Narra Tn: La chica se encontraba saliendo de su clase hacia el club de Fotografía, tenía que hacer un trabajo. Por el camino, la peli(color de pelo) notó cómo le tocaban el hombro, al voltear la cabeza vió a su mejor amigo, Akaashi Keiji, acompañado por Konoha, Haruki y Yamato.
— Tn-san, necesitamos tu ayuda — dice Akaashi.
— ¿Qué ocurre Keiji-kun? — preguntó la chica.
— Es sobre Bokuto...Ayer jugamos un partido de práctica, detuvieron la mayoría de sus remates y aún está mal por aquello, ¿podrías hablar con él? — responde Haruki.
La chica asiente con la cabeza y sigue a los tres jugadores hasta el gimnasio del equipo de voleibol, al entrar vio a Bokuto sentado, mientras abrazaba sus piernas, en una esquina mirando al suelo, me acerco hasta allí y le acaricio la espalda, por consecuencia él peligris alza la mirada hacia la chica.
— Este no es el Bokuto que yo conozco — le miro poniéndome delante de él. — ¿Dónde está el Bokuto del que me enamoré?
— Pero, Tn, yo soy muy malo al voleibol, no merezco jugar, haré que pierdan...
— Claro que no, tu eres el mejor jugador de todo Japón, también eres el mejor capitán, no te tienes que desanimar por que te hayan bloqueado — le acaricio la cara suavemente.
Bokuto levanta la cabeza para mirarme, entonces le dedico una sonrisa acariciando aún su mejilla.
— ¿En serio crees eso?
— Claro que sí, eres Bokuto Koutaro, el jugador más fuerte que hay en todo Japón, tú puedes con todo y aunque te bloqueen, sigue intentándolo, no te rindas.
Entonces se levanta de un salto.
— ¡¡HEY HEY HEY!! Eso soy el mejor jugador de todo Japón, nadie puede vencerme.
Río levemente mirándole, entonces se acerca a mí.
— Si es que tengo a la novia más preciosa del mundo — dice y comienza a besar mi cuello.
Me sonrojo mucho y lo aparto un poco.
— Bokuto no, más tarde.
— Luego te veo princesa — me susurra al oído.
Luego se va con sus compañeros, me levanto y me despido de ellos para luego irme.
Después de las clases, salgo del club de Fotografía, a los pocos segundos me encuentro con Bokuto.
— Tenemos algo pendiente — me guiña un ojo.
Sonrío y asiento con la cabeza siguiéndole de cerca. Al llegar a su casa me coge en brazos haciendo que rodee mis piernas por su cadera apretando mi trasero. Esa noche iba a ser muy larga.