Novio Falso | Jeon Jungkook [...

Por Lurini02

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Shin MiSuk necesitaba a un novio falso y encontró al candidato perfecto. Jeon JungKook estaba centrado en una... Más

✷ SINOPSIS ✷
✷ PRÓLOGO ✷
✷ Capítulo 1 ✷
BARBIE
CONVERSACIONES
KIM TAEHYUNG
ACERCAMIENTOS...
ENCUENTRO COMPROMETEDOR
LA AMISTAD
LA FAMILIA Y... [1]
ACLARACIONES
VISITA
BIBLIOTECA
CENA
VIAJE
CERCANÍA PELIGROSA
COMPARTIENDO
ALGO
HUMO [1]
JEON JUNGKOOK [2]
ANSIAS [1]
NOSOTROS [2]
HOSPITAL
NOVIO FALSO
A SOLAS
PIJAMADA
CONOCERTE
ENCONTRARTE
JUNTOS
CULPABLE
SINCERIDAD
LA VERDAD
LÍNEAS BLANQUECINAS
ENFRENTAMIENTO
FINAL DEL CUENTO
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

... Y ACUERDOS [2]

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Por Lurini02


Luego de terminar de trotar, me dirigí a un local de cafetería cercana al lugar del parque que descubrí la semana pasada. Fue un día en el que decidí ir por mis propios pies de regreso a casa que andar en el auto.

Tal cual como ese día, que otra vez quise dejar el auto en casa. Y menos mal que lo hice porque desde la conversación con Jungkook, quería un tiempo sereno para procesar todo lo dicho. Debía ordenar varias cosas porque fueron aclaraciones de hechos que ya tenía definidos.

En primer lugar, el padre de Jungkook. Jeon Dochang. Todavía recordaba los diferentes titulares que salieron a la luz.

["¡El detective más querido, en realidad es un villano del distrito!"]

["¿Buscador de crímenes o encubridor de los propios?"]

["¡El respetado detective es un asesino!"]

Para cuando salió esa bomba, estaba ajetreada con el tema de la universidad, nerviosa de saber si quedaría en la facultad que mis padres querían que cursara. Aunque en el fondo no tenía muchos ánimos, intentaba suprimir mis emociones al respecto, así que esas noticias fueron un distractor para el hecho de que no estaba estudiando lo que realmente quería.

Los noticieros estaban plegados por días de que el detective de honor era un asesino. Acusado de asesinar a una universitaria y con cargos de intentar violarla. Manchando el apellido Jeon. Y por supuesto, todos conocían quién era la esposa del detective.

La majestuosa Son Eunjoo. Con un intachable registro de no equivocarse ante un juicio, fue consolada por las trágicas noticias de su esposo. Un día vi mientras estaba estudiando en la sala, una conferencia de prensa referente a lo que sucedía, en ella mostraron un corto video que proyectaba a la jueza Son Eunjoo abordada por un reportero para una entrevista y que diera su opinión del tema en cuestión, ya que desde que salió las novedades, no pronunció palabra.

Segundos en silencio, escuchando las agitadas preguntas que le lanzaban, ella se detuvo un instante y miró a la cámara. Con una mirada mordaz y sin dubitar habló: —Sé con quién me casé. Si estás viendo esto, prepárate porque sacaré la verdad de todo este caos.

Sin más, se fue y allí se cortó el video. Esas palabras llegaron a ser contundentes y por un segundo hizo vacilar y cuestionar que lo que estaba sucediendo era de alguna forma, falso. Arreglado. Había visto muchos dramas en el tiempo libre y unos cuantos de la ley hacían ver que no todo era lo que parecía a la hora de ser juzgado alguien.

Sin embargo, el dudar no me duró mucho tiempo. Los comentarios que hicieron en aquella conferencia convencieron a la mayoría de que más que darle atención a lo dicho por Son Eunjoo, vieran a una mujer dolida por ver la cara oculta detrás de la máscara del hombre con quién se había casado y que estaba en una etapa de negación.

Y con el pasar de los días, sin ningún contratiempo en el juicio del detective Dochang se demostró que simplemente la esposa no aceptaba la realidad. Porque cada juicio que se emitió contra él, el resultado terminaba con Jeon siendo culpable.

Pronto, las palabras que una vez provocaron controversia y dos bandos, quedaron en el olvido, la balanza se inclinó más a la opinión de que el señor Jeon verdaderamente había cometido el crimen.

