Dime que aún me amas.

By StilinskiDB_

254K 12.4K 1K

¿Y si te robo un beso? #2 Lia y Zachariah creyeron que todos los problemas estaban resueltos y que de ahora e... More

Sinopsis
Dedicatoria.
Capítulo 1. Bebé.
Capítulo 3. Conejitos.
Capítulo 4. Preocupaciones.
Capítulo 5. Demuéstramelo.
Aviso.
Capítulo 6. Engaño.
Capítulo 7. Pequeña personita.
Capítulo 8. Caos.
Capítulo 9. Traicionado.
Capítulo 10. Culpa.
Capítulo 11. Espía.
Capítulo 12. Otra noche de lágrimas.
Capítulo 13. ¿Debo confiar? - Parte 1 -
Capítulo 13. ¿Debo confiar? - Parte 2 -
Capítulo 14. La audiencia
Capítulo 15. Cambios
Capítulo 16. Tendrás que verlo tú mismo.
Capítulo 17. Sola.
Avisos, aclaraciones y disculpas
Capítulo 18. El que más ama es el que pierde.
Capítulo 19 - La canción.
Capítulo 20. Otra vez.
Capítulo 21. ¿Por que amar duele tanto?
Capítulo 22. Sopresas.
Capítulo 23. Retribución
Capítulo 24. Amar.
Epílogo.

Capítulo 2. Soñar.

11.1K 573 27
By StilinskiDB_

Lia

Golpeé la puerta de la habitación antes de entrar. Zachariah estaba sentado en su cama, con sus jeans y camiseta puestas, su cabeza estaba enterrada en sus manos. Parecía desolado. Mi corazón se apretó al verlo así.   

—¿Zacha? — pregunté con cautela.

Enderezó su cuerpo y levantó la cabeza. Clavó su mirada en mí. Sus ojos verdes lucían tristes y sentí que me decían “Necesito un abrazo”. No lo dudé ni un segundo. Me acerqué y me senté en su regazo. Lo abracé fuertemente. Cerró sus brazos a mi alrededor. —¿Estás bien? — susurré.

Negó levemente con la cabeza. —No puedo creer esto — murmuró en mi cuello. —No sé cómo haremos lo que quiere mamá. Sería algo loco. Mamá necesitará mi ayuda y yo no sé cuidar un bebé. Y cuando pienso en ella lo único que siento es puro enojo. Ella es la culpable de todo lo que sufrió mi mamá. Ella no me lo demostró, ¿sabes? Pero la oí llorar varias veces. Para mí la mejor opción sería dejarla en un orfanato…, pero mi madre tiene razón. La estaríamos abandonando y somos su familia. Yo soy su hermano. ¿Cómo podría hacerle eso? No puedo hacerle eso. No puedo hacerle lo mismo que su estúpida madre.

Me separé de él y tomé su rostro entre mis manos. Suspiré mientras clavaba mis ojos en los suyos.

 —Sé que no serías capaz de hacer algo así. Tienes un gran corazón Zacha. No podrías dejar a una bebé sin nadie en el mundo, aunque no la quisieras. No serías capaz de hacerlo porque tu corazón es grande y tú no podrías con la culpa.

Él negó con la cabeza despacio. — No sé si pueda hacer esto. Es demasiado.

—Podrás— le di una sonrisa. — Confío en ti.

Me empujó hacia él y giró su cabeza para tomar mis labios en los suyos.

—Gracias por apoyarme en esto— dijo en mis labios antes de volver a besarme.

—Siempre— respondí yo y le devolví el beso.

***

—Bien, hagamos esto — dijo Zacha mientras entrábamos en el salón tomados de la mano.

Elizabeth levantó la mirada de la bebé y nos miró frunciendo el ceño. —¿Ya llamaste?

—No. — Gruñó Zacha y le di un apretón en su mano para animarlo. Suspiró. —No lo haré.

Elizabeth lucía sorprendida. Me miró y asentí. Volvió la vista hacia su hijo. —¿No lo harás?

