[2 MESES]
Eran las 4 de la mañana en el apartamento en el centro de Seúl donde vivían dos chicas perdidamentes enamoradas una de la otra.
Pero no viven solas.
Hace ya unos 2 meses nació una preciosa niña, su precioso ángel, su tesoro, simplemente su preciosa hija que amaban con todo su corazón.
Yoo Biyeon (byon), aunque sus madres la llaman "Bibi", es una preciosa (es hija de Nayeon, que te esperabas?) y sana niña.
- Yo voy.- dijo la pelicorta a su novia al escuchar a su pequeña Bibi llorar.
- Gracias Jeong.- dijo Nayeon con un tono ronca mientras sonreía con los ojos cerrados.
Aunque la cuna de su pequeña estaba en el fondo de la misma habitación que sus madres, levantarse era algo pesado de todos modos.
Jeongyeon caminó hacía la cuna y rascaba su nuca mientras bostezaba.
- Que te pasa Bibi?- preguntó la coreana menor. - Tranquila ya esta mami aquí.- dijo mientras la cargaba en sus brazos y la movía de un lado a otro.
Nayeon encendió la lámpara de su mesita de noche y se sentó recta en la cama para poder admirar mejor a su novia y su hija.
- Shhh, no llores más pequeña.- seguía hablando Jeongyeon. - Que hora es amor?-
- Las 4 de la mañana.- dijo Nayeon quien encendió su móvil para mirar la hora y luego dejarlo de nuevo en la mesita de noche.
Biyeon seguía llorando y Jeongyeon no sabía que tenía qué más hacer para calmar a su hija.
- Quieres a mami Nayeon?- preguntó a la pequeña la cual seguía sollozando.
- Buen intento Yoo.- dijo Nayeon soltando una risita.
Jeongyeon cogió la manta de la pequeña que había dentro de la cuna y envolvía al infante con ello para después caminar hacía la cama donde estaba su esposa.
- Shhh, tranquila Bibi.- dijo Nayeon al recibirla en brazos por su novia.
La pequeña calló enseguida al sentir los calientes brazos de su otra madre alrededor de su pequeño cuerpo.
- Tiene preferiencia.- dijo Jeongyeon mientras hacía un puchero.
Nayeon sonrió al escuchar el comentario de su novia.
En estos momentos la pequeña estaba lamiendo su manita mientras miraba a su madre pelimorena con los ojos abiertos.
- Es perfecta Jeong.- susurró la mayor mientras observaba de la misma manera a su pequeña que la pequeña a ella.
- Lo sé.- dijo Jeongyeon quien se acercaba a Nayeon para poder ella también observar mejor a la pequeña.
Las dos madres miraban a su hija no solo con ternura, también con orgullo y admiración. Observaban cada pequeño movimiento que hacía la bebé y no podían evitar sonreír.
- Necesitas dormir Jeong, dentro de unas horas tienes que ir al trabajo.- dijo Nayeon
- Observar mi hija es más importante.-
- Yoo, te regañarán por dormirte otravez.- dijo Nayeon soltando una risita al recordar aquella vez que le informaron de que su esposa de durmió en medio de una reunión.
- Bueno vale.- dijo la pelicorta para después dejar un beso en los labios de su querida novia y en la frente de su pequeña hija.
- Yo la acostaré luego.- dijo Nayeon para asegurarle a su novia que su hija estaría bien.
Jeongyeon asintió y le dió la espalda para dormirse.
Nayeon quedaba mucho tiempo admirando la pequeña. Se parecía a ella pero a la vez a Jeongyeon. Sus ojos cerrados y suave respiración hizo saber que la pequeña se había dormido de nuevo.
Nayeon iba dejar la pequeña en su cuna pero esto lo veía una oportunidad espectacular para hacer una foto.
Nayeon sonrió al ver la foto que había tomado y dejó el móvil de nuevo en la mesita de noche.
Cogió a Biyeon en brazos y caminó con ella hacía su cuna al fondo de la habitación.
Lentamente, sin hacer demasiado ruido o movimientos bruscos que podrían despertar a la pequeña la dejó en la cuna.
- Buenas noches Bibi, te quiero.- susurró Nayeon antes de depositar un besito en la frente de la niña.
Realmente era una tesoro esa pequeña, era el tesoro de la Yoo Family.