Era el séptimo mes de embarazo, los cambios de ánimo y antojos no eran tan frecuentes como antes, así que Yamaguchi podía actuar como siempre lo fue, porque recordar todo lo que hizo en los primeros cinco meses le avergonzaba demasiado.
Lo malo, es que siempre se encuentra cansado y le dolía la cabeza. Según Ennoshita eran síntomas normales y hasta ahora todo estaba yendo bien. Sin embargo, podría tener un parto prematuro y debían estar preparados para ello.
Ese día de noviembre hacía mucho frío, aunque no habían muchas nubes. Toda la manada estaba abrigada, tenían suministros para el invierno, los pequeños corrían de aquí para allá y los adultos conversando entre sí.
Tadashi estaba con los otros omegas, cuidando de los cachorros de una madre que estaba enferma ese día. Él estaba algo asustado, últimamente hacía mucho frío y tenía miedo de enfermarse o que su bebé lo hiciera. Así que se quedó a cuidar a esos niños junto a Akaashi para calmarse.
El otro omega estaba con cinco meses de embarazo, así que mostraba más expresiones y se molestaba con facilidad. Ese día su alfa -Bokuto- debió salir con los demás alfas de la manada más el lider -Ennoshita- para ir por más suministros.
- Atsumu, no golpees a Osamu - se acercó a los gemelos para separarlos y distraerlos para que evitarán peleas.
Como su madre estaba enferma, ellos estaban nerviosos y se desquitaban con cualquiera. Tadashi suspiró al verlos tan frenéticos, al menos él tendría un solo bebé y eso ya era mucho trabajo.
Luego vuelve con Akaashi que veía la escena y abrazaba a Samu para calmarlo. Mientras Tsumu se iba con Yamaguchi. Sin embargo, la panza del pecoso hacía que lo pudiera abrazarlo con todo su ser y solo le hacía mimos en su cabeza.
Con sus aromas lograron calmar sus revoluciones. Todos fueron a casa de Akaashi porque ya hacía mucho frío y debían entrar en calor. Ambos gemelos durmieron tranquilamente en la cama del omega, mientras ellos se iban al sofá a comer un poco.
Siguieron así hasta que el cielo se nubló totalmente, se acercaba una gran tormenta que le daba mala espina al pecoso. El jefe y los alfas aún no llegaban y estaba intranquilo, al igual que Akaashi, solo que no lo hablaba mucho. Aún así, fue a buscar las prendas del búho para sentirlo a su lado.
Eran las seis de la tarde, y caminaba de una lado a otro cerca del ventanal observando como el cielo estaba tan oscuro. Mordía su labio y sus uñas, se sentía ansioso de que su esposo no llegara a casa antes de éste temporal. Se hacía preguntas son suposiciones un tanto exageradas.
Pero todo eso quedó en el olvido cuando sintió un líquido entre sus piernas y el dolor invadió su vientre. Sus feromonas se volvieron espesas y un tanto amargas que inundaron la habitación entera. Su rostro se mostraba asustado y exhaltado.
Akaashi corrió hacia el menor, no sabía que hacer en estos casos, a penas había dejado de ser cachorro hace unos meses, así que esto era algo nuevo.
- N-Necesito a m-mi alfa... - con lágrimas en sus ojos, el omega rogaba por su pareja por lo asustado que se encontraba.
- Te llevaré a casa - dijo Akaashi, se le ocurrió que allí las feromonas de Tsukishima estarían más fuertes.
Lo llevó con cuidado por encima de la nieve, sujetándolo de la cintura porque las piernas de Yamaguchi estaban perdiendo fuerza en ellas, pero su vientre dolía demasiado como para soportarlo. Así que en sus ojos habían un par de lágrimas por ello.
Abrieron la puerta de la cabaña, el olor del alfa estaba en todos los rincones de la casa, poniendo incomodó a Akaashi ya que solo está acostumbrado al de su Bokuto. Lo dejo en la cama matrimonial de la habitación principal. El aroma en Yamaguchi tuvo su efecto esperado, se relajó completamente y el dolor se hizo soportable.
- Iré a buscar a Kiyoko-san - mencionó al irse con algo de rapidez para buscar a la doctora alfa de la manada.
Mientras tanto Yamaguchi se ponía ansioso por la llegada de su alfa, el olor de él inunda sus fosas nasales, dejándolo totalmente relajado y a salvo. Se acomodaba con la ropa cerca de él para sentirse seguro, como si con ello hiciera un escudo que alejara a todo y a todos de él y su bebé.
El dolor se hizo más intenso y se retorció entre la ropa, sus lágrimas rodaban sus pecosas mejillas. En su interior llamaba al alfa con toda su alma, transmitiéndole su angustia y su dolor.
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- No puedo creer que nos hayamos atrasado más porque Bokuto-san olvidó como usar sus feromonas - se quejó el rubio al pasar su manos por su cabeza.
- No es mi culpa... - se deprimió el alfa mayor.
El jefe suspira profundamente y sigue su trayecto hacia la aldea con la leña en su espalda.
