Con la sensación fuerte en el estómago, pregunté con balbuceo:
— ¿Q-qué?
Observé a mi hermano y él tenía una expresión, de decepción en los ojos. Me era difícil tragar y Lucas apretó con más fuerza, hasta que solté un gemido. Me soltó, pero me volvió a agarrar, con suavidad. No entendía nada. Y sentía que desayuno, me hacía vueltas en el estómago. Resoplé y sentí un nudo en la garganta.
— ¿De qué hablas? —inquirí, con la voz apretada. —Lucas, no entiendo...Yo...
Lucas me observó y respiró.
—Escúchame, no estoy seguro, pero creo que eso. ¡En serio! —afirmó. —Cleo solo hablo con papá, y por la expresión de papá, creo que hizo algo malo
— ¿Estás seguro? —susurré
Lucas suspiró y batió su cabeza, frustrado.
—Luke...—musité, desolada su apodo
Fijó sus ojos chocolate en mí. Y observé el rostro de mi hermano; a pesar de ser joven, parecía mayor hasta pude notar alguna arrugas, en su ojos y en su frente. Aparentaba la edad que en realidad, tenía mentalmente. Y tenía un poco de barba en el rostro.
—Tal vez sea un error. ¿Estás seguro?—murmuré, agitada y Lucas, soltó su agarré. —Tal vez, se equivocan, quizás sea un error. Debe haber una explicación, Luke.
Lucas pasó una mano por su cabello, exasperado. Soltó un gemido y entonces, recordé. Me tensé pero intenté respirar y no perder la calma, aunque sentía que ya estaba perdiendo la paciencia.
>>> ¡Respira y cálmate! ¡Te estás volviendo histérica, idiota! <<< pensé
Mi corazón estaba acelerado e intentaba controlar mi respiración Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Podía sentir el sudor de mi espalda y brazos; mis piernas dolían, igual que mi pecho cuando inhalaba y exhalaba.
—Luke—dije con suavidad. — Por favor, explícame que está pasando—le pedí
Lucas suspiró.
—Ven. Entremos y hablaremos, hermana...
Mi hermano se dirigió hacia la casa y yo lo seguí, sin nada más.
***
Cuando entramos, todos estaban dispersos entre la sala y la cocina. Will estaba en el largo sofá devorando un tazón de cereal, a pesar de haber desayunado. Él era un barril sin fondo. Mi papá estaba en el sillón y con una expresión, pensativa en la cara. Joel estaba en una de las sillas, de nuestra destartalada mesa, para comer, bebiendo café. Y Ethan estaba parado cerca de la chimenea, apretando la mano y con su celular en la otra. Observé la sala de estar, y caminé hacia el centro dónde estaba la vieja mesa de café, con algunos papeles encima y facturas viejas. Y entonces, miré a mí alrededor y vi que no estaban Chad ni Zack. ¿Dónde estaban?
— ¿Alguna noticia? —preguntó Lucas, mientras se alejaba de mí e iba hacia papá. Apoyó su mano en su hombro. — ¿Papá?
Michael reaccionó, y tocó la mano de su hijo.
—Chad y Zack fueron a asegurarse de todo, esté bien, Lucas—repuso mi padre, con tono cansado. —Nos avisaran si pasa algo...—añadió y suspiró
— ¿Estás seguro, Michael? —inquirió Ethan, inseguro
Michael levantó la vista hacia él.
—No estamos seguros, pero ya veremos, hijo...—comentó mi papá
Podía sentir el aire tensó. No se escuchaba nada, excepto el sonido de Will comiendo su cereal. Nadie me había mirado e inhalé.
—¿Papá?—murmuré y avancé hacia él—. ¿Qué está pasando? —pregunté, aunque mi voz me falló, se escuchaba aguda
Michael me echó un vistazo. Nadie comentó nada y yo esperé. Y sentí esa punzada sensación, en el vientre bajo. De nuevo
>>> ¿Qué demonios me pasa? <<<, pensé y apreté la correa de mi bolso, llena intranquilidad
Dejé mi bolso, sobre la mesa de café y camine hacia el sofá. Michael me hizo lugar y me senté junto a él. Respiraba lo más calmada posible, y sentía que iba a dar un infarto. Sentía hormigueo en las piernas por el ejercicio, pero intentaba ignorarla. Había otras cosas más importantes. Apreté los labios. Y miré a Michael. El rostro de mi padre estaba envejecido, obvió, aunque seguía siendo atractivo. Tenía algunas arrugas alrededor de los ojos, era una mandíbula fuerte, y los ojos junto con su piel, marrón oscuro. Y el punto extra del porte de mi papá: su calvicie. Había empezado a perder el cabello, cuando falleció mi madre.
