¿Dónde estaba? ¿Qué era de mí? ¿Qué era todo aquéllo qué me hacía feliz? Ya no estaba más, no estaba cómo todos lo pedazos que alguna vez perdí.
NARRADOR
2 días después...
— Calle, amor, ¿adónde me llevas?— Preguntaba una sonriente María José con los ojos vendados, mientras sentía el cuerpo de su castaña detrás de ella, una risita de niño pequeño llegó a su oído cómo respuesta.
— No seas impaciente, amor de época.— Respondió Daniela viéndo que ya pronto llegaban a su destino, una pequeña sorpresa con la mujer que ama a su lado era lo que necesitaba Daniela.
— Bien, hemos llegado.— Avisó la castaña con una sonrisa que María José no podía ver pero sí la imaginaba.— Sorpresa.— Susurró la más alta quitando la venda de los ojos a la ojiverde, María José parpadeo un par de veces para adaptarse a la luz.
Fue entonces cuándo se vio en un invernadero, con un lindo kiosco en medio de aquél lugar lleno de todo tipo de flores, en medio de aquél kiosco una mesa iluminada con luces y una cena lista, el lugar era casi irreal para la morena.
— Amor... Esto es increíble, no sé qué decir.— Hablaba María José rápidamente con emoción, Daniela rió antes de tomar ambas mejillas de su amada y besarla en ese momento que se sentía mágico.
— No quiero que digas nada, sólo quiero que cenes conmigo bajo las estrellas está noche.— Murmuró una vez se separaron del beso, la morena sonrió ampliamente asintiendo con su cabeza.
— No puedo contigo y tus sorpresas.— Comentaba María José caminando hacia la mesa de la mano de la castaña, Daniela soltó una risita.
— Sólo quiero lo mejor para ti.— Contestó con una sonrisa, mientras abría una silla para la morena.
—¿Qué hay de cenar?— Preguntó la morena con curiosidad una vez estaba sentada en su silla, Daniela se sentó en la silla libre y destapó el platillo de esa noche.
—¿Pizza? Ok, literal todo lo tuyo es único.— Arrojó la morena soltando una carcajada, Daniela la acompañó y no podía dejar de ver aquéllos ojos verdosos con un brillo especial en ellos.
La cena transcurrió en juegos, besos, bromas, plática desde lo más bobo hasta lo más profundo, en una que otra indirecta sensual, en miradas pícaras, pero sobre todo había amor.
— Debo confesar que ha sido la mejor cita.— Comentó la morena recargando su mejilla en su puño, Daniela sonrió orgullosa.
—¿Bailas?— Preguntó de pronto la castaña, María José sonrió confusa ante la petición.
— No hay música, Calle.— Respondió con obviedad, Daniela sonrió levantándose de su asiento y tomó la mano de María José, la llevo más al centro del kiosco.
Entonces una melodía comenzó a sonar, haciéndo que María José abriera sus ojos sorprendida, Daniela tomó su cintura, la morena enredó sus brazos en el cuello de Daniela y comenzaron a bailar lentamente el ritmo de la melodía.
— Esto es... Mágico
Sí, María José estaba sin palabras y muy sorprendida por lo que esa castaña podía llegar a hacer por ella, simplemente su pecho se llenaba, su corazón bailaba y palpitaba con fuerza, todo su cuerpo se convulsionaba y sólo quería gritar cuánto amaba a Daniela Calle.
La amaba, no había duda de ello.
La amaba tanto que su corazón sólo latiría por ella en su último suspiro.
Era una completa locura, porqué la conocía hace muy poco, pero sentía que había estado esperando a esa castaña toda su vida para sentir lo que sentía.
— Like a river flows, surely to the sea. (Cómo un río fluye con certeza hacia el mar)— La voz de Daniela sacó a María José de sus pensamientos.
— Darling so it goes, somethings are meant to be. (Cariño, así vamos tú y yo, algunas cosas estaban destinadas ocurrir)
— Take my hand, take my whole life too. (Toma mi mano,
toma también mi vida entera.) For I can't help falling in love, with you. (porque no puedo evitar enamorarme de ti)
— For I can't help falling in love, with you. (Porque no puedo evitar enamorarme de ti)— Susurró sobre su boca con una pequeña sonrisa en el rostro.