- Ya no importa, Bokuto debes aprender a controlarlas y no perderse si eso sucede. - dijo autoritario, a pesar de ser un beta, los alfas y omegas siempre recibían y hacía sus órdenes.
Luego de un momento a otro, el susurro de Yamaguchi pidiendo ayuda lo alteró, su cuerpo se estremeció y el dolor intenso lo invadió por completo. El grito del Omega se hizo presente en su cabeza, olvidó todo y su instinto alfa lo guió con sus feromonas y pensamientos.
Ésto lo notó el jefe al ver cómo Bokuto se alejaba del alfa que soltaba feromonas, lo hacían sentir amenazado y querer desafiarle.
- Hey cálmate - le decía Ennoshita al ver cómo sus ojos se afilaban y su cuerpo temblaba. - ¿Es Yamaguchi? - preguntó al verlo tan alterado.
- Pide ayuda... - dijo en un susurro al tapar su mirada y controlar sus instintos.
El rubio no se imaginaba otra cosa que el hecho de que estaban atacando a su pequeño y a la aldea en una emboscada justo cuando se fue el jefe de ésta. Nunca se le pasó por la cabeza de que Tadashi estaría en proceso de parto.
- De seguro entró en trabajo de parto, debemos irnos, Yamaguchi-kun podría estar en peligro - anunció el beta serio - Tsukishima, ve primero - el mayor le dió permiso para ir antes a la aldea, aunque no les quedaba mucho para llegar.
Tsukishima apenas recibió las órdenes de su jefe, salió corriendo en busca de su omega. Estaban realmente cerca de la aldea, así que no se transformó en su tigre, pero sus ojos en ese momento eran de un auténtico felino.
Sus instintos lo estaban arrastrando, su parte racional se cayó al instante al escuchar el grito de su pareja.
Llegó rápidamente a la entrada de la aldea, el olor de su omega la inundaba por completo, pero el aroma era más intenso en la cabaña que tenía un letrero en grande que decía "Consulta Médica". Nuevamente se apresuró para llegar y abrir la puerta y de ello a escuchó el grito de su querido en la otra habitación.
Abrió la puerta algo brusco, pero eso no desconcentró a la alfa que estaba entre las piernas del pecoso. Su instinto alfa impedía pensar con claridad y por poco estuvo de alejar a Kiyoko de allí para ayudar a su peliverde. Pero Yamaguchi actuó antes, haciéndose cargo de la situación.
- T-Tsukki, t-tranquilo... - soltó algunas feromonas para calmarlo y hacerlo llegar a su lado, necesitaba de ese alfa irracional en éste momento - P-pensé que no llegarías al nacimiento de n-nuestro bebé ¡AAAHG!
Sus lágrimas rodaban sus ojos avellana, tenía ojeras y se encontraba muy cansado. Encima de él tenía una camisa del alfa, que se la llevó de su cabaña para sentirse más seguro. Pero ahora que el verdadero estaba allí no hacía falta esa prenda sobre él.
- T-Tsukki - sollozó el menor al sostener la mano de su alfa - Me d-duele mucho - escondió su rostro entre el brazo y pecho del rubio.
Él sólo besó la cabeza del peliverde y limpió la lágrimas de su rostro.
- Pronto estarás bien, lo haces bien Tadashi - le decía palabras alentadoras para que siguiera el trabajo de parto.
- Ya queda poco para que puedas pujar Yamaguchi-kun, las contracciones ya son con un patrón, entonces queda poco, lo haces bien - dijo la alfa al levantar la cabeza y animar al omega en sus últimos pasos.
Mientras esperaban a que se dilatara aún más, Yamaguchi era ayudado por Kei. En donde le limpiaba el sudor de su frente y sus lágrimas, decir que el alfa estaba en shock era poco, pues estaba temblando en cada cosa que hacía y no sabía reconocer por cuál emoción era. Pues tenía una confusión de ansiedad, impotencia y felicidad.
Pasaron veinte minutos y la alfa verificó si ya estaba en posición y su dilatación estaba correcta.
- Ahora Yamaguchi-kun, puedes pujar - ella ya estaba lista al igual que su asistente con una pequeña cama a su lado y toallas para el omega.
- ¡AHHH! - de un grito empezó a hacerlo de manera involuntaria.
Su instinto, que fue evolucionando por millones de años, sabía qué y cómo hacerlo, el acto reflejo de pujar era involuntario y su omega estaba decidido a que ese bebé nazca y estuviera en sus brazos.
Mientras gritaba y exhalaba por el acto reflejo, su mano apretaba con fuerza la de Tsukishima, sintiendo algunas emociones que tenía el pecoso en ese momento. A través de la marca, sintió la determinación y dolor de su pequeño; su mano quedó totalmente roja por la presión, pero las sensaciones de Yamaguchi en su mente fueron suficientes para saber que se enlazó con el lince más valiente y audaz de la Tierra.
El grito de Tadashi cesó con el llanto de un bebé, pudo descansar y relajarse un poco mientras los espasmos musculares aún continuaban en su cuerpo. Sus feromonas se hicieron presentes en la habitación, eran de felicidad. Las perlas caían en sus ojos rojos; su agarre en el alfa terminó al sentir que su cachorro estaba bien cuando la doctora le mencionó su estado:
- Felicidades, es una hermosa niña saludable - sonrió leve al cortar el cordón umbilical.
