Prohibido Enamorarse de Dulce...

By _BrisaVf_

487K 38.3K 22.4K

Trilogía: "Prohibido" Libro 1 ¿Qué harías si un día tu vida cambia bruscamente por la presencia exacta de una... More

Advertencias
Capítulo 0| Prólogo
Capitulo 1 | Mi vida era un caos.
Capitulo 2 | Espera lo inesperado
Capitulo 3| Extrañas sensaciones
Capítulo 4 | Un juego de dos.
Capítulo 6 | Jamás faltar a una regla
Capítulo 7 | Secretos escondidos.
Capítulo 8 | La sonrisa de Damon
Capítulo 9 | La traición de mi enemigo
Capítulo 10 | Malas decisiones
Capítulo 11 | La expectativa de mis planes
Capítulo 12 | El cumpleaños de Sam
Capítulo 13 | Una dulzura y el demonio
Capítulo 14 | ¿Quién es el dorado?
Capítulo 15 | Coincidencias
Capítulo 16 | ¡¿Que Rayos?!
Capitulo 17| Impulsos
Capítulo 18| Besar a un demonio
Capítulo 19| Desaparecido
Capítulo 20| Con ella
Capítulo 21| Problemas
Capítulo 22 | Quiero intentarlo
Capítulo 23 | El cumpleaños de Ada
Capítulo 24 | Una intrusa
Capitulo 25 | El chico Inmune
Capítulo 26 | La culpa
Capítulo 27 | Fuego con Fuego
Capítulo 28| El dilema de Damon
Capítulo 29| Quiero intentarlo
Capítulo 30 | ¿Y ahora?
Capítulo 31 | Cosas extrañas
Capítulo 32 | En un segundo
Capítulo 33 | Maldito Karma
Capítulo 34 | Sola
Capítulo 35| Un idiota desesperado.
Capítulo 36| En la oscuridad de un recuerdo
Capítulo 37 | Noche de tatuajes (I)
Capítulo 38 | Noche de Tatuajes (II)
Capítulo 39 | Error
Capítulo 40 | Sombras
Capítulo 41 | Una vieja ilusión
Capítulo 42 | Confesiones del Pasado
Capítulo 43 | Memorias
Capítulo 44 | Julie
Capítulo 45| La sorpresa de Dulce
Capítulo 46| Te odio.
Capítulo 47| Adiós.
Capítulo 48| Adiós Culpa
Capítulo 49| La Propuesta
Capítulo 50| La respuesta
Capítulo 51| New York
Capítulo 52| Londres
Capítulo 53| Seattle
Capítulo 54| Las Vegas
Capítulo 55| Mamá
Capítulo 56| No me sueltes
Capítulo 57| Promesas rotas.
Capítulo 58|El fin de una historia
Extra I | Un padre ausente-presente
Extra II | Un ángel bajó al infierno
NOTA FINAL

Capítulo 5 | Un cambio de vida

10.7K 930 380
By _BrisaVf_

1 de enero

Dulce

Las palabras de Damon congelaron todo mi cuerpo.

Si según él, esta casa era un misterio para todos y los únicos que estábamos ahora éramos los dos ¿Quién era el tercero? ¿Era bueno o malo?

Creo que el hecho de que entrar a la casa de Damon sin su permiso ya lo hacía un tipo malo ¿Verdad?

—Silencio... —me advirtió Damon con un dedo en sus labios.

Asentí callada y caminamos juntos.

Cada paso que dábamos me hacía sentir extremadamente nerviosa ¿Quién se había metido a la casa del demonio? ¿Por qué lo haría? Y lo más importante ¿Por quién de los dos habían venido?

Damon se detuvo de forma abrupta provocando que chocara contra su espalda, lo miré mal pero no pareció prestarme atención ya que su mirada solo analizaba cada rincón asegurarse de que sea seguro.

Hice lo mismo, notando que habíamos llegado a una gran sala, era muy linda y elegante, tenía sillones largos de cuero, mesitas de vidrio con algunos floreros, sin agregar que lo que resaltaba en esta sala era que en la parte donde se supone que debía ir una pared, en realidad había ventanales deslizables.

Las cortinas de estos ventanales estaban recogidas lo que me hizo ver más afuera. Todo era verde, se podía observar los inmensos arboles a kilómetros, estábamos en una casa en el medio de un puto bosque ¿Quién oiría nuestros gritos de auxilio? Exacto, nadie.

