No puedo apreciar mucho nuestra habitación para ser honesta, mis cinco sentidos están consumidos por los labios de Zac sobre los míos y sus insistentes manos que intentan sacar mi blusa sin mucho éxito. Una risita me ataca y él gruñe medio resignado mientras su boca baja por mi cuello hasta encontrar el punto sensible que casi me hace flaquear.
—Zac, debo hablar con Lisa...
Sus manos van directo a mis muslos y me levanta con facilidad para estampar mi cuerpo contra la pared con el mayor cuidado posible. Cuando siento sus besos ir a la base de mis pechos, no puedo evitar arquear mi espalda para darle todo el acceso posible a esa sensible zona.
—Zac, tienes que... —Cierro los ojos con fuerza y muerdo mi labio inferior buscando mi propio autocontrol—. Bájame —exijo. En cuánto esa palabra es liberada de mis labios, algo se activa en él y se aparta justo lo que necesito. Amo demasiado que entienda cuando no es el momento, pero sé que, en el fondo, teme que yo sienta miedo o inseguridad durante nuestros momentos de intimidad.
—¿Te lastimé? —indaga, con el ceño fruncido y la respiración agitada. Su cabello, previamente despeinado por mis manos, lo hace lucir salvaje y un nuevo nivel de deseo es desbloqueado en mi cuerpo.
—No, cariño, te aseguro que lo deseo tanto como tú, pero sería muy mala amiga si me quedo teniendo sexo contigo, sabiendo que Lisa no está bien.
—¿Quién dice que no está bien?
Pero es que los hombres nunca se dan cuenta de nada, hasta Ethan tenía la cara contorsionada de disgusto y su mejor amigo no lo notó.
—Escucha, quiero que invites a los chicos a tomar una cerveza, Aiden conoce la ciudad y sabe a dónde ir. Tara y yo, nos quedaremos con Lisa e intentaremos averiguar qué pasa. Te pido que hagas lo mismo.
—Bonita, hace un frío que pela, prefiero quedarme entre las sábanas y si es contigo, aún mejor... —Se vuelve a acercar, pero me aparto con rapidez de sus tentadores brazos.
—Has esto por mí, pero también hazlo por tus amigos y en la noche te lo compensaré. Lo prometo.
Para rematar mi chantaje, paso mis brazos sobre sus hombros y lleno de besos su cuello. Sé cuánto ama que le dedique mi atención a esa parte en particular. Zac suspira y por fin asiente.
—Te enviaré un mensaje cuando salgamos de la casa —dice y toma su chaqueta.
—Gracias y no creo que sea necesario que te diga lo que pasará si vuelven a llamarme de una estación de policía, ¿verdad?
—Mantendré mis manos guardadas, amor... —Lo miro mal y él sonríe—. También tu hermano.
—Con cuidado.
Un beso de despedida más tarde y lo veo salir por la puerta con pocas ganas de tener un momento de hombre. Me preocupa un poco la situación de Lethan y ahora mismo solo quiero saber que nada malo les está pasando, que son solo ideas mías, aunque mis corazonadas fallan muy poco y ese pesar es insoportable. Mi teléfono vibra y no puedo evitar voltear los ojos con dramatismo cuando leo el mensaje.
Tomo la señal para ir directo a buscar a Tara y con ella a mi lado, será más sencillo apoyar a Lisa en lo que sea que necesite. En cuanto tocamos la puerta del cuarto de Lethan, siento algo feo en el pecho y mi corazón comienza a latir de forma apresurada. Unos segundos después la imagen que nos recibe a Tara y a mí, me hace ver la razón de mi malestar. Los ojos llorosos de Lisa me hacen querer llorar y aun no entiendo el porqué.
—Oh, cariño... —susurra Tara y la abraza mientras Lisa se rompe en sus brazos.
Dos minutos después, nos encontramos las tres en la gran cama matrimonial de una de las muchas habitaciones que tiene la casa de mis padres. No sé qué habrá pasado, aunque es algo grave sin duda, he visto a Lisa de mal humor por haber discutido con Ethan, a todos nos ha pasado, sin embargo, esto es diferente y ella lo sabe.
—Lisa, sabes que te apoyo en todo lo que necesites —le digo en un intento de calmar sus sollozos.
—Lo amo, pero siento que él ya no me ama a mí —gimotea entre lágrimas.
