𝐃𝐞𝐚𝐫 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚 ➳ 𝐌𝐢𝐜�...

By peek-a-chae

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"Querido Santa, Quiero un novio. Haz que sea alto. Haz que sea delgado. Haz que tenga hermosos ojos. Haz que... More

𝐩𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠
𝐞𝐢𝐧𝐬
𝐳𝐰𝐞𝐢
𝐝𝐫𝐞𝐢
𝐯𝐢𝐞𝐫
𝐟𝐮̈𝐧𝐟
𝐬𝐞𝐜𝐡𝐬
𝐬𝐢𝐞𝐛𝐞𝐧
𝐚𝐜𝐡𝐭
𝐧𝐞𝐮𝐧
𝐞𝐥𝐟
𝐳𝐰𝐨̈𝐥𝐟
𝐝𝐫𝐞𝐢𝐳𝐞𝐡𝐧
𝐯𝐢𝐞𝐫𝐳𝐞𝐡𝐧
𝐟𝐮̈𝐧𝐟𝐳𝐞𝐡𝐧
𝐬𝐞𝐜𝐡𝐬𝐳𝐞𝐡𝐧
𝐬𝐢𝐞𝐛𝐳𝐞𝐡𝐧
𝐚𝐜𝐡𝐭𝐳𝐞𝐡𝐧
𝐧𝐞𝐮𝐧𝐳𝐞𝐡𝐧
𝐳𝐰𝐚𝐧𝐳𝐢𝐠
𝐞𝐢𝐧𝐮𝐧𝐝𝐳𝐰𝐚𝐧𝐳𝐢𝐠
𝐳𝐰𝐞𝐢𝐮𝐧𝐝𝐳𝐰𝐚𝐧𝐳𝐢𝐠
𝐝𝐫𝐞𝐢𝐮𝐧𝐝𝐳𝐰𝐚𝐧𝐳𝐢𝐠
𝐯𝐢𝐞𝐫𝐮𝐧𝐝𝐳𝐰𝐚𝐧𝐳𝐢𝐠
𝐟𝐮̈𝐧𝐟𝐮𝐧𝐝𝐳𝐰𝐚𝐧𝐳𝐢𝐠

𝐳𝐞𝐡𝐧

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By peek-a-chae

Un suspiro escapó de los labios de Son Chaeyoung. Echaba de menos a la elfa. Había sido una noche aburrida y no podía sacar a la mayor de su cabeza. Se sentía sola por la noche, sin sentir los brazos de Mina rodeándole la cintura porque "las amigas duermen así".

Chaeyoung soltó una risilla. Mina era tan ingenua y ajena a todas esas cosas, que no, los amigos no suelen acostarse envueltos en los brazos del otro, o besarse bajo un muérdago, o tomarse la mano casa segundo en cualquier lugar y en todas partes. A Chaeyoung le gustó aquello. Mina era tan inocente en ese sentido, que ni siquiera se percataba de cómo hacía sentir a la coreana.

Quería recuperar a su inocente e ingenua Mina. Pensaba que la sentencia era estúpida y un total complot para mantenerlas separadas. Porque aparentemente ella era "una mala influencia". La pequeña miró el globo de nieve que Mina le había dado. No era un globo de nieve ordinario. No, de hecho, era más precioso que cualquier regalo hecho a mano que pudiera recibir ¿Por qué? Bueno, eso lo sabremos después. — Mina. — Chaeyoung susurró al aire y cerró sus ojos.

Mina abrió los ojos y levantó la vista desde su cama. Pensó que había escuchado la voz de Chaeyoung ¿Pero cómo pudo haber sido eso? Se encogió de hombros y se sentó. Había pasado toda la noche en su cama sin poder conciliar el sueño. El lugar junto a ella se había enfriado. El lugar en el que Chaeyoung encajaba cómodamente. La elfa pasó sus dedos por el lugar y dejó salir un suspiro.

Lo siento mucho, Chaeyoung. No debí haber sido tan descuidada como lo fui. — Se sentó y frotó sus hinchados ojos. Había llorado dos veces durante la noche por un único pensamiento que rondaba en su mente, que ya no volvería a ver a su especial amiga. Realmente extrañaba a Chaeyoung. No podía describir el sentimiento ¿Por qué le dolía tanto el corazón cuando no estaba con ella? Nunca antes había sentido ese sentimiento.

