— ¡¿Tienen una qué?!
— ¡Una catapulta! Aunque parece construida por un niño... Aunque... Un momento... Demonios...
Raven desaparece y, un segundo después, suena el disparo de un rifle.
— ¿Qué está haciendo?
— ¡Proyectil! Es un...
Antes de que pueda terminar, algo pesado cae frente a nosotros. Un cuerpo inmóvil con un balazo en la frente.
— ¿Un cadáver...?
—No solo eso: un zombie. Tu francotirador lo mató antes de que cayera.
— ¿Están... arrojándonos zombies? ¿Qué planean? ¿Luchar contra los zombies por nuestra comida?
—O tienen un plan para hacerlo... o el hambre los ha vuelto locos.
Suena otro disparo. Esta vez, todos preparamos nuestras armas.
— ¡Fallé! ¡Cuidado!
Antes de que podamos reaccionar, Zero lanza uno de sus cuchillos, matando al zombie antes de que aterrice.
— ¡Oh!
— ¡Impresionante!
— ¡Dejen de perder el tiempo y saquen a toda esta gente de aquí! ¡Evacuación!
Zero saca su cuchillo del cráneo del zombi muerto y se acerca Jacob.
—Voy a encargarme de esa catapulta. Prepárate para atacar cuando te dé la señal.
— ¡Espera! Tiene que haber otra forma... no quiero matar a toda esa gente. Además, tampoco nos sobran las balas.
— ¿Te están lanzando zombies y aun así les perdonas la vida? Quizá tú no estés dispuesto a matar por salvar tu vida, pero yo sí.
—Espera...
—Tú, mujer, ven conmigo.
—De acuerdo, Zero. Te acompaño.
—Te quedas aquí, soldado. Es una orden.
—Escucha, amigo, alguien tiene que acabar con esa catapulta. Puedo hacerlo yo. Pero necesito que alguien me cubra.
—Quiero hacer esto, Jacob.
Jacob hace una pausa, niega con la cabeza y le pide de bengalas a uno de los corredores.
—Está bien. Esperamos tu señal.
— ¿Cómo vamos a hacer esto?
—Tú no vas a hacer nada. Yo me encargo.
— ¿Y para que me pediste que te acompañara?
—Porque...
Zero se inclina hacia mí, pasando sus dedos por la parte posterior de mi cuello.
—Quería ver si eras capaz de desafiar una orden directa.
Me estremezco, incapaz de apartar mis ojos de los suyos.
— ¿Y? ¿Cuál es tu conclusión?
Zero no responde, pero sonríe con malicia.
—Escóndete hasta que vuelva, ovejita.
Zero se va.
(¡No me voy a quedar aquí!)
En silencio, sigo a Zero hasta la catapulta detrás de las líneas enemigas.
Cuando por fin lo alcanzo, Zero está rodeado de saqueadores inconscientes y apuñalando un zombie en una jaula.
— ¿No te dije que te quedaras?
Sonrío y le guiño un ojo.
— ¿Esperabas que siguiera ciegamente una orden?
—Hmm... Buena respuesta. Hazles una señal a tus amigos y salgamos de aquí antes de que nos descubran.
Levanto la pistola de bengalas al cielo y aprieto el gatillo.
Comienza la pelea. Los saqueadores gritan obscenidades mientras avanzan hacia nosotros con hachas y palos.
Se oyen algunos disparos, pero la mayoría de nosotros intentamos luchar sin matar a nadie.
(¡Son muchos!)
Levanto la vista, intentando encontrar a Jacob. Un saqueador aprovecha el momento para tirarme al suelo.
— ¡Aléjate! ¡No quiero tener que matarte!
Con mi arma lista, dudo. Mi atacante grita de furia.
De pronto, su grito furibundo se convierte en un grito de dolor y luego cae inmóvil. Zero aparece detrás de él.
—No está muerto. Pero lo estarías si no hubiera interferido.
Antes de responder, detecto movimiento por el rabillo del ojo. Un saqueador está a punto de dispararle una flecha a Zero.
— ¡No!