Se preguntarán porqué no sabía nada de Jungkook si estábamos hablando de su familia. Sencillo, su información fue protegida por cualquier medio. Lo único que se hizo mención es que ambos tenían un hijo, del cual ni señalaron nombre, edad u otra cosa relevante.

Pero ahora que conocía a ese hijo y me había revelado que lo dicho en aquel juicio eran difamaciones contra su padre. Entonces fue como quitarme una venda de los ojos. De lo poco que conocía a Jungkook, sabía que era una persona sensata y con una mentalidad racional. Por lo que se podía tomar en serio lo que dijera.

Y las palabras de su madre agarraron sentido. No lo dijo en el sentido de una mujer herida por lo que decían y que no veía a su alrededor. Al contrario, estaba en todas sus facultades y observaba las cosas como son. Ella se dirigió a alguien en concreto a pesar de que no sabría a quién. Y era una amenaza de que haría lo que estaría en su poder para demostrar la inocencia de su esposo.

Pero ahora surgía la duda. ¿No logró reunir las pruebas suficientes para refutar contra lo que decían de Jeon Dochang?

¿O la razón de su muerte fue por esa misma causa? ¿Son Eunjoo reunió lo necesario y por eso recurrieron al acto de eliminar a Jeon Dochang?

El tintinear de la puerta de la cafetería me distrajo de los turbulentos pensamientos. Le estaba dando muchas vueltas a un tema que poco tenía que ver conmigo, pero como persona que una vez admiró al detective Jeon Dochang, la necesidad de aclarar mi propia opinión de él comenzaba a formarse en mi interior.

Eché un vistazo alrededor, notando que el local no estaba tan lleno. Y lo mejor es que no había una fila para esperar, así que rápidamente hice un pedido y me dieron el indicador de cuándo estaría listo para pasarlo a buscar. Con eso en mano caminé hacia el fondo, justo en un asiento al lado del ventanal.

Dejé el aparato en la mesa y me senté dándole la espalda a la pared y que perfectamente tenía el panorama para tener el control de ver quién entraba y salía. No es como si importara, pero uno nunca sabe cuándo se podría encontrar con un conocido.

La cafetería tenía un aire elegante y a la vez casual, con sus paredes tintadas de color beige y en otros lados negro. Los dos ventanales en puntos estratégicos hacían ver que fuera un lugar espacioso con tres pilares en tres esquinas. Mesas de madera y llenas de franjas, bordillo metalizado y las sillas a pesar de no tener almohadilla, resultaban cómodas.

También estaba paseando la vista con ojo crítico observador de los distintos vestuarios de las personas.

Con algunos quedaba encantada y con otros, tenía que mirarlos por más tiempo, maquinando la forma de cómo mejoraría su imagen si se deshiciera o pusiera ciertas prendas.

Hasta que me topé con el cuerpo pequeño y lindo de Siyeon. Sentada a varias mesas de distancia, en la otra punta, con una bebida en mano y mirando con atención su teléfono.

Por supuesto, ante todo debía elogiar su vestimenta, sabiendo combinar y entender el tipo de prenda adecuado que resaltaría sus atributos. En este caso, ella llevaba una falda volada rosa por encima de sus rodillas y una blusa holgada de manga flounce del mismo color. Dándole un aspecto afeminado y delicado.

Me llamó la atención que estuviera sola, pero el aura que desprendía hacía notar que estaba esperando a alguien.

El aparato en la mesa vibró y me levanté para buscar mi pedido. Si me acercaba a la barra, todavía había un margen de distancia, y sumando el hecho de que ella andaba distraída, poco se fijaría en mí.

Mientras agarraba el emparedado de atún y una bebida para acompañar, el tintineo hizo que girara la cabeza antes de caminar a mi mesa.

Y tras la puerta entró Kim Taehyung. Con un suéter azul marino y pantalones de mezclilla. Su cabello estaba alborotado, probablemente por estar pasando la mano varias veces por él. Aún así, no le daba una mala apariencia.

Tenía un semblante serio, con los ojos enfocados en todo momento en Siyeon, parecía que ya la había notado desde antes.

A dos mesas detrás de ellos vi que estaba vacío, así que saqué del bolsillo trasero del pantalón deportivo unos lentes negros. Menos mal que los bolsillos eran lo suficientemente grandes para guardarlos.

