Un pequeño gemido escapó de los labios de la coreana menor. Sentía manos, unas familiares manos rodeaban su cintura. Al instante sonrió y miró por encima del hombro. "No fue un sueño". Pensó.
Giró sobre su lado derecho para mirar a Mina, quien dormía profundamente a su lado. Colocó un mechón de cabello detrás de la oreja de la elfa y sonrió. Mina parecía una princesa, dormía de una forma maravillosamente hermosa. A Chaeyoung le encantaba eso. Se había enamorado tanto de la elfa. Se deslizó fuera de la cama y salió de la habitación la cual no era de ella.
— Sana, no puedes simplemente mezclar cualquier cosa. Tienes que leer los ingredientes de la receta ¿Q-qué estás haciendo? ¡Ahh! — Dahyun gritó y empezó a correr por la cocina.
— ¿Por qué estás corriendo? ¿Por qué estás corriendo? — Preguntó Sana.
Chaeyoung asomó su cabeza por el pasillo y sonrió.
— Ah, Dios te repela. — Dijo la pálida arrojando harina en la cara de la elfa mayor mientras ésta trataba de besarla. Chaeyoung se echó a reír. "Oh, esas dos ¿No podían ser más lindas?".
Sana refunfuñó y fue directamente a lavar sus ojos con agua.
— Buenos días. — Dijo Chaeyoung.
— ¡Ah, Chaeyoung! Llegas en buen momento. Ayúdame a preparar panqueques. Sana quería algunos, así que fuimos a la tienda esta mañana a por los ingredientes ¿Cómo durmieron tú y Mina? — Preguntó mientras esquivaba el tercer intento de beso por parte de Sana.
— Dormimos bien. Ella todavía sigue dormida. Deberíamos prepararle el desayuno. — Sugirió la más pequeña.
— Sí, podemos hacer eso. Debería tomarnos al menos diez minutos hacerlo. — Dijo Dahyun.
Mina parpadeó varias veces y bostezó. Miró hacia su lado y frunció el ceño. Chaeyoung no estaba a su lado. Se sentó en la cama y frotó sus ojos.
"¿Dónde está mi amiga?". Pensó.
Un fuerte golpe la hizo sobresaltarse. Rápidamente salió corriendo de la habitación y entró en la cocina.
— ¡¿Chaeyoung?! — Gritó la elfa menor.
— ¡Te dije que no añadieras eso! ¡Fue demasiado! — Reprochó la menor. — ¡Sólo hacía lo que pensaba que quedaría bien! — Gritó Dahyun. — Dubu, eres tan linda cuando estás enojada. — Sana le guiñó un ojo. — ¡Ahora no, Sana! — Dijeron ambas coreanas en voz alta.
— Chaeyoung. — Dijo Mina. Las tres chicas se voltearon hacia la otra elfa. Mina soltó una carcajada al ver harina en toda la ropa de las muchachas, con aquel polvo blanquecino en su cara y cabello. Mina tomó una toalla y limpió un poco de harina que yacía en la cara de Chaeyoung.
— Muy sucia. — Dijo y sonrió. Sana miró a Dahyun y lamió su mano. — Muy sucia. — Dijo tratando de limpiar la harina de la cara de la coreana. — ¡Ew! ¿Qué estás haciendo? — Se escapó de la japonesa.
— ¡Dahyunie! — Sana gimió y corrió tras ella. Mientras las otras dos chicas sólo se dedicaban a reírse.
— Buenos días. — Saludó besando la mejilla de Chaeyoung haciendo que ésta se sonrojara. — ¿Qué estaban haciendo? — Preguntó.
— Panqueques. Como los que hiciste, ya sabes... para mí. — Dijo tímidamente. De repente vio cómo Mina hacía un remolino con su dedo, y por arte de magia una pila de panqueques había aparecido frente a ella. La menor abrió sus ojos en grande.
— Eso es. Sólo necesitaban agregar menos mantequilla. — Dijo e invitó a sentarse a la coreana. Ésta hizo lo que le dijeron. — ¡Sana! ¡Dahyun! — Gritó. De inmediato una sonrojada Dahyun entró a la habitación, con lo que parecían ser marcas de lápiz labial rojo en su mandíbula y mejillas.
— Uh, tienes algo en la cara. — Le dijo Chaeyoung.
— ¿Es saliva? Sana es tan asquerosa. Trató de limpiarme la cara con su mano llena de baba. — Sana entró dando pequeños saltos con una sonrisa plasmada en su rostro. — Uhm, no. No es saliva. — Dahyun se encogió de hombros y tomó asiento.
— ¿Qué haremos hoy, Mina? — Preguntó la pequeña. Mina suspiró y miró sus dedos.