Tsukishima le acarició el cabello y acercó su cabeza contra la de su pareja, le estaba mimando por el buen trabajo que hizo. El ritmo cardíaco de ambos se normalizó mientras pasaba el tiempo, ocurrieron unas contracciones más suaves que las anteriores para desprender la placenta. Una vez que salió, pudieron estar más relajados, aunque cansados.
Yamaguchi se puso más cómodo con la ayuda de su alfa y de la asistente, limpiaron la habitación y trajeron a su bebé limpio y envuelto en una pequeña toalla. Al lado de ellos pusieron la cuna de madera especial para esa recién nacida.
Yamaguchi sostuvo a la pequeña entre sus brazos, a pesar de estar cansado, aún tenía fuerzas para sostener a su hija. Tsukishima admiraba y se enamoraba cada día más de la fortaleza de su omega.
La niña tenía un poco de cabello peliverde y su piel era de porcelana. Se veía tan delicada que pensaban que con cada movimiento podría romperse. Ella estaba tranquila entre sus brazos porque reconoció a su madre, quién la sostuvo por siete meses en su vientre. El olor de Tadashi la calmaba totalmente y tenía el mismo efecto en el omega.
- Es hermosa - dijo el alfa al acariciar el corto cabello peliverde que resaltaba. Luego besó la frente de su querido.
- ¿Quieres sostenerla? - pregunta el menor suavemente. Se veía tan radiante en ese momento.
El alfa dudó un poco, pues no estaba seguro de sostener a algo tan pequeño sin hacerle daño. Yamaguchi confiaba en él, además, la pequeña debía conocer a su padre alfa.
La bebé se acurruca entre los grandes brazos del alfa, quién sonríe a más no poder por sostener a la criatura que estuvo en el vientre de su Yamaguchi.
- Estuviste increíble, Tadashi - mencionó Kei, aún sosteniendo a su hija - ¿Cómo deberíamos llamarla? - preguntó al acariciar la piel suave de su bebé.
- Es un día nevado, Tsukki... - susurró por el cansancio, pero aún así admiraba la escena que tenía enfrente.
- Yuki... - sonríe por el nombre y ve como ella reacciona al moverse un poco de su posición.
En los brazos del mayor, su cuerpo se estremeció un poco por el cambio de humano a animal, mostrando a una cachorra tigre con un pelaje blanco y algunas manchas amarillas que se atenuan al acercarse a su abdomen.
Tsukishima la sostuvo por un rato más, conversaron un poco sobre lo hermosa que era. Pero el pecoso se encontraba muy cansado, así que decidió dormir un poco para sostener a su hija con más fuerza.
El pequeño bulto también tenía mucho sueño tras un largo camino que recorrió con su padre omega, así que se quedó dormida en los brazos del mayor, luego la llevó a la cuna delicadamente para no despertarla.
Besó a sus estrellas en la frente antes de ir a dormir una siesta en el sofá, pues su instinto le decía que debía protegerlos el mayor tiempo posible.
Yuki es afortunada de tener a Yamaguchi y Tsukishima como padres, así como ellos tienen la fortuna de tenerla a ella como su hija. Esperaron por mucho tiempo el tenerla en sus brazos y al fin pudieron sentir su calidez.
Ambos serían buenos padres, así como ella sería la mejor hija.
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holiii~ llegamos al final de este 4-shot, no sé cuántos meses me llevó, ¿unos 6 o 7 meses? Ahora lo importante es que terminó y tengo pensado un extra xDDD.
¿qué me dicen ustedes? Tengo dos opciones.
1.- Puede ser un extra con temática en donde Yamaguchi y Tsukishima se muestran como padres primerizos en sus primeros meses desde el nacimiento de Yuki; tendría temas como depresión postnatal, cambios de horario, plenitud psicológica, cambios hormonales, amor a la familia, superación, entre otros.
2.- Puede ser un extra con temática en donde Yuki tiene alrededor de diez años, y están más establecidos y se mostrará la casta y transformaciones de Yuki, la vida ya establecida como padres; tendría temas como paseos en la aldea, transformación Humano-Bestia, amor y mucho amor de todos hacía todos.
Estuve leyendo mucho sobre embarazo, partos, prenatal, postnatal, infantes y mucho más. Y es realmente increíble, aterrador, impresionante y valiente. Admiro a las personas que tienen este tipo de experiencia, al igual a aquellos que tienen hijos (ya sean por embarazo o adopción), es realmente hermoso lo que se hace, el esfuerzo, la valentía y la fortaleza que se debe tener. Claro hay excepciones, pero, en el caso de las mujeres madres y trabajadoras/estudiantes, sin importar la decisión que tomen (ya sea dar en adopción, adoptar o embarazarse porque así lo desean) es realmente increíble y valeroso.
Lamento si hay alguna falta ortográfica, lo revisaré otro día cuando tenga más tiempo unu.
Así que eso, nos leemos y espero sus respuestas para el extra uwu c: