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By ambelqueen1

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Hasta el diablo tiene miedo.... Advertencias: +18 Contenido sensible. No apto, para mentes cerradas. Borrador... More

Prólogo
Booktrailer
UNO†
DOS†
TRES†
CUATRO†
CINCO†
SIETE†
OCHO†
NUEVE†
DIEZ†
ONCE†
DOCE†
TRECE†
CATORCE†
QUINCE†
DIECISÉIS†
†DIECISIETE†
‡DIECIOCHO‡
†DIECINUEVE†
‡VEINTE‡
‡VEINTIUNO‡
†VEINTIDOS†
†VEINTITRES†
†VEINTICUATRO‡
†VEINTICINCO†
‡VEINTISEIS‡
†VEINTISIETE†
‡VEINTIOCHO†
†VEINTINUEVE†
†TREINTA†
†TREINTAYUNO†
†TREINTAYDOS†
¡FELIZ NOCHE BUENA, HIJO DE PUTA!
TREINTAYCUATRO†
TREINTAYCINCO†
TREINTAYSEIS†
TREINTAYSIETE†
TREINTAYOCHO†
TREINTAYNUEVE†
†EPILOGO†
Memorias Extra
Extra 1M: El principio.

SEIS†

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By ambelqueen1

Estoy en la misa negra, una pequeña reunión que le hacen a cada chica antes de ser iniciadas.

La misa acaba, soplo las velas en forma de pentagram y hacemos una oración debajo de la luna llena, unas hechiceras me piden que las acompañé a un cuarto y me meten a un baño de burbujas. Las brujas mayores restriegan fuertemente mi cuerpo, exfoliando cada parte de mi piel y me aromatizan el cabello, me ponen solo una bata de seda negra que se ajusta perfectamente a mi cuerpo.

Me ponen unas esencias de aceite en la muñeca, detrás de la oreja y en el cuello, camino detrás de ellas hasta llegar a una enorme puerta de madera, esta se abre y entro rápidamente, la puerta se cierra y paso saliva.

Estoy en una oscura habitación, solo se alumbra un poco con la luz de las velas, hay una cama gigante y tablas con correas, una mesa con cinturones.
En el centro de la habitación hay una cruz negra invertida, en la parte abajo tiene unas sogas y en la madera que sobresale de arriba una correa. Me empiezo a poner nerviosa.

¿Es una iniciación o un cuarto de torturas?

La puerta se abre nuevamente y me sobre exaltó, una bruja mayor me sonríe y me venda los ojos.

Nadie ha podido ver el rostro humano de Satán, para todos es una incógnita y también es extrañamente estimulante no saber quién es o como luce.

—Relájate, lo vas a disfrutar—me dice la bruja con un ligero tono de picardía.

Estoy nerviosa, no por el hecho de que está sea mi primera vez, si no por lo que experimente con satán en aquel sabbat, algo en mi interior cosquillea solo de recordarlo. Estoy muy ansiosa y empiezo a sentir un fuerte olor a Azufre, mi corazón empieza a latir desesperadamente.

—Había esperado este momento por años—dice Satán con su voz ronca.

Sólo su voz es excitante.

Siento una caricia por encima de mis brazos y me estremezco ante el tacto, es sutil y agradable. Siento que la bata que me cubría cae al suelo dejándome completamente expuesta. Mi piel se eriza ante la tensión que emana mi cuerpo, siento su calidez cuando se acerca a mí tocando uno de mis pezones y jugando con el, me muerdo el labio ante la ansiedad que recorre mi ser, se acerca hacia a mí y empieza a besar mis labios con un dominio feroz, sus labios son carnosos, claramente sabe lo que hace.

¡Joder! Si el paraíso existe, juro que sus labios lo son.

Le correspondo ansiosamente el beso y él me carga, yo envuelvo rápidamente mis piernas en sus caderas; me sostengo de su cuello, siento un abdomen marcado y bien definido y empiezo a sentir mucho calor, un fuego me está consumiendo por dentro, el calor que desprende de mi ser crea una cierta humedad en mi zona.

Él me deposita en la cama, me sigue besando y sigue jugando con mis pechos, masajeándolos al ritmo de nuestro beso voraz, su cercanía me calienta más y el sentir el contacto de su piel sobre la mía, me hace desearlo más, es como si mi cuerpo lo reconociera, como si mi cuerpo ansioso lo esperara. Él me deja de besar y baja dejando besos calientes por mi piel, recorriendo mi cuello, siento un pequeño mordisco en mi pezón y suelto un jadeo.

Él se prende de mis pechos al mismo tiempo que su mano recorre mi entrepierna, dejando pequeñas caricias que me quitan el aliento, mi cuerpo vibra, la humedad de mi entrepierna se intensifica, ni siquiera ha tocado mi zona y siento que me estoy viniendo liberando una humedad más intensa en mi entrepierna.

Ahogo un pequeño gemido con mis dientes, mordiendo mi labio inferior, trato de moverme pero su mano viaja a mi cuello deteniéndome y besándome con más control.

Él pasa su otra mano por encima de mi zona, su dedo acaricia mi entrada, puedo sentir como se introduce lentamente entre mi humedad, mi  cuerpo se arquea invitándolo a más.
Un sabor a óxido invade mi boca y suelto mi labio que estaba mordiendo con mis dientes.

—Dime, pequeña bruja¿Te gusta?—me pregunta con una voz ansiosa. Llena de lujuria.

Quiero contestar pero joder, no tengo palabras, me muerdo nuevamente el labio y asiento.

Él empieza a hacer movimientos sobre mi clítoris, empiezo a jadear y mi humedad empieza a sentirse más caliente, mi cuerpo vibra de desesperación, mi corazón late ansiosamente, solo quiero más.

—¡Pídelo!—me exige moviendo sus dedos en círculos en mi entrepierna, haciendo que mi humedad crezca más.— Quiero escucharte pidiéndolo.

¡Joder!

—Quiero—digo sin aliento y con la voz ansiosa—. Necesito—le digo con más desesperación.

—¿Qué quieres, brujita?

—A ti, te quiero dentro—respondo rápidamente sin aliento.

Me asombro por el tono de súplica en mi voz. Él me levanta de la cama, me toma las muñecas y me voltea, roza su miembro por mis nalgas, puedo sentir lo caliente de su erección, la rigidez y el tamaño, estoy segura que me va a doler.

¡Joder con gusto me quemaría en tu infierno!

—Entonces quémate en el—dice con la voz ronca y ansiosa.

¿Espera qué?

Me jala y abre mis piernas, siento como amarra mi tobillo en el extremo de algo, hace lo mismo con el otro, me aprieta el cuello dando una mordida en mis labios, libero un jadeo cuando mi labio inferior punza con pequeñas gotas de sangre.

De pronto siento que amarra algo a mi cuello, sube mis manos hacia arriba y amarra mis muñecas juntas.

¡Por Satán! Para eso era la jodida cruz.

Mis piernas abiertas y mis manos juntas, forman perfectamente la cruz invertida, solo que ahora estoy atada en ella y completamente desnuda, siento los roces de sus dedos pasando sobre mi piel, mis pezones se endurecen con el roce de su tacto y me estremezco al sentir húmedo.

—Quieta—susurra sobre mi oído, imprecnando su aroma viril en mis fosas nasales.

Da pequeños besos sobre mi piel recorriendo su lengua hasta llegar a mis pechos, siento pequeñas mordidas sobre mis pezones, muerdo mis labios para ahogar los gemidos que su tacto me producen.

Me toma del cuello y empieza a besarlo y succionandolo sin control.

—Para—pido y él me ignora, solo libera un pequeño gruñido ronco que me hace jadear.

Su mano baja por mi cuerpo, recorriéndolo lentamente hasta llegar a mi sexo, donde ataca mi clítoris con delicados toques.

