Adler nunca pensó que un viaje le estuviera cambiando tanto su vida. En los días que llevaba en México su panorama giraba en cada momento.
La gente que le rodeaba siempre estaba sonriendo, le hablaban muchas cosas y siempre le estaban tratando de buena manera.
Ciertamente se sorprendía en la manera en cómo les gritaban a sus niños, algunas veces sus gritos y sus acciones hacían que hasta él se asustara.
Aun no les entendía en el idioma, solo con algunos de sus gestos y con la traducción de Elizabeth les llegaba a comprender, pero en su tiempo libre buscaba formas para aprender nuevas palabras en español.
Cuando salió el padre de Elizabeth del hospital, aquella familia preparó una gran fiesta. Adler ayudó en todo momento ayudando en lo que podía, aunque normalmente estaba con los hombres para las cosas pesadas y entre más convivía con ellos, más aprendía de su carácter, tan ligero, celoso, prepotentes, groseros en algunas ocasiones y tan chanceros, pero que a pesar de todo siempre amables y respetuosos con las mujeres de la casa.
José logró convertirse en un gran amigo para él, ya que siempre lo llamaba en toda ocasión y buscaba la forma en que los demás lo aceptaran. Y a pesar de la desconfianza que tenía adler al principio, llegó a fiarse totalmente de ellos. Y más aún llegó a creer en ellos cuando el padre de Elizabeth, Don Luis, empezó a hablarle.
Cuando adler se presentó ante don Luis, lo saludó y le dijo: "es un gusto conocerle y bienvenido" en español. Don Luis se alegró tanto. El fenotipo que presentaba adler le sorprendió bastante. Se logró burlar de él y le decía que parecía que estaba en frente de un jugador o de un modelo. Lo abrazó y le agradeció por haber venido con su hija. En todo el tiempo don Luis lo llamaba y lo sentía hacer tan cálido en su casa.
En la fiesta adler observaba la manera en cómo celebraban sus fiestas, todos comiendo, todos bromeando, los hombres tomando y separados de sus mujeres, los niños corriendo, la música a todo volumen, los vecinos sin ninguna queja y bailando dentro de la fiesta. Sus bailes eran tan diferentes, extraños y extrovertidos y ni hablar de la música, que era tan escándalosa, que no llegaba a comprender nada y que solo le aturdía por tanto ruido. Pero que sin embargo, veía cómo todos los demás se encontraban tan gustosamente.
En una ocasión don Luis comenzó a hablar y agradecer por su vida y por ver de nuevo a su hija que ahora había llegado y que por lo menos los días que estuviera con él a su lado se sentiría tan feliz.
Cuando terminó la fiesta y terminaron de recoger todo, se sentaron un rato en una fogata que hicieron. Y desde el momento en que don Luis se chanceó con adler insinuando ser su yerno todos empezaron a hacerle carrilla. Provocándole a Elizabeth rubor y vergüenza. Adler solo se confundió y no logró entender hasta que José con su poco conocimiento en el inglés le explicó. José no sabía nada de alemán, pero entendía que era más fácil explicarle en inglés y que adler le entendería más que en español. Además de que conocía a su prima y sabía que no le diría nada a adler dejándolo confundido todo el tiempo.
Desde aquel momento sus cercanías empezaban a provocarles nervios. Y aún más a adler, que con el descaro que le hacían sus familiares, empujándolo hacia Elizabeth para que se le acercara más, y provocándoles algunos momentos para que ellos dos se besaran, adler empezaba a dudar sobre cómo tratarla.
Su cercanía con el nuevo entorno hacía moldear el carácter duro y fuerte de adler. Empezaba a dejar de dudar de todos, empezaba a sonreír todo el tiempo, a sentirse feliz, a ser juguetón con los niños y ayudar en todo momento.
Los lugares que veía cuando salían lo hacían enamorarse de cada cosa, de la comida, del clima, de los paisajes, de los diferentes trabajos que laboraban las personas, de la música, sus tradiciones y costumbres y de cada aspecto que conocía. Con cada instante que conocía un nuevo lugar podía sentirse libre, feliz y olvidarse de todo aquello que lo presionaba.
Notaba que muchas cosas eran tan diferentes de Europa, él ya había visitado varios países, pero entre ellos mismos tenían peculiaridades semejantes, infraestructura parecida, clima, gente y aunque cada país tenía un aspecto importante y bonito, nada le hacía cambiar de opinión de que este país era el mejor. Con muchos aspectos negativos como la pobreza, delincuencia o su infraestructura, pero que aun así era muy rico en muchos aspectos.
Sabía que tal vez estaba exagerando, pero al menos quería guardar en su mente lo hermoso que le estaba ofreciendo.
Además, cada vez que veía a Elizabeth empezaba a sentir un sentimiento que nunca pensó volver a sentir. Cuando la veía sonreír, bailar, jugar, y comportarse como niña cuando hacia sus gestos inocentes hacia sus padres sentía tanta felicidad.
Ella lo estaba enamorando y lo sabía desde que la vio y se dio cuenta de lo hermosa que era.
Al verla en su lugar de origen la contemplaba tan feliz, sin ninguna preocupación, sin nada que la atara a Alemania, aquí podía tener un buen trabajo como él que tenía allá. ¿entonces por qué prefería estar allá y no aquí? ¿qué le hacía querer estar allá? Hasta ahora lo que sabía de ella es que tampoco salía mucho, y que solo le importaba trabajar. Sin en cambio no le tomó importancia a sus preguntas, pensó que sea cual sea la razón por la que estaba lo agradecía, porque gracias a eso la había conocido.