Me los coloqué rápidamente y sorbiendo de la pajita, caminé sin esfuerzo de actuar natural, mi caminar de por sí fue educado para que sea refinado en todo momento y circunstancia.

Les di la espalda cuando me senté y comencé a abrir el emparedado para comer. Esto lo hice con la esperanza de poder escuchar algo mientras hablaban.

Los primeros minutos solo pude oír murmullos de ambos. No podía identificar qué tipo de conversación estaban llevando.

«¿Por qué Taehyung se encontró con Siyeon? ¿Es una cita? No creo, por la forma en que entró él, poco distaba de que fuera una»

Estaba dándole las últimas mordidas, creyendo de que no oiría nada más por el rato que ya tenía, hasta que en mis oídos danzó las voces un poco más elevadas, de tal forma que yo pudiera escucharlas.

  —¡No te entiendo Siyeon! —exclamó Tae todavía murmurando, pero con un tono más elevado.

  —¿Por qué no podemos darnos otra oportunidad? —Más que intuir una nota de tristeza, súplica o lo que sea. La forma en que se expresaba era indiferente.

  —¡Tú lo sabes perfectamente Siyeon, lo que tenemos no es sano, a ti te gusta tener una fila detrás de ti que rueguen por tu amor y a mi no me gusta eso!

  —Pero TaeTae, yo te sigo amando. Estos meses separados me hizo darme cuenta que mi actitud no es la mejor, que lo que hice estuvo mal. Yo... —Y aunque no podía verla, advertí claramente una diferencia en su voz. Esta vez sí bordaba sentimientos y un pequeño hipo se trabó en su garganta, como si estuviera aguantando las ganas de llorar. —Te extraño TaeTae, he reflexionado para no volver a hacerlo y darte el trato y la atención que mereces.

El silencio ganó por unos segundos. Que parecieron ser eternos. Apreté el envase de mi bebida. En aquel momento no me hubiera entrometido. Habría permanecido quieta en mi asiento, siendo testigo de una bonita reconciliación, si no fuera por tres motivos.

Los comentarios de Jungkook en relación con la personalidad de ella.

Que ella misma confirmara todo eso al amenazarme en el baño.

Y cómo Taehyung parecía trastornado por Siyeon.

Es por ello que me levanté. Me crucé de brazos cuando me posicioné al costado de los dos. Percatando que sobre la mesa, Siyeon cubría una mano de Taehyung y le acariciaba el dorso con el pulgar. Como si lo estuviera manipulando a base de muestras de cariño.

Ambos alzaron la cabeza para mirarme. Por un lado tenía a Siyeon con una ceja arqueada y con ligera molestia. Y a Tae con los ojos ampliados levemente por la sorpresa y los labios entreabiertos. Como si despertara de una ensoñación, apartó su mano que estaba atrapada por la de Siyeon.

Apoyé una mano en el centro de la mesa, dándole la espalda a Tae y dirigiendo toda mi atención a la que perfectamente podría ser una bruja disfrazada con dulzura.

  —¿Se puede saber por qué intentas coquetear con mi novio? ¿O es que tienes poca moral y no te importa que ya tenga una novia? —Le sonreí con amabilidad, pero mi tono fue firme.

Siyeon se recostó en el respaldar y se cruzó de brazos. —Más bien, ¿por qué no le preguntas a tu novio la razón del por qué está aquí a solas conmigo?

Alejé la mano y me erguí, para ahora colocarme a un lado de Taehyung, recostando el costado de mi cuerpo sobre el suyo al pasar un brazo por sus hombros. Con la otra mano pasé los dedos por su cabello. —Oh querida, confío mucho en mi novio. Ya sabía que se encontrarían, pero que casualidad que fuera en la cafetería que suelo frecuentar cuando termino de correr. —Miré a Taehyung con una sonrisa y pellizqué ligeramente su mejilla. —Seguramente Tae te citó aquí por si tenía la suerte de toparse conmigo. Que lindo eres cariño.

Taehyung no era de esos que se quedaban sin hacer nada porque no entendía la situación, él no desaprovechó la oportunidad y me rodeó con el brazo por la cintura, mirándome con una reluciente sonrisa, a la vez que atisbé signos de alivio. Probablemente porque había salido en el momento oportuno.