—Papá —dije. — ¿Qué demonios ocurre? —pregunté tenuemente
Michael levantó una ceja e hizo una mueca. Entendía eso; yo no decía groserías o maldecía frente a él.
—Elizabeth...—empezó mi papá, aclarando su garganta
Cerré y abrí los ojos un momento.
—No empieces, con tonterías —le interrumpí, con rapidez.
Michael se calló y Will se movió hacia la cocina, fue a dejar su tazón. Lucas suspiró, se frotó la frente, como si le doliera y Ethan bebía su café. Respiré y de nuevo, esa sensación en mi vientre bajo.
—Dime, papá —le pedí. — ¿Qué rayos está pasando? — pregunté, ante el inminente llanto y lágrimas
Ethan murmuró algo y yo me tense.
—Lucas me comentó al fuera, papá—susurré. —Pero dime, ¿es verdad? Por favor, dime que hizo Richard. Sea lo que sea, lo que hizo, no fue su culpa. Él no es así. Lo conozco desde que tengo quince años, ahora tengo diecisiete, papá. No soy una niña.
—Liz...—empezó Lucas, y apretó las manos
Michael suspiró y me dijo:
—No es lo que crees que es, mi pequeña.
— ¿Qué quieres decir? —pregunté, con un nudo en la garganta y exhalé.
Mi papá estaba tensó. Se podía notar.
—El chico hizo una estupidez —dijo con cautela. Pero su tono era serio. — Y su familia está tratando de resolverlo.
— ¿Resolver cómo ocultar un homicidio? —inquirió Ethan. — ¡Por favor, Michael! ¡Son vampiros!
— ¡Eso ya lo sé, Ethan! —vociferó mi papá, respiró. — Pero la cuestión es...
Ethan gruñó y fue a la cocina.
— ¿Qué cosa, papá? — preguntó Lucas, con inquietud.
Miré un poco hacia la cocina. Will y Ethan nos miraban desde la encimera de la cocina, esperando. Will antes tenía una cola de caballo, para amarrar su largo cabello. Ahora solo se la había cortado y estaba un poco alborotado y Ethan tenía su oscuro cabello, estilo salvaje pero con las puntas recortadas. Tenía un poco más de barba. Y Joel no tenía su sombrero de vaquero, su cabello eran unas fibras suaves y oscuras, casi cómo rizos. Lo típico en los hombres lobos.
>>> Hombres peludos <<<, pensé
Me fije en mi padre y él trataba de explicarnos, la situación de Richard
—No es lo que ustedes creen, pero es delicado—explicó mi papá, juntando sus manos. —Primero, sí lastimó alguien, no fue aquí. Segundo, el chico estaba mal, cuando hizo lo que hizo, y tercero; no mató a nadie.
Al escuchar esas palabras, conseguí respirar tranquila y mi ansiedad descendió. Pero sentía que había más y Michael se levantó del sillón.
—Papá...—susurré y lo seguí con la mirada
— ¿Y entonces? —preguntó Will, sutilmente. — Porque te escuchamos decir que asesinó alguien, porque eso fue lo que escuche, cuando hablabas con Cleo, cuando nos llamó
Michael le lanzó una mirada dura, y Will tragó con fuerza.
—Creo que te estas poniendo sordo, por toda esa música que escuchas, porque eso no fue lo que oíste —comentó mi papá
Lucas suspiró, rápidamente me echó una mirada y después a papá
— ¿Papá? — preguntó Lucas.
Michael suspiró.
—No es nuestro problema, muchachos...—murmuró mi papá
— ¿Qué? — exclamó Ethan y todos lo miramos. — ¡¿De qué demonios hablas, Michael?!
