Luego de estar pensando en cómo le diría a su familia que iría a cuidar a la sobrina del señor Lee y no encontrar la forma, decidió no decirles.
Estaba a punto de dormirse cuando su hermano abrió la puerta de su habitación despacio y asomó la cabeza.
—¿Hyung?
—Pasa, pasa—se incorporó en la cama.
SungChan asintió, se sentó en el borde de la cama de su hyung y se quedó en silencio.
—¿Todo está bien?
—Noona me dijo que fuiste a ver al señor Lee.
—S-sí.
—Le dijiste que soy su hijo, ¿cierto?
YoonOh no podía mentirle a su hermano y menos si lo tenía de frente mirándolo con sus grandes ojos de venado.
—Lo lamento tanto, Channie—miró hacía sus manos avergonzado—. Y-yo pensé que él había sido grosero contigo...
—Es un señor muy amable.
—Lo sé, pude conocerlo...
—No sé porque quería ir en un principio... él ya tiene una familia.
—Querías respuestas, es totalmente normal que quisieras conocerlo.
—Pero sus hijos y su esposa.
—Sus hijos son muy agradables y no tiene esposa.
—Aun así, si tú hubieras visto como el niño pequeño corría hacia sus brazos y él lo miraba con tanto amor...
Sí lo vio, pero decidió guardar silencio.
—Amo a papá y a mamá y siempre estaré agradecido... pero me imaginé siendo criado por el señor Lee. ¿Qué hubiera sido de mí?
—Imagino que te dieron en adopción porque no podían darte una vida digna y creyeron que fue lo mejor...
—Perdón, ahora parece que no los quiero.
—No seas tonto—rio—. Es normal tener tus dudas.
El menor se quedó en silencio y miró nervioso sus manos.
—Chan, el señor Lee me dijo algo...
—¿Uh?
—Me dijo que quería conocerte, si tú aún querías, claro.
—N-no sé si quiero... Sería extraño volver luego de eso.
—Piénsatelo—sonrió.
—Lo haré—sonrió de lado a lado—. Buenas noches, hyung.
—Buenas noches—agitó su mano.
SungChan caminó hacia la salida, pero se detuvo y se giró.
—¿Puedes comprar cerveza mañana?
—¿Uh?
—Mañana es mi fiesta—rio—. Ya soy mayor de edad y ya puedo beber—se encogió de hombros apenado.
—Perdóname, lo olvidé por lo del señor Lee. ¿A qué hora vendrán tus amigos?
—A las cinco. ¿También puedes traer mucha lechuga? Taro ama la lechuga.
—¿Lechuga?
—¡Hyung, prometiste asarnos carne! —chilló.
—¡Lo lamento! —rio—. Compraré toda la lechuga que quieras.
—De acuerdo, te perdono—rio y salió de la habitación.
YoonOh se dejó caer en su cama y miró al techo mareado. Tendría que salir corriendo de casa de los Lee para poder comprar todo lo necesario para la fiesta de su hermano.
Despertó a las cinco de la mañana, se ducho, se vistió y fue camino a casa del señor Lee, en donde aparcó su moto y tocó la puerta.
TaeYong abrió la puerta con la camisa medio abierta, el cabello despeinado y una corbata sobre su cuello.
—Buenos días—saludó el mayor muy apurado—. Llegaste muy temprano—se giró y volvió a la cocina.
—Buenos días—comenzó a seguirlo.
—¡Papi!, ¡Papá! —gritaron los pequeños al mismo tiempo.
—¡¿Mande?! —gritó con voz dulce.
—¡Jeno escupió la pasta dental en mi mano!
—¡Es que no alcanzo! —chilló.
TaeYong suspiró y le pidió al joven que lo siguiera al piso de arriba.
YoonOh vio como el padre de los pequeños entraba al baño, pero él se quedó fuera de su vista.
—XiaoJun, tesoro, debes de comprender que tú hermano no alcanza el lavabo.
—Nadie lo mandó a romper su banquito.
—Jeno, mi amor, ¿Por qué no traes el banquito de la cocina?
—Porque se atora en las escaleras—hizo un puchero.
—No creo poder ir al centro comercial esta semana, así que tendrás que traer tu banquito y tu hermano te ayudará... y no quiero oír quejas, ¿de acuerdo?