—No pudiste conseguir un mejor lugar con una muy buena ubicación, ermitaño de mierda... — le recriminé a Damon, aunque no fuera mi derecho, estaba nerviosa y era mi manera de demostrarlo.

—Cállate que si nos encuentran te usare de carnada. — me regañó.

Hice un puchero para luego sacarle el dedo del medio, seguimos caminando un poco más hasta llegar a lo que parecía ser una cocina, una muy bonita y espaciosa.

Chico idiota con buenos gustos, pensé.

— ¡REGRESALA!

Se escuchó un grito muy fuerte.

Quede aturdida con lo que pasaba frente a mis ojos. Todo se había ido a la mierda en tan solo segundos. El sujeto que gritó apareció por detrás de Damon.

Por impulso solté un chillido y me alejé corriendo. ¿Qué demonios estaba sucediendo?

Este intruso, lo sujetó del cuello y comenzaron a pelear, Damon trataba de zafarse de su agarre y el otro sujeto que llevaba un pasamontañas trataba de ahorcarlo.

Y yo, pues solo me quede pegada a la pared, estaba asustada y aunque no lo quería estar, esto había sido muy sorpresivo para mí, no había otra manera de verlo.

— ¿Quién te mandó? —gritó Damon mientras le tiraba puñetazos al sujeto, justo en las costillas.

— El rey del juego.

¿Regrésala? ¿De quién hablaba? ¿De mí? Esperen ¿Qué rey?

— ¿Qué rey? — Contratacó Damon, quitándoselo de encima de un empujón —No sé de quién mierda hablas.

— Regresa a la chica — le respondió en un sonoro grito.

— ¡No! — Gritó Damon — ¡No sé de quién hablas!

— Maldito demonio, te voy a matar.

Y con esas palabras, el sujeto, le dio vuelta a Damon en el suelo, se puso sobre el demonio y comenzó a golpear su cara. Damon fue más rápido al proteger su rostro con sus brazos.

—Tienes que regresarla, demonio, él no te cree.

¿Quién carajos es él?

Bien, debía concentrarme. Así que tomando todo el aire posible en mis pulmones, lo expulse dejando salir a la vez el temor y los nervios. Debía servir de ayuda, no quería ser una inútil mientras miraba como trataban de matar al demonio.

— ¿Acaso quieres morir? — De un momento a otro, Damon cambió de sitio con el sujeto, quedando encima mientras lo golpeaba desmedidamente, estaba perdiendo los estribos — TE MATARÉ AHORA MISMO SI ESO ESTAS BUSCANDO.

— Mátame pero no me iré sin llevármela — le escupió el otro.

— Entonces, que sea tu voluntad, maldito bastardo.

Dicho eso, Damon no se detuvo. Estaba dispuesto a acabar con el sujeto frente a él.

Esto se estaba tornando peligroso, Damon estaba descontrolado si seguía así lo mataría, tenía que parar. Y aunque no podía ver el rostro del hombre, podía notar como gotas de sangre se posaban justo en el piso.

— ¡Damon! ¡Para! — Grité entrando en pánico — ¡Por favor!

Pero él no me hizo caso, estaba hecho un lio, estaba irreconocible.

¿Qué era lo que le molestaba tanto? Por un segundo la idea de que Damon supiera lo que estaba pasando en realidad, cruzó por mi mente.

— ¡Que pares, mierda! —me acerqué a él y lo jalonee desde el hombro.

La respuesta fue clara, mi trasero estrellado contra el suelo.

Me había empujado sin querer y pareció notarlo ya que al instante se detuvo y giró para ver en mi dirección. Nuestros ojos se encontraron como aquella primera vez, sus hermosos ojos grises bañados en odio eran terroríficos, pero algo muy dentro de mí decía que ese no era Damon.

Podía ser un imbécil, podía ser todo pero no sería capaz de dañar a nadie... ¿O sí?

Entonces volví a la realidad.

— ¡Damon! —grité horrorizada.

Él reaccionó muy tarde, ese hombre había tomado un jarrón de una de las tantas mesitas bajas que había y le había roto ese jarrón de adorno en la cabeza. Y todo fue mi culpa. Damon cayó pero antes de que tocara el suelo lo sujete en brazos.