Entiendo a la perfección como se siente y debo admitir, con una mano en el corazón, que es de las peores sensaciones que puede experimentar una mujer. Sentir que de la noche a la mañana algo cambió y darte cuenta de que en realidad no fue de un día para el otro. El cambio es lento y tortuoso, pero no nos damos cuenta hasta que vemos el resultado.
—¿Cuál fue la gota que derramó tu vaso? —indaga Tara, mientras le tiende un pañuelo.
—Joyce —murmura, con los dientes apretados.
—Su ex, ¿ella por qué figura en esta ecuación? —cuestiono con confusión.
—Porque lo buscó hace unas semanas y ambos salieron a almorzar.
Mi estómago se cae al suelo. Veo y siento la inseguridad de Lisa en cada una de sus palabras. El hecho de que ella piense que Ethan ya no la ama, significa que le dio un buen motivo para eso.
—Tal vez solo fue un almuerzo de amigos.
El optimismo de Tara no es bien recibido por Lisa, ya que se echa a llorar de nuevo y con más fuerza que antes. Le doy una mirada de reproche a mi amiga y ella simplemente se encoge de hombros.
—Lisa, dime qué pasó con exactitud.
—Ya lo dije, almorzaron y quizá no me habría molestado tanto si no lo hubiera descubierto por unos mensajes en su teléfono. Él no fue honesto y cuando lo enfrenté, no hizo más que justificarse.
Lisa se levanta y comienza a caminar de un lado a otro como una leona enjaulada. Molesta como nadie y de alguna forma logra transmitir ese sentimiento. Creo que yo estaría peor si encuentro mensajes de Zac con Camile sobre un encuentro del que no fui informada, y no por los celos, sino por el hecho de que nadie esconde algo que no sea malo.
—¿Qué dijo Ethan al respecto?
—Que solo son amigos y que el almuerzo no fue más que eso, pero entonces, ¿por qué esconderlo? Cuando lo enfrenté, me reclamó por revisar su teléfono y por la falta de confianza. ¡¿Yo?! Por favor, no tendría falta de confianza si fuera sincero conmigo.
—Estoy de acuerdo, Lisa, pero, ¿lo dejaste explicar algo más?
—Le di todas las oportunidades, Em, esto pasó después de la pelea de Zac y no hemos hablado casi nada, me duele, pero creo que ya di todo por esto y no veo que tengamos más futuro.
—No, espera, estás pensando con la cabeza caliente —interviene Tara—. Ambos están aquí, para pasar un mágico fin de semana juntos, para solucionar sus problemas porque a pesar de los pleitos, aún tienen mucho amor entre ustedes, eso no desaparece por una pelea.
—Es más que eso, chicas... —Lisa se deja caer en la cama y suspira—. Me di cuenta de que exageré cuando le salté directo a la yugular con mis celos y acusaciones. Quise disculparme, pero no me ha dado la oportunidad, se levanta cada mañana y se va al gimnasio, para volver cuando ya estoy dormida. Una se da cuenta cuando algo está roto y me duele muchísimo saber que lo nuestro acabó.
—¿Tú vas a terminar con él? —pregunta Tara, con lástima.
—Lo siento, Em, no quería arruinar el aniversario de tus padres, cuando nos invitaron todo estaba bien y la verdad no quería dar muchas explicaciones de por qué no iba a venir.
—Lisa, no debes disculparte, si no te sientes cómoda aquí, yo misma soy capaz de acompañarte a Londres en la mañana, aunque me gustaría saber que esto tiene una solución porque sé que ambos se aman mucho para dejarlo así.
—No me iré, pondré todo de mí para pasarlo bien con ustedes y que Ethan se vaya al demonio.
—Así se habla —dice Tara y la miro con sorpresa—. ¡Al demonio los hombres! Hoy tendremos noche de chicas y bebé, lo siento aún no puedo expulsar a mi niño —bromea mientras acaricia su vientre redondo.
Lisa se ríe a pesarde las lágrimas y eso me saca una sonrisa. Tenemos mucho helado para tomar ypelículas de Bridget Jones que nos harán la compañía suficiente. Solo esperoque los chicos no abusen de las bebidas, porque hoy no es un buen día parasacarlos de la cárcel.
Bueno, he tardado con este capítulo y quise probar algo nuevo con la captura de WhatsApp jaja, espero que les guste! No me voy a enrollar mucho con las palabras así que simplemente espero que se estén cuidando y que disfruten de la lectura. Muchas gracias y como siempre, lo leo...x