— Mina y yo volveremos al Polo Norte. — Dijo Sana tapando rápidamente su boca tras haber soltado aquello.
— ¿Sana, podrías no...? Estás siendo desastrosa. — La pálida habló mientras removía algunas migajas de los labios de la elfa mayor.
Chaeyoung frunció el ceño.
— ¿Irte? ¿De nuevo? — El dolor se hacía evidente en su tono de voz.
— Chaeyoung... — Mina quiso responderle. — No, está bien... lo entiendo. — Soltó su tenedor y regresó a la habitación. La otra chica también dejó su propio plato para correr tras la menor.
— Eso significa que tú también te irás. Es una lástima, supongo. — Expresó Dahyun. — ¿Por qué? ¿Planeabas algo para nosotras? — Inquirió la mayor.
— ¿Q-qué? N-no. — La boca de la coreana sólo pudo dejar salir un tartamudeo.
— ¿Chaeyoung? ¿Chaeyoung, qué sucede? — Preguntó Mina. La menor puso sus ojos en blanco. No podía soportar el olvido de Mina en este momento.
— Nada. — Refunfuñó.
La elfa tomó asiento y posó su mano sobre el muslo de la chica. Ésta se puso rígida. De todos los lugares se le ocurre poner su mano ahí.
Mordió su labio y apretó la almohada con más fuerza.
— Te hice enojar. Lo siento. — Se disculpó la mayor. Se inclinó y frotó su nariz contra la piel de la coreana. Chaeyoung se sobresaltó con esa acción y rápidamente tomo asiento.
— ¡Eso! ¡Deja de hacer eso! — Dijo frustrada. Mina parpadeó un par de veces.
— ¿Hice... hice algo malo? — Preguntó inocentemente frunciendo el ceño y mirando sus dedos. El corazón de Chaeyoung se rompió ante esa vista de la nipona. "¿Cómo pudo haberle gritado de esa forma?". Suspiró.
— Lo siento, no quise gritarte. Es solo... — Tomó la mano de la mayor. — Mina, debemos establecer límites... Me refiero a que no puedes simplemente besarme... no puedes simplemente tomar mi mano. Me hace sentir...
— ¿Incómoda? Chaeyoungie, lo lamento. — Dijo la elfa a su vez que su respiración empezaba a acelerarse y lágrimas se hicieron evidentes en sus ojos. Chaeyoung abrió en grande los suyos. — ¡No! No, no es eso. Es solo... Mina... las parejas se besan. Las parejas son dulces entre sí. Las parejas se dan la mano. — Dijo la menor.
— Una pareja. Hm ¿Cómo enamorados? — Preguntó la nipona. Chaeyoung asintió y la otra chica repitió su gesto. — Entonces... ¿Sólo somos amigas? — Preguntó.
Chaeyoung se lanzó hacia adelante y conectó inmediatamente sus labios los cuales se moldeaban perfectamente con los de Mina. — Dios, no. — Exhaló y besó a Mina hasta quedar sin aliento.
— ¡Oh, Chaeyoung! — La elfa soltó un pequeño gemido y envolvió sus brazos alrededor del cuello de la coreana, mientras ésta pasó sus manos por los muslos de Mina, acercando al mismo tiempo sus labios al cuello de la mayor, tomándose su tiempo para succionar y mordisquearlo con avidez.
— Chaeyoung. — Mina dijo chasqueando sus dedos, volviendo a la realidad a la joven muchacha. — Tu nariz está sangrando. — Chaeyoung se sonrojó a más no poder y tapó su nariz. — No respondiste a mi pregunta ¿Sólo somos amigas? — Volvió a preguntar. Ella no sabía por qué preguntaba. Era obvio en el manual de códigos elfos que no se permitía que ningún elfo estuviera asociado con un humano, ni romántica ni sexualmente. Pero no pudo evitar preguntar. Chaeyoung asintió, recibiendo una pequeña sonrisa como respuesta.
— Está bien. Ya no haré lo que las parejas deben hacer. También te pediré permiso para tomar tu mano ¿Está bien? — Le tendió la mano. La coreana extendió la suya y tomó la de Mina. — Bueno. — Dijo en voz baja. Mina mordió su labio inferior. — ¿Puedo... puedo ayudarte a limpiar tu nariz? — Preguntó. Chaeyoung se sonrojó y asintió.
Mina suavemente tomó la mano de la menor y la llevó consigo al baño. — Siempre te cuidaré, mi dulce Chaeyoung. — Dijo y sonrió.
A partir de hoy empieza mi prueba a contrarreloj porque ya no tengo más capítulos traducidos.
¿Podrá peek-a-chae traducir más capítulos para continuar con las actualizaciones diarias y al mismo tiempo terminar sus tareas? No lo sé, averiguémoslo en el siguiente episodio.