Unos golpes en la puerta la sacaron de su trance.

Aclaró su garganta. — ¿Sí? — Preguntó.

Sana asomó su cabeza. — ¡Hola! ¿Cómo te encuentras? — Mina suspiró. — Estoy bien. Solo estoy algo aburrida. Podría ir al taller. — Sana se cruzó de brazos. — De todos los lugares ¡¿El taller?!

¿Dónde más podría ir? — Sana sacó una brújula de su bolsillo trasero.

¿C-cómo conseguiste eso? — Se inclinó hacia adelante y tomó la brújula.

¡Oh! Santa la dejó en su escritorio. Se fue con la señora Claus, así que asumí que no necesitaría usarla. —Explicó la elfa mayor.

Mina abrió la brújula.

Se supone que la brújula te llevará a donde tu corazón lo desee.

Mina asintió, pero ¿Qué era lo que deseaba ella? No estaba segura.

Sé lo que deseo ¿Vendrás conmigo? — Le preguntó a la menor.

¿Qué quieres decir? No tenemos el mismo deseo. — Frunció el ceño.

Sana rió entre dientes.

Creo que sí lo tenemos. Bueno, no exactamente, pero nuestros corazones tienen la misma idea en mente. Así que cierra los ojos. Además, si le dices a Jihyo que tomé la brújula y te llevé al mundo humano, lo negaré. — Dijo la mayor. Mina sonrió y cerró sus ojos.

Y en un instante podía percibir el ruido de los autos y los murmullos de las personas a su alrededor que hablaban.

¡Hey, cuidado! — Una voz clara apareció y Sana fue jalada, quien de igual forma sacó a Mina consigo del camino. Sana chilló cuando se dio cuenta de quién era la dueña de aquella voz.

Oh... E-eres tú. — Dijo Dahyun sonrojada.

¡Dahyunie! — Sana chilló de la emoción y envolvió sus brazos alrededor de la cabeza de la coreana. El rostro de la pequeña se encontraba enterrado en los pechos de la elfa. — ¡Oh, Dahyunie... mi corazón me trajo directo hacia ti! — Dijo apretando aún más la cara de la muchacha contra su pecho.

N-no puedo... respirar. — Murmuró. Mina miró a todos lados ¿Por qué la brújula no la había llevado a donde deseaba su corazón? Miró a su alrededor pero Chaeyoung no estaba a la vista.

Dahyun ¿Dónde está Chaeyoung? — Preguntó. La pálida había logrado soltarse del agarre de Sana y observó a la chica que le estaba hablando. Guardó silencio. Si hubiera sabido que aparecerían, entonces no habría enviado a Chaeyoung a esa cita. — Uh... uhm, con... una amiga. — Dijo nerviosa. Mina frunció el ceño ante el comportamiento de la menor.

Dahyun dijo que querías verme. — Dijo Tzuyu en voz baja. Ambas chicas terminaron de colocarse los patines.

Chaeyoung aclaró su garganta.

Oh, claro. Yo... pensé que podríamos ir a beber chocolate caliente. — Dijo nerviosa. Tzuyu mostró una agradable sonrisa.

Me encantaría eso ¿Sabes patinar? — Preguntó a su mayor. A lo que esta sólo respondió con un sonrojo y una negación con su cabeza.

Tzuyu le tendió la mano y gentilmente le dijo. — Vamos, te enseñaré.

Chaeyoung suavemente tomó su mano y dio la primera pisada al hielo. Frunció el ceño. No sintió su corazón acelerarse ni una chispa repentina como pensó que lo haría. No sintió nada, y eso la hizo sentir extraña.

— Simplemente nos deslizaremos lentamente. — Le dijo la alta. — Te has ido unos días ¿Adónde fuiste? — Preguntó mientras rodeaban la fuente. De repente en sus pensamientos apareció un nombre. Había salido de su casa anteriormente olvidando aquel nombre, olvidando a la dueña del mismo, pero ahora todo volvió. Sus recuerdos. Mina. Todo aquello. Chaeyoung se detuvo en seco.

