Esposa del CEO

By EliseCastro

1.1M 59.6K 2.5K

Una bebida alcholizada y una habitación equivocada será más que suficiente para cambiarle la vida a la retraí... More

Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y ocho
Capítulo treinta y nueve
Capítulo cuarenta
Capítulo cuarenta y uno
Capítulo cuarenta y dos
Final
Segundo libro
¡2da parte disponible!

Capítulo treinta y siete

16.3K 936 25
By EliseCastro

— ¿Sabrás llegar hasta el lugar? — Anastasia asintió, pensando detenidamente en la dirección. — Te recogeré justo allí, así que no llegues tarde... Y una última cosa, no puedes decirle a nadie sobre nuestro pequeño encuentro.

La mirada de Lucien se tornó completamente seria, haciendo que Anastasia pusiera una mueca en el rostro. — ¿Y qué pasaría si decido no mantenerlo en secreto?

— La respuesta a eso es muy fácil... — Contestó, señalando hacia el interior de su boca. — Me aseguraré de que no seas capaz de volver a contarlo.

Anastasia sintió escalofríos cuando vio que apuntaba a su lengua.

— Está bien, mantendré mi boca cerrada al respecto.

— No lo veas como una amenaza, querida. Es solo que las personas que saben demasiado sobre ciertas cosas y deciden asumir el riesgo de soltar la lengua ni siquiera merecen tener una dentro de la boca ¿No te parece? E incluso estaría siendo bastante indulgente.

Él sonrió con la misma simpatía que había estado mostrando desde el momento en que se conocieron por primera vez.

— ¿Y si decido rechazar tu petición?

— No pasará nada, bueno... Además del hecho de que Edith, quien justo ahora te está pisando los talones te rebasará y arrebatará todo lo que has logrado hasta ahora. Por no mencionar que no podrás responder las preguntas que todavía sigues haciéndote a pesar de que confías tanto en Erick ¿Verdad? — Preguntó con el sarcasmo latente en su tono de voz. — Te iré a buscar a ese lugar, si no estás allí a la hora que acordamos haré de cuenta que has rechazado mi petición. No planeo esperar por ti ni siquiera un minuto.

Con ese mismo tono de voz repentinamente áspero y tosco Lucien dio la vuelta y se marcó, dejándola con la advertencia puesta sobre la mesa.

Un temor repentino surgió de repente que hizo estremecer sus entrañas: La idea de que Lucien solamente usaba una máscara amigable cuando estaba por hablar con ella y que bajo ella ocultaba el rostro del verdadero demonio que causaría sus futuros dolores de cabeza.

Dejó de lado sus pensamientos cuando la silla de ruedas desapareció en algún punto del camino desolado cuando no le prestó atención, la manera en que Lucien siempre aparecía de la nada y se esfumaba repentinamente no dejaba de inquietarla, como una presencia sombría que estaba ahí solamente para atormentarla.

Y era ella quien debía decidir si hacerle caso o no.

*   *   *

La entrega llegó tardía a las manos de Erick, Anastasia no se permitió ver el contenido del cofre por respeto a la intimidad que Erick tanto apreciaba, confiaba en él, estaba segura de que podía hacerlo. Pero seguía habiendo una alarma en su cabeza que la ponía a la defensiva.

— Es inútil, Erick esto no demuestra nada. — Durante la junta repentina Hunter fue el primero en dejar caer los archivos. — Solo son montones de fotografías mal realizadas y una piedra que encontró tu esposa en el fondo del océano, nada de esto comprueba que Máximo siga vivo.

— Sé lo que vi, Hunter. No estoy volviéndome loco. — Erick sujetó de vuelta el anillo reconstruido a partir de la piedra brillante que Anastasia recogió durante su paseo en velero. — Te juro que esa zona se ha recorrido millones de veces y no estaba ¿Cómo pudo llegar tan de repente?