— ¡Idiota! — traté de despertarlo — ¡Despierta, por favor!

Palmee su cara tratando de despertarlo, entonces sentí un líquido en su cabeza. Damon estaba sangrando, joder, si no hacía algo ahora Damon podía morirse, quizá estaba exagerando un poco pero el daño sería igual de grave.

— ¡Tú vendrás conmigo! —Él sujeto comenzó a acercarse.

Asustada busque en el cuerpo de Damon mi cuchilla ¿Dónde está mi puta cuchilla? Entonces note algo, en el pantalón de Damon justo donde quedaba su espalda, había un arma.

La saque apresurada y le apunte.

— ¡No serias capaz!

— ¡Tú no sabes ni una mierda de mí! —puse mi dedo en el arma de una manera amenazante y él pareció por fin tomar mi amenaza en serio.

—Yo no soy del que te debes cuidar —trató de acercarse aún más. — ¿Sabes si quiera quien es el hombre al que estas ayudando?

— Te aseguro que no puede ser más escoria que tú — grité de regreso, decidida, tomando fuerza.

Su carcajada se escuchó al segundo.

— De verdad que no sabes nada — negó divertido — El demonio que estas protegiendo solo marcara la tormenta y los desastres en tu vida ¿Acaso no lo ves?

— ¿Ver qué? — Apreté los dientes, impaciente — El único imbécil que quiere lastimarme, eres tú.

— Yo no quiero matarte, niña, estoy aquí por él y por ella.

— ¿Qué? No — negué rápidamente, volviendo a empuñar el arma para mirarlo fijamente — No te lo llevaras, no me importa que hizo, él se quedará conmigo.

— ¿De verdad estas dispuesta a cargar todo el infierno que te provocará estar cerca de ese demonio? — Lo oí suspirar — Te repito, no quiero matarte.

—Acabas de entrar a una casa que no es tuya — grité incrédula — Le rompiste un jarrón en la cabeza a Damon— volví a gritar exaltada — ¡Tú quieres matarnos!

Cansado de mis arrebatos y palabreríos, habló:

—Si me disparas presionare este botón. —El hombre enmascarado me mostró un pequeño aparato, con un rojo brillante en medio — Y el bosque entero se iluminará.

Estaba loco, había puesto una maldita bomba ¡UNA BOMBA! No hay peor cosa que traiga malas noticias como estar cerca de una bendita bomba, mierda.

Volví a la realidad cuando noté que insistía en avanzar, pero no hacia mí, sino hacia Damon.

— ¡Aléjate maldito! —Lo amenacé nuevamente mientras me colocaba delante de Damon, protegiéndolo con mi cuerpo, no sabía lo que hacía pero no podía quedarme de brazos cruzados — ¡No lo tocarás!

Pareció no importarle mis palabras porque lo vi caminar hacia mí con un cuchillo en mano ¿Acaso no tenía miedo? Claro que no, cada pasó que daba provocaba un miedo inmenso en mi interior.

Me mataría. Nos mataría.

Era él o yo.

Yo o él.

Mis manos se pegaron al arma y consumida por la desesperación tome una decisión.

Disparé y disparé.

Su cuerpo se desplomó de inmediato. Lo había matado. Yo había matado a alguien.

Me acerqué cautelosa a su cuerpo que yacía muerto a unos metros y le quité la máscara, era un señor, tenía una ligera pero notoria barba y unos ojos verdes, su cara me dejó curiosa y horrorizada a la vez, tenía una cicatriz en una ceja.

Él podía ser papá, abuelo, hermano de alguien y yo lo había matado. Yo había acabo con su vida.

Él no se movía y yo era una asesina. Trate de abandonar esos pensamientos por un momento para continuar buscando el dispositivo hasta que caí en su mano, tenía un tipo extraño de tatuaje en el dedo índice, era como un anillo tatuado de un color negro puro.

Ahogué un grito cuando lo comprendí, estaban unidos, era el mismo tatuaje que él tipo de la fiesta, estos dos estaban asociados pero ¿Qué querían? Nos habían seguido y nos querían muertos.

Cuando voltee su cuerpo desesperada por no encontrar el dispositivo, ahí estaba, ese maldito aparato parpadeaba rápidamente y peor aún, tenía una cuenta regresiva, tenía un maldito minuto para salvar mi culo y el de Damon.