—Ethan, por favor...—intervino Lucas. —Tranquilízate...
Ethan miró a mi hermano.
— ¿Qué me calme, Luke? —inquirió él, arqueando una ceja. —Bueno, te diré las razones, por las cuales no deberíamos estar calmados. Uno. —Ethan empezó a enumerarlas. —Los Seivias, nos tratan bien porque Cleo y su familia nos aprecian y nos respetan. Y sé Michael, que les debes a ellos, eso no lo voy a negar. Pero también, hay que recordar lo que son ellos y lo que somos nosotros...
—Eso todos lo sabemos, McCall—le interrumpió Joel. —No es necesario...
—Es necesario, Rojas—se apresuró a decir, Ethan, con una expresión de intranquilidad. Se estaba alterando. Nos miró y respiró. —Dos, todos sabemos, incluida tú, Liz; lo peligrosos que son los híbridos al beber o comer sangre humana. Y no solo ellos, sino también los demás...—suspiró y añadió: — ¿Se les ha olvidado? ¿Acaso quieren que les recuerde, lo que pueden hacer los vampiros?
Ethan nos miró.
—Mierda—masculló Lucas
Miré a Will y él a mí. Hicimos una mueca. Michael suspiró, obviamente, cansado. Y empecé a sentirme, cómo algo mareada. ¿Por qué tenía que pasar todo esto?
—Ethan, sabemos que es lo que quieres explicarnos —comentó Lucas. Se sacó el palillo de la boca. —Pero aun así, ellos no son cómo todos los demás. La propia Cleo, nos explicó que hay cientos de vampiros cómo ellos en el mundo, con sangre plateada. Muchos de ellos no se alimentan de las personas. Solo una gran minoría lo hace, porque quieren hacerlo. Hay dos clases diferentes, Ethan. Ellos no son así.
Ethan lo observó y le preguntó:
— ¿Pensarías lo mismo si no fuera Richard, fuera tu amada Maddy? ¿Pensarías lo mismo, Lucas? —
Lucas se puso tensó.
—Madison no es así, Ethan —afirmó. —Ella no haría tal cosa. No—negó suavemente y apretó los dientes. — Este asunto no es sobre ella. Es sobre su...tío
—Ahí tienes. Tú mismo lo acabas de decir. Él es su tío, Luke —repuso Ethan. —Son familia. Son vampiros. Híbridos o no, lo son. Los dos.
Rápidamente, tanto Joel cómo mi papá, intervinieron.
—Lucas. Ethan. Basta — dijo con autoridad, mi papá.
—Es cierto — comentó Joel. — Todos somos una familia. Somos una manada.
Will miraba atento y yo, fui hacia el sofá. Me dejé caer y continúe mirándolos a todos. Y me abracé a mí misma.
—Por favor, muchachos —murmuró Will. Parecía tranquilo pero temeroso en su voz. — Por favor. Todos debemos tranquilizarlos. Además, creo que olvidamos algo importante...—
— ¿Qué? —dijeron todos en unísono, mirándolo
Will suspiró y con un gesto, me señaló Mi papá vino hacía mí y puso sus manos en mis brazos. Se agacho para mirarme; tenía una expresión cansada en el rostro, pero sus ojos marrones eran cálidos. Lucas busco otro palillo y Ethan pasó su mano sobre su cabello, con frustración. Joel se quedó con los brazos cruzados y Will suspiró.
—Perdón, hija —susurró Michael con cariño. Y frotó sus manos en mis brazos. — Lo siento. Todo esto...debe ser muy difícil para ti. Yo...—respiró y parecía frustrado, por consolarme. —Yo...
—Está bien. —repuse con la boca seca. —Sé qué quieres protegerme. Lo sé, pero no deberías...
Y entonces, escuchamos un motor de un auto, en la entrada. Michael se levantó, pero los demás fueron a la puerta y salieron. Eran Chad y Zack. Había regresado. Suspiré y me quedé sentada, esperando. Y en efecto, después de unos saludos y demás, mi hermanastro Chad apareció, junto con Zack. Y en momento, al verlos noté las expresiones amargas, en sus rostros.
>>> Ay, no <<<, pensé