Aunque me la jugué al decir que Taehyung la había citado aquí, con las siguientes palabras de él me dieron a entender que no metí la pata. —Es que pensaba verte luego de hablar con Nam.

Le sonreí como si hacer eso causara ternura en mi. Luego miré a Siyeon, que solo se había quedado observando en silencio. —¿Ya terminaron de hablar?

Incluso en ese momento podía identificar la mirada de odio que querían expresar sus ojos. Seguramente se aguantaba de no tirarme todo el veneno porque Taehyung estaba presente. Ella se levantó, recogiendo su mini bolso y colgandolo sobre su hombro. Miró a Taehyung y le brindó una pequeña sonrisa como apenada. —Hablaremos en otro momento Taehyung.

Ella comenzó a dar los primeros pasos y yo rápidamente me separé con la excusa de hacerle una reverencia de despedida. —Espero que para esa próxima no estés seduciendo a mi Tae.

No hizo caso de mi comentario ni correspondió a mi reverencia. Simplemente se fue sin mirar atrás.

Inhalé profundamente y exhalé con lentitud. Posé una mano sobre mi frente, no me podía creer lo que había hecho. Con pesar me senté en la silla que segundos antes ocupaba Nam Siyeon.

Taehyung no decía nada por los momentos, tenía la vista clavada en mí, como intentando adivinar mis intenciones o qué palabras decir. Hasta que se relamió los labios y habló. —Misuk, yo... —Alcé la mano, mostrando mi palma para que se detuviera. Él apretó los labios haciendo caso al instante. Estaba disgustada de interrumpirlo, pero era importante que lo hiciera.

  —Antes de que digas algo, solo tengo una pregunta. —Bajé la mano y entorné los ojos en su dirección. —¿Estabas a punto de ceder a darle una oportunidad?

Colocó sus manos entrelazadas sobre la mesa, ahora manteniendo sus ojos en los dedos. —Se veía sincera y arrepentida —murmuró con voz queda.

Cerré por un segundo los párpados y los volví a abrir. —Entonces de verdad estabas considerando volver con ella. ¿Qué hay de lo que me dijiste aquella vez?

  —Lo sé, lo sé. Es sólo que la sigo queriendo y tuve un momento de debilidad, es por eso que te iba a agradecer. —Separó las manos y se inclinó un poco en la mesa.

Abulté los labios enfurruñada. —Ni sé porque me estoy entrometiendo.

«Es porque necesita ayuda». Susurró la voz de mi conciencia.

Él sonrió de lado con tristeza impregnada. —De todas formas, gracias. La verdad dudé si sus palabras eran reales o no. Pero no lo quiero averiguar. —Negó con suavidad.

Asentí estando de acuerdo. Lo menos que necesitaba Taehyung era volver con Siyeon con la esperanza de que esta vez todo fuera diferente. El golpe que recibiría sería letal porque estaba claro que Siyeon no había reflexionado en absoluto de su comportamiento.

Si ella lo amaba, era de una forma retorcida. Taehyung ni nadie merecía que lo atesoraran de ese modo.

  —Y aún así la convocaste aquí.

  —En realidad, ella me invitó a mí.

Abrí sutilmente los ojos al comprender eso. —¿Eso quiere decir que entrevió mi mentira?

Negó con una sonrisa despreocupada. —No, porque es verdad que le sugerí venir aquí.

Suspiré con alivio. —Menos mal.

Sin tener que preguntar por lo que habían hablado, él decidió por su cuenta contarme. —Sí, me invitó porque quería hablar conmigo sobre nuestra relación. Acepté venir por el simple hecho de ver una oportunidad de dejarle en claro que ya no quería volver con ella. No creo que pudiera tener la iniciativa de ir a buscarla por mi cuenta.

Con mis dedos presioné el puente de mi nariz. —¿Y luego ella te dijo algo de que no estaba de acuerdo y por eso levantaste la voz?

  —No tuve chance de hacerle saber, cuando quería mencionarlo, comenzó a preguntar acerca de ti.

Ladeé la cabeza. —¿De mí?

  —Sigue sin creerse que seas mi pareja. Dio las razones de sus sospechas y es porque nosotros actuamos extraño... —Frunció levemente el ceño. —Y no solo nosotros, dijo que todos.

  —Cuando dices todos, ¿te refieres a...?

Dio varios toques en la mesa con los dedos. —Jungkook, Yoongi, Chunghee e incluso Jiah.

