El frío comenzaba a invadir toda la ciudad, los abrigos no faltaban en la ropa de todos, aunque eran unos no muy gruesos, ya estaban para ayudar a todos a mantener el calor. Incluso unos perritos portaban unos especiales para ellos.
Ya que era fin de semana la pareja decidió que sería buena idea ir al centro comercial y comprar algunas cosas para la estación que se acercaba. El otoño estaba terminando más rápido de lo que creían, y junto a esto JungKook sentía que su estómago crecía como un globo.
No está de más decir que TaeHyung sentía que podía llorar por lo tierno que se veía el menor, pero no lo admitiría en voz alta claro está.
Fueron a una tienda de ropa de las que Jihyo es dueña, la mayor les ofreció un buen descuento así que lo aprovecharán sin dudar.
Al entrar se encaminaron rápidamente a la sección donde estaban los abrigos.
Había una buena variedad.
— ¿Unos tres para cada uno será suficiente, no?
TaeHyung asintió— Yo ya tengo mi abrigo grande, así que serán solo dos para mí.
La compra no tardó mucho. Unos diez minutos pasaron y ambos ya tenían sus abrigos en sus brazos.
—Hyung ¿Podemos ir a la sección de niños? Jihyo noona dijo que deberíamos revisar para ver si hay algo que nos gusta.
—Vamos, podemos ir pensando qué comprar en los próximos meses.
JungKook llevaba casi cuatro meses de embarazo hasta ese momento. Aún no pensaban comprar cosas al menos hasta llegar a los seis meses.
En el área de niños había pequeñas secciones para diferentes edades, desde bebés a doce años. Ambos caminaron hasta donde se encontraban las cosas de los bebés. La pequeña y adorable ropa estaba sobre mesas. Los colores pasteles eran adorables, sumado a los tiernos diseños de la ropa. También había una sección de juguetes, prácticamente la sección de bebés estaba repleta de peluches.
Jihyo había mencionado que había adquirido unos personajes para sus tiendas, se podía ver a los siete personajes en un estante. Todos lindos y de colores llamativos.
— ¿No crees que deberíamos llevar uno? —JungKook miró al mayor, él cuál se encontraba apuntando a los peluches en el estante. — Creo que podrían gustarle, deberíamos comprar uno.
El ahora pelinegro se extrañó de esto ya que como habían quedado, no comprarían nada por ahora. — Podríamos comprarlo en unos meses.
—Pero el rosa es bonito, y podrían ya no tener después.
JungKook se limitó a sonreír, no creía que en unos meses dejarán de existir esos personajes, pero se podía ver que TaeHyung en verdad quería comprarle algo al futuro bebé. — Está bien, llevemos el rosa.
—Aunque el amarillo podría gustarle más por color ¿Deberíamos llevar ambos por si las dudas?
JungKook se comenzaba a preguntar si TaeHyung sería un padre muy consentidor o si solamente quería los peluches para él. — Bueno, llevemos los dos entonces
—Pero si llevamos el amarillo deberíamos también llevar el rojo, son mejores amigos así que no podemos separarlos.
— ¿Cómo sabes eso?
El mayor apuntó a un letrero donde daban las características de cada personaje. — Sería un crimen separarlos.
Al final terminaron comprando los siete peluches. El mayor dio excusa tras excusa para no dejar a ningún personaje fuera, y JungKook no pudo negarse al ver los ojitos de bambi que TaeHyung ponía cada vez que explicaba por qué Koya también debía irse con ellos ya que quiere mucho a RJ, pero Cookie se quedaría triste porque quiere mucho a Koya así que también deberían llevarlo. Siguió así hasta que JungKook propuso llevar los siete.
Después de salir de la tienda decidieron ir a una pastelería a comer algo rápido. JungKook estaba antojado de pan de crema y de chocolate caliente así que no tardó en comprar dos panes de cremas para él, y TaeHyung en su lugar compró un sándwich y café.
—Hyung, creo que se te sucede.
El mayor lo miró confundido. — ¿Me sucede algo?
—Leí un artículo que decía que las parejas de personas embarazadas pueden experimentar algunos de los síntomas del embarazo.
TaeHyung chistó. — ¿Acaso parece que tengo algún síntoma de embarazo?
—Amor, diste una explicación de casi cinco minutos de porque Chimmy no podía irse sin TaTa, de cómo se sentiría y así seguiste hasta que dije que compráramos los siete. Hasta parecía que llorarías si te decía que no, ni yo estoy tan sentimental. —TaeHyung solo guardo silencio con su cara un poco colorada— ni te preocupas tanto por los sentimientos de la humanidad, pero si por lo de los peluches.
—Oye, si me puedo preocupar por los sentimientos de la humanidad, que no me interesan en absoluto es otra cosa. Y no estoy sentimental, solo no pude evitar imaginarme un mini JungKook jugando con los peluches, es todo.
En ese momento JungKook no sabía que daba más ternura, si las mejillas sonrojadas del mayor o que se imagine ese tipo de cosas. — De igual manera podríamos haberlos comprado después, estarán guardados por mucho tiempo.
—Ya son cuatro meses —el mayor volteó los ojos cuando vio cómo lo miraba el menor, con un toque de burla en su mirada— bien, tres meses y medio, además a ti te gustan los peluches podrías jugar con ellos por mientras.
—Quién diría que el gran TaeHyung daría todo un discurso por unos peluches.
— ¿No te dejarás de burlar de mí, verdad?
Riendo, JungKook negó, sin dudas esto sería algo que le recordaría al mayor toda la vida. Además sin duda podía ver que TaeHyung será el tipo de padre que no podrá negarle nada a su hijo.
Al terminar de comer fueron a una tienda de muebles. TaeHyung quería otro escritorio ya que el suyo se movía mucho. Apenas salieron de la tienda ya con el pedido hecho, se encontraron con Jimin discutiendo con un chico alto.
—Jims ¿Qué sucede?
—Oh, hola JK.
Apenas TaeHyung iba a decir algo el otro chico interrumpió— Disculpa, tú y yo estamos discutiendo algo aquí.
—Ya te dije que no te tiré el agua a propósito.
JungKook y TaeHyung se miraron confundidos.
—Oh claro, no fue a propósito que eso sucediera cinco veces en tres semanas, ni siquiera se tu nombre para variar.
— ¿Y cómo para que necesitarías mi nombre?
—Para maldecirte como debería. — rio el alto.
— ¡Tú...! —Antes de que Jimin pudiera lanzar el primer golpea, JungKook lo tomó de los brazos.
—Jeongguk—el chico, el cuál JungKook no conocía, volteó a ver a TaeHyung— no golpes ni maldiciones.
Una que otra vez Jimin trató de pegarle a Jeongguk, siendo interrumpido por la pareja. TaeHyung conocía al más alto ya que compartían clases. Finalmente lograron que ambos se fueran a sus respectivos hogares por caminos separados.
A este punto temían que Jimin quisiera sacarle los ojos al otro, aunque no entendían tanto el enojo de éste si la víctima prácticamente era Jeongguk.
Al final JungKook y TaeHyung se rieron todo el camino de regreso recordando lo divertido que se veía el menor tirando manotazos al aire mientras que Jeongguk se intentaba proteger con sus manos.
De cierta manera les recordaron a ellos mismos, ese tipo de juegos siempre guardan algo más debajo.