— ¿Corrientes marinas, quizá? — Hunter tomó asiento de mala gana, aceptando el hecho de que no saldría temprano de allí. — Erick, te has empecinado en buscar a Máximo desde el momento en que el océano se lo trago ¡Casi van a pasar diez años! Es momento de que aceptes su muerte y lo dejes ir, has hecho todo lo posible por buscarlo, incluso pegaste folletos propagandísticos y gastaste millones en anuncios en televisión y radio. Si de verdad hubiera perdido la memoria como crees ¿No piensas que habría regresado al ver que lo buscan con tanta insistencia? O si alguien más lo hubiera visto te lo hubiera reportado a cambio de la cuantiosa recompensa que ofreciste... ¿Entonces por qué?

Erick tampoco sabía cómo explicarlo. — No puedo creer que esté muerto, Hunter. No cuando he conseguido fotografías de mis asociados, está vivo y sigue estando en la ciudad, o al menos se mueve en ella, es por eso que no voy a detenerme hasta encontrar su paradero.

Estaba obsesionado con encontrar a Máximo a toda costa y solamente Hunter estaba consciente de esto, llegando a proponerle su ayuda para limpiar el nombre de Erick y traer de vuelta a Máximo. Pero los años seguían pasando y no había señales de él.

— Y si de verdad llegas a encontrarlo en la fábrica donde crees que está trabajando ¿Qué piensas hacer con él?

Erick no titubeó al responder. — Me disculparé con él debidamente y lo traeré de regreso.

Pero Hunter sabía que las cosas no serían tan fáciles como Erick opinaba.

*   *   *

Anastasia estaba agotada tanto en sentido físico como mental, había pasado largas horas atendiendo llamadas, organizando y reorganizando la cambiante agenda apretada de Erick. Por no mencionar la cantidad de documentos que debía ordenar y archivar.

Al menos sería más que suficiente para mantener sus pensamientos a raya.

— Buenos días, señora Russo. — Anastasia levantó la mirada hacia Melody y sonrió, todavía no se acostumbraba a ser llamada señora Russo.

— Buenos días, Melody. Creí haberte dicho que podías llamarme Ana. — Ella sonrió tímidamente al escucharla.

Melody era la más reciente miembro del personal encargado de escenografías y vestuario, una brillante mente con sentido agudo para la moda e increíble destreza artística que se había ganado la confianza de Anastasia y Erick desde el momento en que les entregaba los sobrantes de galletas y muffins que se servían durante los rodajes, enviados personalmente por todos, sobre todo cuando debían hacer turnos extras, como era el caso.

— Me encantan los muffins de arándanos, que delicioso aroma. — Anastasia abrió la cajita con una sonrisa en los labios. — Con el hambre que tenía me has caído del cielo.

— Es bueno que se alimenten bien porque están trabajando demasiado últimamente, he visto al señor Russo casi como un zombie estos días. — Dijo ella sin pudor alguno, una de sus características más sobresalientes — Entonces no le quitaré más de su tiempo, espero les guste.

Anastasia la dejó marchar, sí que Melody era realmente hiperactiva.

Con la idea de que Erick también tomara un descanso fue a por café de la máquina expendedora, que solamente ofreció bebidas calientes enlatadas. — ¿Qué tanto puede costar poner una máquina para preparar café? No quiero tener que ir hasta una tienda.

Suspiró, regresando a la oficina.

Apenas alcanzó a ver de reojo a Hunter cuando se marchaba, lo que le indicó que su repentina reunión con Erick por fin había terminado, aunque le pareció extraño verlo más cansado que de costumbre prefirió no detener su paso y llegar hasta Erick.

— Cuidado, está caliente. — Le advirtió apenas le hizo la entrega de la bebida enlatada. — ¿No pueden poner una máquina de café? O al menos café en la expendedora, o algo más que esas extrañas bebidas.

— Eso es lo que piden para no engordar y mantenerse despiertos, y yo soy un jefe que escucha las peticiones de sus subordinados. — él sonrió mientras la destapaba.

Anastasia colocó la caja de dulces sobre su escritorio. — ¿Y no va a escuchar la petición de su esposa, señor Russo?

— Puedo hacerlo... — Él la arrinconó contra el escritorio, seguía sonriente. — Pero espero recibir algo a cambio.

Anastasia lo apartó con algo de diversión. — Eres increíble, ¿Qué fue lo que te ofrecieron tus empleados a cambios de colocar eso en la máquina?