— Te amo, mi amor poético.— Murmuró Poché hechizada con la castaña, una amplia sonrisa se expandió en el rostro de Daniela.
— Te amo, mi amor de época.— Respondió antes de sellar sus labios en un lindo y cálido beso, aquél beso no iba a más intenciones, era inocente y cargado de sentimientos por ambas chicas.
(...)
— Espera, espera,— Una María José, en toalla y con la respiración pesada detenía a una Daniela que atacaba su cuello, en medio de sus piernas, ya que María José estaba sentada y acorralada en lavabo del baño de la habitación del hotel de Daniela.
— Debo ir al hospital y es tarde.— Agrego la morena intentando huir de su perdición, intentó fallido número uno.
— Llega un poco tarde, Rafa se puede hacer cargo.— María José cerró sus ojos con fuerza al sentir las manos de su chica llegando a lugares peligrosos debajo de la toalla.
— Eso ha pasado muchas veces los últimos 3 días, déjame... Ir Dani.— Aquéllo en vez de ser una amenaza se convirtió en un jadeo, cuándo Daniela besaba y mordía el cuello de la ojiverde, intentó fallido número dos.
— Me encantas tanto, me vuelves loca.— Aquéllas palabras no ayudaban mucho al autocontrol de la morena en ese momento, María José suspiro totalmente pérdida en las caricias de su chica.
— Te amo.— Confesó la castaña viéndo a la morena, su mirada decía todo lo que no podía.
— A la mierda el trabajo.— Espeto María José tomando la barbilla de Daniela para besarla con fuerza y salvajismo, Daniela sonrió en medio del beso al haber ganado de nuevo.
Intento fallido número tres.
El gran día...
—¡Buenos días, papi! ¡Feliz cumpleaños!— Saludaba una ojiverde sonriente besando y abrazando eufóricamente la mejilla de su padre.
— Buenos días, hija. Andas de muy buen humor eh.— Comentó Juan Carlos dejando el periódico de lado para ver a su hija, la morena sonrió enormemente.
— Papá, estoy enamorada, estás cumpliendo años. ¿Qué más puedo pedir?— Confesó la morena con timidez, sintiendo la sangre subir a sus mejillas un poco, Juan Carlos sabía que no estaba bien su primera confesión, pero aún así sonrió.
— Nunca pensé que me dirías esas palabras.— Bromeó con tono de voz juguetón, María José abrió la boca indignada.
— Oyeee, más respeto. Sólo porqué estás de cumpleaños.— Contestó con fingido enojo, Juan Carlos rodó los ojos divertido.
—¿Daniela es la afortunada, no?— Preguntó el mayor con cero dudas de que era ella, pero quería despistar a su hija y a su mente, porqué era el gran día y no sabía que hacer para dejar de pensarlo.
— Que comes que adivinas.— Contestó María José bebiendo el café que recién servía la mujer de la servidumbre, Juan Carlos rió volviendo a ver el periódico.
— Tengo una pregunta.— Comentó Juan Carlos con temor.
—¿Sí?
—¿Daniela te dijo qué pronto se iría de aquí?— Indagó el mayor viéndo cómo la sonrisa de su hija se esfumaba, Juan Carlos se arrepintió de haber hecho la pregunta pero era muy tarde.
(...)
— No entiendo.— Decía Germán extrañado.—¿Cómo se supone qué tenga todas esas reacciones, quejidos y murmullos raros?— Preguntaba Germán sin entender aún el caso de su hija.
— El caso de tú hija ha sido única, Germán. Cuándo llegó aquí no tenía pulso, estaba completamente muerta, le hicimos todo para traerla a la vida y funcionó, pero quedó en el estado que está ahora, pero aún no logramos entender porqué no despierta sí tiene todas esas observaciones.— Hablaba el doctor profesionalmente con el señor Calle.
— Yo tampoco lo entiendo, pero sí despertará, ¿no?— Preguntó el hombre angustiado por la situación, el doctor puso una mano en el hombro de Germán.
— No lo sé, esperemos que sí y que sea pronto...
Buenaaardas las tengan ;)
¿Qué piensan de la historia?
Dejen sus teorías, babys de closet.
Mañana subo el epílogo y El final 😗✌🏻
El que no comente es hetero :)
Gracias por el apoyo ❤