—No, no lo haré. Te apoyo en la idea de quedarnos con ella. Sé… — tragó fuerte y se pasó su mano libre por el pelo. Estaba nervioso. —Yo sé que no podría hacerle eso. No… no podría.

Ella me miró agradecida. Pensaba que yo había tenido que ver algo con esto, pero no fue así. Sólo estuve ahí para él porque me necesitaba, nada más. Le dio una mirada de cariño a su hijo y sonrío. —Lo sé, hijo. Lo sé.

—Yo… uh… ¿Necesitas que compre algo... para… um… ella? — preguntó Zacha algo... avergonzado.  

La sonrisa de Elizabeth se agrandó. —Claro, necesitamos ropa, cobijas, una cuna, pañales, biberones, toallas húmedas, óleo, muchas cosas.

—¿Crees que podrías anotármelo? — dijo Zacha mirándola con algo de confusión. Estaba segura que sólo había reconocido la mitad de las cosas que su madre le nombró.

—Por supuesto. Lia te ayudará, ¿cierto?

Zacha bajó su mirada a mí y sonrió. Me estiré y lo besé en la mejilla. Le sonreí estando de acuerdo. Lo apoyaría por completo en esto. Sabía que él necesitaba que esté ahí para él. Y lo estaría. En lo que sea.

—¿Y qué harán con los papeles legales? — pregunté dirigiendo mi mirada hacia Elizabeth.

—De eso ya me encargo yo. Tengo una amiga que es abogada y puede ayudarnos con esto. Ustedes simplemente no se preocupen.

Zacha asintió de acuerdo. —Iré a cambiarme así vamos a comprar todo eso.

—De acuerdo.

Elizabeth nos había dado una lista larga. Tendríamos que hacer varias paradas. Estaría encantada de poder elegir ropa para la pequeña Sabri. Sería adorable ver los conjuntos que habría.

Luego de haber ido a una pañalera y haber conseguido todo lo necesario de ese lugar para la pequeña, nos dirigimos hacia el centro de la cuidad y hacia los locales de ropa para bebés. Entramos al primero tomados de la mano. No quería soltar su mano. De alguna manera… sentía que lo estaba apoyando todo el tiempo con eso. ¿Tonto, eh?

Estábamos mirando unos pequeños conjuntos con conejitos de motivo cuando una señora nos habló a nuestro lado.

—¿Padres primerizos? — preguntó la señora. Creo que era la encargada del lugar. Zacha se tensó a mi lado y mis mejillas se volvieron rojas al instante.

—No… um… nosotros…— balbuceé. Carraspeé e intenté de nuevo. — Estamos buscando ropa para la hermanita recién nacida de él— aclaré señalando a Zacha.

La encargada asintió. —¿Buscan algo en especial?

—Mi madre nos hizo una lista de lo básico— dijo por fin Zachariah entregándosela.

La encargada la leyó y asintió. —Por aquí— dijo y nos guió hacia el mostrador.

Zacha me hizo escoger todas las prendas. Y mientras lo hacía, mi mente vagaba por otro lado. Por lo que había dicho la encargada. No podía evitar imaginarme una bebé con mi pelo y unos pequeños ojos verdes. O un niño igual a él. O Zacha enseñándole jugar al fútbol. ¿Quería yo tener hijos con Zacha? Esos pensamientos sólo me traían una sonrisa al rostro. ¿Eso era un sí? ¿Quería yo tener un bebé con él? ¿Quería un futuro juntos? ¿Qué él sea el padre de mis hijos? Definitivamente sí. Lo amaba suficiente como para eso.

Pero eso no pasaría. No aún. Éramos muy jóvenes y teníamos otros problemas con el que lidiar ahora. Pero era lindo soñar.

Estuve callada todo el camino de regreso soñando con lo que podría ser y pensando en la pequeña Sabri, ¿cómo será nuestra vida ahora? ¿Llenas de pañales y biberones? Ella no era nuestra hija pero estaba segura de que Zacha se comportaría más cómo un padre que cómo un hermano. Aunque él no lo creyera... sé que sería así.

