Al despertar te extraño.
Abro los ojos y lo primero que busco es mi celular, ¿habrá algún mensaje tuyo? Pero nunca hay nada, y un nudo en mi garganta obstruye mi respiración. El pecho duele como si estuviera a punto de sacar fuego por la nariz. Ya no estás, y eso duele.
¿Es muy temprano para llorar? O muy tarde. Y todo el dia pienso que debí hacer algo diferente mientras te tenia. Me torturo dia y noche pensando en ti. Abro mi celular, veo tu chat ahí, fijado como el primero de ellos. Y entonces mi mente va a los momentos felices, me dabas los buenos días con una copa de vino, me dejabas escuchar tu voz, a veces 3 segundos, a veces 3 minutos, es cuando más te lloro. Es cuando más te sufro.
Las mañanas son las peores.