Mi respiración se agitada con sus toques lentos, baja y sube jugando con la humedad que se libera con cada toque, acaricia mientras me besa el cuello con desesperación haciendo que su respiración se desestabilice sobre mi piel, sus dedos juegan sobre mi entrada; mientras nuestras respiraciones se envuelven entre pequeños jadeos.

Quiero moverme, necesito tocar, necesito sentirlo, necesito que me folle, sus movimientos avellasan mi piel, me dejo llevar y mi cuerpo tiembla al ritmo de los movimientos de él, frota sus dedos por mi clítoris sin piedad, el cuerpo me arde, y su aliento sobre mi lo complica todo.

—Ya, ya—susurro y él intensifica sus movimientos sobre mí.—Follame.

Siento como me libera de los tobillos, trato de controlar la respiración pero es imposible, me suelta las manos y el cuello quedando completamente libre, rápidamente lo toco, su torso está sudado, su pecho sube y baja al ritmo de su respiración, paso mis manos por su abdomen intentando sentirlo más, él tira mi cabello mordisqueando mi cuello, libero unos pequeños gemidos y el gruñe sobre mi oído, mordiéndome el lóbulo de la oreja, mueve mis manos hacia abajo deteniendo mis caricias.

—Mejor toca aquí—susurra.

Coloca mi mano sobre su erección, masajeó su glande que se siente húmedo, caliente y demasiado erecto, bajo más y más sobre su erección, mi pequeña mano no alcanza a cerrarse sobre su miembro, es demasiado grueso.

¡Madre mía! Definitivamente va a doler.

Masajea mi trasero cargandome con dominio, enrolló mis piernas sobre su cintura mientras nos devoramos con un intenso beso, nuestras lenguas pelean por dominio, siento como se hinca en la cama y termina depositandome en ella, el deseo me está quemando, quiero sentirlo, quiero verlo, quiero quitarme la venda y besarlo.

Su miembro roza sobre mis pliegues, haciendome jadear, mi cuerpo se arquea hacia el, siento un cosquilleo sobre mi entrada cuando su erección se centra en ella, se siente demasiado grande, carnoso, él se mueve hacia adelante y mi cuerpo se estremece, siento que el calor que emanamos nos hunde en un placer exquisito.

Él introduce su miembro ferozmente en mi entrada, ahogo un gemido doloroso, pero con la humedad de mi interior rápidamente se vuelven gemidos ansiosos, llenos de placer, él se introduce rápidamente dentro y fuera de mi, creando un fuego en mi entre pierna, siento como va rompiendo dentro de mi para darse paso y llenarme con su dureza, el cuerpo me arde de placer, el  vientre me cosquillea, el pecho se me oprime, siento que me estoy quemando en vida, empiezo a sentir cosas que no sabía que podía sentir.

Las estocadas son cada ves más ansiosas y fuertes, empiezo a gemir su nombre y él maldice intentando callarme, me muerdo los labios porque siento que mi entre pierna explotará, mi vientre se contrae y mi cuerpo libera espasmos involuntarios, siento que mi corazón no va a resistir tanto placer. Él sale de mi y me jala volteándome, me pongo de rodillas sobre la cama y bajo mi pecho hacia ella. Él se introduce de una sola embestida y tira de mi cabello hacia atrás mordiendo sutilmente mis hombros, no se cuánto tiempo ha pasado pero mi ser vuelve a explotar por la necesidad.

—Satán—gimoteó, cuando siento que estoy llegando al clímax.

Sus movimientos son más violentos y voraces, siento que el aire me falta, intento contenerme, pero él se mueve con más intensidad, mientras libera pequeños gruñidos, es demasiado excitante para mí y mi entre pierna se humedece cuando me terminó sobre su erección.

¡Siento que algo en mi despertó, por qué nunca me había sentido tan jodidamente viva!