Instintivamente, apunto mi arma a su cabeza y disparo. El hombre cae muerto. Zero se gira, lo ve y sonríe.
—Oh, pequeña hipócrita.
—Iba a matarte, no podía...
— ¿Matas para salvar la vida de un extraño pero no lo harías para salvarte a ti misma?
Intento explicarlo, pero Zero no escucha. Regresa a la batalla, dejándome sola en el suelo.
(No tenía por qué matarlo... Si alguien como Zero puede controlar sus impulsos... ¿Por qué yo no puedo?)
Estoy tan metida en mis pensamientos que me doy cuenta demasiado tarde que un grupo de saqueadores me rodea.
(Zero tiene razón... tengo que matar para sobrevivir.)
Intento imaginar que los saqueadores son zombies y levanto mi arma.
Mi mano tiembla cuando aprieto el gatillo. Siento como si estuviera perdiendo algo que ya nunca voy a recuperar.
Cinco balas después, me levanto, rodeada por los cadáveres de los saqueadores. Me siento una cobarde.
— ¿Estás bien, Lucy? Te vi pelear y corrí a ayudar... pero parece que lo estás haciendo bien.
—Sí. Tengo todo bajo control.
(Ojalá pensara eso... ¿En serio tengo las cosas bajo control?)
— ¡Busquemos a Jacob!
Raven y yo encontramos a Jacob frente a las puertas de la comunidad, espantando a un grupo de saqueadores.
— ¡Son demasiados!
— ¡Tenemos que retroceder!
— ¡Manténganse firmes, soldados!
— ¡Jacob!
Raven y yo nos unimos a Jacob y nos enfrentamos al grupo de saqueadores.
— ¡Escuchen! ¡Tenemos que...!
— ¡Los zombies! ¡Vienen los zombies!
— ¡¿Qué?!
Una docena de zombies aparecen y flanquean a los saqueadores, atacándolos por sorpresa.
Los zombies atacan a los saqueadores, convirtiéndolos uno por uno. Sin embargo, parecen ignorar a nuestros soldados.
(¿Me... estoy volviendo loca? ¿Por qué solo los atacan a ellos?)
— ¡Preparen sus armas! ¡A mi señal!
— ¡Espera! ¡Algo anda mal!
— ¿Qué quieres decir?
— ¡No nos atacan!
Jacob me mira con incredulidad, pero luego presta más atención al campo de batalla.
—Tiene razón... ¡Retírense! ¡Crucemos las puertas mientras podamos!
— ¡Quiero pelear!
— ¡Es una orden, Raven!
Raven obedece a Jacob a regañadientes y todos volvemos a la comunidad.
— ¿Qué estamos haciendo? ¡Deberíamos aprovechar esta oportunidad para atacar!
Jacob lo ignora, volviéndose hacia los otros soldados.
— ¡Hemos perdido muchos buenos hombres hoy! ¡Quiero esos informes!
Mientras Jacob está ocupado, miro a mí alrededor intentando encontrar a Zero.
(Espero que esté bien...)
Un soldado grita desde lo alto de la atalaya.
— ¡Se están dispersando! ¡Parece que los zombies están persiguiendo a los saqueadores que se escaparon!
(Parece que no habrá una pelea después de todo...)
— ¡Alguien se acerca! Parece ser uno de los nuestros... ¡Y trae a un saqueador con él!
— ¡Abre la puerta! Veamos de qué se trata...
Zero atraviesa las puertas, trayendo un saqueador amenazado por su cuchillo.
—Este es el líder. No me gusta tomar prisioneros, pero supuse que a ustedes les gustaría vengarse.
Zero empuja al hombre al suelo. El hombre no se resiste.
— ¡Ejecútenlo!
— ¡Sí! ¡Venganza!
— ¡Cálmense!
Nadie parece escucharlo. Todos vitorean cuando Zero levanta el cuchillo y lo acerca a la garganta del saqueador.
Miro hacia otro lado, incapaz de ver como Zero ejecuta al saqueador antes de que Jacob pueda detenerlo.
Solo puedo imaginar la expresión de horror en el rostro de Jacob mientras habla.