Los niños intercambiaron miradas y asintieron.
Su padre cerró la puerta y guio a YoonOh hasta su habitación.
—Yeri despertará en poco tiempo—susurró— Es muy fácil cuidarla, ya que, es muy tranquila. Cuando despierte le tienes que hablar con alegría para contagiarla de felicidad—rio—. Lo siento, es algo absurdo, pero Johnny la acostumbró a eso—suspiró—. Luego le das su leche tibia y más tarde una papilla que ya preparé...
TaeYong siguió hablando y YoonOh asintió a cada cosa que le decían.
—Dudo que Johnny o Mark vengan por ella temprano, pero si vienen, harán muchas preguntas... Diles que nos conocimos en el trabajo... ¿En qué trabajas?
—Soy diseñador gráfico.
—Perfecto. Diles que fuiste pasante hace unos meses y que trabajaste para mí, nunca les hablé de mi pasante, así que será fácil tomar su lugar.
—Está bien...
Bajaron de nuevo a la cocina, TaeYong terminó de servir el almuerzo de sus hijos y lo guardó en sus lindas loncheras.
—¡Papi! —Jeno entró corriendo a la cocina.
—¿Qué pasó, mi cielo?
—Nada—sonrió y lo abrazó con fuerza.
TaeYong sonrió en respuesta.
—Oh, buenos días, señor YoonOh.
—Buenos días, Jeno.
—¿Tu amigo YoonOh va a cuidarnos otra vez, papi?
—Va a cuidar a Yeri. Yo volveré a la misma hora que siempre, pero si YoonOh quiere quedarse un poco más, podrás verlo.
—¿Se quedará? —preguntó alzando la vista y mirándolo con unos ojos llenos de brillo.
No. Tenía que ir a comprar lo necesario para hacer la comida que le prometió a su hermano.
—Claro—le sonrió mostrando aquellos hoyuelos.
—¡Sí! —dio brinquitos en su lugar.
—Mi amor, ve por tu hermano y revisen que llevan todo.
—Sí, papi—asintió frenéticamente con la cabeza y salió de la cocina.
—No quiero parecer desesperado, pero ¿pudiste hablar con SungChan?
—Dijo que lo pensaría.
El mayor asintió en silencio.
—¿Él... trabaja o estudia? —hizo una pequeña pausa—. Lo siento. No me respondas, no te corresponde.
—No me molesta decírselo—sonrió.
—Olvídalo—rio nervioso.
—Papá, estamos listos—el mayor de los niños entró a la cocina.
—Espera un poco, mi amor—terminó de empacar los almuerzos y entró al medio baño que estaba bajo las escaleras para terminar de arreglarse.
—¿Se quedará hasta que vuelva papá? —preguntó XiaoJun arqueando su ceja.
—Esperaré para verlos...
—Para verme a mí—Jeno mostró su lengua burlonamente.
—¡Pá! —chilló.
—¡Jeno! —TaeYong gritó entre risas desde el baño, ya que, sabía que cuando su hijo usaba ese tono era porque el menor lo molestaba.
YoonOh salió a despedir a los Lee al auto y se detuvo en la puerta del copiloto.
—Puedes tomar lo que quieras de la cocina para comer.
—Sí, gracias, señor Lee.
—Gracias a ti. Nos vemos en la tarde. Despídanse, niños.
—Adiós—el mayor dijo con simpleza.
—¡Adiós, señor YoonOh! —Jeno agitó su mano frenéticamente, mientras que con la otra tomaba las azas de su mochila.
—Adiós—YoonOh río y le devolvió el gesto.
Volvió a la casa a cumplir su tarea. Cuidar a la bebé.
Esperó una media hora para que la bebé despertara y cuando lo hizo comenzó a charlar con ella como TaeYong le había dicho.
—Eres una preciosa bebé—sonrió.
En su paso por la cocina, pensó en prepararse algo, pero no podía abusar de la confianza del señor Lee, así que solo tomó la comida de la pequeña y la alimentó en la sala.
A YoonOh le estaba encantando cuidar a la pequeña porque no era de esas bebés que lloraban al estar con un extraño o por cualquier cosa...
Yeri comenzó a llorar a todo pulmón.