Escuchar el nombre de Jiah provocó que hiciera como nota mental preguntarle su opinión de Siyeon. Probablemente sabría más de su actitud. Porque si Jungkook la conocía, ella también, ¿no?

  —¿Por qué creé que somos extraños?

  —Nos ha notado en varias ocasiones y no parecemos como personas enamoradas.

Apoyé el codo en la mesa y el mentón en la palma. —Bueno, le doy crédito por fijarse en eso. Ya que no está equivocada.

Taehyung cruzó los brazos y se inclinó un poco más sobre la mesa. Lo tenía bastante cerca, pero no al punto de invadir al completo mi espacio personal.

Entornó los ojos y me sonrió. —¿Puedo pensar que al final aceptas ayudarme?

  —No pises tan pronto el acelerador Taehyung. En esta ocasión te ayudé porque sentí que estarías en un apuro. Logré escuchar sus palabras y a mi no me convenció.

  —Y estoy agradecido... —Se mantuvo en silencio por unos segundos, mordiéndose un poco los labios, bajó la cabeza con timidez. Parecía más interesante las líneas de la mesa. —De verdad estaba considerando darle otra oportunidad.

Suspiré con cuidado. E intenté que mi tono de voz sea suave. —No es broma de que verdad la amas. Pero tú mismo sabes que eso debe acabar, ¿no?

Entonces alzó con lentitud la cabeza y me miró directamente a los ojos. Y con voz amena preguntó. —Nunca te has enamorado, ¿verdad?

Parpadeé varias veces sin entender a qué venía la pregunta. Despegué el mentón de la palma para verlo derecha. —¿Por qué la pregunta tan de repente?

  —Estoy en lo cierto entonces. —Levantó la esquina de su comisura un poco. —Aunque la razón te diga que ese amor sólo te hará daño, el corazón se vuelve débil cuando está con esa persona. —Bajando más su voz como si estuviera hablándole a un niño, alzó la mano y con cuidado trazó con sus dedos mi sien, echando a un lado también el flequillo y siguiendo un recorrido lento hasta mi barbilla. —Se te nubla la mente y comienzas a cuestionarte en qué momento te enamoraste de esa persona, aprecias los breves momentos cuando estabas en un mismo espacio con ella, añoras los abrazos y... —Su pulgar rozó mi labio inferior. En ese instante estuve estática por lo que ocurría. —Los besos que un día se dieron. —Allí fue cuando reaccioné y alejé su mano. Tomé distancia y él solo hizo una sonrisa de lado.

  —Sigo sin entender que tiene que ver la pregunta personal.

  —Lo que quiero decir es que no es tan fácil olvidarse de una persona de la cual te enamoraste. A veces el ser humano es tan débil cuando se quiere a alguien que mantiene la esperanza a flote de poder excusar a esa persona. Queriendo darle la oportunidad y creyendo sinceramente que puede cambiar, por el hecho de extrañarla.

  —O extrañar lo que sientes. El sentimiento de amar y ser amado.

Él ladeó la cabeza. —¿Y es malo extrañar el sentimiento de plenitud y felicidad que una vez te hizo sentir la persona?

Negué con suavidad. —No. Es cierto que el ser humano tiende a ir o buscar lo que les hace felices, pero si en el proceso sufres, ¿no es mejor intentar concentrar las energías en otras cosas que puedan causarte felicidad? No necesariamente por una persona.

  —Tienes un punto. Pero como dije, cuando te enamoras, deseas estar con esa persona. Cuando lo experimentes, me entenderás.

Me crucé de brazos alzando una ceja. —¿Quien te confirmó que no he estado enamorada?

  —Solo digo.

Comencé a hastiarme del tema de conversación que se estaba torciendo y centrándose en mi. Esto no se trataba de mí, no, era de Taehyung. Así que intenté redireccionar de nuevo a él.

  —De todas formas, te digo esto como una conocida. Deberías al menos ir una vez a terapia y desahogarte. Porque si te soy sincera, creo que tu relación con Nam no es el único problema que tienes. ¿Hay más cosas guardadas, verdad?

Entreabrió varias veces la boca sin saber que contestar, así que me adelanté. —Está bien, todos tenemos algo oculto en nosotros.

  —¿Incluso tú?

Asentí siendo plenamente consciente. —Así es, incluso yo. —Me descrucé los brazos y con las manos en mi regazo, ocultas de la vista de Tae, acaricié encima de la muñequera.

