—¿Qué me decías? —preguntó la castaña intentado que Erick pasase por alto lo sucedido.

—Eh... —murmuró mientras hacia su mejor esfuerzo para hacer a sus neuronas responder rápidamente—... ¿alguna vez... —comenzó—... te ha gustado mucho una persona, pero sabes que es casi imposible que algo suceda entre ustedes porque «esa» persona solo tiene ojos para alguien más?

Erick no había terminado de hablar cuando Emily quiso llorar, pero no se lo permitiría, así que solo tarareó un pequeño «um-hum».

—¿De verdad? —dijo Erick casi gritando de la impresión, el que su amiga hubiese desarrollado un crush con alguien y que jamás le hubiese dicho le dejo los sentidos congelados.

—Si. —respondió rápidamente la chica.

—¿Quién?, ¿cuándo?, ¿está pasando ahora?, ¿por qué nunca me contaste?, ¡se supone que somos amigos! —el chico parecía desesperado, y eso le produjo a Emily una pequeña risa, pero lentamente la detuvo al recordar el incidente en la cafetería, aún seguía molesta por eso... tal vez debía ser madura y conversarlo con Erick; si, quería hacerlo, y ese era el momento.

—En realidad no importa, quisiera hablar de...

Pero Erick la interrumpió— ¿Cómo que no importa?, ¿estás bien?

—No pasa nada. Quiero hablar del accidente en la cafetería. —detuvo su caminar para hablar mejor.

—Oh... —Erick también detuvo su paso al notar que su amiga lo hizo—... bueno, pensé que Hally te lo había dicho, no debes preocuparte por eso —respondió posando una mano en el hombro de la castaña—, ya me disculpé con ellos, todo lo de ese día está arreglado.

Esas palabras bastaron para que Emily se saliera de sus casillas, fueron más que suficientes como para que la madurez con la que se pensaba tomar la situación se fuera a la basura.

Erick observó que la chica se quedó callada mirando a un punto fijo, lo atribuyó a que Emily se encontraba molesta con Hally por no haberle contado nada, así que decidió hacer tema de conversación para que no se enfrascara en el asunto.

—No sé qué hacer respecto a mi situación romántica, ¿debería decirle algo?

—¡Creo! ...—espetó la chica con un evidente mal humor que logró espantar a Erick, haciendo que el muchacho ahogase un grito—... que deberías sentarte y pensar con la cabeza fría —entre más hablaba, más fruncía el ceño y su cara adquiría un tono las rojizo—. El cumpleaños de Hally está a la vuelta de la esquina y lo mejor es que no generes problemas.

—P-pero —Erick tartamudeó, pero la mirada de Emily hizo que guardase silencio.

—¡Si tanto te importa pide la opinión de alguien más! —exclamó dándole la espalda, si seguía ahí lo más probable es que terminase soltando muchas palabras y oraciones descorteses; sabiamente se retiró del lugar dando zancadas—. Siempre es igual. —murmuró cuando estuvo lejos.

El pelinegro se quedó pasmado en su lugar, definitivamente había dicho algo que la molestó... no sabía el que, pero ya lo descubriría otro día. Ahora se encontraba pensando en las palabras que profirió la muchacha «pregúntale a alguien mas».

No tardó mucho en pensar a quien pedirle una segunda opinión, ya que las primeras palabras de Emily no eran las que quería escuchar. Stephany sabía todo de todos, era la única que le podía dar un segundo consejo, y ese era su mejor plan.

Más tarde cada amigo de encontraba en su respectivo hogar, durante la noche cada uno sufría un martirio diferente que no les dejaba dormir.

Primero estaba Hally; trataba de pensar en quien podría ser la otra chica que se traía intenciones con Erick... ella sabía que Stephany tenía la palabra final, pero tenían un trato y debía esperar... aun así, la chica deseaba adelantar su respuesta, pero sabía que era muy orgullosa para hacerlo «pero... ¿y si dejo mi orgullo de lado por esta vez?», se preguntó a si misma volviendo a dar otra vuelta en su cama.

Peter sentía que se estaba formando una evidente tensión en su grupo de amigos; no comprendía el porqué, fue un cambio repentino, jamás habían discutido tan seguido, las chicas siempre se traían algo... pero su intuición le decía que esta vez era diferente, temía que se siguieran distanciando.

Emily estaba incómoda, enojada, frustrada, y cuando la sangre no le estaba hirviendo como agua en olla de presión se ponía a llorar con todos los motivos del mundo. Sentía que le estaba mintiendo a su mejor amiga, que su vida amorosa era un fracaso y que toda la escuela lo sabía.