—Oh, no, no, no, por favor—YoonOh comenzó a preocuparse—. Por favor, no me hagas esto. ¿Qué tienes? —dejó a la bebé un momento en el sofá y buscó en internet la posible causa del llanto.
La encontró.
Revisó el pañal y estaba sucio. Pensó en dejarla así, pero eso era inhumano, así que luego de ver una y otra vez un tutorial en YouTube, comenzó a limpiar a la bebé.
La bebé volvió a sonreír y el volvió a amarla.
Toda la mañana la pasó tranquila. YoonOh solo le hizo unos ejercicios para mejorar la movilidad de la pequeña y luego la dejó en el sofá para que tomara una siesta. La aseguró con cojines a su alrededor y fue a la cocina en busca de algo para su estómago. Tomó una manzana y la devoró como si no hubiera un mañana.
El señor Lee llegó alrededor de la una de la tarde.
—¿Te dio problemas?
—Ninguno—sonrió.
—Gracias, de verdad.
—No hay de que, señor Lee.
—¿Esperarás a los niños?
—Claro.
—Bien. Subiré a cambiarme, ¿de acuerdo?
YoonOh asintió y el señor Lee desapareció por las escaleras.
Los pequeños entraron a la casa y en cuanto YoonOh los vio, les hizo una seña para que guardaran silencio.
—Hola—susurró.
Los pequeños le respondieron de igual forma.
—Mis amores—TaeYong se puso de cuclillas y abrió sus brazos para recibir a sus hermosos hijos.
Luego de ese lindo abrazo de familia, se separaron y Jeno se acercó mucho a YoonOh.
—¿Se quiere quedar a jugar, señor YoonOh?
—Me encantaría, pero tengo cosas que hacer.
—¿Qué cosas?
—Jeno, no seas entrometido—lo regañó su padre.
YoonOh sonrió y negó hacia el mayor.
—Iré a comprar comida al centro comercial porque prometí que cocinaría hoy.
—¿A quién, señor YoonOh?
—¡Jeno!
—A los amigos de mi hermano—le susurró.
—¿Cuándo cocina para mí, señor YoonOh?
—YoonOh, discúlpalo.
—Cuando tú quieras y tú papi me lo permita.
—¡El domingo! —dio un brinquito en su lugar—. Voy a invitar a tío Johnny y a tío Mark.
—¿Crees que puedes disponer del tiempo de YoonOh e invitar a quien quieras, mi niño?
Jeno negó con un puchero.
—Ve a tu habitación, cielo, tengo que hablar con YoonOh.
—Adiós, señor YoonOh—pronunció con un tono triste.
—Adiós—agitó su mano con una sonrisa de lado.
Los mayores caminaron hacia la puerta.
—Disculpa a Jeno, por favor, está en la edad de ser un tanto imprudente.
—No se preocupe, de verdad—sonrió—. Y hablaba en serio de cocinarle si usted me lo permite.
—¿De verdad?
—Claro, Jeno me cae muy bien.
—Entonces dime cuándo puedas venir y...
—Jeno quería que viniera el Domingo y estoy libre ese día.
—De acuerdo, el Domingo. Dime qué comprar para tener todo listo.
—No se preocupe, yo compraré todo.
—No, sería demasiado.
—De verdad que no es ninguna molestia—le sonrió esta vez ampliamente mostrando sus hoyuelos—. Hasta el Domingo, señor Lee.
—Hasta el domingo—se recargó en el marco de la puerta.
—No le diga nada a Jeno, quiero sorprenderlo.
—De acuerdo.
El estómago de YoonOh rugió de una manera impresionante.
—¿Qué fue eso? —preguntó riendo—. ¿No comiste nada en todo el día?
—Tomé una manzana de su cocina...
—¿Una manzana, YoonOh? ¿De verdad? —se cruzó de brazos.
—Me dio vergüenza tomar algo más—dijo bajito.
—Ay, niño—suspiró—. Te invitaría a comer, pero tienes prisa. Ve a casa y come algo, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
Se despidieron una vez más y YoonOh fue hasta su motocicleta para poder manejar lo más rápido posible al centro comercial.
🌹 🌹
Jeno me pone tan soft :')
Nos estamos leyendo uwu