Toca mi cuerpo recorriéndolo lentamente llegando a mis tobillos, sube mis piernas a sus hombros con una destreza abrumadora, su miembro se remueve en mi zona sin salir de mí. Alzo mi cabeza intentando ver algo pero es inútil, quiero llevar mis manos a mis ojos pero captura mis muñecas apretando mi cintura, se inclina dándome una embestida más llena, siento como me termina de romper, su grosor me molesta, pero estoy demasiado mojada que no duele, la recibo gustosa, queriéndolo sentir más.

Aprieta mi cintura al ritmo de sus embestidas, haciéndome jadear, mi cuerpo libera espamos repentinos, cada vez me cuesta más respirar, me intento mover a su ritmo y él suelta mis manos para pellizcar mis pezones, mi corazón late sin parar, la falte de aire me hace jadear, mi vientre se contrae, mi vegiga se inflama y estallo en un orgasmo que me moja por completo.

—Tu es ma chute—jadea.

Él sale de mi y siento como se sienta a mi lado, me toma de los brazos y me deposita sobre sus piernas, ahora estoy arriba de él, alza mi cadera y me introduzco lentamente, la sensación de su enorme miembro quema dentro de mi, me hace jadear, empiezo a brincar ansiosamente encima de él, aprieta mi cintura impulzandome a moverme con más intensidad. Acerca su rostro a mi pecho, su aliento cálido sobre mi piel, hace que me mueva con más ansiedad  y muerde mis pechos marcandolos con sus dientes.

—Joder—intento protestar pero el aprieta mi cintura, haciendo que mi cuerpo baje llenándome por completo.

¡Joder! Follaria con el toda mi vida.

Es una lastima que solo sea una vez.

—Mi ninfómana, traviesa—susurra en mi oído, haciendo que me prenda mas.

Empiezo a moverme con más necesidad y empiezo a sentir la humedad caliente que recorre en mi entre pierna y es que el hecho de no ver nada, es extrañamente estimulante.

—Mi ninfómana—repite nuevamente sobre mi oído, apretando mi cuello con su mano, su aliento y sus gruñidos sobre mi oreja, me moja más y mi cuerpo ansioso empieza a temblar con el.

Siento más mojado en mi interior y de él sale un gemido necesitado.

—¡Piccola strega!—Maldice sobre mi oído.

Siento que sale de mi y me apartó, los pulmones parecen que me estallaran en cualquier momento, escucho unos pasos apresurados y oigo la puerta cerrarse; mi cuerpo sigue temblando, no sé si de necesidad o por todo lo que acaba de pasar. Creo que fue demasiado para mi, me quito la venda de los ojos y la habitación está completamente vacía, mi respiración es el único sonido que resuena en todo el lugar. Encima de mi bata hay una hermosa rosa negra, la analizó detalladamente, nunca había visto algo tan perfecto. La tomo y me pongo rápidamente mi bata, la puerta se abre y la bruja mayor entra.

—Báñate de nuevo—me indica secamente y yo asiento—. Satán no suele tardar tanto con las brujas.

Puedo sentir un poco de odio en su tono, yo solo me encojo de hombros y me apresuro al baño.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? —le pregunto saliendo de la ducha, ella me mira y deja ropa para mí en la cama.

—10 horas—dice saliendo de la habitación.

10 horas, ¿No fueron 20 minutos? ¡Joder!

Siento que mis mejillas se calientan y me apresuro a ponerme la ropa, mis pezones duelen con el roce de la tela, tengo hemotamonas en todo mi cuerpo y mis pechos son los más afectados.

Mi entrepierna sigue vibrando de necesidad y paso mis manos por mis labios donde dejó marcados sus besos voraces.

—Eres solo mía y siempre serás mía, en el infierno arderá el que se acerque a ti—susurra su voz atrás de mí y me congelo.

Volteo rápidamente, con el corazón desbocado y nada, no hay nadie.

************

<<Tu es ma chute>> tú eres mi caida

<<Piccolo strega>> maldita bruja 

Instagram: ambelqueen1 

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Los amo 3M...

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