Por último y no menos importante estaba Erick, él pensaba en como preguntarle a Stephany sin que sus amigos se dieran cuenta y sin notarse que estaba desesperado.

—Me lleva —refunfuñó quitándose la cobija de golpe en cuanto escuchó como una masa de papel cayó al suelo. La cubierta del agujero en su ventana se había vuelto a caer dejando al descubierto total el desastre causado por Hally—. Ya es la segunda vez en lo que va de la noche —murmuró molesto.

Cuando volvió a tapar el hoyo un golpeteo en la puerta de su habitación llamó su atención.

—¿Se puede? —preguntó su padre desde el otro lado.

—Si —alargó la última y única silaba—. ¿Qué sucede?

Su padre entró a la pieza y le dio un recorrido rápido con la mirada, dejándose impresionar porque esta estuviese decentemente acomodada. El hombre terminó de entrar y cerró la puerta tras de sí— eso mismo te quiero preguntar, ¿qué sucede?, te veo más cansado de lo usual y tú madre me ha enviado preocupada —le respondió en tono paternal mientras avanzaba y tomaba asiento en la cama de su hijo.

El pelinegro desvió la mirada, pensaba que ya todo lo que le había pasado había sido suficiente prueba del destino, pero por si fuera suficiente, ahora su padre venía hasta su habitación preocupado por sus sentimientos.

—No es nada —excusó mientras se sentaba al lado de su padre.

El señor Williams conocía lo suficiente a su hijo como para saber que había querido evadir completamente el tema. El señor utilizó su mejor arma, dejó que un gran silencio tortuoso cubriera la habitación; el muchacho cada vez se impacientaba más, quería explotar súbitamente con tal de acabar con esa tensión que se estaba formando solo en él.

—¿Es por una chica? —preguntó finalmente. Erick solo asintió bajo la influencia del silencio tortuoso que había sufrido momentos antes—, ¿es por Hally? —su hijo volvió a asentir, ahora más apenado—, ya veo.

El señor volvió a hacer silencio, pero esta vez Erick no lo soportó, se doblegó ante el impulso— me gusta mucho.

—¿Y ya se lo dijiste? —Erick negó—, ¿por qué no?, hijo... —llamó la atención haciendo que el menor le mirase—... es mejor vivir sabiendo que fuiste rechazado a que la presión de un «si hubiese» te carcoma los sentidos.

Erick tuvo que tragar grueso, su padre tenía toda la razón, el muchacho jamás se había sentido tan culpable en su vida como en aquel entonces, sentía que tenía la culpa de todo lo que pasaba y lo que no, había reemplazado horas de sueño por tiempo de sufrimiento y eso llamó la atención de sus padres.

Se sentía mucho más que avergonzado.

—Ella... —comenzó el menor—... tiene novio —terminó mientras inhalaba todo el aire que sus pulmones le permitían, jamás le había costado tanto decir tres palabras en su vida.

El señor Williams carraspeó un poco y procedió a colocar su mano en la espalda de su hijo, sabía que el menor quería llorar; así como sabía que no lo haría frente a él— si te gusta... he de suponer que harías todo por ella —su hijo asintió efusivamente—, incluso dejarla ir.

—¿Qué? —preguntó el chico con los ojos cristalizados.

—Sé que tal vez no es la respuesta que quieras oír, pero, por atención a lo siguiente; el único con la capacidad de tomar tus decisiones y aplicarlas eres tú. Te he dado mi consejo, pero tú eres el dueño de tu destino —finalizó su pequeño discurso poniéndose de pie y dirigiéndose hasta la puerta; volteo a ver a su hijo, ahora el menor se encontraba más tranquilo, el brillo se había apagado en sus ojos, pero ahora parecía pensar en su siguiente movimiento, como un jugador de ajedrez examinando las piezas en el tablero.

El señor se dirigió a la habitación que compartía con su esposa, intentó hacer el mayor silencio posible, pero se llevó una gran sospesa al encontrar a su esposa Nicole Williams tan despierta como un búho nocturno.

—¿Cómo te fue? —preguntó rápidamente la mujer.

—Estará bien.

—Erick... —habló en advertencia.

El señor Erick no tuvo más remedio que contarle la pequeña charla que tuvo con su hijo, la señora Nicole escuchaba atentamente cada una de las palabras y analizaba con calma los gestos que le proveía su esposo mientras hablaba. Cuando hubo terminado de contar la historia la habitación quedó en un pequeño silencio hasta que Nicole decidió hablar.

—Debemos apoyarlo en todo—afirmó—, pero solo él puede salirse de donde está... un chico enamorado jamás escuchará razones.

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