— ¿Se han convertido todos en bestias? ¿Es esto lo que les enseñe?
Avergonzados, los soldados bajan la cabeza. La expresión de Zero es de simple aburrimiento.
(Tanto esfuerzo en no matar a nadie... y ahora le corta la garganta a un hombre como si no fuera nada...)
(¿Me he estado engañando pensando que estaba respetando mis deseos?)
(¿...O ha estado jugando conmigo todo este tiempo?)
—Estoy muy decepcionado de ustedes. Pónganse a trabajar en esas barricadas. No sabemos si esos zombies volverán.
Pasamos el resto del día preparándonos para una posible batalla.
Sin embargo, lo único que llega a nuestras murallas es un viento gélido que huele a muerte.
— ¿Lucy? Estás pálida.
—Maté a alguien hoy, Raven. Nunca había matado a nadie que estuviera... vivo.
—Ya veo. ¿Te gustaría hablar de eso?
—Estoy bien, gracias. Solo necesito algo de tiempo para procesar mis pensamientos.
—Está bien... Qué día, ¿Eh?
—Sí... ¿Qué crees que pasó ahí fuera? ¿Por qué no nos atacaron los zombies?
—Ni idea. Aunque no me importa mucho. Lo único que quiero es acabar con todos ellos.
—Lo sé... Bueno, oí algo sobre un escuadrón de caza...
—Rumores infundados. Jacob nos obligará a quedarnos adentro, ahora más que nunca. Estamos a la defensiva.
—Ah...
—Tengo que irme. No seas demasiado dura contigo misma, ¿De acuerdo? Hiciste lo que tenías que hacer.
—Está bien. Gracias, Raven.
Días después.
Pasan unos días y nada cambia. No hay señales de los zombies ni de los saqueadores.
Después de entrenar, paseo por la comunidad sin saber qué hacer. De pronto, veo Weber caminando por la calle.
(Ahora que lo pienso, hace varios días que o lo veo... ¿Qué está haciendo?)
Decido seguir a Weber, asegurándome de permanecer fuera de su vista.
Al principio, parece una pérdida de tiempo. Weber parece estar paseando. Se detienen a veces para oler una flor o mirar el cielo.
(Mira cómo juega con esos gatitos...)
(¡Oh, se han ido! ¿Por qué eso parece ponerlo tan triste?)
De pronto, Weber se acerca a la valla que protege la comunidad y mira a su alrededor de una forma muy sospechosa.
Entonces... salta la valla.
(¡Esa es un área prohibida...! ¡Ahí solo hay algunos depósitos de materiales tóxicos de antes de la guerra!)
8¿Qué estará haciendo ahí...?)
(No debería estar aquí... ¡Jacob me va a matar!)
Recuerdo la tarea que me asignó Jacob. Tal vez eso justifique mi presencia aquí.
(¡Necesito ver a dónde va Weber!)
Weber se acerca a los depósitos y mira a su alrededor antes de entrar a uno.
Una vez que entra, le sigo sigilosamente, cubriéndome la boca y la nariz.
La pesada puerta detrás de mí se cierra de un golpe.
(Espero que nadie haya oído eso. Está tan oscuro aquí...)
Saco mi linterna y la enciendo. Inmediatamente, me arrepiento de haberlo hecho...
La linterna cae al suelo, iluminando las garras de un cadáver que se arrastra en mi dirección.
El cadáver se agita y gime. El ruido de cadenas resuena en el depósito.
Con los dedos temblando, levanto la linterna y apunto a la pared.
Cinco zombies, todos atados del cuello con cadenas a la pared, estremeciéndose. Parecen perros... o esclavos...
— ¡Dios mío! ¡¿Qué horror es este?!
—Así que por fin estás aquí.
— ¡¿Quién está ahí?!
Una mano sale de la oscuridad y cubre mi boca antes de que pueda gritar.
¿Cómo afectará el ataque de los saqueadores a la comunidad?
¿Por qué hay zombies dentro de la comunidad?
¿Quién ha descubierto a Lucy en el depósito?