Zacha se detuvo en un semáforo en rojo. Me miró. —Estás muy callada. 

—Estaba pensando— suspiré.

—¿Y en qué pensabas?— dijo acelerando cuando el semáforo se puso en verde.

—En algunas cosas. Lo que dijo la encargada... —me sonrojé. No pude evitarlo.

Zacha soltó una carcajada. —¿Un hijo nuestro? Eso no pasará— se rió de su propio chiste.

La sangre se drenó de mi cara por completo dejándome pálida. Un nudo se formó en mi estómago... Miré mis manos. ¿Él no quería tener un hijo conmigo? ¿No me amaba lo suficiente como para eso? Mis estúpidos sueños de tener un futuro con él se cayeron al suelo.

Zacha me miró de reojo. Su sonrisa calló. —¡No! No quise decir eso. —Alargó su mano hasta tomar la mía. —Lia, te amo. Claro que me encantaría tener un hijo contigo. Pero somos jóvenes. Demasiado jóvenes, quizás en unos diez años... —explicó apresuradamente.

Suspiré aliviada. Zacha sí me quería. Me amaba. No tenía que dudar nunca de eso. Sonreí. —Me parece bien en unos diez años.

—Pero podemos comenzar a practicar ahora— insinuó dándome una sonrisa ladeada y se mordió el labio mientras levantó las cejas hacia mí.

—¡Oh, cállate!— grité antes de estirarme y besarlo. No podía contenerme si hacía eso. Y él lo sabía. Maldito engreído.

Elizabeth se puso muy contenta con todo lo que trajimos. Vistió a la niña con sus nuevas ropas y me la entregó para que ella pudiera hacer un par de llamados. La mecí en mis brazos. Zacha estaba apoyado en el marco del arco que daba al salón, mirándome. Mirándonos.

—Aún no la has visto, ¿verdad?— pregunté acariciando la manita de la pequeña.

Él negó con la cabeza. La pequeña Sabri abrió los ojos y me miró. Tenía los ojos verdes igual que su padre y su hermano. Pero los suyos eran más claros. Y se parecían a los de Zacha porque irradiaban calidez no frialdad como los de su padre. Acaricié su naricita.

—Ven— le ofrecí a Zacha. —Está despierta. Sus ojos son iguales a los tuyos, un poco más claros quizás.

Zacha vaciló un poco antes de dar un paso adelante. Pensé que se sentaría a mi lado y la tomaría pero antes de que pudiera decir algo él ya se dirigía a su habitación. Suspiré y miré a la bebé. Lo entendía. Entendía cuán difícil era para él todo esto.  Me lo dijo y podía comprenderlo.

La pequeña Sabri cerró sus ojitos nuevamente. La mecí un poco. Esta niña lo único que hacía era dormir. Le encantaba dormir.

—Sueña pequeña, sueña. Que es lo mejor que tenemos todos. Nuestros sueños— susurré y besé su cabecita.

-------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola! Segundo cap de esta temporada :) ¡Espero que les vaya gustando mucho y no duden en dejarme un comentario que tal les parece! Tengo muchos planes e ideas para esta novela y estoy ansiosa por escribirlo. Gracias por estar ahí desde la primera parte a todos. Hasta la semana que viene, los quiere, Vani :3

Pd: Sé que el cap es medio corto pero el que le sigue es más largo y viene con sorpresa (A menos que ya la hayan adivinado) ^^ 

Continue Reading

You'll Also Like

138K 14K 19
Oh cariño, te verías tan bien conmigo, mi cama será tu descanso, mis brazos serán tu hogar y yo sólo te pido que te entregues a mí. Después de todo...
123K 10.2K 58
"Y él, el guerrero que guardaba posesiones y demonios jamás llegó a sentir otra vez, esos sentimientos no existían en su ser. Mientras tanto, ella pe...
90.6K 9.2K 38
Una serie de sueños extraños e inexplicables conducen a Micaela Andrade a leerse las cartas del Tarot. Sin creer en poderes sobrenaturales y presiona...
83.2K 4.3K 18
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...