El ultimo día que estuvo en aquel país, don Luis aprovechó que su hija había salido con su madre al mercado para así llamar a José y adler a su habitación. Para ese entonces adler ya dominaba el nivel principiante del español y ya entendía mucho más palabras y gestos que hacían las personas.
Adler pensó en agradecerle muchas cosas, pero cuando salió de aquella habitación, se percató que solo le había agradecido muy poco y que todo lo que tenía que decirle ya no le pudo decir nada más. La conversación que tuvo con don Luis y pepe solo le hizo preguntarse más cosas de Elizabeth, a quererla más y a querer cambiar completamente para así ser correspondido por ella.
Cuando llegó Elizabeth, don Luis también habló con ella a solas, pero cuando salió su semblante decayó, desde ese instante adler notó que Elizabeth se encontraba enojada y que, a pesar de haber regresado por su padre, ahora le ansiaba irse por la misma razón que le había hecho volver.
Cuando los fueron a dejar al aeropuerto, los padres de Elizabeth se despidieron muy amistosamente y enormemente agradecidos con adler por haber venido. José también se despidió casi llorando y diciéndole que era genial y que no se olvidara "de los pobres".
También se despidieron de Elizabeth, su madre llorando y su padre tranquilo, pero preocupado. Elizabeth se despidió de ellos con un gran abrazo y casi llorando cuando se despidió de sus primos preferidos.
Cuando subieron al avión Elizabeth logró reflejar de que era la misma escena de cuando se fue por primera vez a Alemania. Algunas cosas no habían cambiado en nada. La única diferencia es que conocía a nuevas personas, pero su verdadera razón por querer salir de su país no había cambiado en absoluto. Se sentía extasiada por volver a Alemania y seguir con sus planes, se sentía feliz por regresar, y aunque un poco triste por dejar a sus padres sabía que era lo mejor para ella. Algún día ellos la entenderían y dejarían de reñirla y ella se convertiría en una mujer plena al lograr lo que tanto ansiaba.
Al volver, sus amigos les recibieron gustosamente. Les hicieron una pequeña comida y todos comieron felices en la casa de Jenell y Elizabeth. Lo que más les sorprendió a todos fue el cambio repentino de humor de adler. Ahora ya no se mostraba apático, serio, ni grosero, sino todo lo contrario, en su mayoría sonreía, comentaba chistes y con su transformación inesperada hizo el ambiente tan ameno y la mejor fiesta que nunca habían tenido todos ellos.
Adler decidió no renunciar y seguir siendo el principal arquitecto. Continuó supervisando la obra y haciendo que todo siguiera bien como hasta ahora. Con su radical modificación de carácter hacía que todo a su alrededor empezara a cambiar.
Poco a poco empezaba a ganar amigos, a conquistar a la gente, las personas le hablaban con mucho respeto y todos se preguntaban cómo es que había cambiado tanto, en dónde se encontraba aquél joven serio y lleno de amargura y resentimiento. Ahora ya nada de eso mostraba y en su mayoría siempre andaba feliz.
Jaden le preguntó muchas veces y adler le aseguraba que estando en México había aprendido tanto, que se había vuelto a enamorar de las cosas y que sabía que tenía que ser diferente, que no se tenía que cerrar y que tenía que disfrutar de la vida, aquel viaje lo estaba cambiando para bien, ambicionaba vivir más, sentirse libre y disfrutar con lo que amaba hacer, agradecer que aun tenia a personas que lo querían y sobre todo analizó el hecho de olvidar su pasado, no sabría si algún día perdonaría a su padre, pero sí sabía que al menos tenía que olvidar aquello que lo atormentaba tanto.
Se juró volver a continuar con el sueño que se había propuesto realizar desde niño y llevar a cabo lo que todavía podía hacer.
La relación de amistad entre aquellos jóvenes se logró fortalecer más y aún todavía más la relación entre Elizabeth y adler. Algunas veces salían juntos, platicaban y se divertían como niños, algunas otras ocasiones salían con Jenell y con Jaden y juntos disfrutaban de aquellos paseos rodeando la ciudad.
Cuando todos juntos celebraron el cumpleaños de ELL, adler decidió brindar, y aquella acción sorprendió bastante a Elizabeth.
- Doy muchas gracias porque estás conmigo- decía mientras la veía a los ojos y con una copa de vino en su mano derecha- muchas gracias por todo ELL, eres la mujer más hermosa y muchas gracias por ser mi novia, te quiero – agarró su copa y todos juntos bebieron a excepción de Elizabeth.
Los demás aplaudieron y sonrieron por tal acto.
Elizabeth sintió helarse y se quedó perpleja por haber escuchado esas palabras, no sabía a qué se refería adler con eso de ser "su novia", y los demás parecían no haberlo escuchado o no saber el significado de esa palabra. Se puso tan nerviosa y sintió que todo era una broma de muy mal gusto por parte de adler.
Bebió de su copa apresuradamente y de repente solo sintió como adler llegó hasta ella, la levantó, la abrazó, y le dio un beso en los labios. Le dijo que la amaba en su oído y después volteó hacia los demás agarrando su copa para una vez más volver a tomar todos juntos.
Elizabeth se hizo numerosas preguntas, pero en especial una:
¿Cuándo se volvieron novios?