Capítulo 16
- ¿Por que?... - Estaba perdiendo la fuerza. La situación ya no me resultaba tan cómica- ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Qué pensabas que iba a pasar?
Me señaló un hueco a su lado, ofreciéndome asiento y, decaída, lo acepté.
-Sinceramente, en mi cabeza se plantearon varios escenarios. Algunos buenos y otros no tanto. Quería decírtelo. Quería confesártelo, pero a mi manera. No por una llamada.
-Todo lo que dijiste...
-Era verdad y es verdad- Dijo interrumpiéndome, mirándome tan solemnemente que no ponía en duda ninguna de sus palabras.
Él sabía perfectamente a lo que me refería. En su última llamada me había confesado que estaba enamorado de mi. Y sinceramente, mentiría si dijera que yo no lo estaba de él. Nos quedamos un rato en silencio, mirando a la nada, cada uno sumergido en un mundo de pensamientos que llevaban al mismo camino.
Nos os voy mentir, mi parte dramática me pedía que le hiciera sufrir aunque fuera un poquito. Mi parte de quinceañera enamorada, me pedía que le besara hasta los parpados. Y aunque os parezca raro, porque seguramente me tenéis como un puñetera loca de remate, opté por el lado que menos utilizo en mi vida, el maduro.
-Hagamos algo- Su mirada pasó de estar perdida a centrarse complemente en mí- Invítame a salir. Una cita. Como Arthys y Gerald. Como dos personas normales.
Su rostro, hasta ese momento mustio y nervioso, se iluminó y me regaló una sonrisa preciosa. -Mañana. No hagas planes en todo el día.
Y como un niño orgulloso y contento, se levantó y caminó hacía la puerta. Antes de desaparecer me miró y dijo:
-Te prometo, Arthys, que valdremos la pena.
Me gustaba como sonaba. Valdremos la pena. Valdremos él uno para el otro. Y por todos los dioses que fuera así.
Continuará...