— Yo... estuve con una chica. Una increíble chica. — Susurró. Tzuyu guardó silencio. — Parece ser muy especial para ti. Puedo asegurarlo por la forma en la que la llamaste "increíble". — Dijo la menor.

Chaeyoung suspiró. — Tzuyu, me gustaste. Me gustabas mucho. Pero... está esta chica y... yo...-

Entiendo, Chaeyoung. — La cortó. — Creo que alguien te está esperando. — Dijo señalando al otro lado del estanque. Chaeyoung se puso los patines y abrió en grande sus ojos.

Mina estaba a lo largo de las orillas del hielo jugueteando con sus dedos. No sabía qué pensar de Chaeyoung con otra chica. Otra posible "amiga especial". En su corazón podía sentir el sentimiento que sintió antes cuando vio a Chaeyoung con Sana ¿Cómo lo llamaban los humanos? Oh, sí. Celos. Pero Mina mantuvo la cabeza baja para evitar que la pequeña sonrisa de su rostro se convirtiera en una expresión desagradable.

El corazón de Chaeyoung se aceleró. No había pasado mucho tiempo desde que las habían separado. Pero ante ella estaba su Mina. Su pingüina. Su inocente e ingenua Mina.

Chaeyoung le dio un abrazo rápido a Tzuyu antes de alejarse de ella. Buscó a tientas en sus patines, tratando de llegar a Mina.

¡Mina! — Gritó. La elfa levantó la cabeza para observar a Chaeyoung agitando su mano. — ¡Chaeyoung! — Le devolvió el saludo. Con cuidado, lentamente se dirigió hacia el hielo.

¡Mina, quédate ahí, ya voy! — Le gritó. Pero Mina no se detendría. Ella también buscó a tientas tratando de llegar a Chaeyoung. Hasta que finalmente ambas encontraron su camino hacia la otra. — ¡Mina! — Chaeyoung estaba emocionada. De sus ojos brotaban lágrimas de alegría. Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la mayor y la abrazó con fuerza. Mina sonrió — Mi dulce Chaeyoung. — Susurró y envolvió dulcemente sus brazos alrededor de la cabeza de la pequeña.

A lo lejos, Tzuyu les dio una última mirada a las dos y sonrió. Sabía que no tendría ninguna oportunidad apenas vio a Mina. Aquella muchacha era impresionante. Sin más se alejó dejándolas a las dos compartir su momento.

Cuando ambas se soltaron, sus pies tambalearon haciendo que Mina cayera primero sobre el hielo y Chaeyoung encima de ella.

Oh, tu cabeza. — Dijo la menor preocupada. Mina miró a Chaeyoung. Compartieron una mirada sin palabras. Y Mina lo sintió, su corazón ¿Era esa la sensación de su corazón latiendo con fuerza dentro de su pecho? No podía distinguir el sentimiento, no encontraba la palabra humana para ello.

Parecía no tener control de sus acciones cuando se inclinó y conectó sus labios con los de la coreana. Los ojos de ésta se agrandaron y se puso rígida. Era su segundo beso. Mina se apartó lentamente aún saboreando la sensación de los labios de Chaeyoung contra los suyos. La pequeña parpadeó un par de veces.

¿P-por qué hiciste eso? — Preguntó.

Mina sonrió. — Porque extrañaba a mi amiga. — Respondió.

El corazón de Chaeyoung dio un vuelco. Ahí estaba esa palabra de nuevo. Amiga. Esa era la misma Mina de la que Chaeyoung se había enamorado. Se quitó de encima de la nipona y la ayudó a sentarse.

Bueno... yo también extrañé a mi amiga. — Dijo y se inclinó de vuelta, acoplando sus labios. Chaeyoung podía sentir su corazón acelerarse. Podía sentir la chispa. Los labios de Mina eran tan suaves al tacto. Y como si fuera una película, copos de nieve empezaron a caer sobre ellas.

¿Esto es lo que hacenlas amigas? Chaeyoung no pudo evitarlo, a pesar de que Mina no entendía lascosas. La menor se apartó y apoyó su frente contra la de la muchacha mayor. —Te extrañé mucho. — Susurró. Mina sonrió y cerró sus ojos. El sentimiento endefinitiva era mutuo.

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