Corrí desesperada hacia el cuerpo de Damon, no podía levantarlo, aunque no era gordo era muy grueso y pesado.

¡Demonios! Lo arrastre como pude, estábamos a metros de las grandes ventanas y si llegaba a una de ella, solo tenía que correrla y saltar unos centímetros al pasto, lo demás era bosque puro.

— ¡Damon! ¡Despierta!

Pero no lo hizo.

Teníamos los segundos contados así que lo arrastré como pude hasta llegar a la ventana.

Las abrí y comencé a tirarle cachetadas, impaciente.

No podía llevarlo a una zona segura arrastrándolo, tenía que despertar, nuestra vida se acabaría en tan solo unos segundos si el no abría los malditos ojos.

— ¡Eres un puto saco de esteroides! — Lo sacudí de los hombros — ¡Levántate!

—Son músculos naturales, dulzura, no quiero vivir siendo una tabla como tú.

—Maldito. Estabas despierto. — le dí un golpe fuerte a su hombro lo que provocó sus quejas segundos después.

—Que te puedo decir. Me gusta que me arrastres. — sonrió como si su vida no se fuera a apagar en cuestión de segundos.

— ¡Hay una puta bomba y juro que si esta no nos mata, te matare yo! —grité entre molesta y asustada.

Damon no volvió a bromear pero si se levantó, no fue rápido pero lo intentó y lo logró, se apoyó en mi cuerpo y después de dar unos torpes pasos pudimos sentir bajo nuestros pies descalzos el césped.

Estábamos fuera de su casa, lo habíamos logrado pero no era suficiente, teníamos que alejarnos un poco más. Así que tomando fuerte a Damon y utilizando toda mi fuerza, lo ayudé a caminar más rápido. No sabía cuánto había servido mi ayuda, solo que en cuestión de segundos, nos habíamos alejado más de diez metros.

Entonces sucedió, el sonido sordo llegó y con él, una masa de calor. La casa había explotado a nuestras espaldas.

Ambos caímos al suelo. De pronto, yo solo comencé a ver todo en cámara lenta, vi arder la casa de Damon, algunos árboles a su costado perjudicados por las partes que salieron volando y ahora, acababa de comprobar que el tan solo sonido tenía la capacidad de aturdirte por completo.

Y a mí constado se encontraba un Damon totalmente sucio. La tierra y cenizas se comenzaron a extender. Vi las manos de Damon agitándose frente a mí, tratando de llamar mi atención.

Negué con mi cabeza mientras cerraba los ojos con fuerza.

No quería ver, no quería escuchar, no quería recordar.

— Dulce...— su llamado distorsionado se escuchó.

Fue tan insistente que me obligue a abrir los ojos. Él pareció impresionado al ver como las lágrimas comenzaban a desbordarse de mis ojos.

—Yo, yo lo...— un nudo inmenso se formó — Yo lo maté.

Fue lo que salió de mis labios. Él me vio lentamente tratando de procesar lo que pasaba hasta que pareció entender mis palabras ya que puso ambas manos a los lados de mi cara para tener toda mi atención.

—NO —soltó firme — TU NO LO MATASTE.

Lo mire confundida, angustiada, molesta. Lo aparté de golpe mientras lo miraba con horror pero ¿Qué demonios estaba diciendo?

— ¿Qué acaso no escuchaste? — Grité enojada — ¡Maté a una persona!

—Fue en defensa propia.

—No nos creerán... —negué con la cabeza una y otra vez — Yo lo maté.

Pasar mi vida en la cárcel ciertamente no estaba en mis planes, toda mi vida se había jodido en un instante y la sensación que me provocaba era tan aterradora que el que mis manos temblaran no era una sorpresa. Tendría un ataque.

—Yo no vi nada —declaró perturbándome aún más.

— ¿Qué mierda dices? Acabo de matar a una persona, tu casa acaba de explotar... —le grité desesperada.

Él pareció ver el temblor en mis manos lo que provocó su silencio. Me arrastré un poco lejos, retrocediendo para poder tomar más aire. De un momento a otro, la respiración se me había cortado y el corazón se me había agitado.

Debía controlarlo. Así que di unas caladas de aire y comencé a pensar en algo tranquilo. Un monte, un parque desolado, una playa, la brisa azotando mi cabello. Eso logró que me calmara al menos por el momento. Como dijo Julie y la psicóloga: Todo depende de ti, está en tu mente, puedes controlarlo.

