Wen Qing negó con su cabeza. —La Compañía Yan está en manos de Yan Han, pero tú solo eres el heredero de la Empresa Wen. Tu papá no puede lidiar contra la Compañía Yan.
—Yan Han no se preocupa mucho por ti de todos modos.
Wen Qing se rio suavemente, lleno de burla: —Algunas personas solo quieren quedarse con algo para arruinarlo, y nunca se lo darán a alguien más.
Wen Bai quería decir algo más en el momento en el que Wen Qing desvió la mirada: —Deberías ir ahora, estoy cansado.
Wen Bai se quedó allí durante mucho tiempo y aún así terminó preguntando: —¿Qué significó esa noche para ti?
Wen Qing inclinó la cabeza: —¿Quizás quería venganza?
Wen Bai quería testarudamente demostrar algo. —¿Por qué yo?
—En realidad, no importaba quién fuera. Fue solo para tener sexo.
—Entonces, ¿hay alguien más además de mí?
Wen Qing asintió. —Por supuesto.
Wen Bai se distrajo por un momento y una pizca de frialdad emergió gradualmente en sus ojos.
Wen Qing observó la figura que se marchaba de Wen Bai desde atrás y pensó: "Los niños son así. Cuando ellos dicen que les gustas, es como si estuvieran dispuestos a hacer cualquier cosa por ti. Sin embargo, el límite de lo que pueden llegar a tolerar siempre se podía tocar con facilidad".
El "me gusta" de un niño se parecía al de una broma.
Entonces, ¿qué hay de él? ¿Era acaso una broma que había estado sucediendo durante doce años?
¿Dónde estaba su propio límite?
Wen Qing levantó las comisuras de sus labios y sonrió en silencio.
Abrió la puerta del coche y entró. Condujo hacia el lugar donde vivía junto con Yan Han.
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Cuando estaba cambiando sus zapatos en la entrada, Yan Han se acercó y envolvió sus brazos alrededor de su pecho.
Yan Han se paró en las escaleras. Hubo una ligera sensación de que lo estaba mirando desde arriba. —¿Has vuelto?
—Mn—. Wen Qing asintió.
—¿No te dije que dejaras tu trabajo?
Wen Qing estaba un poco cansado como para hablar. Caminó hacia la sala de estar y se sentó en el sofá sin responder.
—Wen Qing—. Yan Han lo siguió y abrazó a Wen Qing antes de que comenzara a frotarse la oreja. —Deja tu trabajo, ¿sí?
—¿Por qué quieres que deje mi trabajo?
Yan Han frunció el ceño. —El chico que estaba a tu lado te mira de forma extraña.
—¿Cómo podría haber algo malo en él? Es solo un niño, ¿por qué te preocupas tanto?
—La forma en que lo miras también es extraña.
Wen Qing perdió su sonrisa. —Tu mirada es la rara. Debería llevarte a ver al optometrista algún día.
—Lo digo en serio—. Yan Han se aferró a Wen Qing con fuerza. —Lo miras de la misma manera que solías mirarme a mí.
Wen Qing se burló y agarró el control remoto para encender la televisión con una actitud ligeramente desaprobadora.
Yan Han apagó la televisión. Su mano derecha agarró la barbilla de Wen Qing para que la otra persona lo mirara. Había bastante fuerza en sus manos, lo que hizo que Wen Qing frunciera el ceño.
Yan Han solo soltó su mano derecha después de ver su propio reflejo en los ojos de Wen Qing.
Sostuvo a Wen Qing en un abrazo.
Era como el cariño que emanaba en el aire después de las muchas sesiones de amor que tuvieron juntos en el pasado.
Esta era la mejor manera de sentirse seguros.
—Wen Qing, siempre siento que estás pensando en dejarme.
Wen Qing palmeó suavemente la espalda de Yan Han y suspiró: —¿Por qué querría dejarte? Ya te he dado la mitad de mi vida.
—Wen Qing —dijo Yan Han, —No pienses más en trabajar. Quédate a mi lado, te apoyaré.
Wen Qing entrecerró los ojos y una vez más palmeó suavemente la espalda de Yan Han. Él asintió con la cabeza y contestó: —Está bien.
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