— Trabajar más horas y no pagar sobretiempo. — Dio un largo sorbo a su bebida, dejando el dulce sabor caliente inundara sus apilas gustativas. — Eso no aplica con las estrellas, por supuesto. La ley y mi sentido moral de la justicia no me permite explotarlos como hubiese querido pero no están haciendo un mal trabajo.

Eso no podía negarlo, a veces se quedaba para observar la actuación de Hunter y la hacía sentir como si en realidad fuera ella la protagonista de la novela y ambos vivieran una alocada pasión dentro de las tiendas de campaña.

— ¿Melody otra vez? — Anastasia asintió a la pregunta de Erick, sentándose en su escritorio a probar el muffins de arándanos que tanto la llamaba. — Que ni piense que voy a darle un aumento por traer comida.

Anastasia negó, divertida mientras daba la primera mordida al muffin. — No creo que ella...

Dejó de hablar de repente.

— ¿No crees que ella qué? Es incómodo cuando dejas las palabras a la mitad ¿Sabías? — Erick se dio la vuelta, viendo lo tiesa que se había puesto Anastasia. — ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás así?

Cuando Anastasia hizo el intento de morder nuevamente algo crujiente sonó dentro de su boca.

Erick, alarmado le arrebató el muffin de la mano y se sorprendió al revisar el interior. — ¿Qué? ¡Esto tiene pedazos de vidrios adentro! — Miró a Anastasia — ¡¿Qué haces ahí quieta?! ¡Escúpelo rápido!

Él la obligó a abrir la boca casi por la fuerza, haciendo que Anastasia tirara el muffin a medio masticar a la basura, pero la sangre comenzaba a derramarse por su boca junto a un dolor punzante que la sacudió.

*   *   *

— Afortunadamente está fuera de peligro, no tragó ningún vidrio ni tampoco se incrustaron en su cavidad bucal. — El doctor examinó la boca de Anastasia una vez más luego de aplicar medicina. — Hizo algunos cortes no profundos al deslizarse pero sanarán con sus debidos cuidados, pero yo recomendaría que a partir de ahora revisaran los productos que van a consumir. Este tipo de incidentes son más comunes de lo que creen.

Erick había enloquecido completamente, abandonó por completo su papel de jefe estricto y no le importó que su esposa aún podía caminar cuando la levantó entre brazos y la llevó a toda prisa hacia el hospital, haciendo un gran escándalo justo allí.

— Muchas gracias, doctor. — Dijo Erick, Anastasia sentía la boca adormecida por una crema anestésica que le aplicaron para sanar sus heridas sin que doliera a morir.

— Recomendaría que por ahora consumiera alimentos suaves para que no se lastime. — Añadió el médico. — Y si ocurre algo no duden en regresar.

Ambos se pusieron de pie, dieron las gracias por la atención recibida y luego se marcharon en silencio. Erick estaba intranquilo, lo demostraba con ese particular gesto que hacía al tamborilear los dedos sobre el volante, mordiéndose incluso el labio.

Anastasia y Erick se miraron entre sí, aunque ninguno quiso decir nada al respecto algo estaba más que claro: Lo ocurrido había sido una amenaza directa.

Pero ¿De quién?

Continue Reading

You'll Also Like

3.2M 209K 69
Destacada del mes de MARZO-ABRIL DE CHICK-LIT ES Libro 1 de la Saga Tough Bianca Santoro tiene el matrimonio perfecto, o eso creía, después de meses...
33K 2.5K 46
Su nombre es Falyn, una chica bella y carismática. Fue enviada desde el cielo para ayudar a Taylor a encontrar una esposa en menos de un mes antes de...
501K 30.9K 95
// COMPLETA // «No te desharás de mi fácilmente» es la frase que escucha Verónica cada vez que cierra los ojos. Para ella, escapar de su propio pasad...
430K 28.5K 66
Si pudieras volver atrás y cambiar sólo una cosa de tu vida ¿lo harías? Y si fuera así, ¿Elegirías un camino completamente diferente? ¿O sólo cambi...