—Yo no vi nada... —volvió a repetir, ahora tenía frente a mí al verdadero Damon, uno serio e imponente, capaz de lograr sus objetivos sin importarle lo que se encontraba de por medio — Y tú tampoco. Jamás estuvimos en esta casa.

— Pero...— lo miré llena de confusión — ¿Qué me estás diciendo? ¿Acaso te oíste?

Mire confundida a Damon quien tenía una mirada fría y calculadora ¿Qué estaba pasando por su mente justo ahora?

—Escucha bien lo que te voy a decir...— pronunció fuerte y claro — Pasamos año nuevo en la casa de mi amigo, Samuel Williams junto a su novia y también amiga Brooklyn Carter, tu y yo nos hicimos amigos en aquella fiesta de tu padre, ciertamente nos desviamos a una fiesta y no a tu casa, cegados por la diversión la seguimos en la casa de Samuel donde pasamos todo el uno de enero, tú dormida en un cuarto y yo tirado en un sofá. ¿Escuchaste?

No podía creer lo que estaba diciendo, quería que mintiera.

—Pero...

—Es muy probable que en estos momentos estén enviando patrullas, quizá a la policía, los bomberos e incluso reporteros, esta es una zona muy tranquila y la explosión ha sido fuerte, nada habitual, lo que trato de decir es que cuando estén aquí —trató de persuadirme — Encontrarán los restos de una casa que se incendió por probablemente un desorden eléctrico que se intensificó y provocó la explosión.

No podía creer lo que estaba diciendo, estaba armando toda una historia.

— Aun si mientes, aun si todo se desmoronó y explotó, lo van a encontrar — comenté aterrada, iban a encontrar el cuerpo de ese hombre.

—Esta casa aunque es mía, está registrada con otra identidad la cual cuando busquen no existirá, no hay cámaras cerca y respecto al hombre, lo harán pasar como que estuvo dentro de la casa cuando los cables se cruzaron. Alteraré el escenario, dulzura, no tengas miedo.

Un tipo de descarga eléctrica chocó contra mi cuerpo cuando Damon presionó ligeramente mi mano dándome ánimos.

—Yo no vi nada. — dijo con seriedad. — Y en todo caso, tú no hiciste nada malo.

— Damon...— lo miré asustada — Esto va mucho más allá de las tonterías que he hecho. Hoy he matado a alguien, intentaron drogarme, secuestrarnos, tu casa explotó.

El mordió su labio mientras pensaba en algo que decirme.

— Lo sé, sé que todo lo que ha ocurrido, no es normal ni aceptable menos para ti que has tenido una vida tranquila.

— Esto significa que estamos en peligro — aclaré. — Los dos, a ti te intentaron matar y a mí, secuestrar, nos quieren a los dos ¿No es así?

El me miró atento, apenado quizá. Su mirada calmada se mantuvo en mi por unos segundos ¿En qué tanto pensaba?

— ¿No es así? — repetí.

Si él decía que no, entonces esto era su problema, no el mío, sin embargo si él decía que no, estaba aceptando no conocer nada del peligro al que nos habíamos expuesto sin saberlo.

Me dio una última mirada para negar con la cabeza.

— Vinieron por los dos — aceptó sin mirarme — Por ti y por mí, Dulce.

— ¿Los conoces?

— No pero creo tener una sospecha.

— Deberíamos...

— Ahora deberíamos huir — me cortó de inmediato mientras se ponía de pie para ayudarme a levantarme.

— ¿Qué haremos con él?

— Probablemente el cuerpo de ese sujeto este convirtiéndose en cenizas ahora mismo por lo tanto no sabrán nada, será difícil de identificarlo, todo rastro será consumido por las llamas, ahora nos iremos de aquí, tengo un auto a menos de un kilómetro, tenemos que correr, llegar ahí e irnos.

Sin respuesta.

Así estaba yo. Esta parecía una jodida broma, o lo podría considerar hasta una horrible pesadilla pero no era ni una ni otra, era la maldita realidad.

Luego de minutos y minutos de correr y escuchar a la policía de lejos, encontramos su auto. Era un auto negro, discreto y cómodo, estaba cubierto por ramas y bien camuflado entre dos grandes árboles.

—Sube... —me ordenó Damon.