Taehyung no hizo preguntas al respecto, lo cual agradecí, pero sí inquirió en otra cosa. Cubrió su boca con el costado de la mano al preguntar. —¿Por qué eres una conocida?

  —¿Porque eso es lo que soy? —afirmé con un deje de interrogación.

  —¿Pero por qué con Jungkookie y Jiah si eres amiga?

«¿Es que ellos se cuentan todo? Bueno, todos parecen unidos»

  —¿Ah? ¿Y ahora a qué viene eso? —Arqueé una ceja.

  —Creí que me considerabas un amigo también.

Presioné los dedos en la zona de siempre. —Taehyung, espero que no me estés hablando en serio. Te recuerdo que fuiste tú que me besaste a la fuerza y lo intentaste nuevamente hace poco.

Bajó la cabeza con arrepentimiento. —Me disculpo otra vez, por ambas cosas. Yo... En ese momento me desesperé.

  —Sigue sin ser excusa. —Él asintió estando de acuerdo.

  —Lo siento mucho de verdad —farfulló.

  —Ya, tienes suerte de que no soy rencorosa. Volviendo a tu pregunta, te diré que así como la confianza se gana, la amistad también. Si quieres que te llame amigo, debes esforzarte en no comportarte como un patán conmigo.

Se rascó un lado de la cabeza. Y cuando su boca se abrió para hablar, el sonido de un teléfono interrumpió. Era el suyo.

Lo sacó y murmuró una disculpa para contestar al ver el nombre del remitente.

  —Kook.

Eso llamó mi atención. Porque hace tan solo una hora y media estaba con él.

Escuchó las palabras de Jungkook al otro lado y su expresión comenzó a cambiar. Ampliando sus ojos.

  —¿Pero cómo...? —Se calló antes de terminar la pregunta y me miró. —Espera Kookie, iré para allá. —Alejó el teléfono de su oreja y noté que no había cortado hasta después de decir:—Lo siento Misuk. —Y guardó rápidamente el aparato mientras se levantaba. —Algo surgió y debo irme.

Despegué la espalda del respaldo de la silla y no pude evitar preguntar. —¿Está bien Jungkook?

Él me observó por un momento y asintió. —Lo está, pero debo irme porque es urgente. Gracias de nuevo y lo siento también por los problemas que te estoy causando. Nos vemos.

Y se fue.

Nuevamente dudas se aglomeraron en mi mente y algunas tenían que ver con Jeon. Y la incertidumbre provocó que relacionara desde lo que había escuchado sobre la historia de su familia, la llamada que recibió Jungkook y lo de ahora con Taehyung para que creyera que había una conexión.

Quizás no tenía nada que ver, pero no lo podía evitar.

Pero como lo pensé cuando Jungkook se fue, si tenía la oportunidad de preguntar si todo iba bien, la tomaría.

Ahora estaba dispuesta a irme. Esa mañana hubo mucha información agitada. Mucho por lo que se debe procesar y cuestionar si las acciones que tomé ese día fueron correctas.

Y antes de que pudiera levantarme. Percibí por el cosquilleo de mí nuca que alguien me estaba mirando.

Pasé la vista por el local para averiguar quién sería la persona. Hasta coincidir con los ojos de una figura femenina conocida. No fue difícil saber que era ella quién no dejaba de mirarme porque de por sí no hizo afán de apartar o esconder que no lo estaba haciendo.

No mostraba ninguna expresión, se mantenía neutra como si simplemente fuera una espectadora de las cosas.

Era Kang Haneul. Y sí, desde aquel incidente con el anterior grupo, presté atención a la lista de asistencia para memorizar el apellido tanto de Haneul como de Suni. Vestía con un vestido ligero y de tonos celestes, donde las mangas le caían por los hombros y el cabello de lado con ondas.

Nos quedamos mirando fijamente. No se veía que se acercaría y tampoco me apetecía hacerlo si esperaba que lo hiciera.

Realicé una reverencia con la cabeza nada más y me dirigí a la salida.

Ya no quería más encuentros. Si Haneul presenció algo, que diera el primer paso ella. Y si surgían rumores al respecto, al menos sabría la fuente de quién lo esparció, ya que pocas veces suelo atinar con ellas.

En mi camino de regreso a casa, rogaba internamente no toparme con nadie más por el resto del día.



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