Ya no había marcha atrás pero si decía la verdad no me creerían ¿Quién rayos tiene una casa en medio del bosque? Traté de convénceme cada minuto en que lo que había hecho había sido en defensa propia.

Era él o yo. El ciclo de la vida, alterado y adelantado.

—Estamos en camino... — escuche hablar por teléfono a Damon esperen ¿De dónde rayos sacó un teléfono? — Si, luego les contaré, no hay rastro de la casa, necesito que me consigas ropa y un teléfono, llegaremos ahí en unos minutos.

Eso fue todo, se despidió con un "Gracias, Sam".

Damon se mantenía tan sereno y calmado lo cual no hacía más que preocuparme y preguntarme si esta no era la primera vez que lo intentaban matar.

— ¿Tienes frio? — preguntó sin despegar la mirada del camino.

— Un poco — admití jalando de las mangas de la polera.

— Toma...— Damon metió la mano por detrás de los asientos y me tendió una cobija, la tomé con un gracias y me cubrí por completo.

Mis manos llevaban temblando ya un tiempo y eso llamó la atención de Damon.

— ¿Tienes ataques? — preguntó de golpe.

Mordí mi labio, insegura si contestar.

Él no dijo nada, solo sacó de su bolsillo una especie de frasco pequeño con lo que parecían ser pastillas.

— Son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. — informó mientras me tendía aquel frasquito.

— ¿Qué? — pregunté fingiendo ignorancia.

— Antidepresivos.

Miré el frasco con curiosidad, eran de los que me solía dar la psicóloga, o bueno, lo que le encargaba a mi padre para comprar. Ayudaba a tratar la depresión y en mi caso, los ataques.

— ¿De dónde los sacaste? — Pregunté curiosa — ¿Tú también tienes ataques?

— No — respondió indiferente ¿Qué demonios le pasaba?

— ¿Estas molesto?

— No.

— Si, lo estas.

— Solo estoy arrepentido.

— ¿De qué te arrepientes?

— De haberte llevado a mi casa, quizá un hotel hubiese servido.

Bueno, estaba en su derecho de molestarse, era su casa la que había explotado, aun así eso me hizo sentir mal y ofendida.

— Me hubieses dejado abandonada — murmuré — Así no hubiese matado a nadie.

— Hubiera sido una buena idea — murmuró sarcásticamente— Y olvida eso, la gente muere a diario, dulce.

— Pero no todos los días eres tú quien mata a alguien. — Dejé de mirarlo, él no lo comprendería así que decidí cambiar de tema — ¿Qué pasará con nosotros?

—Nada —se encogió de hombros —Nadie sabe que estuvimos ahí, no hay nadie que nos vincule con esa explosión y al posible falsificador de identidades que compró la casa y murió dentro de ella.

Damon estaba utilizando todo a su favor pero ¿Por qué?

— ¿Por qué me ayudas?

El desvió su mirada a la carretera.

—No lo hago por ti, no te ilusiones... —muy tarde—supongo que porque de alguna manera me ayudaste aunque fue muy peligroso, era él o nosotros y le toco a él, vivimos en un mundo donde el más fuerte vive y los débiles mueren, además eres la hija del amigo de mi padre.

— ¡¿Mi papá es el amigo de tu padre?! —grité llena de asombro.

—Trabajaron juntos hace mucho... — sus palabras se detuvieron de golpe por alguna extraña razón, su semblante pasó a ser uno serio — No te diré más así que no hagas preguntas.

Asentí tranquila y llena de curiosidad.

Tenía que tranquilizarme, ya tendría tiempo para investigar los lazos que tenía papá con el padre de Damon pero justo ahora lo que me atormentaba no era eso, sino aquel sujeto, debía entender lo que me había dicho Damon, era él o yo, a diario mueren personas, esta no iba a ser algo especial, había entrado a matarnos eso era seguro.

— ¿Quién era? —Inquirí mientras jugueteaba con mis manos, nerviosa — O mejor dicho ¿Quién crees que era?

—Un asesino —dijo con obviedad —Ahora confirmo que se relaciona con la chica y el sujeto de la fiesta, solo sé que nos quieren a los dos, Dulce.

Eso me hizo temblar por un instante. Después de aquellas palabras de Damon, no pregunte más, quería que acabara esta pesadilla así que caí rendida contra la ventana del copiloto en los siguientes minutos.

— ¡Llegamos, dulzura! —sentí como comenzaron a sacudir mi hombro ligeramente.

—No quiero luna...cinco minutos más... —me quejé.

—No sé quién será luna pero tampoco pienso darte cinco minutos más así que baja tu culo perezoso ahora... —esa voz y ese maldito grito.

Damon ¿Por qué debía ser tan idiota? ¿Y porque cambiaba de humor tan de repente?

—Eres un maldito desquiciado.

— ¿Y recién te enteras?

Lo mire molesta pero aun así baje del auto en silencio, mordiéndome la lengua pude observar que tenía en frente una bonita casa blanca.

Ahora que lo notaba ya no nos rodeaba lo verde, estábamos en la civilización de nuevo, lo cual me llenó de alivio.

—Hola Dulce. —alguien se lanzó encima de mí.

Cuando me fije bien, era una chica, tenía el cabello castaño ondeado y era similar a luna, aunque luna era una castaña con un corta cabellera lacia, la chica de ahora era de mi estatura y olía a galletas, de alguna manera me hizo recordar a Julie.

—Hola... —le devolví el saludo confundida.

Cuando ella se despegó pude observar mejor a la chica, era muy linda tenía ese aire de tierna pero decidida.

—Soy Brooklyn un gusto hermosa... —me aduló con una sonrisa amigable, su buen humor me llenó de paz por unos segundos.

—No la adules mucho que se la cree... —escuche decir a Damon quien caminaba hacia el frente de la casa, exactamente hacia un chico alto, robusto y pelinegro para darle un abrazo. Él no correspondió el abrazo pero tampoco se le veía incómodo.

Era Samuel si no me equivoco.

—No le hagas caso —le quitó importancia Brooklyn a las palabras de Damon —Es un tonto

—Tu nombre es muy bonito... —le confesé.

—Y el tuyo también.

—Y el mío ¿Verdad? ¡Vamos! Demonio es un lindo nombre... —dijo Damon con sarcasmo mientras se metía en nuestra conversación para luego jalarme a un costado.

¿Cómo fue que regresó tan rápido? Mierda, ya ni me dejaba hablar a gusto con su amiga.

— ¿Qué te pasa? —exclamé molesta.

El meneó un celular en su mano y me sonrió....mierda.

—Es tu padre, tú decides...

Vale, entendía lo que me decía.

Si le decía a papá lo de la casa y la persona que entró en ella estaría aceptando la culpa de todo, lo cual no era justo pero Damon me daba otra opción, una que extrañamente me ayudaba a escapar.

Y debía hacerlo, después todo, esto lo hacía por mí y por papá. Se supone que empezaríamos una nueva vida, decirle que maté a un tipo, que me drogaron y que una casa explotó frente a mis ojos no haría más que provocar la molestia en mi padre.

No hace más de tres meses que había dejado de ir con la psicóloga, con esta noticia, era seguro que Arthur me enviaría a un internado, lo cual me terminaría de matar, no podía permitirlo.

Yo debía de elegir.

— ¿Hija? ¿En dónde estás? —preguntó papá atreves del teléfono — ¿Por qué no estás en casa? ¿Sucedió algo?

Damon me dedicó una mirada calmada como si no le importara mi decisión pero sabía que si lo hacía, había algo en él y tenía que descubrirlo.

Debía elegir la única opción que solo retrasaba mi sentencia.

—Lo siento, papá, ayer pasé la noche con Damon y sus amigos.

Una decisión que cambiaría mi vida. 

Continue Reading

You'll Also Like

32.2K 3.6K 34
después de perder su prestigio, a sus padres y toda su realeza, al ser vendido en el mercado como esclavo, PETE no ha perdido su dignidad y su orgull...
754K 40.7K 60
/ cliché/ A Brennda le gusta un chico. El popular de la escuela. A Brennda le hacen bullying. El popular de la escuela. Brennda suele llorar por la...
515 74 16
🤩GANADORA DE LA PRIMERA Y SEGUNDA RONDA DEL ONC2024🤩 Sam Corey es un músico británico. En una de sus presentaciones, conoce a alguien que le roba e...
21K 2K 53
Hache sabía que la vida era dura, incluso antes de que todo ocurriera. Quizás por eso nada le sorprendió. Trata de evitar mostrar lo que lleva dentro...